Las adaptaciones de película a videojuego son, generalmente, una ponzoñosa y pestilente charca de mierda sin fondo. Esto lo sé yo, lo sabéis vosotros, y lo sabe cualquiera. Desde el legendario E.T. de Atari 2600 que acabó enterrado en el desierto Nuevo México, hasta el último y bochornoso Iron Man. Algo similar ocurre con las películas basadas en cómics, aunque en este caso se podría decir que el subgénero de los superhéroes fílmicos está empezando a pulirse a base de épicos guantazos al buen gusto como la saga de
Spider-Man, o aberraciones como
Daredevil,
Elektra,
Los cuatro fantásticos o, sin ir más lejos, la película que da nombre a este juego. Sin embargo, el advenimiento de
El caballero oscuro ha marcado un antes y un después en la forma en la que el cine se alimenta del cómic de superhéroes. Y cuando uno juega a
Lobezno X-Men: Los orígenes tiene la sensación de que sus creadores han intentado a plena conciencia extrapolar ese salto cualitativo del cine al videojuego. ¿Conseguirlo? Eso ya es otra historia.
It’s adamantium tasting time boys!
Para empezar, el juego intenta desesperadamente alejarse de la película en todo momento. Si bien es cierto que mantiene muchos vínculos argumentales y visuales con el filme incluyendo el aspecto de Logan, Victor Creed y otros personajes secundarios o determinados entornos, no se puede negar que Lobezno X-Men: Los orígenes no se conforma con ser un mero producto de merchandising. Y es que las adhesiones a la línea narrativa del juego son tan brutales en cantidad, que por sí solo explica muchas más cosas que la película, aunque con un estructura bastante más arbitraria y confusa. Por lo visto, los muchachos de Raven Software echaron mano de los cómics originales de Lobezno y X-Men para enriquecer el relato y las situaciones en las que nos encontraremos, dando a luz a un descompensado batiburrillo de escenarios, situaciones y encontronazos que terminan antojándose algo gratuitos. De esta forma toparemos con decenas de enemigos (golems de lava, Sentinels, mutantes de la jungla, Wendigos…) y escenarios que no se incluyeron en la producción de Gave Hood ni por asomo. Esto, que en teoría es algo francamente cojonudo y encomiable, se puede convertir en un arma de doble filo bastante peligrosa de manipular. Y es que los guionistas de juegos por mucho que nos intenten convencer no son guionistas de cine, y con tantísimo material es complicado alcanzar un mínimo de cohesión y la estabilidad narrativa se suele ir por la taza del váter. Un ejemplo de ello es la forma en la que vivimos los flashbacks de Lobezno de antes de retirarse del ejército, en su último trabajo en las junglas de África, que se irán intercalando entre nivel y nivel a modo de misión recurrente y muy larga. ¿Y esto qué tiene de malo? Pues nada, si no fuera porque en este caso se ha utilizado este recurso más de lo debido. Y es que a uno le entran ganas de salir de casa y prenderse fuego en mitad de la plaza cuando le obligan por enésima vez a recorrer un escenario prácticamente idéntico al de las últimas siete veces en las que Logan ha quedado inconsciente de una buena hostia fina en la cabeza. Y se pega unas cuantas.
Lobezno, tomando el brazo en lugar de la mano desde 1974.
Obviando las peculiaridades de su guión, lo que más sorprende de Los orígenes es su extrema violencia. No sé cuántos de vosotros habréis visto la película, pero basta con conocer las anteriores de X-Men para saber que no se trata en absoluto de filmes especialmente sangrientos. En el juego, sin embargo, nada más empezar nos lanzaremos desde una avioneta y aterrizaremos literalmente y sin paracaídas sobre un soldado enemigo. Luego nos levantaremos del cráter encharcado de sangre y vísceras del pobre infeliz triturado e iniciaremos una vorágine de amputaciones, empalamientos y ultra violencia extrema. Y es que resulta apabullante la forma en que Raven que son los mismos del ultragore Soldier of Fortune, no lo olvidemos han querido darle un tono tremendamente gamberro y brutal a un juego que a priori no parecía necesitarlo, haciendo una apuesta arriesgada pero que ha dado muy buenos frutos. Esa manera de tratar la violencia, recreándose en la superioridad física de Lobezno más cercano en actitud al de los cómics y en su implacable crueldad, recuerdan por momentos al Kratos más cafre arrancándole los brazos a sus víctimas en cualquier God of War. Miel sobre hojuelas, vaya.
Reload. Take all the time you want. I’m still gonna kill every last one of you.
Pero no sólo en su brutalidad y truculencia hay similitudes entre Lobezno X-Men: Los orígenes y God of War: también en su jugabilidad. Ambos son beat’em ups muy sólidos pero a la vez muy planos, que no necesitan de grandes artificios para entretener al jugador: combates contra grupos reducidos de enemigos, desbloqueo de combos y golpes especiales, algo de exploración muy limitada, recolección de orbes, algunos puzles de lo más evidente y sencillo. En cuanto a la forma de combatir, hay que tener cuenta que Lobezno jamás usa más armas que sus garras bañadas en adamantium. Un magnífico recurso, sí, pero de muy corto alcance. Así pues, nuestra meta será siempre echarnos encima del enemigo lo antes posible para acabar con él en el cuerpo a cuerpo. Los soldados, equipados con armas de fuego, intentarán siempre poner tierra de por medio incluso lo gritarán como consigna a sus compañeros para evitar que les convirtamos los pulmones en serpentinas.
Pero Lobezno, como buen depredador, tiene una táctica infalible para llegar a las distancias cortas, que es
donde un hombre se la juega: la embestida. Con un botón de selección de objetivo, y otro de ejecución del ataque, nos lanzamos cual quinceañera sobre Zack Effron y acortando distancias en décimas de segundo de un solo salto y clavando nuestras garras en el pecho del insolente que nos está disparando. Una vez encima de él, podemos seguir escarbando en su caja torácica, o bien lanzarle contra algún saliente puntiagudo en el que quede ensartado o invitarle a saber qué se siente haciendo puenting sin cuerdas. Al margen de las ensaladas de guantazos, los muchachos de Raven han implementado también un sistema típico de los RPGs, con puntos de experiencia para potenciar habilidades y tres slots para equiparnos con mutágenos que iremos encontrando por el juego y que nos darán alguna que otra ventaja como que la regeneración automática sea algo más rápida, que el modo berserk dure más tiempo o que las tías nos confundan con Hugh Jackman sin camiseta y nos tiren su empapada ropa interior.
¡Lo dije! ¡Hay que adaptar la antenaaa!
I’m the best there is in what I do. But what I do best isn’t very nice
Técnicamente Lobezno X-Men: Los orígenes cumple casi sobradamente. El Unreal Engine 3 le sienta de maravilla, el modelado del protagonista es excepcional y el sistema de curación de heridas queda bastante resultón, aunque en ocasiones provoca extraños efectos en las texturas dando la sensación de que estamos buscando a Sarah Connor en lugar de a Dientes de sable y al coronel Stryker. La producción ha sido muy cuidada y, pese a que en algunos momentos se noten las prisas en su desarrollo la gran lacra de los juegos basados en películas: tenerlo listo para el estreno y ciertos bajones de
framerate en momentos puntuales, no cabe duda de que se trata de un título trabajado con entusiasmo y mucho amor al personaje de Marvel. Pero no todo podían ser nubes blancas, cielos azules, prados verdes y montañas de miembros cercenados chorreando sangre. Desgraciadamente, Los orígenes acusa cierta repetitividad injustificada en su devenir. Es verdad que los hack’n’slash, como ya he dicho en otras ocasiones, son y deben ser en cierto modo repetitivos, pero el hecho de enfrentarnos una docena de veces con el mismo tipo de mid-boss (el Wendigo o el golem volcánico), siguiendo exactamente el mismo patrón una y otra vez, acaba resultando frustrante. De hecho, da la impresión de que el juego ha sido alargado deliberadamente en algunos tramos, como en la pelea contra Gámbito que ocupa un nivel entero o la insulsa lucha contra el Sentinel, y los escenarios se repiten con una frecuencia que roza lo angustioso.
As Mark…Twain said… I forgot what the hell Twain said, but I ain’t dead
Pero sus defectos no empañan algo evidente: Lobezno X-Men: Los orígenes es un buen juego, sobre todo si relativizamos y lo comparamos con otras licencias cinematográficas que, en su inmensa mayoría, han acabado mordiendo el polvo estrepitosamente. Unos buenos valores de producción, una mecánica de juego divertida y un nivel técnico a la altura. Pero lo que más valoro en este caso, lo que más puntos le da al título, es esa voluntad de trabajar por conseguir algo mejor, de intentar hacer tal como
dijo uno de sus desarrolladores «un juego de una película que, por fin, no sea una mierda».
Nota: 8
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No podría estar más de acuerdo con todo lo que has dicho. No, en serio, no podría.
«¡Lo dije! ¡Hay que adaptar la antenaaa!»
Diooos xDDDDDDDDD
La peli me moló bastante, así que tendré que catar el juego.
Tiene merito que este juego se deje comprar.
Ganas de probarlo +1000. Buena review, jebi.
Y el screen tearing de las demos, está o no en la versión final?
Gracias de antemanorl!
Una pregunta: ¿Se puede jugar a dobles?
Porque un Hack & Slash que no se pueda jugar a dobles deberia inmediatamente perder dos puntos en su valoracion.
Por lo que he jugado de la demo, coincido en todo. Buen análisis *thumbs up*
@Guybrush
[…]Sólo cuenta con un único modo de juego, careciendo incluso de cualquier posibilidad online o multijugador, algo que sin duda es el único punto negro del videojuego, pero todo lo demás compensa esta carencia.[…]
Va a ser que no y me aprece mal, en la película lobezno lleva practicamente siempre algún compañero (Gambito, el negro que se materializa,…) y no habría sido taaan inverosímil
Ademas hacer un Lobezno vs Dientes de Sable online habría estado muy muy bien
Aun así yo he jugado y decir que muy de acuerdo con el análisis
A mi la demo me dio muy mala impresion,para nada me parecio un beat em up solido a la altura del GoW que pretende imitar.
Pero supongo que para los aficionados al comic el juego tendra mas atractivo.
@Ocelote
Ya dije q
mierda
Ya dije que no era tan malo!!!
Yo lo mismo le bajaba un punto, pero suscribo todo lo dicho, aunque no lo he terminado aún (voy por el lago Alkali en la escena en que vas saltando de helicóptero en helicóptero. Que es IMPOSIBLE, vaya, porque saltas al tercer helicóptero y SIEMPRE está demasiado lejos. Yo ya lo he dejado por aburrimiento).