Llega un día en la vida de todo hombre en el que consigue escapar de un compromiso y salir indemne, sin una mancha en el expediente. Cenas familiares, compras con tu pareja, cafés con compañeros, favores debidos, no importa: un día consigues modular una mentira hasta su punto exacto de credibilidad o inventarte una coartada plagada de detalles perfectamente cohesionados. Madurar es eso, pero no siempre fue así. Quizá suene muy a tópico lo de «mi perro se comió los deberes», pero los tópicos no brotan del suelo como los champiñones, sino que son el fruto de la repetición, de una erosión continua, de muchos años utilizándola. Se ha convertido en el ejemplo perfecto de excusa falseada, el símbolo de la mentira desesperada para escapar al deber, el esqueleto fundacional de una actividad social que hemos ido mejorando y evolucionando al crecer. Cuando llamas al jefe y le dices con tono afectado que has tenido un problema familiar dándole la información justa para que le incomode preguntarte, has lanzado una mentira elaborada en tempo, en frecuencia de voz, en tono y en eufemística y elipsis. Es una mentira diestra y sagaz, pero en esencia, en su interior está oculto el mismo perro devorador de contenido académico: la mentira primigenia.
Jugando a Mars: War Logs he tenido un poco la misma sensación desasosegante, la sensación que hay algo en él que has visto mil veces y que no es algo de lo que sentirse muy orgulloso. Es un juego que desnuda a toda una generación por la vía más simple: imitando sus rasgos principales y demostrando, a costa de sí mismo, que en realidad estamos jugando a lo mismo de siempre con cuatro adornos más.
En lo mecánico el juego funciona con moderada solvencia pero quizá su mayor problema es que su fe en mantener el interés del jugador encomendándose a una historia algo apresurada. En una ambientación de decadencia futurista, una posguerra marciana y polvorienta que recuerda vagamente a Dune con toques de western espacial. La magia queda sustituida por la tecnomancia (que viene a ser lo mismo pero con cables y chispazos) y el mundo es feo, aburrido y nada cautivador. La historia gira entorno a Innocence, un chavalín un poco pechofrío al que las vicisitudes de la guerra le han terminado llevando a un campo de prisioneros donde nada más llegar ya hay quien tiene intención de dejarle caer bien cerca la pastilla de jabón. Por suerte para su virginidad anal, aparece el verdadero héroe de la historia, Roy, un estereotipo andante con un —wait for it— Oscuro Pasado y le convierte en su protegido.
Decir que se le adivinan buenas ideas es ser un poco condescendiente. Mars: War Logs toma buenas decisiones que muchos otros han tomado ya antes, algo que tiene mérito pero relativo. La mezcla de aventura de acción en tercera persona con toques de action RPG (esos combates de machacar el ratón), el looteo, el sistema de misiones opcionales, el progreso de personaje a través de puntos de habilidad repartidos en un árbol, el aprendizaje de perks o el crafteo básico ven encaminados en una dirección: hacer un poco de todo.
A medida que va subiendo de nivel y fabricándose armaduras e inyecciones de suero (que sirven de curación y de divisa), uno se percata de que Mars: War Logs avanza demasiado rápido, como si estuviese algo desequilibrado. El árbol se va rellenando sin esfuerzo, subiendo incluso de nivel cada habilidad, y el looteo es tan masivo y descontrolado que cuando quiere crear algo solo necesitas pulsar el botón y el material necesario estará en el inventario casi siempre. De lo contrario, tocará explorar otros pocos montones de escombros y volver a intentarlo dando como resultado un tipo de exploración al por mayor sin ninguna gracia, sin disfrutar de un reto de buscar una pieza ni de la recompensa de encontrarla.
El combate seguramente sea lo más atractivo de todo el asunto, con un aire bastante arcade, su botón de bloqueo, su función de romper la guardia, sus combos y sus tretas como coger arena del suelo y lanzarla a los ojos del enemigo. Es importante también la movilidad, porque en las primeros compases vamos a recibir una buena manta de hostias y habrá que tirar de ingenio hasta que las habilidades adquiridas nos conviertan en un semidios.
Mars: War Logs no es un mal juego, pero quizá deje demasiado al descubierto su anhelo por ser mucho mejor. Aciertos indiscutibles en el diseño de sus mecánicas comparten asiento con una alarmante falta de inspiración, un tomar conciencia de su propia condición de juego menor que termina lastrando la experiencia. Lo que hace lo hace bien, pero ni él mismo cree mucho en sus posibilidades y termina pisando el acelerador y dejándose llevar por la ley del mínimo esfuerzo. Mars: War Logs es esa idea brillante que te sobreviene y que, en los pocos segundos que tardas en escribirla, terminas decidiendo que en realidad quizá tampoco era para tanto. [6]
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Se me han bajado las ganas pero me voy a mantener en mis trece de darle una oportunidad. Soy muy fan de estos juegos de bajo presupuesto. Suelen ser chapuceros y limitados pero también tienen un tufillo artesanal que me atrae. Me parece necesario que haya mercado para estos juegos de serie B, siempre que el precio sea proporcional.
Tercer valor agregado de Anait, analisis de juegos que ninguna otra pagina hace.
El perro gamba por si sólo ya vale unos 600 MS points… A poco que lo demás sea decente (que parece que lo es ) yo estoy dispuesto a pagar 600 más: por 1200 MS points yo le doy una oportunidad
Pues, a pesar de lo que he leído, pienso darle la oportunidad que no me pasó por las pelotas de darle al Mass effect 3 habiendo jugado a los dos anteriores y jurando que Ea/bioware no me tomaría más el pelo, lo mismo va para el Dragon age 2, por lo menos de esta gente se exactamente lo que me van a vender.
@cerbero
No jugar a Mass Effect 3 después de haber jugado a las dos primeras entregas es para hacérselo mirar, independientemente de la opinión que tenga uno acerca de Bioware y de Electronic Arts. En lo que respecta a Mars War Logs, es más que probable que lo deje aparcado hasta que llegue una buena rebaja de precio.
@pardostyle Jugué al segundo por el primero y la decepción fue mayúscula, jugar al tercero habría sido puro masoquismo, por eso me ahorré el mal trago. Todos los juegos que tengo de Bioware son originales desde los Kotor hasta el Dragon age 1 y sé exactamente lo que espero y quiero de esa compañía, lo que intentaron colarme con Da2 y Me2 fue una mierda como un piano y por ahí si que no paso. Y digo más, hay gente que lo ha hecho mucho peor jugando a los dos últimos y no al primero que fue el origen de todo, por no gastarse 7€ en la versión de pc que hay en Steam.