Análisis de Casio Football 14

Imagino que a todos nos pilló por sorpresa la decisión de Casio de lanzar una nueva consola portátil al mercado, teniendo en cuenta las dificultades de Vita para terminar de despegar, a pesar de los últimos números, la fortaleza de 3DS y el avance imparable de los teléfonos móviles en el mercado japonés. Pero a nadie quiso escuchar Casio; si Sony pudo pasar de hacer walkmans a tener el ejecutivo con la mejor cuenta de Twitter del mundo, ellos también. Ellos ya tienen las mejores calculadoras. Y los mejores relojes. Su acercamiento al ocio digital fue el mejor: ¿por qué no seguir por ese camino en el que ya somos líderes? Cuando algo funciona, ¿por qué cambiarlo?

Por eso la Casio (un branding simple y efectivo en el que hay ecos de esas voces que afirman que la próxima consola de Nintendo debería llamarse así, Nintendo, sin más, después del descalabro que supuso esa U acoplada a una Wii que nadie sabe si es vieja o es nueva) es un paso brillante por su parte; parecido a los SmartWatch de Sony, esta nueva portátil lo es hasta sus últimas consecuencias: tan portátil que la llevamos siempre encima, en la muñeca. Su propuesta es simple (tres botones, nada más) para llegar a todos los públicos, y es con juegos como el extraordinario simulador de fútbol Casio Football 14 con lo que la empresa nipona puede conseguir calar en cierto tipo de público, crearse un mercado muy potente. Antes de jugarlo tenían nuestra atención; ahora que lo hemos probado, tienen nuestro interés.

De manera similar al diseño de la propia consola, Casio Football coge dos conceptos muy antiguos, casi tanto como el Hombre (la competitividad del fútbol y el cronómetro), y los convierte en algo nuevo y emocionante. La base es más o menos sencilla de entender, pero dominarla tiene más miga de lo que parece: con un botón iniciamos el cronómetro, y por la pantalla desfilan a velocidad de vértigo las centésimas; pulsando de nuevo el botón detenemos el contador, que debe marcar un segundo para ser gol: 99 centésimas son penalti, y el jugador tiene una nueva oportunidad de marcar gol. Otro botón resetea el cronómetro, con un efecto de luz en el que se nota el avance en procesadores y memoria, la chicha técnica. El que más goles marca, gana. Tan sencillo, y tan efectivo.

Como en el fútbol real (tan compleja y tan precisa es la simulación), jugar solo es una parte marginal y relativamente poco recomendable de Casio Football 14. La verdadera acción está en las partidas a varios jugadores; la interfaz de la Casio, una consola tan portátil que podemos pasárnosla entre los amigos con una facilidad pasmosa (su peso es mínimo: 22 gramos en su versión más ligera, 52 si optamos por el modelo metalizado, de gama alta), es revolucionaria en cuanto que el juego se integra perfectamente en ella, haciendo que software y hardware colaboren estrechamente a la hora de, incluso, formar nuevos modos de juego. El editor de modos es de una versatilidad pasmosa: puedes crear un Modo Extremo, por ejemplo, en el que el gol y el penalti correspondan a las centésimas 19 y 20, o establecer que 98 y 01 (en la foto de abajo se puede ver un ejemplo de este modo alternativo) también conlleven un tiro directo desde el punto de penalti.