Juegos como
Henry Hatsworth nos están demostrando que no es necesario que haya sangre, violencia o tacos para que un título sea bueno también para el público maduro. Basta con unir a un personaje carismático con una mecánica de juego prácticamente perfecta y sazonarlo todo con mucho sentido del humor. Es la receta en cualquier plataforma, y
Grand Theft Auto: Chinatown Wars la cumple a rajatabla. Pero si a la mezcla ideal le añades sexo, violencia y drogas, la cosa, amigos lectores, sólo puede ir a mejor.
Everybody relax, I’m here
Contrariamente a lo algunos esperábamos, se trata de un juego muy, muy adulto aunque, obviamente, sus limitaciones gráficas le impiden representar ese realismo oscuro y en cierto modo deprimente del que hacía gala GTA IV. Su aspecto es de un estilo cómic muy luminoso y vívido, y quizá por eso impresiona aún más la forma en la que le han inyectado algunos gramos de pura adultez sin adulterar, apretando bien la goma y pinchando las dos grandes venas de la saga: la jugabilidad y los diálogos. Éste es un juego que, por sus intenciones, resulta demoledor y apabullante desde el primer instante. Y es que un título que muestra el logotipo inicial de la desarrolladora oculto entre paquetes de droga, y en el que se habla de un mafioso que murió entre putas baratas y cocaína de alta graduación durante los primeros veinte segundos, no parece precisamente el juego que le regalaríamos a Martita, nuestra sobrina quinceañera adicta al SimAnimals.
Nos deslizamos dentro del pellejo de Huang Lee, hijo de un alto cargo fallecido de las tríadas chinas que viaja a Liberty City con la misión de entregarle a su tío Kenny una ancestral espada patrimonio de la familia. Nada más llegar, dos matones le pegan el palo y, dándole por muerto se llevan la espada. Ahora, Huang Lee deberá hacer lo que esté en sus poder para recuperar la reliquia familiar y, si se tercia, vengar la muerte de su padre asesinado. Simple, fácil y para toda la familia. No se trata de una premisa especialmente original, e incluso tiene pinta de ser una simple excusa para hacernos volver al papel del inmigrante paleto e ignorante de los engranajes que constituyen el mecanismo subyacente e ilegal de Liberty City, pero funciona bastante bien. Si por algo se caracterizan las historias escritas por Dan Houser es por esa capacidad de contarnos algo a través de personajes carismáticos e incluso caricaturescos, que con sus pequeñas intervenciones y diálogos constituyen los cimientos de la narración y el verdadero motivo por el que avanzamos tras cada misión. Sin embargo, a comparación con los últimos juegos de la saga, hay que admitir que el guión de Chinatown Wars está algunos peldaños por debajo en lo que se refiere a fuerza y capacidad de cautivarnos. Le falta lo que los anglosajones llaman «
punch«.
You got a tongue, Dave. Ask her yourself
En GTA: Chinatown Wars nos vemos sorprendidos con textos de lo más ácido y mordaz. Y es que cuando no dispones de una voz que le otorgue carácter a un personaje, la única alternativa que queda es potenciar las palabras para mantener el interés del jugador y, sobre todo, seguir impactándole y haciéndole reír frase tras frase. El caso es que impresiona en cierto modo leer según qué cosas en la pantalla de una DS, tan acostumbrada a los cielos azules y los tonos pastel. De la misma forma que una tarde descubrimos que Martita tiene amigos sospechosamente cariñosos que la vienen a buscar a casa para pasearla por el polígono en su Seat Leon tuneado, GTA: Chinatown Wars es la demostración palpable de que la DS está empezando a sacarse la cabeza del culo y pavonearse entre un sector demográfico que llevaba años ignorándola. O quizá sea simplemente un hecho aislado, una efímera llamarada de gamberrismo de la mano de una auténtica especialista esas lides como Rockstar. Sólo el tiempo podrá responder esas preguntas.
Play your cards right… you live to talk about it!
Pero hablemos de lo que de verdad os interesa, su otra gran baza: la jugabilidad. Si algunos se quejaban del exceso de interludios, paseos, cháchara y, en general, la lentitud de GTA IV, y otros nos temíamos que este GTA fuese una mera reedición de los dos primeros juegos de la franquicia, Rockstar ha conseguido, a base de equilibrio, hacer llover a gusto de todos. Y es que Chinatown Wars aúna lo mejor de las dos vertientes de la saga, dotando al juego de un ritmo endiablado, y una variedad sorprendente en nuestras actividades delictivas. Las misiones son notoriamente más cortas, y se nota que sus desarrolladores han puesto mucho empeño en adaptar con acierto el estilo de juego de la saga a la filosofía portátil. El gran problema de muchos juegos de DS es esa especie de obsesión malsana por aprovechar las posibilidades únicas de la consola. Esto es, la pantalla táctil. A menudo nos encontramos con minijuegos forzadísimos que los desarrolladores implementan en el juego con calzador, dando como resultado un cúmulo de chorradas innecesarias y una experiencia de juego muy frustrante. En Rockstar sabían eso y no han cometido el mismo error. Cada movimiento que hagamos en la pantalla táctil tiene sentido y, creedme, la usaremos mucho. Desde seleccionar elementos de nuestro salón o marcar una ruta en el GPS, hasta hacer un puente para robar un coche estacionado o activar unos explosivos, todo está integrado en el juego con una naturalidad que pocas veces hemos visto en la DS.
La conducción de los vehículos es muy precisa y, aunque las calles Liberty City tan inmensa y llena de vida como siempre, pese al formato se nos harán más estrechas que en otros juegos de la franquicia, la vista cenital hace muy sencillos los giros ((Adiós a las
divertidísimas apariciones espontáneas de obstáculos por el popping :(.)) al igual que ocurría en GTA y GTA II. Sin embargo, esta vez han alterado sustancialmente el sistema de persecución policial. Si antes debíamos mantenernos alejados del radio de acción de los maderos hasta que desaparecieran las estrellas, ahora se nos obliga en cierto modo a enfrentarles. Por cada estrella de búsqueda que aparezca debemos sacar de circulación a un coche de policía ya sea pegándoles un hostión épico, o bien y esto mola infinitamente más haciendo que se estrellen ellos solos dándoles una lección de lo que es conducir por callejones estrechos. Y es que uno de los momentos que más placer me ha proporcionado la DS, más incluso que el excelso Cosmetic Paradise, es cuando en GTA: Chinatown Wars conseguí que dos coches patrulla chocaran entre sí simplemente por frenar justo en el momento adecuado. Impagable, de verdad. Y si antes os decía que sus diálogos le proporcionan al juego un plus de gamberrismo, aquí viene la otra gran palmada en el apretado trasero de las asociaciones de madres consternadas: el simulador de traficante. Así es, han leído bien. En Chinatown Wars han introducido la brutal novedad de poder comprar y vender distintos tipos de drogas cocaína, heroína, ácidos, hierba, pastillas… a nuestro antojo y criterio. ¿Que vamos mal de dinero para pagar una AK-47? No hay problema: hacemos como en la vida real y buscamos a Mohammed, que siempre está al lado del instituto, le compramos unos gramillos bien baratos y se los vendemos a otro camello de la zona alta por el cuádruple de lo que nos costó ((Así gané mi primer millón.)). Con vistas a futuras entregas de la saga, esperemos que Rockstar implemente también la posibilidad de adulterar la mercancía para aumentar los márgenes de beneficio ((Así gané el segundo.)).
We really shook the pillars of heaven, didn’t we, Wang?
Concluyendo, Grand Theft Auto: Chinatown Wars es mucho más de lo que cabía esperar en todos los sentidos. Tiroteos, persecuciones, prostitución, drogas, sangre, toneladas de mala leche y un genuino desprecio por el ser humano y sus vicios, en un juego que podría situarse perfectamente como el mejor, o uno de los mejores títulos del catálogo de la portátil de Nintendo. Si alguien creía que éste sería un juego menor de la saga de Rockstar, que se lo quite de la cabeza. Y si no os interesan los GTA, siempre tendréis la excusa ideal para pedirle la DS a vuestra novia y seguir vuestra partida guardada del Princesas Disney sin levantar sospechas.
Nota: 9
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Buen análisis, aunque creo que sobran las frases en inglés. Es sólo una opinión, no es ofensiva ni pretende serlo, es sólo eso, una opinión.
@Dieguito_Brigante
Relájate coño, relájate, que no te van a lapidar xD
Buen análisis. Disfruté el juego a gusto.
«You got a tongue, Dave. Ask her yourself»
xDDD
@Dieguito_Brigante
Esas frases no se ponen porque si hombre xD.
En todos mis análisis hay quejas sobre las frases en inglés. Tal como dijo Sabin, son ladillos. Los ladillos son pequeños subtítulos que se añaden a un escrito por mera estética, para darle aire al texto. Guardan poca relación con el texto que sigue, y no son en absoluto necesarios para entenderlo.
En mi caso, suelo utilizar citas de películas a mi antojo. En el caso del análisis de Onechanbara, usé citas de The Toxic Avenger, y en ésta las citas son de Big Trouble in Little China (Golpe en la pequeña China).
Si os ayuda que especifique la fuente de los ladillos, así lo haré de ahora en adelante. Si no, pues seguiré como hasta ahora.
El análisis es tuyo, si a ti te gusta ponlas. A mi me seguirán sin gustar. Los gustos son como culos, que la mayoría sueltan mucha mierda.
El juego es un juegazo, lastima que los Nintenderos no sepan aprovechar lo bueno
Pues a mi me gustan esos «ladillos». Le dan un toque muy cool a los reviews…
Ahora bien, lo de citar la fuente de los ladillos me parece muy buena idea Pinjed.
Gran análisis, pinjed. Empiezo a acumular varios pendientes para la portátil (en realidad Henry Hadsworth y este, pero ya son muchos), pero juré no jugar en una que no fuera o Lite o DSi.
Sobre los ladillos, yo digo NO a poner la fuente. La gracia está en Googlearlos.
Pep, echa un vistazo a los ultimos meses y a lo que viene y descubriras algun otro, ya lo veras!
Uy y va y se me olvida opinar sobre el juego! ^^ Como lei en un analisis de alguna pagina por ahi (de hecho, creo que fue en eurogarmer.es!), no creo que ya sea el problema de que las thirds no triunfan en las consolas de Nintendo, sino que estamos ante un GTA en 2D y con unos aires muy parecidos a los GTA’s anteriores al 3, cuando realmente molaban (y antes de hacerse famosos).
Y aqui es cuando me doy cuenta de que los graphic whores son el puto mal de los videojuegos y de que el mundo este loco: la gente prefiere los GTA en 3D que a la antiguos en 2D.
Siempre me han parecido mucho mas burros los dos primeros GTAs que el resto, aparte de divertidos.
KIIIIIIIIL FRENZYYYYYY!!!!
Doce comentarios y nadie ha mencionado lo de Mojamé. Genial, pinjed.
Buen análisis, GTA Chinatown es un juegazo y para mi lo más importante es que retoma ese espíritu cafre y defenfadado de las primeras entregas alejándose del realismo a que se había ido acercando en las últimas.
Eso si, sea como sea la fórmula empieza a estar muy trillada.
Esto.
Coincido con el análisis, me chocó mucho encontrar un lenguaje así en un juego de DS, y el juego es la polla.
El juego está muy guapo. Por cierto, estuve la semana pasada en Nueva York y habia un cartel del juego del tamaño de un edificio de 5 plantas en el centro de Chinatown.
Slowpoke.jpg
Me lo terminé ayer, y ese regusto a las dos primeras entregas me ha encantado. Probablemente uno de los mejores juegos de DS.