Análisis de Brain Training Infernal del Dr. Kawashima: ¿Eres capaz de mantener la concentración?

Hacía tanto tiempo que no veía al Dr. Kawashima que casi me esperaba la voz de Kiefer Sutherland soltándome un Kept you waiting, huh? cuando tocó hacer las presentaciones al principio de Brain Training Infernal del Dr. Kawashima: ¿Eres capaz de mantener la concentración? Me ha costado mucho memorizar el título de este nuevo programa de entrenamiento para la mente, esta vez centrado en los ejercicios de alta intensidad destinados a mejorar la capacidad de concentración; a pesar de que lo puedo escribir con los ojos cerrados (voy a hacer una prueba: Brain Training Internfal del Dr. Kawashima: ¿Eres caapz de mantener la concentración?; casi), siempre hago una búsqueda en Google para asegurarme de que he escrito bien el nombre del doctor o el subtítulo. No me fío. Ya que estaba en Google, me ha dado por buscar si el nombre de Kiefer Sutherland se escribe así y si la famosa frase de Metal Gear Solid V: Ground Zeroes es así y me he puesto Here’s To You de Joan Baez, y he visto en Twitter que han cambiado la portada de Super Mario Odyssey para sustituir a Sombrero Mario, cuya presencia por lo visto era provisional, por Mario buceando. Todo esto en un solo párrafo.

Brain Training Infernal es una colección de ejercicios diseñados para «evitar la tentación» de consultar las redes sociales o el correo electrónico «cuando en realidad deberíamos estar estudiando o trabajando». Es un programa para ejercitar la memoria de trabajo: la que funciona a corto plazo y permite almacenar información y utilizarla para responder en una conversación, para anticipar los movimientos del adversario en un deporte o «pensar en los pasos para cocinar un plato», se explica en la web del juego. De ahí se llega a la inteligencia fluida: «la habilidad que se activa cuando tomamos decisiones rápidas o nos enfrentamos a situaciones nuevas», una «habilidad innata» que «puede mejorarse si se entrena la memoria de trabajo», según indican las investigaciones científicas en las que se basa Brain Training Infernal.

Es parecido a lo que ocurría en el Brain Training original, pero no lo mismo; en 2006, cuando el primer juego del Dr. Kawashima se publicó en Nintendo DS fuera de Japón, Facebook y Twitter daban sus primeros pasos, y todavía faltaban unos años para que las notificaciones push tomaran por la fuerza el mundo entero, bolsillo a bolsillo. Siempre ha sido difícil concentrarse, pero ahora lo es más: en mis años de universitario me iba de la biblioteca porque me desconcentraba, siempre atento a que alguien diera la señal de bajar a tomar un café a la máquina o a fumar un cigarrillo, y solo conseguía centrarme en mi casa, mil veces más aburrida entonces, sin los mil canales y servicios de streaming y apps que existen ahora; hoy, muchas veces me voy de casa para concentrarme en lo que estoy escribiendo, a cualquier sitio que tenga una silla y una mesa y sirvan café y no haya wifi, mi humilde manera de escapar de las notificaciones, la tentación de consultar el correo electrónico y el impulso de echar un vistazo a Twitter para ver qué se cuece («qué se cuece», en este contexto, quiere decir gifs de RuPaul y una serie de comentarios crípticos sobre Juego de Tronos).

Para ejercitar, pues, el tipo de memoria que permite dedicarse a plena potencia a una actividad sin que la cabeza se vaya a otro sitio, Brain Training Infernal propone una serie de ejercicios y un reto: dedicarles cinco minutos al día, nada más, para tener a punto la mollera cuando toque estudiar o trabajar duro. El bloque principal está compuesto por ejercicios de alta intensidad que van adaptando su dificultad en función a nuestros resultados; cuanto mejor lo hagamos en una ronda, más difícil será la siguiente, o más sencillo si se nos da mal. Con la práctica diaria, la idea es que los ejercicios que más difíciles parecían se vayan volviendo menos imponentes, a medida que la memoria de trabajo se pone a punto y aprendes a concentrarte.

Estas prácticas infernales, dirigidas por una versión demoníaca del Dr. Kawashima, te piden que te acuerdes de números, que sigas con atención a unos ratones que se esconden detrás de cartas o que leas en alto frases y memorices palabras concretas; las ocho actividades principales, que van desbloqueándose a medida que marcas días en la libreta de asistencia (como casi todo en Brain Training, que se expande y amplía con el paso del tiempo), son el plato fuerte del menú con el que los Laboratorios Kawashima intentan ponerte la cabeza a punto. En uno, debemos retener en la cabeza un número y escribirlo cuando aparece el siguiente, almacenándolo en el caché y sobreescribiéndolo con el siguiente cuando aparece; en otro, hay que hacer lo mismo pero con dos espacios, o sea: sale un número, lo retienes, sale otro, lo retienes, y entonces, cuando sale el tercero, es cuando tienes que escribir el primero que habías leído. En otro tienes que seguir la posición de unos ratoncillos en una cuadrícula tapada; en otro, seguirle la pista a unas bolas numeradas que se mueven escondidas bajo unos cubiletes, y acertar el orden correcto cuando Kawashima, trilero cuando la circunstancia así lo requiere, deja de menearlas. 

Las normas específicas de cada actividad son irrelevantes. Son variadas y estimulantes y, cuando les pillas el punto, también divertidas; incluso las que más pereza dan al principio acaban dejando a la vista placeres que no sabías que estaban ahí. En ese sentido sí puede parecerse al ejercicio: yo mismo, como antideportista semiprofesional, he vivido esa sensación de echar de menos el gimnasio una vez coges un poco de costumbre. Es lo único que te pide el Dr. Kawashima: que te pases por su consulta virtual cinco, diez minutos al día; que confirmes asistencia y que hagas uno de los ejercicios principales. Solo uno. El resto es cosa tuya: aunque puedes hacer cualquier cosa en cualquier momento, el juego está diseñado para poder ser utilizado solo una vez al día, en sesiones cortísimas pensadas para encajar en casi cualquier rutina.