La diferencia entre la trampa y el truco; el engaño y la magia, sólo está en nosotros. Si conocemos de antemano las intenciones de nuestro interlocutor, es fácil que podamos relajarnos y dejarnos llevar por la mezcla teatral de espectáculo y habilidad que proponen los ilusionistas. En cambio, si los juegos de manos, los ases en la manga y las cartas marcadas se introducen sin nuestra previa aprobación, lo normal es que no percibamos el arte que se encuentra detrás de cada trampa. Pero los desarrolladores de Card Shark sí que lo hacen. Desde Nerial han creado un tributo a la cartomagia, que presenta la disciplina desde el estudio y el respeto, como una habilidad que se perfecciona y se depura, y como un oficio que, para muchos, se convierte en la única tabla a la que pueden agarrarse.
El protagonista de nuestra aventura, aquel al que seguimos mientras aprende los engaños más básicos y sus iteraciones más importantes, es un joven mudo que, en la Francia del siglo XVIII, es acusado injustamente de asesinar a la patrona de la taberna en la que trabaja. Sin posibilidad de explicarse, ni dinero para defenderse, el protagonista se verá obligado a huir de la ciudad, encontrando cobijo en un campamento gitano asentado en las afueras. Aunque el título de Nerial no ahonda demasiado en su historia, y utiliza esta premisa solo para enmarcar y contextualizar históricamente los trucos que incorpora en su gameplay, sí es cierto que hace un excelente trabajo mostrando los mecanismos por los que la marginalidad y la discriminación pueden obligar a una persona —o a una comunidad— a recurrir al engaño como modo de vida y a hacer del mismo un arte. El asentamiento que presenta Card Shark funciona como una micro sociedad autogestionada en la que se han puesto en marcha mecanismos similares al estado del bienestar que hacen posible que los niños y los ancianos dispongan de la comida y la medicina que necesitan para vivir. La idea detrás de esta representación es tanto subrayar las bondades de la organización entre iguales (un tema que el estudio ya explora en Reigns), como establecer el autogobierno democrático, y basado en la empatía, como un sistema que salva a las personas frente la marginalidad. Así, siendo el protagonista un joven con la capacidad de trabajar, tendremos que elegir qué porcentaje de nuestras ganancias entregamos al campamento y en qué medida contribuimos para mejorar las condiciones de los que nos rodean. La idea más importante detrás de este marco narrativo es establecer que la cartomagia y los trucos pueden considerarse un producto cultural —un arte, si así lo queremos— que se usa para el engaño y las trampas solo debido a las dificultades para prosperar de ciertos grupos sociales.
Dado que el juego entiende la trampa como algo similar a un oficio que tenemos que aprender; la progresión —que incluye de forma natural el fracaso— y la curva de dificultad se desarrollan según el crecimiento del personaje principal, que irá necesitando más y más habilidades distintas para desplegar trucos cada vez más sofisticados. Así, Card Shark es un juego «de acción en tiempo real» bastante complejo que, capítulo a capítulo, y en tramos de 10 minutos, nos obliga a mejorar la observación, la memoria, nuestra habilidad con los controles e, incluso, nuestro entendimiento alrededor de la personalidad de nuestro contrincante. Y aunque el éxito solo se recompensa con dinero y la posibilidad de acceder a nuevos tipos de engaños, el fracaso tiene distintas consecuencias relacionadas con la naturaleza del error que nos ha lanzado a esa situación. Si somos malos al leer a nuestro contrincante, y disparamos sus sospechas por encima de su límite de tolerancia, podremos acabar cosidos a puñaladas o muertos en las más extrañas circunstancias. Si fallamos a la hora de cambiar las cartas, de recordar las señas de un truco o de cubrir nuestros pasos, podremos caer en bancarrota, perder la oportunidad de recibir invitaciones para partidas importantes, o enfadar a los jugadores más interesantes.
En lugar de presentar cada truco como una serie de minijuegos aislados que solo se enlazan a través de la trama y el personaje principal, Card Shark resuelve cada una de nuestras partidas, con sus correspondientes artimañas, a través de una serie de pasos que reflejan la metodología y la disciplina necesaria para ganarse la vida a través del engaño en los juegos de cartas. Para iniciar un nuevo capítulo necesitaremos trasladarnos a diferentes partes del mapa según estemos más o menos interesados en los requisitos de las diferentes partidas disponibles. El poder adquisitivo de los jugadores, así como su familiaridad con las apuestas, serán determinantes para proyectar cuánto podemos ganar en una noche y si merece la pena enfrentar el riesgo. Cada localización también funciona como una historia autocontenida, que se expresa a través de las conversaciones que mantenemos mientras jugamos. Esta historias sirven para entender un poco mejor la Francia de la época y las diferentes opiniones alrededor de los juego de azar, las apuestas, las trampas y la riqueza, en diferentes estratos de la sociedad. Card Shark es un juego rápido en el cual aprendemos los trucos (y los ensayamos) escasos minutos antes de tenerlos que poner en práctica. Esto crea una tensión en el jugador que propicia tanto la inmersión como la concatenación de errores y fallos de una forma divertida y falta de frustración.
Quizás lo más sorprendente en el juego de Nerial es que en su aproximación a los trucos no solo ha tenido en cuenta la habilidad necesaria para ejecutarlos sino también todo el espectáculo que hay que montar a su alrededor; un teatro que va desde el cómplice que anima al público en un show de trileros, hasta la ropa que llevamos, y que puede hacernos parecer mucho más inofensivos de lo que somos en realidad. Esto es lo que Terry Pratchett define en Ritos iguales como cabezología, la habilidad de usar los prejuicios y el desconocimiento de los demás en nuestros favor, con el objetivo de ser leídos tal y como nosotros queremos serlo. En el libro de Pratchett, una anciana bruja recurre diariamente a los vestidos negros y a los sombreros de pico, simplemente porque los habitantes del pueblo en el que vive están seguros de que esa es la imagen que identifica a una bruja y, por tanto, ajustarse a ella le evita tener que dar constantemente explicaciones. En Card Shark, nuestro protagonista usa a su favor los prejuicios contra los sirvientes pobres, por ejemplo, al hacerse pasar por el asistente de su cómplice, o los recelos en contra de las personas mudas o discas cuando necesita crear una falsa sensación de seguridad en el otro jugador.
Lo más destacable de Card Shark es el enorme cuidado que se ha puesto en todos los aspectos que conforman el juego. El estilo visual, inspirado por el cómic europeo, es excelente a la hora de llevarnos al periodo histórico en el que se desarrolla la acción, mientras que las animaciones, especialmente las de las manos durante los trucos, aportan una agradable sensación de movimiento cinematográfico. La traslación al gameplay de los diferentes trucos está llena de detalles distintos, acertando en presentar cada una de las trampas como el resultado de la mezcla de disciplinas muy diferentes. Pero lo que hace del título de Nerial uno de los mejores juegos de este 2022 es que la aproximación del estudio al mundo que quiere trasladar se hace desde el respeto absoluto por el arte del engaño y el entendimiento de todos los factores que influyen al crear a un «tramposo profesional». Card Shark funciona a la vez como manifiesto de un arte infravalorado y como una enciclopedia del conocimiento más básico que necesitamos para comenzar a explorarlo. Es dificil no apreciar la cartomagia después de disfrutar de la propuesta. Más complejo aún, no contagiarse del entusiasmo de sus creadores por el arte de las trampas y la dificil profesión del engaño.
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Llevo varias semanas rondando la idea de probar este juego.
Pero da miedo el hecho de no haber jugado nunca ningún juego de cartas, y que esto pueda crear una barrera en forma de dificultad que me espante y no termine de entrar nunca.
@mrrostes
Pues no tengas miedo porque no es un juego de cartas sino un juego de acción ~con~ cartas.
Lo más similar son los títulos de minijuegos temáticos
@martatrivi
Importante detalle desde luego.
¡Pues creo que me voy a lanzar a la piscina!
@martatrivi
Me ha encantado la demo.
Hoy mismo lo compro.
¡Gracias!
Me alegra ver que en switch se puede seguir jugando a los mejores juegos de la.mejor forma posible 🙂
Imaginate no tener switch, imaginate no ser nintendero
Pues está en Mac, así que habrá que probarlo
Qué buen análisis, me ha dado todas las ganas (toute l’envie) de probarlo. Me ha recordado a la sensación de admiración y encanto que se tiene por el mundo del ilusionismo antes de aprender que la mayoría de magos son unos pesaos.
Tremendo analisis, goty.