La dificultad posiblemente sea la piedra angular de la idiosincrasia hardcore, el gran galón multicoloreado que lucen en los soldados de la rectitud convencionalista en el videojuego. Buen ejemplo de ello era el momento inevitable en el que la frustración empezaba a ser un complemento necesario de la experiencia en juegos como N+ o Super Meat Boy, con el clásico salto imposible que puedes estar horas intentando solventar sin éxito y al día siguiente conseguirlo a la primera recién levantado y con un brazo atado a la espalda. O la típica maniobra sencillísima, el salto tonto, que en la primera ocasión ejecutas sin problema e incomprensiblemente si necesitas repetirlo te cuesta diez intentos fallidos. O el ya famoso salto que uno se emperra en realizar de una forma hasta que descubre que había otro modo más asequible. Son como nuestros sobrinillos traviesos a los que intentamos domar, y todos están Dustforce, esperando un escobazo. Tomamos el papel de un batallón de limpieza de cuatro miembros a elegir, con un aspecto variado con algunas diferencias poco tangibles en su control, y nuestra misión es evidentemente dejarlo todo como los paños del oro. Polvo, barro o simple hojas de árbol son aquí una especie de pildorillas de pac-man que debemos erradicar de la superficie de los escenarios y de los enemigos, que son simples animalillos del bosque, libros, gárgolas o, cuidado, señoras de la limpieza que han caído bajo la malévola influencia de la suciedad. Liándonos a palos con la escoba o el aspirador les devolvemos a su inofensivo estado natural y damos un pasito más para completar el nivel. Desde luego esta pequeña joya indie no llega a los niveles de complicación del plataformas del bistec saltarín, en parte por una curva de dificultad muy suave, pero está claro que ambos han bebido del mismo abrevadero. El estilo visual de Dustforce también refleja esa moderación, y ver las hojillas otoñales revolotear a nuestro paso es un verdadero deleite para la vista y el espíritu. El grafismo está compuesto a base de trazos decididos y sin mucha preocupación por el detalle, y cobra vida más a través de una paleta de colores sabiamente escogida y el movimiento de unas animaciones trabajadísimas que de un dibujo laborioso. Lo que llevo jugado de Dustforce me susurra al oído palabras del amor más simple y animal, como aquella maravilla llamada Canabalt, aunque aquí no vale el masaje nostálgico sino que parece que el juego nos llevará de viaje por sus propios parámetros, con esa percepción de pasar de lo ligeramente dificilillo a lo épicamente jodido tirando del carro, como un Rudolf experto en game designing. Esa sensación de haber hecho algo fuera del alcance de lo humano se presenta con mucha naturalidad, casi sin percatarnos, con menos posibilidades de que se nos agote la paciencia al atascarnos y todo ello mecidos por una banda sonora realmente bonita y nada machacona, algo que quizá también aporte su granito de arena en términos de gracilidad y elegancia. A falta de una versión final, en la preview que nos han facilitado los chicos de Hitbox uno echa de menos un modo historia, algo un poco más alejado de las tablas de puntuación máxima por las que Dustforce parece apostar todo su capital, y ese quizá sea su gran problema si no hay algo que lo remedie cuando el juego vea la luz en Steam. Recorrer un escenario que hace de hub central desde el que accedemos a distintos niveles a elegir es una buena fórmula, pero pierde algo de gracia cuando la única meta es aprender a controlar a los personajes y sus distintas maniobras (acciones de ataque o movimiento que, por cierto, se limitan y condicionan entre sí creando una especie de sentido técnico muy agradecido) y superarnos en rapidez y precisión. Eso molaba en Trials HD o el modo contrarreloj de Mirror’s Edge, pero en un plataformas con tanta personalidad quizá hace falta algo más. Veremos si la desarrolladora indie termina por coronar la cima con Dustforce, pero desde luego tienen de su parte algo tan importante como una dirección artística envidiable, una primera impresión radiante y una maestría con los controles y el diseño de saltos y movimientos a la altura de los más grandes. Que pongan o no un poco más de carne en el asador ya depende de ellos.
Redactor
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Quiero probarlo!
Ganas = 1.000.000.
http://hitboxteam.com/dustforce/download-prototype/
Pinta francamente bien, pero creo que con Super Meat Boy ya he saciado mis ansias de plataformas 2D hardcore por unos cuantos años.
En cualquier caso, lo apunto como futurible.
Muy buena pinta. Me encanta el estilo gráfico y parece que tiene un flujo muy cuidado. Me has dejado con ganas de probarlo.
Apuntado, vaya que sí. El tráiler me ha gustado bastante y el texto es de los que, puto pinjed, hacen difícil la espera.
Me encanto la demo, pero incluso los facilones niveles me supusieron cierto problema…
Vaya perla, sale pa este año?
Jugar a eso sin logros es académicamente de tontos
Luce divertido, a punta de escobazos XD
tocara probarlo, pero ya el video y el texto convencen bastante, solo falta esperar que la versión final tenga esa motivación extra que dicen que le falta demás de solo el reto, aunque para este tipo de juegos puede ser mas que suficiente.
Saldrá en Steam?
@entreri
Saldrá en Steam para PC y Mac.
@hyakutaro
GRAHCIAS!