Once años después de su primera aparición en PC, la perturbadora Alicia imaginada por American McGee, bastante distinta a la que escribiera Lewis Carroll en su día, vuelve. Creo que es muy difícil no tener ciertas ganas, o cierta curiosidad al menos, por ver cómo Alicia se adapta al siglo XXI que casi, casi estrenó; dudo que haya mucha gente que no se sienta atraída por la estética macabra y demencial del juego. Sea como fuere, muchos ojos están puestos en esta secuela que, para alegría de algunos y desgracia de otros, es continuista en toda la extensión del término: continúa la historia del primero y rescata, sin diferencias muy explícitas, también su mecánica jugable.
Once años después del primer juego sucede también la historia de Alice: Madness Returns. Después de ser liberada del manicomio, Alice vive en Londres gracias a la ayuda de un psiquiatra que, desde el primer momento, no parece trigo limpio; no sé si es porque será un malaje o porque los psiquiatras siempre dan esta impresión de que nos están jodiendo el cerebro, pero este tipo da muy mala espina. Alice, a pesar de haber superado sus traumas, empieza a volver a tener pensamientos bien jodidos y alucinaciones feas de cojones; en definitiva, y por usar una expresión que todos tengamos a mano, se le va la olla. Así, acaba volviendo a un macabro País de las Maravillas donde las cosas han cambiado bastante, y ahora está todo hecho un Cristo que Alice tiene que intentar arreglar para volver a estar en paz con su pasado y consigo misma.
Uno de los puntos más fuertes de Alice: Madness Returns es su apartado artístico. La imaginación de American McGee es retorcida y eso se plasma bien en unos escenarios llenos de recovecos, locuras y seres muy extraños. Desde los enemigos más rasos hasta los personajes más recordados del País de las Maravillas tienen un diseño perturbador y perturbado, con la firma del loco de los cojones de McGee impresa en cada polígono. (Los vestiditos de Alice también son encantadores.) Esto salva estéticamente a un juego que no es, para nada, un prodigio de la técnica: el maldito Unreal Engine 3, que es una cosa que no debería licenciarse por nada del mundo o cuyo mal uso tendría que estar fuertemente castigado, hace que los clásicos problemas de téxturas que no cargan a tiempo, por ejemplo, estén bien presentes para molestarnos todo lo que pueden.
La parte más controvertida de Madness Returns seguramente acabe siendo el apartado jugable terriblemente anticuado. Algunos lo llamarán retro, pero la pura verdad es que es anticuado: el priner Alice ahora es retro, pero en 2011 las convenciones han cambiado y la jugabilidad de Madness Returns seguro se hará cuesta arriba a algunos de los que no estuviérais enganchados al puto ordenador en el 2000. El plataformeo se nota desfasado, y aunque al final no es un problema si aceptas lo que propone (a mí no me costó nada: soy un tipo que juega a Counter Strike 1.6 con mucho gusto) sí que resulta raro que no hayan trabajado más este aspecto.
El combate también sigue el patrón del primer Alice. Tenemos el clásico cuchillo, icónico de la serie, y algunas otras armas como el molinillo de pimienta con el que podemos atacar a los villanos además de sazonar unos morritos de cerdo que nos dan acceso a nuevas zonas de los mapas; el combate es bastante unidimensional, sin embargo, y no nos merece la pena esperar la profundidad de otros juegos de su estilo.
Sin embargo, he jugado unas cuantas horas con mucho gusto. El diseño de niveles tira más hacia el plataformeo que hacia la acción, centrándose la atención más en el salto que en el ataque; los enemigos son escollos que nos lo ponen más difícil, pero combatirlos no es la parte con más chicha del juego. Se nota creatividad en los niveles y los enemigos finales, algo muy, efectivamente, del año 2000, y en ese sentido Alice: Madness Returns sigue los pasos de otro que baila más o menos lo mismo: Duke Nukem Forever. Sobre este ya hablaremos largo y tendido cuando toque, pero de momento podemos decir que Alice: Madness Returns es un juego cuyas críticas son innegables, pero que se puede jugar sin problemas y disfrutarlo por el camino. La adición en el paquete de la primera parte (una versión en alta definición preparada especialmente para esta ocasión) hace que los que aún no hayan olvidado cómo eran los juegos hace once años y se sientan atraídos por la estética del juego puedan ir apuntándoselo en la lista de la compra de este año. Aún nos quedan, en cualquier caso, unas cuantas horas de partida por delante.
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Ya estamos con la murga de la jugabilidad anticuada.
La murga de la jugabilidad anticuada tiene todo su sentido. Otro claro exponente es Epic Mickey (y mira que es un juego que defiendo).
Habrá que esperar al análisis, me temo. Gracias hasta el momento por el avance, chiconuclear.
No, no lo tiene, salvo que se trate de una mecánica fallida. Cualquier mecánica que funcione bien, aunque se haya inventado hace veinte años, es perfectamente válida, y es particularmente triste que desde los medios se defienda lo contrario.
Lo compraré por el primer Alice, para poder jugarlo en consola. Mola que te regalen el 2, es como un Add-on.
Presiento que me va a gustar mucho.
Que Alice: Madness Returns es un juego anticuado, eso es un hecho. Otra cosa es que eso sea un problema o no para cada uno.
@darkpadawan
Bueno, tú te encenderás los cigarros con una piedra y un palito, pero a mí dame un mechero, qué te voy a decir. Ya digo que basta con no haber olvidado cómo se hacían juegos antes, pero que las cosas evolucionan y mejoran es un hecho que no hay que ignorar, porque ignorarlo sería una irresponsabilidad y una catetada.
@chiconuclear
Las cosas evolucionan y mejoran… o no. La evolución no implica mejora, y en el caso de este Alice, no creo que sus problemas tengan nada que ver con una jugabilidad anticuada, si no que simplemente no es nada elaborada. Los pocos puzzles que hay son un corta y pega de otros juegos, las partes de plataformeo, aunque correctas, son más bien rutinarias, y el sistema de combate es una versión descafeinada de cualquier clon de God of War (con cámara lenta incluida). Sin embargo, estoy de acuerdo en que, aunque las partes por separado no son nada espectacular, el resultado total es muy agradable de jugar… y una delicia de ver.
Me parece o ya comenzamos a bajarle un par de puntos al juego…aun asi espero ver un gameplay , ya que este juego me llama mucho la atencion.
@chiconuclear
Ese es el problema del planteamiento. En el fondo, estáis asumiendo que sólo son válidas las dos o tres mecánicas actuales de unos supuestos juegos referencia. Y, salvo alguna excepción que misteriosamente a la prensa le entra por el ojito bueno, todo juego que no pasa por ese aro es penalizado porque «podría ser como los juegos de ahora». Como asumiendo que eso los haría mejores… y no es así.
@chiconuclear
Los mecheros no han mejorado nada en los últimos 100 años, estimado caballero. Es más, ahora todos llevan esos mecheros desechables más feos que el cagar.
Que hoy todos los chavales lo flipen con la música hip hop (y variantes) no implica que esta sea mejor que el rock de los 60.
Que hoy la gente lo flipe con secuencias escriptadas o gameplay basado en coberturas no implica que sea mejor que el gameplay de principios de siglo.
Por eso estoy con lo que dice @darkpadawan, no existe la mecánica de juego anticuada, existe la que funciona y la que no.
Decir que el Alice ni lo he jugado ni lo he visto, pero me parecía interesante esta discusión y no es la primera vez que leo esto de «mecánica antigua blah blah blah».
resumiendo: plataformas chungas de las de abrirte la cabeza 20 veces como antes, sistema de combate clásico sin coberturas ni eventos scriptados como antes, final bosses como antes
si también tiene los puzles como el primero me lo han vendido varias veces
+1
Hace mucho que tenía ganas de ver esta segunda parte. Si es como la primera, a mí me vale.