Más Yamcha que Goku, ¿eh?

Análisis de Dragon Ball Z para Kinect

Análisis de Dragon Ball Z para Kinect Querido lector, Si algún día reúnes las siete bolas gracias a la única aplicación por la que quisiera un Android o encuentras por ahí esa lámpara maravillosa, por lo que más quieras, no te pongas nervioso. Respira hondo y recuerda que ya habías hablado de esto, que tenías un plan: pídele al Dragón Shneron —el bueno; el de Namek trama algo—, al genio o a quién coño sea que te haga un bicho igual, pero sin ese incómodo límite en el número de deseos. Sé feliz, exige sin miedo ni control. Y un día, no hay prisa, cuando tengas tanto dinero que pienses en declararlo y todo, cuando te puedas permitir lo de decirle a Kate Upton que hoy no, que has tenido un día fatal en tu curro imaginario y que te duele un poco la cabeza… un día, cuando puedas, dile que te gustaría que existiera un buen juego con Goku y compañía. Por favor, por favor, por favor. Porque, tú y yo lo sabíamos, Dragon Ball Z para Kinect no lo es. Análisis de Dragon Ball Z para KinectAl no tener la opción de los raíles, lo que hace Spike Chunsoft es eliminar el movimiento, a saco, de la ecuación. El resultado no podría ser distinto a estos combates en primera persona acartonados y sin chispa, que exigen lanzar puñetazos al aire, muchos y muy rápidos, casi todo el rato: para golpear al rival, claro, para perseguir y rematar al pobre diablo cuando conseguimos que salga despedido por los aires, para disparar pequeños proyectiles de energía, para ganar en la típica colisión de ataques especiales… Algo de variedad se consigue con los golpes cargados, que activan una suerte de QTE, los saltos para alternar entre combate cercano o lejano y sobre todo, faltaría más, los Kamehameha y familia; en la imitación de esos movimientos encuentra el juego sus mejores momentos, pero al desaprovechar el reconocimiento de todo el cuerpo —al final solo le importan un par o tres de posturitas en otros tantos momentos concretos—, ni ofrece nada nuevo, ni sorprende en absoluto. Se busca este Dragon Ball más problemas de los que necesita, desde luego, optando por un sistema de control absolutamente incompatible con sus necesidades e intenciones. Está poco menos que obligado a optar por un diseño simple, repetitivo y con pocas posibilidades, pero consigue evitar el desastre absoluto en ese sentido al pedir poses claras y poca precisión; el sensor capta casi siempre lo que toca y solo he tenido más problemas de los deseados al esquivar, inclinando el cuerpo hacia un lado, mientras acumulo Ki. La poca complejidad de los Tenkaichi, por otra parte, hace menos odiosa la comparación. En cualquier caso, lo que de verdad preocupa y mosquea son, otra vez, los goles fallados a portería vacía: de traca, todo lo relacionado con la presentación. En los horrorosos menús y en las insípidas secuencias para introducir y finalizar combates, Dragon Ball Z para Kinect es desagradecido con la obra de Toriyama y desconsiderado con el fan. Nos conocemos cada capítulo de la serie al dedillo, faltaría más, pero la obligación de un Modo Historia (desde la llegada del pobre Raditz hasta la muerte de Buu ((Podrían haber tirado un poco más atrás; Goku y Krilin nadando entre tiburones en el entrenamiento con Mutenroshi parece algo más indicado para Kinect y es algo mil veces menos desgastado.))) es contarla; éste pasa, obviando casi todas las escenas míticas. Nada de ver morir a Krilin ni de convertirnos en Super Saiyan después, nada de Gohan cabreándose por el pajarito de C-16. No sabe el juego qué hacer con eso ni antes, ni durante —con diálogos que interrumpen combos de forma brusca y demás enemigos del dinamismo—, ni después de las batallas; especialmente grave considero lo de no participar en un solo golpe de gracia: el Kame de hijo y padre para acabar con Célula o la bola Genki para desintegrar al pequeño bastardo rosa se lanzan en una escena dentro del combate, pero sin la participación del jugador. Todo aquí es anticlimático, hasta el punto de que controlamos a Vegeta en la última pelea contra Buu. El gol de Abreu, una y otra vez. Únicamente cuando Vegeta se transforma en Gran Mono se intenta algo distinto, en una sucesión de QTE que busca el capítulo interactivo por la vía fácil y directa, pero que funciona hasta cierto punto. Lo malo es que lo hace reciclando, fotograma a fotograma, esa misma batalla en Ultimate Tenkaichi. Tampoco por modos de juego aporta la defensa pruebas convincentes contra las acusaciones de oportunismo, prisas y total indiferencia: el principal se termina en tarde y media —necesitaba descansar y pegarme una ducha— y no hay multijugador de ningún tipo. De hecho, no se puede hacer nada más que ver el «Episodio de Bardock» y repetir los enfrentamientos de la Historia, pero eligiendo a cualquiera de los 50 y pico luchadores. La apatía, carajo, llega incluso a la traducción de los textos: cada vez cada vez que se reproduce correctamente un gesto aparece, bajo la figura que lo representa, «Aceptar». ¿¡Aceptar qué?! Pon «Bien» o deja el «OK», pero no te equivoques con la palabra que más se repite en todo el juego, por el amor de Dende… Los gráficos son los que llevamos viendo un par de años; correctos, pero lejos de lo que se puede hacer hoy. Sigo sin tolerar el sombreado extraño que lo aleja del anime y va siendo hora de mejorar las animaciones, pero los escenarios tienen su encanto y está bien eso de contemplar los boquetes gigantes a través de los ojos del culpable. En fin, que en Dragon Ball Z para Kinect, tal y como sospechábamos, se juntan el hambre y las ganas de comer: un dispositivo de control que aplicado a géneros tradicionales no pasa de los mínimos y una saga que lleva demasiado tiempo conformándose con eso mismo. El escaso contenido y la patosa presentación ayudan poco a un subproducto encantado de contagiar sus ganas de nada. [3]
Lo que todos buscáis está en Eurogamer; ahí hemos puesto hoy un vídeo en el que salgo jugando y comentando la partida. Podéis usarlo también para la comparativa a la que hago referencia.
Redactor
  1. Yipee

    Estaba cantado, y más tras el videoanálisis. Pero con lo que me quedo yo, sin ninguna duda, es con el mejor subtítulo que he visto en la historia de esta santa página. Quoteo para tatuármelo a fuego:

    MÁS YAMCHA QUE GOKU, ¿EH?

  2. Harle

    Lo único que me va a gustar de esta basura es el análisis. Algunas frases brillantes ahí, se ve que has mamado la serie.

  3. Boraj

    Este juego no necesita ni análisis…….SOOOOLD :baile: :baile:

  4. kalebra

    La promo es de lo mejor que he visto en mucho tiempo, menudas risas.

  5. Epetekaun

    Cada vez que juego a un Naruto de Cyberconnect, me pregunto porque no pueden hacer lo mismo con Dragon Ball y dejarse de mierdas. Goku y compañía se merecen más.

  6. Reberant

    epetekaun dijo:
    Cada vez que juego a un Naruto de Cyberconnect, me pregunto porque no pueden hacer lo mismo con Dragon Ball y dejarse de mierdas. Goku y compañía se merecen más.

    Que Kamisama te oiga.

  7. Pep Sànchez

    @long_drong

    Conozco la anécdota (lo he visto trescientas veces en catalán), pero se subtitulan las voces y ahí se dice 9.000… Aunque ahora que lo pienso, si se puede poner en japonés sí tiene sentido. Mejor lo quito. Conste en acta, decía:

    pone 8.000 en el subtítulo del «over nine thousand»

    Era para hacer la coña y no tiene mayor importancia, vaya, a diferencia del «Aceptar».

  8. StJ

    ¿Os habéis fijado en el enlace que pone Pep al principio?

    Tenga en cuenta que las bolas de dragón no existen.

    Creo que me lo voy a poner de firma…

  9. VaciadoMortal

    Una aventurilla con acción y plataformeo ambientada en la Dragonball original. De toda la vida. Pero a los yankis les tira más la puta Z y así no hay manera :(

  10. SavageSteak

    No entiendo como kinect ha vendido tanto, si sus juegos son una chufa!

  11. V0id

    Pero habiendo visto el trailer hacía falta probar el juego para ponerlo a parir?