El 21 de agosto de 1957 la URRS lanzaba al espacio el misil balístico intercontinental R-7 Semyorka dando el pistoletazo de salida, casi literal, a la Carrera espacial contra EEUU. Durante dieciocho años la escalada de locuras y atrevimientos tecnológicos en ambas naciones no se detuvo: mandaron animales al espacio, pusieron a hombres en órbita, observaron el lado oculto de la luna y hasta enviaron a un tío a la superficie lunar para colocar una banderita de plástico. Por el camino se lograron grandes avances tecnológicos, nuevos inventos que nos han facilitado la vida y un conocimiento más profundo del universo cercano, pero todo eso fueron beneficios colaterales de un sprint científico de las dos grandes potencias que solo respondía a un único y auténtico porqué: porque podían.
Detrás de esta idea, de ver quién de los dos era capaz de mear más lejos en asuntos espaciales (en este caso el chorrillo de pipí estaba compuesto de talento, trabajo y miles de millones de dólares americanos y rublos soviéticos), había un estímulo tan primario y de algún modo infantil a niveles antropológicos como la necesidad universal de competir: la fascinación por las estrellas. La fantasía de ver mundos inexplorados, recorrer distancias que nadie ha recorrido aún. Otra forma de competir, quizá indirecta y asimétrica, pero de ser el primero al fin y al cabo. La curiosidad y la sensación de poder, de recorrer a nuestras anchas el vacío entre planetas es lo que mueve la fantasía espacial, y en los últimos años la técnica ha permitido a los videojuegos expandir sus límites hasta lo inconcebible, diseñar un mundo abierto que es en realidad un universo abierto y dar al jugador la autonomía tecnológica para explorar cada pedrusco flotante, cada satélite y cada estación espacial. Elite: Dangerous busca hacer exactamente eso, y además hacerlo recreando a escala 1:1 la Vía Láctea y sus 400.000 millones de estrellas en lugar de inventarse realidades inverosímiles. ¿Y por qué? Pues, efectivamente, porque pueden.
Dibujar un nivel de Pac-Man circular con un diámetro de 100.000 años luz puede parecer algo apasionante y meritorio, y sin duda lo es, pero llenarlo de puntitos y pastillas y fantasmas parece todavía más difícil. Ese es quizá el obstáculo que presenta más problemas a la hora de valorar Elite: Dangerous. A estas alturas de sus primeros pasos comerciales, el juego se muestra majestuoso en sus proporciones, enorme y lleno de posibilidades, pero también muy vacío. Suena a obviedad: lo que hacemos es precisamente surcar el vacío, pero la gente de Frontier ha organizado una red de encargos y contratos para mantenernos ocupados en nuestra deriva espacial, y aun así de momento es todavía algo escasa en contenido. Es como vivir en un ático de 500 metros cuadrados con una mesa, una silla y un colchón: el potencial existe, y es enorme y sobre unos cimientos inmejorables, pero con cada hora que uno pasa sentado en su silla mirando a las paredes, más cerca está de volverse loco.
Elite: Dangerous es la cuarta entrega de una saga que muchos desconocíamos, pero en él se respira olor a nuevo. Financiado por crowdfunding gracias a miles de pajeros del espacio con ganas de abandonar todas las noches este planeta en plena metástasis, pensado para disfrutarse con Oculus Rift, con una dependencia importante en ese milagro de la técnica que es la generación procedimental y con un descomunal hueco de dos décadas entre la tercera parte y este nuevo renacer. Lo que vendría a ser una eternidad en esta industria.
De este modo, y como en la vida misma, aunque trabajar es imprescindible también tenemos derecho a una modesta dosis de idealismo. Nos podemos posicionar políticamente desde el principio y ganarnos la vida militando por una causa o podemos ser el lobo solitario que baja la cabeza cuando oye discusiones sobre política y va siempre a lo suyo. Ese es uno de los mecanismos que Frontier propone para que no nos perdamos por la galaxia, circulando dejados de la manos de Dios, algo que en un juego online puede significar una absoluta debacle: ¿quién quiere un juego multijugador en el que es posible que jamás te encuentres a nadie? Y, paradójicamente, ese posible error de concepto es también la mayor virtud de Elite: Dangerous: puede que alejarse de la civilización sea malo, pero es sin duda maravilloso que el juego nos lo permita.
Con un sistema de control que sabe ser complejo pero también accesible, Elite: Dangerous nos propone una simulación espacial donde la libertad (de elección y de circulación) lo es todo, y donde podemos entrar en apasionadas batallas estelares de varios cañones y municiones distintas donde gestionar la potencia dirigiéndola a escudos o armas, o pasarnos horas extrayendo minerales de un asteroide, con la repetitividad confortable y abnegada de una hormiguita amasando su fortuna. En ambos casos se cruza con nosotros una sensación de soledad cautivadora y nada deprimente. Es la soledad del explorador; la soledad del que la ha elegido —y eso es lo importante: poder elegir— como única compañera de viaje. [8]
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Quisiera clonarme para poderlo jugar como quiero pensar que se merece.
El tema de que la «historia» se desarrolle por partes de notícias es a la vez genial y «low cost». Hubiera sido day one para mi si hubiera algún tipo de avance que no fuera únicamente el dinero que puedas generar.
La idea me gusta, y este tipo de juegos son bienvenidos, pero con el ya existente EVE Online, además de Star Citzen y también X7, puede que este juego siga vacío al haber otras posibilidades, y en un caso con el mapeado tan grande de Elite, eso puede jugar en su contra…
¿Sabes cuanta media de jugadores tiene el juego? @pinjed
Eve online esta abrumadoramente lleno, siguiendo el símil del ático, en éste los 500 metros estarían llenos como para tener que caminar de lado :-), tanto que a lo mejor meterse en dormitorios low-sec (baja seguridad) puede significar perder una nave que te ha costado meses (o años) armar.
algo de esto venia a preguntar, la esperiencia online es tan para hijos de puta como en el Eve o te dan un poco de más cuartelillo?
Muy de acuerdo en todo lo dicho por @pinjed
Se podría hablar mucho más sobre Elite Dangerous y es un reto tener que escribir sobre él, pero creo que el análisis resume muy bien la sensación general que provoca el juego. La soledad y majestuosidad del vació espacial.
También es cierto que en contra de lo que la gente pueda pensar, Elite no es un MMO al uso. Hay instancias con un limite de jugadores, así que el juego te asigna una sala y aun en los sistemas más poblados es difícil encontrarte con más de 10 jugadores a la vez, en el mejor de los casos. Personalmente hecho de menos más CMDRs en bases espacial con mucho tráfico.
En cuanto a las mecánicas me recuerda ligeramente a EVE, aunque el resultado acaba siendo muy diferente. Pero es también un juego muy repetitivo, en el que pasas mucho tiempo explotando las mismas actividades, y casi todas implican ir del punto A al punto B, especialmente si no eres un As del combate. El mercado también importante si quieres ganar dinero rápido, así que tienes que estar atento para sacar el mayor rendimiento económico a tus mercancías.
Si tuviera que destacar 3 aspectos de Elite Dangerous serían la estupenda ambientación, lo jodidamente bien echo que está el audio y el maravillo control de las naves y lo acertado del modelo de FlyAssist ON/OFF.
En resumen, un Space Trucker que no es para todo el mundo con mucho potencial para crecer.
@oldtaku
No sueles encontrar mucha gente, como comentaba.
@juslibollord
Los jugadores de Elite son seres de luz comparados con los de EVE. Y adelmás lo bueno de ED es que por mucho equipo que lleve el otro si eres mejor piloto puedes escapar o crujirtelo directamente. Al ser un simulador dependes más de tu habilidad que de el dinero que te has gastado en la nave.
Me estoy pensando seriamente comprar el juego pero imagino que con un joystick es como hay que jugarlo. Me podeis recomendar alguno ??
@albertoperez
El tema de las descripciones de mecánicas lo tengo muy atravesado. Prefiero centrarme en sensaciones, aunque al final no sea un buen análisis.
De hecho no es un análisis, es una reseña, aunque lo llame así (¡la dictadura del SEO!). O una crítica; no lo sé. En cualquier caso, cuando leo la crítica de una película yo personalmente no le pido que me explique de qué va, para eso ya tengo sinopsis y tráilers.
@maverick1995
Lo suyo es jugarlo con joystick si, por 30-40€ tienes el Thrustmaster T.Flight Hotas X. Si no tienes experiencia en simuladores es lo mejor para empezar. Si quieres algo decente ya se va la cosa a los 150€ – 300€.
Yo soy de esos pajeros que estuvo en el KS y que jugaba en un C64 con unos inocentes 14 añitos, así que desde mi perspectiva os diré que ED es el Elite que todo aficionado quiso en su momento, sin ganas de apartarse casi nada de la premisa inicial de mediados de los 80, algo que le honra pero que, seguramente, lo aleja del gusto de la masa. Es un juego crowdfunded, así que es lo que debe ser.
Juego de nicho sin duda alguna, pero perfecto para el que le toca. Personalmente: GOTY.
Sobre el análisis, bueno, al bueno de Pinjed le ha caído uno de los más complicados, así que no veo mal el reseñarlo desde el punto de vista de las sensaciones, pero análisis análisis, no es.
Donde se puede comprar este juego?
Solo por web?
Yo lo compre en un arrebato consumista pensando que lo dejaria en las durisimas primeras horas. Pero todo lo contrario, antes de darme cuenta estaba completamente absorto por el juego.
Y momentazos como mi primer viaje al sistema solar perduraran en mi memoria de jugon durante mucho tiempo.
Con el Oculus, tuneando el color de la UI y haciendo supersampling es muy, muy chulo, aunque le falta algo de pulimiento en lo técnico porque aunque tu máquina pueda con él perfectamente, en ciertos momentos pega ciertos rasconazos que te sacan un poco de la immersión (sobre todo al salir de FSD y en ciertas cargas). Yo acabo de empezar con él, y pese a esas primeras horas de no saber qué cojones estás haciendo, me está gustando mucho.
Gracias @albertoperez y @angryel por completar la reseña de @pinjed (gracias tb), y sobre todo por descubrirme los vídeos de Isinona. He visto un par de ellos y te enganchan como si fuera una serie de TV. Un abrazo…! 🙂
Llego tarde, lo se, pero para Mi X3 Reunion fue un grande, y lo sigue siendo.
Este tiene pintaza, no lo he jugado aun.