Ayer un representante de SNK Playmore aprovechaba la presentación de la nueva máquina Beast Busters para desvelar los planes de futuro y la renovada vocación de la compañía que nos dio algunos de los mejores videojuegos de los noventa. «Nosotros fabricamos pachinko, aunque también desarrollamos videojuegos», explicaba. «Así que vamos a trabajar muy duro para convertir a los fans de los videojuegos en fans del pachinko». Casi suena a amenaza, y de hecho no es la única empresa japonesa que empieza a decantarse de nuevo por las tragaperras más conocidas del país. Konami anunció hace poco un eróticofestivo pachinko de Castlevania con la idea evidente de unir dos mundos ajenos entre sí y provocar un trasvase de videojuerguistas desde sus casas hasta el salón de pachinko más cercano. Konami está muerta, decía chiconuclear, pero Konami cada vez gana más dinero. Y eso es porque la balanza de su filosofía diversificada se ha decantado hacia el negocio más rentable de los dos. El pachinko, claro.
Los pachinko llevan en Japón desde principios del siglo XX, y a pesar de haber sufrido multitud de baches en su historia (durante la Segunda Guerra Mundial se ilegalizó durante unos años para concentrar la producción del país en la industria armamentística, y el mercado ha estado siempre a merced de los Yakuza y los legisladores, describiendo una trayectoria irregular de auges y caídas), en la actualidad los salones de pachinko dan trabajo a más de 300.000 personas y acumulan ganancias por valor de 200.000 millones de euros al año. Eso es el doble de lo que recauda en Estados Unidos toda la industria del juego, que está ilegalizado en Japón. Es el PIB de Portugal.
¿Pero a qué viene ese éxito enloquecido de los nipones por las maquinitas de las bolas plateadas? Hay quien explora más el aspecto individual del jugador de pachinko para explicar esta obsesión, quien habla de cierta familiaridad entre el proceso de ir introduciendo bolitas en la máquina y algunas prácticas religiosas que tienen que ver con la meditación, quien habla de una relación establecida entre el ritmo del juego y el jugador que tiene efectos psicológicos, quien alude a cuestiones étnica y de dinámicas de grupo. Son teorías algo especulativas, como todas en realidad, pero hay quien prefiere fijarse en razones socioeconómicas porque, de hecho, sobran los indicios.
Todos sabemos que los japoneses trabajan veinticinco horas al día, duermen dos minutos y tienen los mismos derechos laborales que un muñeco de Naruto. Al menos en la práctica, esto se ha demostrado que tiene muy poco de mito y que el tópico está reforzado por miles de suicidios, una bajada dramática de los índices de reproducción y un desinterés cada vez más evidente en tener relaciones sentimentales. Es el paraíso workaholic, un lugar del mundo en el que hasta tienen una palabra como karoshi, “morir por trabajar demasiado”. Y leyendo sobre sus horarios y costumbres, da la sensación que le no la usan poco.
El motivo de esta esclavitud voluntaria está vinculado a rasgos culturales relacionados con el honor y la lealtad: los japoneses reciben presión social dentro y fuera de la familia para que sean máquinas de aprovechar el tiempo, de hacer algo productivo con cada segundo de sus vidas. Para ellos el trabajo hace algo más que dignificar: les da una razón para existir. Y obviamente las empresas no dudan en sacar rendimiento de esa… disponibilidad.
La historia, de hecho, respalda su filosofía: el esfuerzo colectivo que tuvo que hacer la nación para recuperarse tras la clamorosa derrota tras los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki fue algo prodigioso y al alcance muy pocas sociedades. Una generación entera forzó la maquinaria productiva para hacer que el país volviera a la normalidad, casi como una especie de terapia para purgar la humillación y el dolor. Y es posible que esas heridas profundas que se cerraron a toda prisa hayan dejado cicatrices en los japoneses de hoy. La productividad sigue siendo el eje de sus vidas, los asalariados son unos privilegiados por poder servir a grandes empresarios que mantienen próspero Japón y todo sacrificio es poco con tal de ser la pieza más útil del engranaje.
¿Y qué relación tiene todo este rollo con el pachinko? Muy sencillo: en Japón los juegos de apuestas están prohibidos, y los pachinko no son excepción. El sistema funciona así: uno introduce dinero en la máquina que esta le cambia por pelotitas metálicas, y esas bolas se utilizan como munición del juego y también como divisa. Al ir colando las bolitas en agujeros ganadores, la máquina nos obsequia con más bolitas que podemos seguir utilizando en la partida o guardarlas en un bote e ir a cambiarlas por premios. Esos premios en los primeros pachinko solían ser chocolatinas, arroz o fruta; hoy en día suelen ser piezas de oro, aparatos electrónicos, muñecos o vales para restaurantes u hoteles. Nunca hay transacción por dinero, pero la trampa está al salir del salón. Junto a cada uno de estos locales suele haber otro establecimiento, siempre independiente y sin ningún vínculo legal con el salón de pachinko, donde los ganadores venden sus premios. A veces esa otra tienda es simplemente un agujero en la pared donde un tío al que no le ves la cara te cambia tu botín por dinero. Así que técnicamente el salón no te está pagando y todo es legal.
Es precisamente este pequeño paso extra lo que parece volver adictos a los japoneses. No solo están utilizando su tiempo de ocio para algo más productivo económicamente para ellos que ir al cine o al teatro —siempre que ganen, claro, pero todo el mundo juega pensando en ganar—, sino que el hecho de producirse un intercambio comercial posterior les traslada una sensación parecida a la del trabajo remunerado. Mientras en las tragaperras de occidente la recompensa es inmediata y siempre tiene que ver con la suerte, en Japón los pachinko tratan de catalogarse como juegos de habilidad donde se premia el esfuerzo y la perseverancia, y el donde el dinero llega como una compensación a cambio del fruto de ese trabajo. Del mismo modo que un campesino se esfuerza, obtiene sus frutas y luego las cambia por dinero.
En Japón más de 20 millones de personas son asiduas a los salones de pachinko, y la inmensa mayoría canjea sus premios por dinero.
El estímulo del pachinko presiona teclas muy importantes en la psique del jugador japonés, rasca en lugares de su mentalidad adquirida que tienen relación con el muy desarrollado sentido de la responsabilidad. En esa parte del cerebro los videojuegos no tienen nada que hacer, son solo una pérdida de tiempo muy divertida, pero si se unen al pachinko como han hecho Silent Hill, Bayonetta o The King of Fighters pueden convertirse en una especie de industria nodriza. Ahora mismo hay series de televisión que sirven para promocionar videojuegos; quizá en un futuro cercano los videojuegos japoneses se desarrollen para promocionar el verdadero centro de ingresos, las máquinas de pachinko.
na
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Vamos, que de un nuevo KOF o de cualquier otra saga ni hablar. Me cago en su….
Que gusto da leerte, jodio
Pero bueno, respecto al articulo, que la fiebre Pachislot tematizados de grandes Sagas del Videojuego no va a durar siempre.Es decir con un Pachinko de Castlevania Silent Hill o Gradius puedes atraer a un usuario al que le atraiga esa saga concreta y quiera gastarse sus yens en ese determinado pachinko.Pero eso te puede durar (siendo generosisimo) una generacion vital.Cuando dentro de 20 años los jugadores vayan al Pachinko a echar la Partidica, (supononiendo que sin videojuegos de respaldo la popularidad de una determinada saga no se pueda sostener en el tiempo) les parecera lo mismo un Pachislot de Castlevania que uno de Misha el Oso.
Vamos, desde mi punto de vista es mucho pan para hoy y mucho hambre para mañana
Sega Sammy, haciendo realidad tus pesadillas desde 2004.
Recomiendo el visionado de un anime llamado Kaiji, es brutal. Va sobre justamente el mundo de las apuestas, y la segunda temporada esta enfocada en el pachinko. No hay desperdicio.
Gran artículo por cierto.
Pachinko no sale en la RAE.
Recuerdo como en japon tenian una cantidad ingente de pachinkos, vi mas e ingentemente mas grandes que los supermercados, hasta recuerdo alguno que ofrecian guarderia, una locura.
Tambien recuerdo pasar por una zona de pachinko de noche, parecia de dia con las luces, gente invitandote a entrar y muchisima informacion de cualquier tipo. A mi eso me espantaba, pero los japos entraban como si fueran mosquitos hacia la luz, y podias verlos dentro, jugando como si fueran las propias maquinas.
A mi el pachinko me dio mas mal rollo por el aspecto que tenia la gente que jugaba, que por los yakuzas que podian rondar.
Un articulo muy interesante , ya he aprendido algo hoy.
Gracias.
No conocía estas maquinas, muy interesante, si señor. :bravo:
Creo que este artículo se enlazó cuando lo del Erotic Violence
http://www.japansociety.org/pachinko_nation
Siempre viene bien profundizar más en el tema.
Gran articulo oiga.
@pep_sanchez
Madre mía si tiene más argumento un pachinko que ninguno de los Virtua Fighter sacados nunca! mira que me gustan los Yakuza pero siempre he sudado del completionismo, las tragaperras y panchinkos casi nunca las he tocado xD
Lo que a mi me gustaría saber de la industria del pachinko es si la distribuidora de esos se lleva algún % de lo generado, o si solo se llevan la venta de la máquina, si es éste último caso pues es normal que quieran sacar tantos modelos como puedan. De hecho hace un mes leí sobre el informe financiero de SegaSammy, que había ido mal (pero dentro de las previsiones) y la conclusión era que no habían sacado ninguna pachinko nueva, lo cual me hizo dudar de si les dan beneficios tras la venta, igual que sí lo da una recreativa o una tragaperras en un bar en nuestro país (que el beneficio se lo lleva el bar y la empresa de la tragaperras).
Ahora os propongo un juego, id a gamefaqs/gamespot y en el buscador de juegos poned «Pachi», veréis como el pachinko tb nutre a las consolas, al menos en Japón xD
Solo un ejemplo de franquicia conocida que a saber cuantos pachinko tiene y que algunos han terminado en consolas: http://oi60.tinypic.com/2s9rh3m.jpg
yo no tengo nada que comentar, en realidad solo vengo a dejar mi avatar presente. en este articulo debia estar.
Cuando leí sobre su adquisición hace pocos días, me alegré por las palabras del nuevo presidente, que decía que quería aprovechar las interrelaciones de las IPs de SNK para lanzar productos por varias líneas como mangas, animes, etc. Si al final por donde se decantan es por estas mierdas de las pachinko, que les den por el orto.
+10. Muy buen po, digo articulo, resuelve las dudas de uno. Muy buen articulo.
Que triste y que gracioso a la vez. Gran artículo. Por cierto, falta un «un» , delante de muñeco.
Yo hasta hace poco Pachinko pensaba que era una postura sexual exótica, después vino Konami, y casi me lo confirma.
Escuche que platinum prepara un pachinko de Bayonetta, alguien puede confirmar?
Sólo por aclarar, el juego en EEUU mueve mucho más que esto, lo que ocurre es que no es el juego en sí lo que lo da. Sólo entre 2 casinos de Singapur ganan más que todos los de Las Vegas juntos (también los casinos indios de USA ganan más en juego que los de Las Vegas). Lo que da dinero es todo lo que rodea al juego, los hoteles, conciertos, shows, restaurantes, los millones de visitantes que dejan su pasta en los negocios locales y en las compañías aereas y de viajes, etc. Y además dan empleo directo a cerca de 400.000 personas de forma directa en los casinos y más de un millón de forma indirecta, eso es mover muchísima pasta. Dicho esto, lo asiáticos en general son unos enfermos del juego, demasiado.
En shenmue también podías jugar, aunque una versión más primigenia: eran puestos callejeros, alejados del neón y las grandes superficies; más de puesto de venta de bragas de mercadillo.
Tampoco publicitaban nada, cabe decir. Era todo mucho más inocente. Y es que Yakuza no deja de ser Shenmue tirando por la senda del mal; un reflejo de la evolución de la propia Sega
Porque lo de tirar la bolita para que vaya bajando mientras va chocando contra unos pálos es pachinko, no?
En esa sociedad tan ligada a la productividad, ¿cómo encajan los videojuegos? No dejan de ser una «pérdida de tiempo» (entre todas las comillas del mundo) pues no producen un beneficio social ni laboral, así que, ¿cómo una sociedad tan centrada en producir, en ser rentable, en trabajar, puede a la vez tener tan dentro de su ADN los videojuegos? Entiendo que el pachinko es una recreación de producir y ser remunerado, pero eso no es posible en un juego donde no existe recompensa material. Si alguien sabe de algún documental sobre el país y sus mundillos que me lo diga, que es algo que me interesa bastante.
Lo de los Pachinko es, literalmente, de no creérselo.
Yo he visto colas mas grandes que para un concierto de superestrellas porque se estrena X o Y maquinita.
Hay putos anuncios con la fecha de estreno de las maquinas y verdaderas luchas entre los salones de pachinko por hacerse con ciertas maquinas.
Cualquier día de diario no es extraño ver colas media hora antes de que abran.
Respecto a las licencias de videojuegos, esto no es nuevo: por 2010 ya vi una de Monster Hunter y desde entonces, he visto de muchas otras sagas, pero aun asi, creo que no son las que mas salida tienen, sino las de muchachas turgentes o las de El Puño de la Estrella del Norte (o alguno de sus múltiples clones con las variaciones justas para no pagar derechos).
Yo, por curiosidad, he entrado alguna vez en alguno y son terroríficos: el nivel de ruido es infernal, como se permite fumar el ambiente es irrespirable y las luces provocarian epilepsia a un Chimpokon.
@freecheeseburger
Si tío, el ruido es de locos. Aunque mola bastante ver que hay máquinas de todo tipo y realmente las partidas acaban teniendo argumento.
Estuve en una de evangelion y parecía que conforme metías pelotitas en la ranura desbloqueabas partes de una pelea contra un Angel. No llegué demasiado lejos porque es un atraco, pero vamos, entiendo que enganche.
Me quedo con este commentario.
@douchi
Lo del ruido en Japón es caso de estudio: esta prohibido hablar por el móvil en el metro, la gente apenas habla por la calle… Pero se usa el ruido estridente publicitario para, supongo, llamar la atención. Una de tantas cosas que no entendí
Últimamente veo a gente sorprendida porque hagan pachinkos basados en videojuegos, por el hecho de que son empresas últimamente polémicas y caidas en desgracia. Como si fuese algo novedoso o porque se vean forzados a ellos porque los videojuegos les van mal.
No es ninguna novedad, desde siempre han habido pachinkos basados en videojuegos japoneses famosos, especialmente cuando las empresas van bien. De hecho, muchas grandes empresas de videojuegos japo tienen una división de pachinko (estas máquinas de bolitas) o pachislot (tragaperras normales) al menos desde mediados/finales de los 90, que es cuando empecé a seguir los números fiscales de Capcom y similares.
En el caso de por ejemplo Capcom, incluso sacaron un juego de pachinko sobre Street Fighter II no ya en físico, sinó para la primera Playstation:
http://www.oocities.org/liquidfists/news/01-03-1.htm
http://www.arcade-history.com/?n=fever-street-fighter-ii-model-dx&page=detail&id=28547
Algunas pachislots y pachinkos de Resident Evil:
En este mundo infernal de pachinko y pachislot también hay de cualquier peli famosa que os podáis imaginar como Star Wars, Matrix o de cualquier cosa, como uno que es más terrorífico que PT: el de Bon Jovi