Dicen que la principal diferencia entre el terror y el horror es que el primero nace de la amenaza concreta, mientras que el segundo nace de la certeza del desconcierto. Con esto como base, Benjamin Rivers nos coloca como protagonistas en una extraña historia donde nada es lo que parece, pero puede serlo. Una curiosa mezcolanza entre aventura clásica y narrativa hipertextual que si bien resulta interesante de probar, no termina de cuajar como debiera. En Home encarnamos al marido de Rachel. Despojados de todo nombre para conseguir un protagonista lo más icónico posible, abrimos los ojos en una oscura habitación de una casa que no es la nuestra, sin saber cómo ni cuándo hemos llegado allí. A partir de ese momento la labor del jugador se limitará a decidir cuánto tiempo quiere invertir en explorar las distintas localizaciones para averiguar qué demonios es lo que ha sucedido. Es la parte de aventura. En este aspecto el juego no nos lo pone difícil: desde el primer momento y superando apenas cuatro puzles sencillos, podemos abrirnos paso hasta el final de en menos de 15 minutos. No es la manera recomendable, en cualquier caso, porque la verdadera chicha de Home está en descubrir la historia que subyace detrás de los truculentos escenarios con los que nos vamos cruzando. Es por ello que la duración del juego es tan breve —no más de una hora y media jugando despacito— y se justifica la imposibilidad de guardar partida; el objetivo es que la historia sea experimentada de un tirón. Aquí es donde entra en juego una forma sutil de hiperficción explorativa donde las acciones del jugador alteran ligeramente el desarrollo de los acontecimientos. Son pequeños cambios que en pocas ocasiones supondrán una influencia palpable en el curso del juego, pero que sí serán determinantes a la hora de cerrar la historia., ya que en ningún momento averiguaremos qué ha sucedido. Por contra, sólo podremos alcanzar una versión de los hechos determinada que variará en función de nuestras decisiones y de la cantidad de pistas que hayamos logrado reunir. Es en este ejercicio de deducción donde encontramos la faceta más satisfactoria del juego, puesto que una vez acabada la aventura nos invitan a compartir con el resto de usuarios nuestra visión de la historia. Es sorprendente agradable descubrir en los relatos de otros, puntos de vista y líneas argumentales que tiran por tierra con facilidad las explicaciones más obvias, sustentándose en hechos y deducciones que tú has pasado por alto. Sobre el apartado técnico no hay mucho que decir. Tiene unos gráficos retro que en su simpleza no cansan ni resultan anodinos sino todo lo contrario, ayudan a entrar en ambiente y sugieren sin mostrar. Mientras, el diseño de sonido no destaca en ningún caso y se limita a cumplir su función. Sin embargo y a pesar de lo interesante de la propuesta, no está exento de lacras. Para empezar lo más obvio y sangrante: Home Horror no da miedo. Os llevaréis algún susto, sí, pero serán sobresaltos tramposos, de golpe de efecto y subidón de volumen. La ambientación ayuda y puede que llegue a poner nervioso, pero sólo la primera partida y si se lo permites abiertamente. A nivel argumental dispone de una historia curiosa, pero carece de fuerza que justifique más allá de tres o cuatro partidas. Además, la simpleza de los puzles —por llamarlos de algún modo— y la carencia de cualquier otro reto salvo la exploración, hace que en cuanto conozcamos todos los escenarios el jugar no sea más que un mero trámite para poder conocer un nuevo final o punto de vista de la historia. Home es una vuelta de tuerca al género de las aventuras de terror que, si bien plantea unas bases interesantes y originales que dan algo de frescura al género, no consigue brillar con la suficiente intensidad como para pasar de mera anécdota. Sus limitaciones jugables hacen de él un juego de pocas partidas, y su narrativa —supuestamente el punto fuerte— se debilita precisamente por la necesidad de dejar las cosas lo suficientemente ambiguas como para dar cabida a tantas interpretaciones. En cualquier caso y aunque parezca contradictorio, todo esto no me impide recomendarlo. Contextualizando, nos encontramos ante un juego creado de cero por una única persona y que por los dos dólares que vale bien merece la pena, aunque sea sólo para poder participar de esa comunidad que trata de explicar qué demonios hacía el marido de Rachel, en esa casa que no era la suya, a dos habitaciones de un hombre muerto. [7]
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Excelente análisis.
Home es un juego curioso y yo también creo que todo el mundo debería aprovechar y jugarlo.
Muy buen análisis
me encantaria poder probarlo,alguién sabe en donde puedo descargarlo?