Análisis de Assassin’s Creed Chronicles: China

En 2013 se vieron imágenes de lo que tenía todas las papeletas de ser un nuevo Prince of Persia, desarrollado por Climax Studios a partir de una demo técnica. Adelante en el tiempo y llegamos a Assassin’s Creed Chronicles: China, la primera parte de una trilogía desarrollada por Climax Studios, que puede llegar a recordar al prototipo que habíamos visto hace un par de años; quizá eso signifique que el príncipe de Persia ya no es lo que era, y que cualquier personaje sacado del cada vez más extenso universo de Assassin’s Creed puede reemplazarle sin problemas en un juego que nació siendo suyo.

También puede verse como un triunfo del fondo sobre la forma. ASS China (abreviatura libre) es un plataformas en 2,5D en el que somos Shao Jun, una asesina que los más fanáticos de la serie quizá ya conozcan; el resto, gracias a dios, podemos pasarlo sin darle mucha importancia. Desde el primer momento se le ven las intenciones: la forma en que exploramos el mapa recuerda, por timings y pesos, a ya sabéis qué; el diseño de niveles, con distintas profundidades pero siempre dentro de unos límites que animan a descubrir sus secretos sin verse abrumados por la navegación por un entorno en 2D, es más parecido al de un Prince of Persia que al de los juegos Ezio y compañía. 

Encima de eso se montan las mecánicas y desafíos de sigilo (evitar los conos de visión de los enemigos; escondernos en las zonas dispuestas a tal efecto; no llamar la atención de algunos animales que hacen ruido y alertan a los guardias; crear distracciones para abrirnos paso), que debemos tener más o menos en cuenta en función de la manera en que prefiramos jugar: ASS China nos recompensa por ser sigilosos y pasar desapercibidos, pero también por ejecutar con firmeza a todo el que se nos cruza en el camino.

Es una idea interesante (que no exista una sola medalla de oro: que sea más o menos fácil sentir que estamos jugando bien aunque no hagamos justo lo que el juego quiere) que acaba no explorándose tanto como me habría gustado; lo que en los primeros compases de la aventura parece que va a crear una dinámica interesante en la que la improvisación va a tener cierto papel, permitiéndonos salir bien parados cuando los planes salen mal, acaba forzándonos más y más a ceñirnos de manera rígida al sigilo, en cuanto nos empezamos a sentir indefensos ante los enemigos que atacan a distancia o los grupos más numerosos. Un par de golpes mal dados (es fácil dar mal los golpes: las bases del combate están claras, pero su ejecución no lo es tanto; a veces es un poco más torpe de lo que debería) y Shao Jun cae muerta; el instinto de supervivencia nos lleva inevitablemente a esquivar los conos de visión de los enemigos, a reiniciar sección en cuanto alguien nos caza.

El resultado, la verdad, está lejos de ser catastrófico. El diseño de niveles es suficientemente bueno como para que descifrar la mejor manera de llegar hasta la siguiente sección sin que nos vean sea un reto interesante; eliminar enemigos concretos es una buena forma de facilitarnos la vida en momentos específicos, y en general Climax (que no son nuevos cogiendo series que no son suyas y dándoles un giro interesante; Silent Hill: Shattered Memories es suyo, por ejemplo) sabe aprovechar bien las ideas y variables que va introduciendo en los niveles; incluso las secciones de velocidad están bien metidas, puntuando con bastante gracia la aventura. Es, de nuevo, un triunfo del fondo sobre la forma: lo que tienen de inteligente los niveles en su diseño se lo parecen haber ahorrado en lo estético, bastante más genérico y menos trabajado.

Assassin’s Creed Chronicles: China es un buen juego. Es decente. No es una adición especialmente interesante al universo de Assassin’s Creed, pero sí un plataformas de acción y sigilo que, dentro de sus limitaciones, sabe hacerse querer por los motivos correctos: el diseño y las buenas ideas. Que sea corto ayuda a no desmontar la segunda partida, si nos apetece volver a completar los objetivos secundarios o conseguir habilidades nuevas. Sin embargo, y aunque reconozco que me ha gustado más de lo que quizá querría reconocer, este primer capítulo de la trilogía Chronicles está en la liga de Driver Speedboat Paradise: una forma más de explotar una marca con gancho, sin esconderse demasiado. Esta vez los astros se han alineado y les ha salido un juego más que decente, en el que los seguidores de la serie encontrarán una nueva pieza de la historia de los Asesinos, aunque una breve y bastante accesoria. El resto nos quedamos con un buen plataformas, algo atropellado y a veces aprisionado por las limitaciones que le impone la serie a la que le ha tocado representar. [6]