Hace 17 años un bonaerense ario de heroica mandíbula dijo algo así como: «¿Enviar a miles de soldados a su muerte? ¿No se lo han dicho, Coronel? Para eso está la Infantería Móvil.» Aquel tipo se llamaba Johnny Rico, protagonizaba Starship Troopers y su trabajo como exterminador fue toda una inspiración para los japoneses, acostumbrados desde hace décadas a las invasiones de animales con gigantismo. Un lustro después nacía del vientre de D3 Publisher la saga Earth Defense Force, una seguidilla de shooters en tercera persona que nos metían en el pellejo de un soldado de la infantería en su misión por salvar el mundo del ataque de los bichos. Solucionar el problema no nos garantizaba la ciudadanía como al apuesto Rico y sus Recios, pero nos brindaba algo mejor: diversión a raudales.
En el análisis de Earth Defense Force 2017, un incipiente chiconuclear al que aún no le había crecido el bigote nos hablaba con su precoz maestría de la capacidad que tenía ese título para seducirnos y llevarnos de cabeza al huerto pese a la reticencia inicial. «Te estás enamorando de este juego, muchacho», advertía, «y pasará como con la fulana aquella, te hará daño y luego se llevará tu dinero y te cargará con el puto bebé». Tal cual. Unos gráficos que ya estaban desfasados en 2007 extendidos como un mantel descolorido sobre unos mecanismos rudimentarios y ramplones hacían augurar que el chispazo de la adicción que hacía nacer en nuestro corazoncito era una trampa mortal, un cepo emocional serrado y brutal dispuesto a amputarnos un pie en cuanto nos acomodáramos. Llorar antes de que te peguen, que diría mi madre, porque si EDF 2017 podía presumir de algo —más allá que de rascacielos destructibles—, eso era su tremenda regularidad.
Ahora, tras una travesía por el desierto de siete años —que incluía un abominable espejismo llamado Insect Armageddon—, Earth Defense Force 2025 viene con la etiqueta del continuismo más honesto pegada en la frente. Un continuismo llevado hasta las últimas consecuencias, o lo que es lo mismo, una puta mierda de gráficos horribles con texturas y efectos tan pobres que por no tener no tienen ni vergüenza, y con unas pantallas de carga a prueba de impacientes. En lo técnico, EDF 2025 es un caso parecido al de Deadly Premonition: un juego capaz de utilizar su fachada de ineptitud y sus animaciones borderline para fascinar al jugador, para que siga pegado al mando con un estímulo tan efectivo como esa mezcla de curiosidad e indefensión. Ese «a ver qué salvajada me tienen preparada los chinos locos estos» permanente, donde los edificios caen con facilidad y las hormigas de tres toneladas son comandadas por arañas del tamaño de una carpa de circo, enviadas a su vez a la Tierra por alienígenas con robots gigantes. A veces sucede que lo que la composición que danza en pantalla y la idea que se forma en tu cabeza al respecto de lo que estás viendo no se corresponde con las satisfactorias sensaciones que recibes en otra zona del cerebro. Es contradictorio y es genial.
La historia tras EDF 2025 es tan testimonial como la de EDF 2017. Han pasado siete años desde aquella invasión y los alienígenas invasores hacen una nueva intentona por quitarnos el planeta de las manos. Nos tiran bichos gigantes para allanarse el camino y nosotros, qué coño, les plantamos cara como podemos. Voces de señores y señoras muy nerviosos nos dicen por un auricular qué está pasando y adónde ir, nosotros vamos y disparamos a todo lo que tenga más de dos patas. Es es toda la historia, que como no tener ninguna. Y está bien así, porque la gente de Sandlot sabe que ser ridículo es asumible, pero ser ridículo y darse importancia es quizá demasiado.
Para que lo entendáis rápidamente, la mecánica de Earth Defense Force 2025 es una mezcla entre el control de masas de los Dynasty Warriors y la frenética gestión de los espacios de Ikaruga. Acabar con docenas de bichejos que te atacan en manada negociando cada metro y vigilando la retaguardia, asegurarse de recoger los ítems que dejan caer al morir y reclutar a otros soldados utilizar el armamento adecuado. Todo ello sobre el gran pilar de carga del juego, su astronómico arsenal lleno de cacharros de todos los colores. EDF 2025 se olvida de la progresión convencional y los puntos de experiencia y nos invita a no dejarnos atrás esas cajas de armamento que hemos ido ganándonos, que solo podremos abrir cuando acabemos la limpieza y que podemos usar en la siguiente misión. Aparatos de destrucción en todos los formatos imaginables, con hasta noventa niveles de potencia, que marcan el ritmo al que nos abrimos paso en este genocidio entomológico. Multiplicad eso por las cuatro clases que esta nueva entrega nos brinda —el soldado clásico, la piloto con su traje volador de tecnología extraterrestre, el artillero que hace llegar petardazos a todas partes y el Fencer, una suerte de armadura-robot loca con cuatro funciones de disparo en ambos brazos y la capacidad de matar bichos a martillazos— y entenderéis un poco mejor la enorme escala del asunto.
Mención aparte merece la libertad que nos da el juego para manipular esa misma progresión si los combates se nos vuelven de algún modo monótonos: basta con subir la dificultad o acudir a un salón del modo multijugador, adquirir unas cuantas cajas de armas antes de terminar la misión y volver a la campaña en dificultad normal. Máquinas de muerte de nivel 20 para aniquilar monstruos preparados para una potencia de fuego mucho menor, algo que puede joder de forma fulminante el equilibrio del juego si se abusa, pero que le da cierto sabor picantón a la experiencia en la medida adecuada.
Earth Defense Force 2025 no supone ningún tipo de evolución con respecto a EDF 2017, más allá de las clases que permiten alargarle la vida, pero tampoco lo pretende. Tras el batacazo de aires occidentales que fue Insect Armageddon, lo que el cultista de la serie B, los bestiarios del repelús y las matanzas mutantes necesitaba era un renacer en el sentido estricto de la palabra, un reencuentro con el genotipo del juego de mierda del que no te puedes despegar en toda la noche. Earth Defense Force 2025 no pertenece a esa categoría mal entendida del «es tan malo que es bueno», sino que es de los pocos que consiguen trascender los prejuicios y hacer que su atrocidad técnica y visual sea parte indispensable de su fórmula como arcade espirituoso y gritón y destelleante. Como cuando tu espada de plástico se doblaba en plena pelea con tus primos y la usabas para abofetearles con ella. Porque si hay algo mejor que dejarle la oreja colorada a tu primo o lanzar racimos de treinta misiles contra un ejército de arañas gigantes saltarinas, sinceramente, no quiero saberlo. [8]
Solo los usuarios registrados pueden comentar - Inicia sesión con tu perfil.
PONGAME CIEN MIL
Me cago en todo @pinjed sabes cómo utilizar símiles de espadas de plástico que se doblan justo cuando hay que hacer símiles de espadas de plástico que se doblan.
Earth Defense Force es el clásico ejemplo de un género del que hablaba el otro día con @kenzometal : El TPCAATRS: Third Person Corriendo Hacia Atrás Tol Rato Shooter
¿Matar hormigas gigantes con una lolita de coletas rosas?¿y por qué no estoy haciéndolo YA?
este es el puto juego que quisiera en PC, y no el last of us y otras mierdas pretenciosas.
Menuda carta de amor de análisis, pongame a los pies de su señora pinjed
A miles de kilómetros de distancia, en latam, entendí perfecto.
Gracias.
Este juego más steam workshop podría ser lo mejor que le ha pasado al mundo desde Georgie Dann
Verhoeven es lo mejor que le ha pasado a la humanidad desde Jesucristo.
Ya lo decía Pinhead en Hellraiser II: «time to play» …habrá que hacerle caso de nuevo.
Yo siempre lo e dicho y siempre lo diré.
Los «kusoge» son los mejores juegos que hay.
Gran análisis, y eso que el juego me la trae al pairo. A las dos líneas ya estaba enganchado, y no porque sea fan de Star Ship Troopers.
Pues a mi me sigue gustando mas el 2017.
Tremendo, @pinjed. La de la espada de plástico bien puede ser la mejor comparación que se ha escrito en Internet.
Todavía no he probado nada de la saga, pero que me aspen si no me pongo pronto con éste.
@pinjed ¿En serio es taaan terrible técnicamente? Es decir, por los vídeos se ve que no es un portento, vaya, pero tampoco diría que es como para apuñalarme los ojos.
Por otro lado, chapó por el análisis. Estos juegos con como el pan, el agua o los risketos: la base de una buena y sana alimentación videojuerguista.
Lo tengo desde hace unas semanas y siempre juego a dobles. Es la epilepsia esta movida: Observa como tu compañero lanza una salva de 40 misiles a una manada de hormigas gigantes y estas vuelan por los aires (literalmente). Disponte a usar tu propulsor para rematarlas en el aire.
¿Una de las hormigas se ha encaramado a ese rascacielos? Derriba el rascacielos, no tenemos tiempo que perder.
Así mil locuras, mil ocasiones en las que probarás un arma por primera vez y te echarás las manos a la cabeza porque no te crees lo que estás viendo.
@furiosillo
Gráficamente no es tan terrible, no es una maravilla pero cumple su cometido. Los bajones de framerate ya si son más serios, pero solo me han sucedido en esos momentos que estoy fijando a 50 enemigos con mi rayo láser de la muerte, mientras mi compañero derriba edificios como si fueran castillos de naipes y el mapa está inundado de enemigos que vuelan por los aires.
Como cuando tu espada de plástico se doblaba en plena pelea con tus primos y la usabas para abofetearle con ella.
Brillante. Bravo.
Dios @pinjed. si desean vender este juego tú serías el mejor promocional, nunca me ha llamado la atención esta serie pero por el análisis ya me entraron ganas, y lo de la espada de plástico es para ponerse de rodillas, muy bueno felicidades.
Cómo escribes macho. Bravo.