Cuando el diácono anglicano Charles Lutwidge Dodgson (a.k.a. Lewis Carroll) se levantó una mañana de julio de 1862 y, tras echar una meadilla y tomarse un café, inició —a petición de la hija mediana de su amigo Henry Liddell— esa plétora de referencias crípticas, bromas privadas y juegos de lógica que es al fin y al cabo Alicia en el País de las Maravillas, poco podía imaginarse la que acababa de montar.
A Alicia le siguieron su secuela A través del espejo y lo que Alicia encontró allí y nada menos que 150 años de traducciones y adaptaciones a todos los formatos habidos y por haber, desde óperas hasta performances vanguardistas, pasando por musicales porno y, cómo no, el cine convencional. El videojuego tampoco tardó en echar mano de las aventuras de Alice y tras el cuasi desconocido intento de Spinnaker Media para el CD-i de Philips y alguna cesión de derechos por parte de Disney, en 2000 llegó American McGee con su propia interpretación del cuento. Su juego servía como secuela de A través del espejo y nos presentaba un País de las Maravillas retorcido, dantesco y, en definitiva, muy jodido, fruto de la mente torturada de una Alice víctima de la tragedia. Ahora, once años después, McGee retoma una historia que, al igual que el libro, tiene más interpretaciones de las que aparenta.
No hace falta ser muy listo para intuir que, si American McGee es el gran reclamo de la franquicia y parte de su título, lo más elaborado será su diseño. Y así es: Alice: Madness Returns posee un apartado artístico brillante, exquisito, genial, que supera sin muchos problemas a la pochísima y ojerosa adaptación que se marcó hace poco Tim Burton. Está claro que hay puntos en común: ambas versiones tienen una visión oscura del cuento, y lo errático de la psique humana resulta de una importancia capital tanto en una como en otra, pero desde luego el gusto por el detalle y su tremenda personalidad es el punto fuerte de Madness Returns.
Los escenarios son una auténtica delicia, desde el Londres victoriano, decadente y real del orfanato y las grises calles habitadas por rameras, chulos y maleantes, hasta cada uno de los dominios de Wonderland, rebosantes de secretos y referencias al trágico suceso que convirtió el cerebro de Alice en una puta macedonia esquizoide. Mención especial para el tercer segmento en el nivel de la ciudad submarina donde el Carpintero zumbado prepara su obra junto a la Morsa, el poema presuntamente antirreligioso que Tweedledum y Tweedledee recitan a Alicia, que acaba con una cruenta masacre tan preñada de ultraviolencia que plantaría cara al survival horror más odiado por las asociaciones de padres.
Queda claro entonces que la dirección de arte es la punta de lanza de Madness Returns, pero esto es un videojuego y aquí lo que de verdad interesa es que divierta, algo que, efectivamente, consigue. Es posible que a más de uno le chirríe lo convencional de su mecánica, que no parece interesada en los artificios y las innovaciones de esta generación y prefiere sujetarse con fuerza a fórmulas testadas hasta la extenuación. Aciertan plenamente en Kotaku cuando dicen sobre su base jugable que este Alice podría ser un juego de lanzamiento de Xbox 1 y nadie se daría cuenta, pero está claro que eso para muchos va a ser un problema.
Su desarrollo es completamente lineal, algo del todo legítimo e incluso preferible por algunos como un servidor, pero que lo sea hasta el punto de no permitirnos explorar zonas secretas que hayamos pasado de largo por accidente, amarga la experiencia exploratoria y entristece al niño Jesús. La eterna dicotomía del camino a seguir que uno se encuentra a menudo ocasiona aquí más de un momento de frustración cuando uno quiere elegir el camino “no principal” para luego volver y se da cuenta de que lo que parecía una discreta desviación hacia alguna cuevecilla con recuerdos o ítems recolectables es en realidad el camino que nos lleva al siguiente checkpoint con guardado automático, perdiendo la oportunidad de satisfacer al completista que vive en nuestro interior sin invocar al rejugador obsesivo que, en mi caso, murió con los 32 bits.
El combate tiene ahora más presencia que en el primer juego, y ya desde el inicio se nos da la espada vorpal (un cuchillo enorme) y el pimentero que hace de ametralladora, pero el sistema de combos resulta demasiado básico y desangelado. Incluso cuando adquirimos un arma que nos permite dar el “golpe fuerte” en combinación con los espadazos, no parece que ambos instrumentos de destrucción se complementen aunque se usen en una misma maniobra de ataque. La sensación de impacto o corte en los enemigos es correcta, pero la encadenación de golpes es nula en la práctica, así que los más fanáticos de los guantazos se van a sentir que les faltan botones en el mando. Desde luego, tampoco esperábamos virtuosismo en la técnica, no esperábamos un Bayonetta, pero la sensación que produce esto en un título con tanto enfrentamiento directo es de cierta desgana.
El gran protagonista en el primer Alice era, amén del diseño de niveles, el plataformeo. En esta ocasión la cosa no decepciona con las posibilidades que nos ofrece el triple salto, el planeo o las plataformas invisibles que podemos ver al empequeñecer a Alice, haciendo que entre en una especie de dimensión paralela en la que las pistas nos ayudan a encontrar el camino o las zonas secretas; algo remotamente similar al modo detective en Batman: Arkham Asylum que es, quizá, la única concesión del juego a la current-gen. Los escasos puzles, desgraciadamente, apelan más a la habilidad con los sticks que al sentido de la lógica, contraviniendo una parte muy aprovechable de la esencia de Alicia en el País de las Maravillas, considerado por muchos téoricos literarios un libro de matemáticas.
Es triste admitirlo, pero da la impresión de que su excelso diseño, centro primordial y sobresaliente de Madness Returns, ha terminado por canibalizar al resto de elementos, y no lo digo porque respondan a parámetros y resortes jugables de hace más de un lustro (que, por mí, chachi), sino porque se produce un desequilibrio trágico. La parte creativa con sus escenarios maravillosos, sus personajes idos de la puta cabeza y su fuerte identidad son el estímulo que le hace a uno seguir jugando, deseando ver qué más ha creado la fantástica mente enferma de McGee para nuestros ojos. El problema es que un discurso tan artecentrista, por llamarlo de algún modo, tan esteta, corre el riesgo de convertirse en una especie de mantra que uno no deja de repetir para olvidarse de que, como es el caso, en todo lo demás Alice: Madness Returns va demasiado justito. [7]
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Que pena. Aun con todo me lo pillare cuando este baratito, ya merece la pena solo por el regalo del primero.
es una obra maestra!!!
Ya me venía temiendo esto. Una verdadera lástima que los demás apartados no rayen al nivel adecuado.
Realmente no, como han dicho, es buen juego pero podrían haber estirado mejor el chicle. Merece la compra si gustó el primero pero hay ciertas cosas que no han acabado de cuajar bien.
Una lástima que no se merezca nuestra pasta al menos hasta la primera rebajilla. Es todo un filón que incorpore la primera parte, pero visto lo visto, no caerá hasta que haya quemado Skyrim y Dark Soul’s (2020?)
Es el juego al que estoy jugando actualmente, y tras unas cuantas horas solo puedo decir que es un señor juegazo. A mi por lo menos me está gustando un montón, y eso que ya llevo avanzado un buen trecho.
En cuanto a esto, «…Alice podría ser un juego de lanzamiento de Xbox 1 y nadie se daría cuenta, pero está claro que eso para muchos va a ser un problema», le doy la razón, pero para mí no es ningún problema o tara.
Solo por lo bonico que es ya vale la pena, cierto que el combate es tosco y el juego lineal (lo cual para mi es un punto a favor) pero yo por lo menos se lo perdono totalmente viendo lo currado que está el apartado artístico. aunque en mi pc petardea bastante y no debería, eso me jode más que otra cosa. Para los que estamos saturados de marines, dragones y aliens es un juego de 10.
Lo de los puzzles me ha matado. Aún así, estoy deseando hacerme con él. Enhorabuena, @pinjed, tú que has podido contemplarlo ya. Al menos en ese sentido no decepciona (soy de los que defienden Dante’s Inferno por lo mismo: el diseño es brutal y me hace perdonar el resto; bueno, eso, y siempre por mantener el respeto a mi querida exploración).
No tengo prisa, pero cuando baje de precio igual cae, pero ahora por el mismo sistema tengo ganas de bulletstorm y castlevania lords of shadow, que estoy esperandolos de zavi y the saboteur que me lo he pillao por 9,95 € en fnac.
Tengo la impresión de que va a pasar lo mismo que con el anterior: la pochez técnica y jugable va a hacer que pase desapercibido hasta que alguien de Eurogamer UK haga una retrospectiva y reivindique su diseño artístico como algo que en 2016 ya no se ve. Yo, por si acaso, voy a cogerlo ya.
Un besazo pinjed, el análisis es amor.
acabare jugandolo, la primera parte me encanto, aunque tambien es verdad que cualquier cosa hecha con el motor de QuakeIIIarena me encantaba!!!
Pues para ir justito le has plantado una nota aceptable. El artecentrismo ha hecho mella en tí, my friend. Un juego del que comentas tantas carencias y desganas jugables no creo que deba merecer un 7, por muy bonito que sea.
@vegaswanderer
has oido hablar del Amor al arte???
Alice: Sadness Returns… EMO Alice FTW!!
Claro, pero una cosa es mirar un cuadro y otra jugar a un juego, sobre todo si el gameplay de éste es MEH.
Que tal el argumento y la duración?
@manudb9
Es una continuación directa en la que Alice intenta descubrir qué ocurrió realmente con sus padres y su hermana en el incendio. Hay un poco de GIRO SHYAMALAN, pero nada espectacular.
Duración… unas 8 horitas si eres de los que rebusca. 6 si vas a piñón.
@pinjed, tú que me conoces y me quieres mal, ¿lo pillo cuando esté baratito? Como fan del libro lo digo.
@cohaagen
Como fan del libro SÍ, porque además incluye el código para descargarse el primer juego.
AMÉN, hermano!
el juego está muy bien, es lo mismo que el primero pero con graficazos de esta generación. Ni «me he leído el libro» ni pollas, no es un juego para fans de Alicia en el país de las maravillas, es un juego para los que les gustaron el primero. Defecto fatal: cuando te matan a veces reapareces en el quinto coño y da muchísima rabia, MUCHÍSIMA. Por lo demás un plataformas must have en toda regla, espectacular, mola mucha jugarlo, si te gustó el primero compra esta mierda pero YA
Comentario tras haber petado el juego: cómpralo
Lo fecundo. A pesar de que el global no lo sea, tiene momentazos de juego AAA