Igual me desconté, porque no hay separador de millares, pero juraría que Ifrit soltó en cierto momento una colleja de más de cuatro millones de puntos de daño. En el peor de los casos, fueron cuatrocientos y pico mil. No es una cifra especialmente sorprendente en tiempos de free to play elásticos –y seguimos, por supuesto, lejos de las cifras paródicas de un Disgaea–, pero tampoco está en el rango que normalmente asociamos a la legendaria saga de Square-Enix; aunque ese límite se puede romper desde hace años, supongo que la mayoría recordamos con cariño el 9999 de, por poner un ejemplo al azar, Final Fantasy VII.
Lo que quiero decir con esto es que hay, en el combate de Final Fantasy XVI, una convicción imprescindible para que la cosa funcione. Nada de sistemas híbridos, de mantener un pie en los turnos, de tantear el terreno para decidir hacia dónde va el futuro de la franquicia; la apuesta por la esquiva perfecta, por los tajos frenéticos e incluso por los QTE se hace aquí con todas las fichas. No queda otra, vaya, cuando tienes a un diseñador de Devil May Cry V dando forma a esas peleas y encima pides ayuda a PlatinumGames.
Sigue quedando, en cualquier caso, espacio de sobras para una historia, la de Clive Rosfield, que se alarga durante varios años y recorre todo el territorio de Valisthea para recolocar una vez más gran parte de la simbología de Final Fantasy. Los cristales, los chocobos, las invocaciones y algunos nombres recurrentes forman ahora parte de un mundo serio y jodido, consumido por las tierras estigias y marcado por conflictos que sobrepasan el campo de batalla; la situación de los Portadores, personas marcadas, esclavizadas y perseguidas por su magia, se presenta con una crudeza impactante e inesperada. El juego está relativamente cómodo en ese registro –ni frío ni calor, me temo; no se profundiza en el tema de una forma ejemplar, pero tampoco recuerdo frivolidades o deslices–, aunque por supuesto el tono no es siempre igual de grave: la sed de venganza primero y la virtud de la justicia poco después desembocan irremediablemente en duelos de gigantes que lanzan rayos y bolas de fuego. Solo machacando el cuadrado seremos testigos de un futuro mejor.
Final Fantasy XVI brilla cuando hay Dominantes cerca. Los personajes más importantes, buenos y malos, lo son por el poder que les permite invocar a un eikon. Incluso cuando seres como Ifrit, Shiva, Odín o Bahamut se mantienen latentes en el cuerpo de un rey, un hermano o una guerrera, su presencia se intuye por el carisma que llena la pantalla en cinemáticas con muchísimo primer plano; el magnetismo del protagonista ha dejado la Galería de mi PS5 como una de esas habitaciones que antes se empapelaban con pósters de la Súper Pop. Cierto, también, que a nivel gráfico hay una generación y media de diferencia entre esas caras y las de algunos NPC.
Aunque nunca dejan de ser sus mejores momentos los que definen esta nueva entrega, los altibajos son evidentes aquí y allá. Después de un arranque para enmarcar, por ejemplo, se queda un buen rato, demasiado, con ritmo de introducción. Estará exagerando solo un poco el que diga que el juego de verdad empieza a las doce horas. Aparecen entonces nuevas tareas y desafíos, pero sobre todo acaban de encajar las piezas que definen la estructura del juego a partir de ahí; van siendo cada vez menos las ubicaciones que no puedes revisitar y los pasillos aparentemente inconexos acaban uniendo pueblecitos, llanuras y puntos de teletransporte en regiones moderadamente extensas. Entendiendo mejor el mapa dejé de echar de menos un mundo más abierto, pero no uno más vivo. Varias localizaciones cambian en momentos clave por el movimiento de los ejércitos y algún que otro spoiler, ojo, pero abundan los trayectos sin muchos sobresaltos y las ciudades de cartón, con el mismo fulano usando el mismo hechizo de viento para secar la misma ropa tendida por los siglos de los siglos y mercaderes pegados al suelo para vender las cuatro espadas y pociones que también se pueden comprar en la otra punta del continente. Ese Final Fantasy XVI, decente pero sin chispa, es también el que se encarga de las misiones secundarias, en su mayoría recados sin importancia que acabas haciendo por si suena la flauta —alguna sí ofrece recompensas que merecen la pena, en forma de morral con más espacio para consumibles o una escena entrañable con Torgal, otro perro en la lista de los que sí se pueden acariciar— y porque, a eso veníamos, cualquier excusa es buena para liarse a espadazos un rato más.
Sobre los modos visuales…
Una vez más, hablemos de modos gráficos. Al final he acabado «priorizando la resolución», porque los 30 fps no se mueven y la experiencia es más coherente. El modo rendimiento añade suavidad a la acción, pero el framerate baila más y, por alguna razón, ni lo intenta en las partes de exploración; es como si tuviera su propio selector invisible… y roto.
El sistema de combate, la parte con más peso del título, también necesita tiempo para crecer. Empieza bien, por el ímpetu de los golpes y la finura de las animaciones, pero algunas dudas sobre la complejidad de su diseño se despejan cuando Clive carga ya con mucha responsabilidad sobre sus hombros. Y las respuestas, casi todas satisfactorias, tienen que ver con los poderes que absorbe de otros eikon y que acaban ofreciendo una cantidad muy razonable de estilos de juego. Sigo pensando que se podía colar aquí algún combo básico extra, que hay pocas alternativas mientras esperas que se recarguen las habilidades, pero la combinatoria es generosa y, de hecho, cuesta decidir qué invocaciones dejar en el banquillo; puedes equipar tres, pero cada una tiene más ataques especiales que botones libres quedan en el mando y el Titán, que es quien trae el parry bueno, es titular indiscutible.
Y después, en otra liga y en otro párrafo, está lo de liarse a hostias con los demás Dominantes.
Varias localizaciones cambian en momentos clave por el movimiento de los ejércitos y algún que otro spoiler, ojo, pero abundan los trayectos sin muchos sobresaltos y las ciudades de cartón.
Controlando a Ifrit, otro que guarda un par de ases en la manga, los apoteósicos jefes finales —hay un par especialmente destacables, por escala y por intensidad, que merece la pena descubrir con el mando en las manos— calculan mejor de lo que parecía la distancia entre la interactividad y el espectáculo. Para ello acaban tirando de musicote y de QTE, efectivamente, pero el resultado es casi siempre digno de la mejor Capcom. De hecho, el mayor problema con esto es que a las batallas del último tramo les cuesta alcanzar un listón que había quedado demasiado arriba.
La mayoría de soldados y animales salvajes caen como moscas cuando enlazas llamaradas, carámbanos y relámpagos, así que Final Fantasy XVI tiene siempre a punto, como mínimo, un jefecillo con barra de aguante para añadir interés a la pelea. El toquecito estratégico nunca llega a ser decisivo, pero sí hay enfrentamientos largos, de desgaste, que se llevan mejor cuando gestionas bien esas habilidades; lo suyo es soltar cuatro o cinco con el rival aturdido, para aprovechar el multiplicador de daño que desaparece a los pocos segundos.
Tengo razones para sospechar que Final Fantasy XVI se recordará más como hack’n slash que como RPG. Desde luego, se rejugará más como Bayonetta que como The Witcher 3; se agradece la difícultad más elevada, porque a la primera vuelta no pica, en esa Nueva Partida+ imprescindible para terminar de desbloquear todo el árbol de habilidades. En esas estoy ahora, cincuenta horas después, buscando posibles secretos y cogiendo sitio en las tablas de clasificación de las ordalías, retos centrados en el uso de un eikon concreto.
Menos redondo que la demo, pero igualmente memorable, el viaje de Clive Rosfield nos recuerda, con el cambio y la personalidad por bandera, no solo que merece la pena luchar por la libertad; también que hay que ganársela. Si Final Fantasy XVII quiere probar suerte como extraction shooter, tendrá que ser en lo suyo tan bueno como este.
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Buenas, Pep, primero muchas gracias por la review. Me tiro de cabeza al juego. Una consulta, en tema de rendimiento lo viste flojo como para dudar entre modo performance o modo resolución/graficotes?
@hbrianl
Hemos añadido un cuadro sobre eso, que se me pasó. El modo de rendimiento, efectivamente, está medio roto. Yo he jugado casi siempre con modo calidad, sin problema, y si acaso igual lo pongo en rendimiento puntualmente, si algún combate se complica un poquillo en la segunda vuelta.
¡Lo suyo sería un modo a 40!
@pep_sanchez
Muchas gracias!
Que bueno volver a leerte Pep! Por la descripción parece que en todos los aspectos se queda el juego en un casi, en el combate, en la historia y en la ambientación. Aún así, voy de cabeza por él, darse de ostias manejando a Ifrit es lo único que necesitaba para vendérmelo.
Pues muchas ganas. Lo cierto es que el combate luce espectacular, igual hasta demasiado con tanta lucecita y demás, pero creo que es algo más que buscado, y sin duda lo que parece el punto fuerte del título y dónde más se ha ahondado. No sé si le daré este verano ya que tengo otras cosas ahí en cola que piden paso, pero sin duda es un juego que antes o después se vendrá a casa.
Exquisita la manera en la que se plazma en palabras la experiencia del videojuego, como es costumbre en Anait.
Muchas gracias por este texto y procedo a adentrarme en Valisthea.
Un saludo a todo el equipo
Pues bastante sorprendido (decepcionado??) de que no llegara al 9 en la mayoría de sitios. Otro juego que se baja de la pelea por el GOTY de este año. Aún así con ganas de jugarlo.
@malpensante
No sé que consideras la mayoría de sitios, pero con un 88 en MC y 90 en OC, hay más 9s que 8s.
https://www.metacritic.com/game/playstation-5/final-fantasy-xvi/critic-reviews?dist=positive
https://opencritic.com/game/14516/final-fantasy-xvi
@pollomuerto
También hay que tener en cuenta que a FF no le llueven tanto las notazas ni se mira a otro lado ante fallos evidentes como otras sagas rollo Zelda o las de Rockstar. Vaya, un 88 a un FF me parece menos «alarmante» que esa misma nota a un juego de las sagas que nombro
@pollomuerto
Por eso, que el MC no llegará al 90, que es como un promedio, digo lo de la mayoría y que me sorprendió, y pues de acuerdo a las previews yo esperaba que el MC estuviera por encima del 90. Aún así no digo que esté mal, lo jugaré con ganas, pero si hubo un poco de sorpresa con las notas.
Una pena el modo rendimiento (dudo que el sí-parche de lanzamiento solucione demasiado) y que el salto al hack’ slash se vislumbre en otros aspectos más allá del combate, como la personalización del equipo.
A ver si Carrefour se porta y me llega hoy aunque la entrega esté prevista para mañana
Por cosas como esta a veces me arrepiento de haber vendido la PS5. luego me acuerdo de que tampoco tendría tiempo de jugar y se me pasa xd
a ver si en un futuro le puede dar un tiento
Bastante chula la animación de la cabecera.
Un gustazo leer a Pep San
Un gustazo leer siempre a Pep.
El juego, como loco a por él.
Parece que todo el mundo resalta los altibajos del juego pero más todavía esos momentos buenos y épicos . Me da que va a dejar muy buen recuerdo y dentro de unos años muchas de estas notas van a aumentar en el corazón de más de uno. Gracias por el análisis, le doy a enviar y me pongo a jugarlo
A nadie más le ronda por la cabeza que han godofwarizado, thelastofusirizado, juegodetronosiradizado….este final fantasy?
Que para mi ni es bueno ni malo, lo estoy gozando.
@orwellkill en qué sentido? No lo he empezado todavíq por eso pregunto.
@thedarkness-2
yo creo que los últimos god of war ya se thelastofusizaron: se centraron más en una narrativa más madura, camara más cerca del personaje, énfasis en las relaciones adulto/menor, Arcos de personajes mimados, a excepción de la acción que, en god of war me parece más salvaje … a partir de ahí, en este final Fantasy veo también que se han centrado en una narrativa más madura, camara más cerca del personaje, más acción, medio pasillero como gow… y unas tramas que se acercan al politiqueo de game of thrones.
Seguramente son cosas mías, pero me fijo como portan el hacha y la espada kratos y Clive, que parecerá una chorrada, pero ya digo, la sensación que me da es un final fantasy empapado de tendencias que lo han petado los últimos años.
Y no lo digo como algo ni malo ni bueno, y que a mi me vale, desde luego.
@orwellkill ah vale, veo a lo que te refieres. Es verdad que God of War sin TLOU no existiría como tal, en general muchos juegos de Sony. Aquí dijo Yoshida que se vieron varias temporadas de GoT, y también dijo que se fijaron en Shingeki, Evangelion etc. Yo lo prefiero antes que las tramas tipo shonen de muchos juegos japoneses.
@orwellkill
A mí lo del puntito de Juego de Tronos me tira bastante para atrás porque me da la sensación que casi nunca se hace bien (de hecho House of Dragon está varios escalones por debajo de lo que debería) y dudo que este FF sea la excepción.
Parece que se ha producido un efecto rebote de la fantasía de super buenos vs ultra malos de blanco/negro de los 80 a crear un mundo «realista», cruel, violento y crudo: inundarlo de distintos reinos, mientras mas diferentes en costumbres y piel mejor, evidencia el racismo, la xenofobia y el machismo de la manera mas burda posible pero tampoco te atrevas a dialogar mucho el tema, pon un par de personajes que se suponen inteligentes por lo que dicen y no por lo que hacen; intrigas, traiciones, planes maestros (la política según el cine 🤷♂️) y ya lo tienes.
Es decir, en la gran mayoría de casos veo todo muy carente de ideas en el fondo. Si despierta interés es por worldbuilding, basto, rico y al detalle en las causas a las causas del conflicto, ya el porqué de ese worldbuilding y que se quiere decir al respecto es la nada misma.
Lo de la demo fue una jugada maestra, ya desde el momento en que crearon tanto hype con el lanzamiento de la propia demo. La parte de la historia te dejaba con los dientes larguísimos. Y la del combate terminaba de convencer a los que dudaban de si esto iba a decantar tanto la balanza hacia la acción, como ya venían anticipando el XV, el Remake o el fichaje de Ryota Suzuki. Como yo estaba en ambos barcos (y encima el lanzamiento coincidía con mi cumpleaños) lo estoy disfrutando day one (lo que me dejan, que esto ha coincidido tambien con el fin de curso). No sé lo que opinarán los que quieran un buen Final Fantasy, porque no tengo ni idea de lo que debe ser un buen Final Fantasy en 2023, pero por ahora lo estoy gozando y estoy seguro de que me acabará pareciendo un juegazo.
Creo que el mejor resumen a esto que tan torpemente intento expresar es lo que cierra el genial texto de Pep, que lo que quiera que pretenda ser FF en el futuro, “tendrá que ser en lo suyo tan bueno como este”.
Yo entro a llorar por la ausencia de análisis de Tears of the Kingdom. Y lo seguiré haciendo en el resto de análisis a modo de protesta. XD
Entonces, esto es un Asura’s Wrath 2? Porque me sirve.
@molekiller
Pensé exactamente lo mismo
Como pasa siempre, al sistema de combate de este FF XVI se le valorará con retraso, cuando todos los que no pudieron/supieron valorarlo en su día escuchen o vean vídeos X años después de los que sí pudieron/supieron conocer el sistema en toda su profundidad.
No sé como finalizará la historia, llevaré como el 70%, pero de momento me está pareciendo brillante, tanto por todo lo que engloba la historia como el mismo sistema de combate.
@alexrevg
En serio? Yo solo he jugado la demo, me veía venir el giro del final, los escenarios me parecían pasillos, el Gameplay demasiado centrado en los QTE (la pelea de Eikons es puro QTE) y la historia… Me da como si fueran quinceañeros tratando de copiar juego de tronos.
Tenía pensado pillarlo a finales de año, pero después de jugar a la demo se me fueron las ganas, la verdad.
El combate es lo único que me llama la atención, aunque me sobren los QTE, pero tiene pinta de que va a ser tremendamente fácil como el FFVII Remake o el XV.
@leonighart Si la demo no te gustó entonces ni le des una oportunidad. A mi me pasó lo contrario; los trailers no me estaban gustando, el cambio a la acción y manejar a un solo personaje tampoco. Mi mayor miedo era uno de los puntos claves de la saga; el grupo. También el miedo de la historia, por el tono que iban enseñando. Fue jugar la demo, y reservar el juego ipso facto.
Estoy en el punto de no retorno, porque me lo quiero pasar cuando tenga un buen rato para jugar tranquilo. Y ya digo, encantadísimo.
Sobre el sistema de combate no sé si jugaste solo la parte ¨principal¨ de la demo, o también la otra que desbloqueas al pasártela. En esta que desbloqueas puedes probar con más profundidad el sistema de combate, y aún así, si nadie te explica nada, no podrás descubrir muchas mecánicas. Es algo que vas aprendiendo con el rodaje + observar a otra gente jugar + tutoriales.
@alexrevg
El combate ni tan mal, la verdad, pinta fácil pero entretenido. Lo que me molesta son los pasillos, los detalles técnicos que flojean y que, en general, me parece un juego genérico. Las peleas que se supone que son espectaculares, la de la demo es una cinemática con QTE que pulss triángulo 😕
Ya me parecía en los trailers que iba a ser algo así, pero como la gente decía que molaba pues quise probar. En fin…
Soy ultra de Final Fantasy desde que que probé la octava entrega allá por 1999.
No me llamaba mucho lo que había visto de esta entrega aunque pensaba darle una oportunidad, pero entonces me enteré de que existía una demo y decidí probarla.
No sé si la demo está pensada como elemento disuasorio para que la gente NO compre el juego, pero me ha parecido que lo hacía todo mal.
Empezando por lo técnico, en modo calidad, texturas de PS3, animaciones que hacen a las Mass Effect Andrómeda de tremenda calidad, sincronización labial inexistente (esto es jodido, eh), doblaje a español latino pero no a castellano (wtf?), Muros de sonido etc. (Al menos no había bugs gordos)
Luego en diseño, pasillos y más pasillos sin posibilidades de exploración, y lo más doloroso, los combates. Sí, las cinemáticas muy impresionantes, pero son puñeteras cinemáticas donde puedo pulsar triángulo o círculo y ya. Esos horrorosos QTE…
Y por último, la trama, que parece que la han escrito quinceañeros tratando de imitar a Juego de Tronos, personajes con -100 de carisma y giros de guion totalmente predecibles.
Mi novia estaba viéndolo a mi lado, yo sin decir palabra, y ella me preguntó que si eso es un juego de verdad que parecía que lo habían hecho unos niños de 10 años. Y tenía razón.
Le daré una oportunidad, pero la demo me ha dejado un sabor de boca malísimo y muy pocas ganas de darle esa oportunidad.
Todo mal 💔
Se está remarcando mucho el problema de las secundarias y para mí el verdadero problema son las misiones principales que huelen a secundaria, las consistentes en ir a un pueblo y hablar con un contacto que te mandará una tarea bastante chorra a cambio de dejarte pasar a la siguiente zona con la misión principal, esta vez sí, interesante.
Spoilers a continuación:
No están mal para profundizar en la situación política de ese pueblo/zona en concreto, y hay algunas de estas de muy buen nivel, como las centradas en Rosaria y a los exterminios de Anabelle en el ducado (abadía cercana a la posada de Martha, Eastpool, las zonas previa al puerto de Isolda), pero las de Dhalmekia (poblados previos a los Cristales de Dhalmekia y El Dominio), me han parecido un rollo patatero, por estructura y por lo que cuentan.
A parte de ese ritmo irregular, me está pareciendo un gran juego. La trama tan finalfantasytactiquesta, aunque bastante simplificada respecto al juego de Matsuno, mezclada con el espectáculo propio de las entregas numeradas, conforman un juego bastante único y refrescante dentro de la franquicia, sobre todo viniendo de la basura a medio cocer que fue el XV.
Lo de decir que controlamos a Ifrit es spoiler, ojo. Que igual en las promociones se ha dicho y en el juego se resuelve bastante rápido: a mi, por lo menos, me sorprendió lo rápido que se lo quitaron de encima aunque fuera más o menos obvio. Pero sigue siendo un spoiler importantillo
@josecharlie
Con respecto al juego en si, llevo unas 20 horas, he pasado esa fase introductoria y tengo la base completa. Personalmente creo que si se podrían haber metido elementos actionRPG como las magias elementales: el ataque mágico no tiene ningún tipo de utilidad, da igual atacar a un Bomb de fuego con hielo que con fuego, da igual atacar a un monstruo volador con rayo que con viento. Creo que esto lo resolvía mejor FF Origin: Stranger of Paradise, aunque si que los magos estaban un poco rotos.
Y multa de cárcel porque cuando montas en chocobo apenas suena una fanfarria con el tema de chocobos clásico y luego continúa con el tema que toque (la BSO, en general, a la altura dela saga, que es mucho)
Buenas tardes Pep, lo primero decirte que excelente review y que solo tengo un ‘problema’ (Entre comillas porque es mas una diferencia de opiniones que otra cosa) con la parte referente a las misiones secundarias.
Sí, son misiones normalmente de recadero o para pegarte a piñas con la gente, pero también dan una profundidad al mundo que vas visitando que ya le gustaría a muchos juegos, pese a la pesadez que he sentido con ¿5? de todas las misiones del juego, las demás me han dado algo a cambio en forma de lore, además de permitirme seguir explorando el sistema de combate y supongo (porque no he probado a no hacerlas) modificando el mundo a su paso en algunos casos. Sin entrar en spoilers, para mi han sido uno de los puntos fuertes del juego del que me he quedado encandilado.
Nada, solo quería romper una lanza a favor de las misiones secundarias del juego, muchas gracias por el análisis, ¡gran trabajo!
Me ha encantado el análisis. Qué ganotas de jugarlo!