Avance de Mass Effect 2

Ayúdame, oh Musa, en este tiempo atribulado, a vencer con firmeza mi pulso tembloroso y cantar las alabanzas del gran juego que he probado. No me canso de decir que el primero era glorioso; tenía cosas no tan buenas: eran fallos y eran glitches, pero era épico, estelar, memorable y divertido y, por si eso fuese poco, podías tirarte a unas bitches. Así que concédeme Eurídice sólo esto que te pido. Mucho vemos refinado en esta genial secuela: mejores gráficos y control, menús limpios y ordenados y un arranque poderoso que debiera hacer escuela. No quisiera reventaros los sucesos que los hados reservan a nuestro Shepard en esta nueva aventura, pero no miento si digo que las va a pasar canutas, que hay más tiros y mejores, y que es una locura la suavidad con que todo se mueve por sus rutas. De nuevo matar podremos en tiempo real o pensando quién hará cada cosa y dónde o qué ET palmará primero. Hay nuevas armas -y muchas- con las que ir cual comando: escopetas, pipas, rifles… el sueño de un buen armero, también lanzagranadas, lanzamisiles y algunos otros lanzas. La estrategia seguirá siendo esta vez un punto clave, mas los locos de los tiros podrán hinchar bien sus panzas porque en este santo juego para bien matar todo cabe. Mass Effect 2 es tremendo en todo lo audiovisual: las texturas no se pierden, el diseño es excelente, el doblaje inmejorable y la música genial. Pero igual que la misma historia, el aspecto es deprimente porque esta segunda parte es más triste y más oscura: mucha noche y mucha muerte y mucha decisión amarga, muchos giros y desgracias y una historia más madura que hasta las ochenta horas se alarga. No hubo tiempo, cosa triste, de ponerme a explorar los planetas y galaxias para ver por mí mismo si esa parte tan mejorable la han podido mejorar, o si en esta segunda entrega nos aburrirá hacer turismo. Sí que se han molestado en tratar de conseguir que explorar los escenarios sea menos repetitivo: habrá códices y suculentas taquillas que abrir superando hábiles pruebas para hackear el dispositivo. Los diálogos ahora mejoran si cabe los anteriores: más fluidos, más complejos, repletos con más opciones. Y si nos enfrentamos, como suele, a personajes peores podremos zurrarles a gusto si nos tocan los cojones. Nuestro aspecto, como siempre, es muy personalizable pero ya no sólo el rostro, nuestro tinte o el peinado sino también nuestra armadura es ahora coloreable, sin olvidar un nuevo atuendo con el que ir desenfadado. Otra vez podremos optar entre modoso e inquieto: desfacer entuertos a hostias cual feliz Norris, Chuck o tratar de hablar las cosas para salir de un aprieto, o unas veces de buenas y otras muchas what the fuck. Sea aquello como fuere, sabed que el juego promete, que es mejor que el primero y que me tendrá bien ocupado hasta el día en que mi 360 palme, muera, pete, o hasta que que otro juego me tenga tan hypeado. El poco rato que pude jugarlo fue ya un regalo: todo mejora y nada defrauda en este próximo titulo que tiene todo de bueno, del que no vi nada malo y que desde hoy mismo ya para GOTY postulo. Habrá gente, como Ed, que lo odie por Bioware, porque igual es muy de rol o no de tiros suficientes, pero que esto no os engañe, pues seguro habrá de ser criticarlo sin amor cosa de pobres dementes. Sé que puede parecer cosa muy infortunada a un juego futurista dedicarle malos versos pero hay que comprender que me siento emocionada- mente esperanzado en estos días adversos. Perdonadme, si podéis, que no haya medido acento ni sílabas, por favor, pero tampoco mucho importa porque, más que la forma, el fondo de lo que cuento es lo que a toda alma rolera alimenta y reconforta. Sólo queda despedirme deseándoos salud y moneda suficiente para el final de enero fecha insigne, fecha notable, llena de luz, puesto que en ella sale el jueguito lisonjero. Ahorrad, robad, matad y descuartizad si lo veis a las claras tan justo y tan necesario: Mass Effect 2 lo vale, digo esto de verdad, tanto que dejo mi palabra empeñada ante notario.