Análisis de FIFA 09

Salí el jueves y saldré hoy, y a quien no le guste que se joda.

— Romario

Que no te mientan: el fútbol importa. Y no sólo porque maneje el equivalente al PIB de la Unión Europea o tus impuestos financien el nuevo estadio y, ya que estamos, la nueva piscina de Jorge Mendes. No seguirlo implica soportar trillones de conversaciones vacías a lo largo de tu vida, atascado eternamente en el estado del tiempo mientras miras por la ventana del taxi, cayendo en la cuenta de que sí, imbécil, es bastante obvio que está lloviendo. Sólo necesitas buscar con el rabillo del ojo un Marca en la guantera de la puerta, un reloj-termómetro-escudo ochentero colgado en una de las paredes del bar. Sólo eso y un «Qué, el Madrid ganando por los pelos otra vez, ¿no?», y adiós a los silencios incómodos. Es universal. Y va más allá de la charla ocasional en una sala de espera. Está ese lazo invisible que une a dos individuos perfectamente distintos que se odiarían si aquel día uno no hubiera visto al otro gruñir al ver al Barça fallar su enésima ocasión en tres minutos de partido. Era un resumen del día de anterior y ambos sabían que el partido acababa 0-0, pero los futboleros semos asín, pasionales, o estúpidos según el testigo.

Mis ídolos son Jesús, Franco y el Che Guevara.

— Jesús Gil y Gil

Porque compartimos y sufrimos juntos todas esas pequeñas cosas. La desesperada búsqueda de aparcamiento en los alrededores del estadio. Las terribles, terribles retransmisiones de Juan Carlos Rivero y Relaño. La columna de Roncero, o el majadero de Manolete. Roberto Gómez, Carazo, Andrés Montes, Leticia Sabater, el Loco Gatti, Manolo Lama, Javier Clemente, Pedja Mijatovic y Calderón, Mouriño, Don Manué, Nuria Bermúdez, Del Nido, Joan Laporta, los Boixos, los Ultras Sur, el Frente Atlético, el seguidor medio del Sevilla, el seguidor medio de Betis, Tomás Guasch, Roberto Palomar, las editoriales de Inda, Miguel Serrano… Qué cruz. Es algo que me pregunto siempre que veo, leo u oigo a Pipi Estrada. ¿Por qué, Dios? ¿Por qué tengo que amar el mismo deporte que éstos? Pues por Kaká. Por las ruedas de prensa de Juanma Lillo. Por la sonrisa y los ojillos inocentes de Lendoiro, sanguinario negociador donde los haya. Por Van Basten. Zola, Baggio, Caminero, Busquets y Amunike. Por los pantaloncitos que llevaban en los 70 y los mullets de la selección alemana. Por el amor al escudo de Vieri y Anelka. Por los peinados de Kempes, Valderrama e Higuita. Por cualquier tuercebotas de la serie B italiana que tiene una novia modelo-presentadora en la RAI. Por el olfato de Inzaghi (también en cuanto a modelos-presentadoras se refiere). Por los fichajes de Bogarde, Abreu y Marcelinho Carioca. Por Riquelme y Romario, pareja de magos que excretará talento pero nunca sudor. Por Mourinho y Wenger y Jesús Gil. Por Mosto-Mosto-Mostovoi, Mazinho y el Celta que ganó a la Juve, cojones. Por todo el dinero que perdió Diego Tristán en el Casino. Por los codazos tácticos del último Fernando Hierro. El Villareal y (ésta duele, amigos) el SuperDepor. Por la estricta dieta de Maradona, Caniggia y Adrian Mutu. Por Zidane, maldita sea. Eso es el fútbol.

¡AL LORO!

— Joan Laporta

Y queremos un juego a la altura. Obviamente nadie se arriesgará a sacar alguno con PEGI +18, así que tendremos que asumir que jamás veremos un post-partido del jugador medio del Madrid en el Buddha Bar. Pero sí podemos exigir exactitud en la representación del juego. Uno en el que podamos escoger realmente nuestro estilo, y éste se sienta de forma única y significativa, y sea efectivo. Que te exija un modo de jugar (y de pensar) distinto a los demás. Uno en el que no sea casi imprescindible jugar con un 4-3-3 y Cristiano Ronaldo o Messi en una banda para subir todos los balones, o en el que la IA de la defensa no te deje vendido en tres de cada cinco jugadas del equipo contrario. Uno que no sea el Pro Evolution 2008, vaya. Y aquí es donde entra FIFA 09, justo después de esta introducción estúpidamente larga y a todas luces injustificada. Porque, lo dejo claro desde el principio, no se ha hecho jamás un juego de fútbol tan realista. No me atrevo a decir que es el mejor, pues sin duda la nostalgia puede hacer que veamos en Sensible Soccer o ISS 98 el simulador definitivo. Pero sí es el más preciso en el retrato del deporte rey. La representación más fidedigna de lo que ocurre sobre un terreno de juego, en todos sus aspectos.

En las motivaciones previas al partido, la necesidad crea al órgano.

 
— Juanma Lillo

El realismo de un juego de fútbol se mide con un solo detalle: si cuando uno de tus jugadores coge el balón dos contrarios se lanzan a por él como posesos estás en el juego equivocado. Si, por el contrario, avanzan lentamente intentando cerrarte los espacios e impidiéndote pasar a nadie, estás ante algo grande. El fútbol de FIFA 09, como el real, es una miríada de pases irrelevantes hasta que consigues dar ese último que te deja en una posición de ventaja. La búsqueda de un pequeño desequilibrio, un fallo de cobertura del rival, que te permita subir cinco metros más y buscar el siguiente. O un pelotazo de 70 metros con la esperanza de encontrar la cabeza de tu delantero. No hay huecos, ni un extremo que coge la espalda del lateral el 80% de las veces. Y si eso ocurre alguna vez, y llegas con Cristiano Ronaldo a la línea de fondo buscando ese pase de la muerte que siempre salía en el simulador de Konami, te encontrarás con que tu fiel Rooney no está solo. Nunca lo está, porque tú no puedes disparar desde ese ángulo imposible y la única solución es ese pase, así que estás jodido. Y eso sí es fútbol, un deporte donde las victorias llegan por erosión y no demolición, donde la brega en el medio del campo es tan o más importante que la velocidad de tu delantero centro, y Diarra puede ganar tantos partidos como Messi. Donde los errores puntuales, que los hay en ambos bandos, cuestan partidos. Las victorias no se consiguen con sprints de 60 metros y regates a toda velocidad, porque realizar un regate (espectacularmente animados todos ellos) es tan difícil como en la vida real. Y el sprint está severamente limitado, además de resultar muy difícil maniobrar durante uno. Disparar es difícil, marcar desde fuera del área muchísimo más y (esto es fallo del juego) ganar los balones de cabeza es realmente complicado, de forma que se penaliza de forma injusta el juego aéreo.

El enganche no sirve de nada. Riquelme… menos todavía.

— Ricardo la Volpe

Por lo demás, manejarlo es un primor. Los creadores han admitido al fin que el de Pro Evolution es el sistema perfecto, y el control es muy similar al de Konami. Es fluido y los jugadores responden de una forma muy agradable. No es instantáneo, porque la inercia tiene mucho peso —LOL—, pero sí más verosímil. E igual de cómodo. Combinar al primer toque es más sencillo y más gratificante que en entregas anteriores y los selectores de ayuda te permiten escoger entre un sistema totalmente asistido, un término medio o uno completamente manual para tener el control absoluto. El juego tiene algunos errores significativos. Se abusa del contacto, sea sancionado o no, y ningún árbitro sabe aplicar la ley de la ventaja. Como suelo jugar con equipos españoles llegué a dudar de si se trataba de un realismo absoluto o un error al aplicar las reglas. Es lo segundo, y a veces molesta mucho. El pase adelantado, por cierto, no es tan práctico o cómodo como el de PES, y perderás algún que otro balón al intentar un pase bastante obvio que, por algún motivo, va a parar a los pies del único defensa que había que esquivar. Y… bueno, esos son más o menos todos sus errores graves. Sí, todos los graves. Sé lo que vas a preguntarte ahora, y las físicas no son sólo buenas, son sencillamente espectaculares. El balón aún está lejos de la perfección —a pesar de haber mejorado—, pero lo que se lleva el premio gordo son las colisiones y las luchas por el balón. Sus resultados son realmente bellos y lo que es mejor, relevantes a la hora de jugar. Adiós a todos esos centros que ganaba Drogba simplemente por ser más alto. Ahora se requiere más que eso, aunque lo tenga ciertamente mucho más fácil que Messi. Es una delicia ver un encontronazo entre un delantero intentando escaparse y un zaguero intentando detenerlo y lo aleatorio de los resultados. A ello ayudan las geniales animaciones de todo el juego, por cierto. El modo Be-A-Pro ha sido otra grata sorpresa. Admito que nunca lo había probado de forma seria y me parecía poco más que una curiosidad. Estaba equivocado, y es en realidad casi un juego en sí mismo. Salvo errores puntuales evalúa bastante bien tu labor en el partido, y los problemas de estrés se solucionan cambiando a la cámara tradicional en vez de ese punto de vista en tercera persona que te obliga a avanzar y hace casi imposible pasar a alguien que no esté delante de ti. Un tirón de orejas, por cierto, al sistema de creación de un jugador nuevo, que no te permite alcanzar nunca el nivel equivalente a uno real, y esto se aplica a todos los modos.

Estoy contento con mi debut, lo hice bien y por suerte lesioné a Francescoli.

— Luis «Chiqui» Chavarría

De sus tradicionales puntos fuertes nada que añadir. Una presentación muy cuidada, una base de datos amplísima —bastante acertada, que es más importante— y una buena banda sonora. Los comentarios no son nada del otro mundo, aunque sin duda están a varios años luz ((Por delante, obviamente.)) de la franquicia de Konami ((Queda aún dirimir cuál de las dos parejas de comentaristas resulta más insoportablemente irritante en la vida real. Nada contra Maldini, pero Juan Carlos Rivero es mi némesis)). Los gráficos siguen siendo estupendos, excepción hecha del aspecto de los jugadores. Son, curiosamente, más humanos que nunca, y sin embargo no han conseguido en muchas caras y complexiones el parecido suficiente a sus modelos reales. Minucias, en cualquier caso. Porque llegamos a otro punto luminoso. Otro aspecto en el que escupe, patea y tacha a la competencia: el apartado online.

¡Mátalo! ¡Mátalo! (…) ¡Písale la cabeza!

— Poli Rincón

Que conste que nunca he sido un gran fan del online en los juegos deportivos. La mayoría de la gente no está de acuerdo, lo sé, pero es algo que nunca me ha llamado. La competición es, para mí, ver la cara de humillación del rival ante un gol imposible ((O sufrirlo en mis propias carnes, porque soy malísimo contra rivales humanos)), así que los fríos encuentros por los intertubos no me atraían demasiado. El PES2008 tampoco hacía demasiado en ese aspecto, ya que a lo inestable de las conexiones se unía un apartado táctico desquiciado que todo jugador experto sabía explotar con mecanismos inverosímiles ((Un tipo me machacó una vez con un Barça de cuatro delanteros, cinco defensas y un medio. UN centrocampista.)), por no hablar de esa inmensa mayoría de jugadores que se dedica a regatearte hasta la línea de gol. Con FIFA no pasa lo mismo. Para empezar, los partidos van razonablemente bien incluso para alguien con mi ADSL Rural. Tienes modos y opciones para aburrir, incluyendo ligas, campeonatos, partidos Be-A-Pro de 10 contra 10, ránking, etc. etc. etc. Lo mejor es que todo lo dicho antes del ritmo real y las tácticas se mantiene contra los rivales humanos. Puedes perder tu vida machacando a sportinguistas si así lo deseas, y aun así no te arrepentirás cuando descubras que tienes 26 años y sigues virgen.

Sí, bueno, ¿no?

— Raúl González Blanco

Pero lo mejor de la conectividad online lo dejo para el final. Como decía al principio soy un apasionado del fútbol real. Y por tanto estoy obsesionado con la representación fiel de todos los aspectos en los videojuegos que compro. Sencillamente, me ponía enfermo salir del Football Manager y su realismo enfermizo y ponerme a manejar a un Adriano o un Milan Baros al nivel de hace un lustro. He perdido más horas editando atributos que jugando, y eso es algo muy triste para escribir en público. Por suerte, el viejo sueño de todo jugador virtual se ha hecho realidad. Ése que nos permitía actualizar las plantillas y los atributos de los jugadores a medida que avanzaba la temporada. Pero lo han hecho de pago, lo cual es una VERGÜENZA INFINITA teniendo en cuenta que me he dejado 70 euros en plena crisis y eso no supone apenas esfuerzo para la todopoderosa EA Sports. Peor aún, es bastante caro. Afortunadamente y aunque siga sin ser lo adecuado el manual incluye un código para canjear por una liga de la Adidas Live Season, que así se llama el invento. Lo he inaugurado con la Primera División ((Ni de coña voy a decir eso que hay que decir ahora.)), y los resultados son espectaculares. Negredo, Mata o Villa (a día de hoy) en racha goleadora, De La Red y Busquets Jr. a la altura de sus compañeros, Henry en franco declive… Está realmente bien implementado. Más allá de eso, abre nuevas posibilidades de cara al juego offline. Significa que puedes empezar un modo mánager con un equipo pequeño que veas con posibilidades en la Liga del Mundo Real®. O fichar a algún jovenzuelo que aparezca en la base de datos como un negado y que se destape en su primera temporada en Liga —Jonathan Pereira, te elijo a ti—. Son cosas pequeñas que sólo apreciará alguien tan anal como yo, pero valor añadido al fin y al cabo.

If I say black, no problem, but if I say black black black, is very bad…

 
— Jesús Gil y Gil

Así que sí, este FIFA es EL FIFA. El que ponga las pilas (esperemos) a Konami. El que vuelva a meternos en un partido de verdad sin esquizofrénicas normas no escritas. No he probado la versión definitiva de PES 2009. Xavi Robles, que tiene tentáculos en todos los estudios del mundo, me dice que la versión definitiva es muchísimo mejor que la demo disponible en el Bazar/PSN. No lo sé. Es un poco fanboy de Seabass y no respondo por él. De hecho es posible que nos matemos algún día por este mismo tema. Quién sabe, quizá éste sea un año genial después de un período de vacas flacas. Pero sí avalo la apuesta de FIFA. Es un producto serio. Está cuidado en todos los aspectos, e insisto en su magnífica jugabilidad. Irónicamente, es la franquicia de EA la que apela ahora a los jugadores que quieren algo más profundo que lo que ofrece la de Konami, que pide que desandemos el paso que dimos hace ya unos siete u ocho años. Yo digo SÍ. Aparentemente, la mayoría de los jugadores hardcore también. Veremos.

Y sobre el árbitro, división de opiniones: unos se acordaron de su madre y otros de su padre.

— José María García

Nota: 9

Ficha técnica Plataformas: PlayStation 3, Xbox 360. Versiones diferentes para PC, PS2, PSP, Nintendo DS y Wii. Desarrollador: EA Sports Distribuidor: Electronic Arts Género: Simulador deportivo Precio: 69,90 € Código PEGI: 3+ Idioma: Totalmente en castellano Fecha de salida: 03/10/2008