Hace ya unos años que Auditorium está entre nosotros, pero no fue hasta hace unos pocos días que salió en Steam; eso nos dio la oportunidad de jugarlo de nuevo, lo cual está bien, y también habrá hecho que más de uno llegue a él, tres años y pico después y tras pasar por casi todos los sitios que podría haber pasado, desde iOS hasta PS3. Siempre está bien: sus propiedades siguen intactas, afortunadamente, aunque haya perdido un poco de lustre con el tiempo. La cosa sigue yendo de lo mismo: tenemos un flujo de música que tenemos que redirigir de tal forma que toque todos los puntos del mapa que se nos pida; cuando eso ocurre, se van llenando hasta formar una canción. Cada canción tiene varias fases distintas, con diferentes niveles de complejidad instrumental y dificultad, y aunque al principio sólo contamos con la posibilidad de redirigir el flujo poco a poco vamos encontrando, a lo largo de las quince canciones del juego, modificadores de todo tipo. La mezcla de puzzles y música hace de Auditorium algo muy especial. Para empezar, no se puede perder: puedes no ganar, pero el reto del juego va por otro lado. Es una experiencia muy relajante: trastear con los modificadores y ver cómo la música va y viene, aparece y se desvanece si el flujo no llega, es de por sí ya bastante divertido. No es un experimento sonoro a lo Electroplankton, pero podría funcionar como tal; el estilo de las canciones invita a quedarse embobado mirando a la pantalla y toqueteando cosas. Los puzzles tampoco tienen una única solución, sino que algunas veces, no muchas, podemos completar una canción de pura chiripa, moviendo cosas al azar. Esta amplitud de posibilidades hace que las partidas sean menos rígidas, más acordes con la filosofía del juego, ese rollito zen que parece ser leit motiv del juego. Decía que las propiedades de Auditorium siguen intactas, y es cierto, pero los años pesan: 2008 ya está un poco lejos, y pasarlo a Steam a pelo no ayuda demasiado a maquillar la edad. La resolución, 830×466, se queda corta en los monitores actuales; jugad a 1920×1080, como ha sido mi caso, y veréis que no pinta todo lo bien que debería. Teniendo una versión en HD publicado en PSN, haber sacado algo lo más parecido a ella en PC ahora podría haber sido mejor idea; William Stallwood y Dain Saint, el dúo que hay detrás del juego, ya han dicho, no obstante, que prefieren centrar sus esfuerzoas en Auditorium 2, así que habrá que conformarse. Siendo la música el pilar base del juego, sorprende lo a menudo que no va todo lo bien que debería. Los cortes entre loops están más al descubierto de lo que deberían, algo que corta el rollo bastante. Auditorium, aunque algo envejecido, sigue mereciendo la pena; como juego musical es muy interesante, como juego de puzzles supone un reto considerable, y como experiencia alejada de lo habitual en la industria bien merece que se le dé al menos una oportunidad. Desde la propia web del juego se puede probar una versión demo que sabe enganchar lo suficiente sin enseñar todas sus cartas; por 5,99€ se puede conseguir la versión completa en Steam, para PC y Mac. Un poco de música y paz nunca esta mal para descansar el cerebro un poco entre masacre y masacre. [7]
Redactor
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Gracias por el análisis, que no lo conocía. Me lo apunto.
Muy bien todo.
Al que se lo compre y le guste puede financiar su secuela en Kickstarter
Yo lo tengo en iPhone y muy bien todo.
Recuerdo cuando salió hace unos años, gran juego y merecedor de que todos le dediquemos un ratito.