Cuando me enteré de la existencia de un juego de ninjas en 2D y scroll lateral desarrollado por Klei, lo tuve clarísimo: si Shank y su secuela eran Probotector, Metal Slug y un poco de Ninja Gaiden, este nuevo proyecto debía ser mucho más Ninja Gaiden y menos de lo demás. Y como suele ser habitual en mis arranques especulativos, estaba totalmente equivocado: Mark of the Ninja es Castlevania y es Tenchu y es, creedlo o no, Metal Gear Solid. Y os diré más: puede que estemos ante uno de los mejores juegos de sigilo en lo que va de generación. Es complicado no poner sobre la mesa a sus antecesores más directos porque su estilo visual y narrativo les colocan en el mismo universo, eso sí, con matices. Mientras en las sangrientas aventuras de Shank era evidente el aroma paródico de Robert Rodríguez y la violencia desmedida e irreal de John Woo, parece que Mark of the Ninja se toma mucho más en serio su propia historia, que parece más influenciada por un Takashi Miike en plena genuflexión folclórica. Es como comparar el western de Sergio Leone sin esa dosis de melancolía con el de John Ford: donde uno se alimenta más de la propia iconografía a la que está retratando, el otro trata temas más relacionados con la sociología y psicología de los hijos de una época en su crepúsculo. Shank era el matón implacable capaz de arrasar con un ejército de paramilitares si uno de ellos le miraba mal en la parada de metro. El protagonista de Mark of the Ninja hace básicamente lo mismo pero en un contexto mucho más trabajado, en nombre de un clan ninja víctima de los engaños y las tácticas manipulativas tan propias de una modernidad a la que no se han sabido adaptar. Una idiosincrasia de cientos de años que se resiste a adaptarse a los nuevos tiempos y parece condenada a extinguirse: el M16 con mira láser y balas perforadoras contra la vieja katana. Está claro que Klei se ha hecho mayor, ha madurado intelectual y emocionalmente aunque por fuera tenga la misma apariencia. Pero lo más importante es que no solo han cultivado su forma de contar las cosas, sino también el planteamiento jugable. Mucho más, de hecho. Mark of the Ninja es extremadamente ninja en sí mismo, y la deslumbrante brillantez con la que se ha diseñado su mecánica es el verdadero punto de inflexión en el que al jugador le es revelado que tiene en su televisor un título que coquetea con la excelencia. El mapeado metroidvaniano, con mútliples rutas que descubrimos al recorrer, es el lienzo perfecto para plasmar lo que vendría a ser la quintaesencia del género del sigilo en nuestras propias narices. Una deconstrucción sólida y diáfana que deja claras las reglas desde el principio y perfecciona la dinámica echando mano de un control sencillamente perfecto. La «pegajosidad» con la que se mueven los personajes de los juegos de Klei se convierte aquí en la virtud de un ninja que siempre concentra todos los sentidos en cada músculo de su cuerpo y cada centímetro de su entorno. Y los resortes, los de siempre y algo más: ya no solo conocemos el campo de visión de nuestros enemigos y sabemos que los focos de luz son como correr por la Rambla desnudo y con unos cascabeles colgados del pene, ahora también sabemos cuál es el nivel exacto de ruido que provocan nuestros pasos con una especie de onda de sonar, de mayor o menor circunferencia según intensidad, que si llegan a un enemigo nos ponen en serio peligro. Como en todo buen juego de sigilo, las opciones son tres: matar lo justo y sin ser descubierto, matar a todo el mundo sin importar que te pillen o no, o no matar en absoluto. La última alternativa, la de contenerse para no matar a nadie, algo muy habitual en el día a día de muchos de nosotros, es la que mejor recompensa Mark of the Ninja, con un bonus de puntuación por pacifisimo que un servidor no ha llegado a experimentar. La segunda opción es la más asequible, y la tercera es directamente una imposibilidad en la que lo de «el M16 contra la katana» despeja cualquier duda, sobre todo si se suman a la fiesta los escudos, las armas pesadas y los pastores alemanes de sesenta kilos. Porque, y esto es importante, son los enemigos los únicos que van evolucionando la tecnología de sus armas y trampas. Pero tranquilos, que el protagonista de Mark of the Ninja también tiene un creciente arsenal de dispositivos de muerte, distracción, confusión y comedia que podemos comprar con los puntos conseguidos. Desde la espada o los dardos con los que rompemos fuentes de luz e inhabilitamos componentes electrónicos, hasta bombas de humo para desaparecer (siempre quise hacer eso) o para saltarnos los detectores por láser, pasando por ruidosos señuelos o una droga alucinógena que hace a los enemigos acribillarse a balazos entre ellos (de ahí lo de «comedia»). Los recursos son muchos y cada vez más numerosos (distintas técnicas de ocultación, esconder cadáveres, amordazar rehenes junto a un foco para atraer a otros… y en el último tercio incluso poderes de naturaleza mística), y aunque desplegados en un tiempo y orden preestablecidos para trazar una curva de dificultad perfecta, cumplen su cometido, el mismo que la ramificación de rutas alternativas: permitirnos desarrollar nuestro propio estilo e incluso repetir niveles por métodos diametralmente opuestos. Para muchos, Mark of the Ninja será un juego de diez. Está diseñado con una sapiencia que casi resulta violenta, se explica a las mil maravilla, tiene ritmo, tiene personalidad, es muy adictivo y es inapelablemente bonito. Eso sí: alguien podría esgrimir que la dirección artística, aunque muy trabajada, no toma la dirección más en sintonía con lo que nos están contando. El inherente rollo cartoonesco de Klei habría hecho bien en dejar paso a algo un poco más realista, más crudo, más turbador. Un Mark of the Ninja con las pintas de Deadlight habría sido algo arrollador y digno de aparecer en los libros sobre la historia de lo videojuegos. Quizá, de hecho, ya lo sea. [9]
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Es cierto que el diseño artístico quizá no conjunte del todo bien con la temática y finalidad del título. Pero, personalmente, adoro los diseños en 2D y esos sprites tan fluidos y «artísticos». Pero vamos, eso no quita que sería espectacular de haber sido más crudo.
Sobre el juego en sí, me ha parecido un auténtico bombazo. Para mí, directamente, está entre lo más alto del XBLA y de la generación. Un soplo de aire fresco y un retorno al mejor sigilo. Una pena que no se le haya dado casi bombo en ningún lado mientras que a títulos netamente inferiores se les haya metido en el Summer Arcade.
Yo lo veo un poco feote pero con tanta buena crítica me está entrando el gusanillo. De momento voy a ir mirándome la demo.
En cuanto salga en Steam (en OpenSteamWorks ya está la ficha) lo pillo. Tiene muy buena pinta.
Lo que jugué de la versión de prueba me gustó mucho. Los 15 euretes que cuesta quizá no tanto, así que probablemente lo compraré en alguna rebaja futura. Con todo, creo que bien vale lo que piden por el.
Caerá a la primera rebaja… 15€ lo veo caro, la verdad.
Si sale para Steam cae fijo, me lo habéis vendido completamente
No había oído hablar de este juego, pero totally Sold!
«El mapeado metroidvaniano…» aquí he dejado de leer xD
Yo tampoco sabía nada de este juego. Los Shank me encantaron así que en cuanto asome por Steam cae fijo.
Esto ha estado muy bien.
No tengo prisa, cuando rebaje el precio se viene a mi HDD, xDD
Los abundantes comentarios sobre el precio me confirman lo que me lleva preocupando ya un tiempo. Los precios de los juegos descargables se nos están yendo de las manos. No es de recibo que te cobren 15 euros por esto, por muy bueno que sea, cuando por 5 euros más tienes en Zavvi un juego físico con unos valores de producción 10 veces mayores.
No entro en la calidad, donde probablemente salga ganando el Mark of the NInja este en muchos casos, pero yo sigo viendo los juegos descargables como proyectos a pequeña escala que nunca deberían valer más de 10 euros. Esa es mi frontera psicológica y desde que los 12 y los 15 euros son el nuevo estándar estoy comprando muchísimo menos que antes. Hace dos o tres años caía un descargable a la semana, incluso le daba una oportunidad a juegos con poca promoción que no sabía muy bien si me iban a gustar. Ahora solo compro en ofertas y además voy solo a por lo seguro. Ellos sabrán lo que hacen…
@preacher
Tal cual. 10 euros es el precio correcto. Lo dice Phil Fish y además es cierto.
Con todo, seguramente caerá a 15 este Mark of the Ninja. Genial análisis, @pinjed. Y totalmente de acuerdo con lo de la dirección de arte: por lo que le resta al tono y por lo que supone de encasillamiento.
Estoy de acuerdo en la mayoría de los casos con las quejas sobre los 15 euros, pero en este juego creo que está más que justificado. No es solo que el juego sea una joya, es que los niveles de producción son altisimos.
Yo probé la demo del Shank, pero no me hizo mucha gracia porque considero que había cierta saturación de ese estilo de juegos descargables, como los dos Dishwasher.
Pero anoche probé la demo gracias a este estupendo análisis y me encantó. Lástima que yo también considere que 15 euros por un juego descargable que no sea Braid es excesivo, así que esperaré a alguna oferta.
A mí me está encantando. Creo que son los 15 euros mejor invertidos en lo que llevo del año. Me gustan las 2d y el sigilo, creo que no podría ser mejor. En cuanto al apartado artístico a mí me parece genial, cuestión de gustos. Podría ser más realista sí pero es que entonces ya no sería lo mismo y así, como está, está muy bien. Me guuuuusta
El mejor juego descargable del año, ni summer of arcade ni ostias :O
Me lo habéis vendido; no he acabado la primera misión y ya lo he comprado. Me está pareciendo un juegazo, lástima de algún problema de control cuando estás agarrado a un borde.
Bravo por el análisis.Lo acabo de terminar y es una gozada de juego.Vale los 15€ que cuesta sin ninguna duda.El mejor descargable que he jugado en lo que llevamos de año,y uno de los mejores de todo el catalogo arcade de 360.
Bien dicho, qué coño!