Análisis de Bit.Trip presents…Runner 2: Future Legend of Rhythm Alien

Bit.Trip presents…Runner 2: Future Legend of Rhythm Alien es un juego diseñado cuidadosamente para empujarnos siempre hacia la partida perfecta: sabe que ahí está su mayor fortaleza, y lo sabe bien. No es especialmente duro a la hora de obligarnos a conseguir el triple perfect en todos los niveles, objetivo último del juego (de hecho, en uno de los consejos de las pantallas de carga nos avisan de que no es necesario recoger todos los lingotes de oro, sino simplemente más divertido), pero sabe hacernos ver que es mejor jugar bien.

Tanto como estoy convencido de que en muchos juegos, la mayoría, quizá, no hay una manera específica de jugar bien, Runner 2 está medido con cuidado para que exista una forma concreta de jugar bien: la que aspira a conseguir la puntuación más alta posible, la que tiene en mente una hipotética combinación de botones concreta que hace que la suma de todos los saltos, patadas y bailes dé como resultado una imposible máxima puntuación.

Como en el primer Runner, aquí también acompañamos al Commander Video, que corre sin descanso por una serie de niveles mientras nosotros le indicamos a golpe de botón cuando saltar, cuando agacharse, cuándo derribar obstáculos a patadas. Menos musical de lo que suele pensarse (menos rítmico, incluso: como muchos buenos shmup, es casi un juego de memorización), Runner 2 sí se apoya en señas sonoras para complementar los saltos y bailes de Commander Video; se puede jugar con el audio desactivado, en cualquier caso, y aunque la experiencia se vería considerablemente empobrecida aún sería posible llegar del principio al fin del juego sin mucha más dificultad que cuando tenemos a nuestra disposición los apoyos, medio jugables y medio estéticos, de las pistas de audio, relativamente independientes de las acciones de Commander Video (o sus coleguillas desbloqueables, entre los que hay un hilarante pepinillo) y a menudo más funcionales que memorables.

No es problema, porque Runner 2 no es un juego musical: sus fuerzas son otras, ya he dicho. El trabajo de diseño de Gaijin Games es intachable: jugamos tanto con Runner 2 como él juega con nosotros, combinando el espíritu de una más y lo dejo con mil y un trucos para meternos en la una más infinita de los mejores arcades de ayer y hoy. El más inteligente es el que ya resaltaba la revista Edge en su crítica: el reinicio automático cuando nos tropezamos contra un obstáculo, sin pantallas de retry ni apenas un segundo para que pensemos si queremos volver a intentarlo o no, es brillante por más de un motivo: consigue mantener el flow (y Runner 2 es un juego con un sentido del flow muy pronunciado) y visualmente es muy estimulante, con esa animación en la que Commander Video, como movido por la mano invisible del creador, vuelve al inicio (o al punto de control) y se prepara, animado y dispuesto a lo que sea, para retomar su carrera hacia la partida perfecta. Lo mismo ocurre con las cruces que van haciendo que la estela del personaje sea más pronunciada: en mi caso, no me resultaba especialmente traumático terminar un nivel con un par de lingotes menos, pero era imposible ignorar que me había saltado un objeto y no iba a llegar a la meta con la estela multicolor ondeando en todo su esplendor.

Aunque menos hostil que su predecesor, Runner 2 es un tipo de arcade que personalmente me pierde, me vuelve loco: el que es perfecto para unas sesiones de juego de quince o veinte minutos que siempre, siempre acaban volviéndose tardes enteras corriendo por los mundos del juego, preciosistas y no faltos de guiños. Bit.Trip presents…Runner 2: Future Legend of Rhythm Alien es único en su especie menos por qué es que por cómo es: el mimo con que Gaijin han diseñado, modelado y dado vida a la leyenda futura del alien rítmico es encomiable y no especialmente común. Se le perdonan algunas decisiones relativas al desarrollo de la aventura (conseguir un perfecto triple en todos los niveles es más aburrido de la cuenta por cómo están dispuesta la selección de dificultades, y porque jugar en fácil habiéndose pasado el juego en normal no tiene mucho atractivo) por cómo de directa y honestamente está enfocado a la diversión más directa y sin complicaciones. Cada vez es menos raro ver arcades independientes tan pulidos y bien pensados, y, por mí, que sigan llegando. [8]