Alguno se acordará de esa saga de simulación, Jane’s Combat Simulations, a la que cuando uno le echaba el guante por primera vez y veía tal cantidad de botoncitos, switches, palanquitas, lucecitas y pantallitas se sentía como un chimpancé al volante de un Lamborghini. La situación nos superaba y solo aquellos inadaptados con un F15 de juguete colgando de tres hilos sobre su cama se tomaban el tiempo que hiciera falta para domar aquella bestia. Esos tiempos terminaron, EA (la EA que no molaba nada, la que era El Mal) vio que la simulación no daba dinero y dejó de lado la franquicia en los albores del nuevo milenio. Dos años después unos tal Xicat Interactive desenterraban su cadáver para coserlo a puñaladas en un intento de simulador de combate de la Segunda Guerra Mundial subtitulado Jane’s Attack Squadron que se pegó una hostia de escándalo, teniendo además como rival directo al excelso IL-2 Sturmovik. Y ahora viene Deep Silver, patrón de las causas perdidas, le quita del título eso de «Simulations» muy a conciencia y nos trae, de la mano de Trickstar Games, este JASF: Jane’s Advanced Strike Fighters, el juego más arcade de la saga. La inspiración de este JASF es más que evidente: Ace Combat. Pero el Ace Combat de toda la vida, no este último lavado de cara peliculero y callofdutyista. La sencillez en el control como piedra angular, tanto que ni siquiera hay un tutorial más allá de cuatro cartelitos en la primera misión, un aire de placidez en el sobrevolar del terreno y un guión pseudorealista que se nos desvela por radio son señas de identidad de la franquicia de Namco. La diferencia es que en aquella, aunque las misiones eran un poco monótonas, lo que nos rodeaba era bello y espectacular, los paisajes eran bonitos, el sol brillaba y las explosiones molaban. Hasta la voz femenina del ordenador de abordo era agradable. En JASF, en cambio, quien nos habla es un tío inquietante de acento árabe, el entorno es normalucho, las texturas desaparecen con una frecuencia preocupante y las explosiones… bueno, las explosiones no están mal. Nuestra tarea es equilibrar una balanza bélica. Un país ficticio llamado Azbaristán, cuya situación política viene a ser una mezcla entre el Agfanistán de los ochenta, el Irak de los noventa y la Corea de posguerra. Un norte chalado, agresivo y opresor está a punto de hacer las paces con el sur democrático, próspero y pacífico hasta que algún idiota hace explotar un coche en un calle peatonal y ambos se echan la culpa entre sí y las negociaciones de paz se van adonde picó pollo. El norte inicia una carrera armamentística consigo mismo llenando el horizonte de expresiones tan jodidas como «armas biológicas», «uranio empobrecido» o «proyecto nuclear». Así que el sur, asustado como un perrico chico, acepta la ayuda de EE.UU., que no solo pretende financiar y entrenar a las fuerzas armadas del sur, sino que empieza por cederle a algunos de sus mejores hombres y máquinas para igualar un enfrentamiento fratricida que puede acabar como el rosario de la aurora y, ya de paso, asegurarse la disponibilidad de unos cuantos pozos de petróleo la mar de hermosos. Ahí entramos nosotros: somos el primo de Zumosol que viene a defender al débil del abusón, solo que en lugar de bíceps tenemos una puta treintena de los más avanzados aparatos de destrucción jamás creados por la mano del hombre. Hacer un juego que sea decepcionantemente corto pero al mismo tiempo se haga eterno tiene su mérito y hay que dárselo a Trickstar Games porque eso es lo que han conseguido. JASF es el friki de tu barrio que viste siempre con chándal, lleva el pelo mal cortado y colecciona cromos de aviones de combate que necesita enseñarte con fervor y largas explicaciones técnicas cada vez que se cruza contigo. Huyes de su presencia y avanzas con cierto miedo por la calle, porque una vez caes presa de sus disertaciones sin sentido es imposible sacártelo de encima, pero el tipo tiene un radar en su cabeza y siempre da contigo. Le falta un hervor y apenas sabe articular una oración coordinada, pero se le ve entusiasmado con sus avioncicos y queda claro que lleva en su cabeza una base de datos tecnomilitar. Es un genio estrábico, despeinado y con repulsivas boqueras, pero sabe muy bien de lo que habla. Y así transcurren las tres horas largas de JASF en sus 16 misiones: luchando por no cabecear, por no perder la consciencia mientras te piden que bombardees ese vehículo sospechoso, que escoltes a este carguero súper importante o que defiendas a un político al que se quieren cargar los zumbados de la República Popular del Norte, soltar contramedidas cuando haga falta, fijar objetivos y disparar y como mucho cambiar entres tres o cuatro armas. Una amplia variedad de modelos de caza y bombardero reales, con una ficha detallada del armamento que incluyen y su efectividad en velocidad, blindaje o agilidad en el movimiento; pero que a la hora de la verdad no suponen grandes diferencias. Quejarse de que unos aviones no tienen personalidad puede sonar a consumo prolongado de psicotrópicos, pero quienes hayan mojado aunque sea solo un pie en este género ya saben de qué hablo. JASF: Jane’s Advanced Strike Fighters es la extrapolación de la simulación a lo arcade de la peor forma: quitándole el alma. Es un ni chicha ni limoná irrelevante y tedioso, lleno de bugs, parpadeos, tirones e incluso algún que otro cuelgue total. Una campaña desangelada que se arrastra sin ideas y sin propuestas, acompañada de un modo multijugador que quizá tenía su punto pero no lo sabremos nunca porque las diversas veces que me he adentrado en él me he visto completamente solo, en un páramo desierto y desolador que convierte en estéril el trabajo invertido. JASF es una travesía olvidable, tan orgullosa de su catálogo de pajaricos metálicos que se ha olvidado de que lo divertido de volar o disparar misiles ocurre siempre fuera de la cabina. Dentro, date por satisfecho con tararear la música de Top Gun, y gracias. [4]
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Es un intento de consolizarlo bastante feo, la verdad. De acuerdo con el analisis.
Pobre pinjed, abra sido doloroso jugar esta cosa.
EA sigue sin molar nada y es el puto mal.
En esta review ningún juego de EA fue herido.
Ay, con la ilusión que me había entrado al ver «Jane’s» después de tantos años (desde el USAF que no lo veía, del JASF ni me había enterado) y menuda hostia.