De algún modo, me resulta imposible pensar en mi infancia sin recordar
el bar de abajo. El bar de abajo era el sitio al que iban mis padres a tomar el vino los fines de semana. Era un sitio en el que había viejos fumando y una máquina recreativa. Yo estaba muy enganchado al Toki, había desarrollado cierta habilidad y me gustaba que los hijos de los vecinos me vieran jugar porque, coño, no lo neguemos más, era el amo. Una mañana de sábado, con mis cincuenta pesetas en el bolsillo (lo que equivalía a dos partidas; cincuenta pesetas = 30 céntimos; con eso no da ni para una mísera partida a día de hoy), bajé al bar de abajo con mis padres para darle un poco a la máquina, quizá para pasarme el Toki con un crédito, eso nunca se sabía. Pero entonces, ¡horror!, en la pantalla desfilan una especie de mercenarios matando a soldados. El mercenario se mete en un tanque que dispara rayos azules. ¡Maldición! ¡Dónde está mi gracioso mono con casco de rugby! Pero oigan, tardé poco en dejar de echar de menos al mono. Tardé más o menos cincuenta pesetas, que siendo una primera partida y teniendo yo tan pocos años posiblemente fueran menos de diez minutos de juego, ¡pero qué minutos! Desde entonces soy incondicional de la serie. Metal Slug simboliza para mí lo que un buen arcade tiene que ser, todas sus virtudes condensadas en dos palabras. Imaginaos qué subidón cuando recibo en casa un sobre con la séptima parte, que se dice pronto, y un papel doblado en cuatro que ponía simplemente:
analízalo, hazlo pronto y hazlo bien; si no lo haces estás muerto; firmado: Pep Sànchez. ¡Cuánto amor en un solo sobre! ¡Cuánto amor en una sola web, qué
savoir-faire con los empleaduchos!
Machine gun!
La primera pega que el comprador medio puede ver a
Metal Slug 7 es un juego corto. Pongámonos en la mente del comprador medio: «Metal Slug 7, vaya, me suena de haber jugado a algo parecido cuando me piraba las clases en el insti para fumar cigarrillos y meterle mano a la Vero. Pero esto se lo pasaba el Juanra, el de las gafas y el pelo grasiento, en cuarenta minutos». Y así de rápido descarta el juego, por pensarse que tener cierto parentesco (en este caso muy claro) con una máquina recreativa significa ser corto. Que digan que Metal Slug 7 es un juego corto es una imprecisión. Sería como decir que el coito dura entre 10 y 25 minutos. ¡Mentira! Yo puedo estar más de dos horas dale que te pego, es todo mental. Metal Slug 7 es un juego suficientemente largo, porque no está pensado para ir a saco derrochando vidas. Igual que no comemos la sopa con tenedor sino con cuchara, aquí deberíamos jugar como se han jugado de toda la vida este tipo de productos: intentando que no nos maten, marcándonos primero como objetivo pasarnos el juego con un solo crédito y luego, cuando ya lo hayamos conseguido (y para entonces habrá pasado un buen tiempo, supongo; si no, significa que sois unos enfermos y posiblemente nunca leeréis esto porque estaréis demasiado ocupados haciendo S en todas las pantallas del Ikaruga jugando con la chorra), conseguir el mítico 1LC, el 1 Life Clear al que todo jugador de gusto clásico aspira pero sólo unos pocos consiguen.
Shotgun!
Así que Metal Slug 7 es un juego suficientemente largo. Aclarado este punto, sigamos: ¿qué hay de nuevo, viejo? El juego se divide en dos modos de juego. En la misión principal, en la que simplemente hay que avanzar por los diferentes niveles del modo normal, el modo Arcade, digamos. Siete niveles componen el juego y el número de créditos es limitado. Sin embargo, cuando morimos podemos empezar desde el último nivel al que llegamos seleccionándolo al principio, y empezamos con todos los créditos, con lo que, aunque en la dificultad media las cosas se ponen suficientemente feas como para ser un reto más que digno, siguiendo esta estrategia no debería costar demasiado terminar el juego. Esto, sin embargo, va en contra del espíritu de Metal Slug y no debería hacerse; consultar el párrafo anterior para más información al respecto. Un punto a favor del juego es que cuando continuas no guarda la puntuación, como sí ocurría (si no recuerdo mal) en Metal Slug 3, con lo que en las máquinas el reto no era conseguir más puntos sino más monedas para superar al insensato que había metido dios sabe cuánto dinero y estaba en la primera posición del ranking de puntuaciones. Esta misión principal mantiene básicamente todo lo que hizo grande a sus antecesores en otras plataformas, con ciertos añadidos que no le vienen mal y que hay que ser muy pureta o muy quisquilloso para ver con malos ojos. Por ejemplo, podemos llevar dos armas y alternar entre una y otra pulsando R. También está el asunto de las monedas, que ya estaba en el 6: abajo, una serie de columnas irán ascendiendo a medida que matas enemigos sin parar. Cuando las cuatro estén arriba, cambian de color y comienzan a desaparecer, limitadísimo tiempo en el cual merece la pena aprovechar para matar a todo lo que se cruce en nuestro camino porque cada muerte significa monedas. Coger las monedas rápido hace que sus valores se multipliquen, y así la primera nos da 10, la segunda 20, la tercera 40 y así sucesivamente.
La Academia de Combate merece mención aparte. En este modo de juego, una atractiva aunque arisca militar nos propone una serie de retos y, superándolos, ascenderemos de rango. Los retos van desde matar a cierto enemigo final sin que nos toquen a llevar un balón a tiros lo más lejos que podamos. Son bastante entretenidos y en esas ocasiones en las que no apetece concentrarse y jugar a la misión principal cumplen de sobra. Otro extra es la lista de prisioneros, en la que podremos ver a qué prisioneros hemos liberado y sus hilarantes nombres; esto viene bien sobre todo para cuando quieres batir tu puntuación y conseguir todos los puntos posibles al final de los niveles, ya que cada prisionero liberado da un buen pellizco.
Rocket launcher!
Metal Slug no se llama así por las buenas; todo tiene un sentido en esta vida. Los
slugs, esa especie de mechas super deformed que tantas alegrías nos dieron en su día, vuelven aquí a hacer su aparición. Algunos no están pero para compensar hay tres nuevos: el slug vagoneta, al que pueden añadirse dos plug-ins que aumentan considerablemente la capacidad de fuego; el Heavy Armor, que tiene tanto disparo normal como cañón; y el slug gigante, un mostrenco de dimensiones considerables que merece la pena ver por uno mismo. Y hablando de
roboces, los enemigos finales (otra de las señas de identidad de los Metal Slug) también parecen haberse tomado unos cuantos Actimel y vuelven en muy buena forma. Gigantescos, con patrones de ataque que se mueven entre lo inspirado y lo poco original pero manteniendo siempre un nivel de diversión más que digno, son el café, puro y copa de los niveles: ese momento en el que todo lo ha pasado sigue estando ahí, en tu memoria a corto plazo, pero simplemente te dejas llevar y centras tu atención en lo que está ocurriendo en ese momento.
Laser gun!
Metal Slug 7 sigue siendo un juego con buen aspecto, uno de esos juegos
forever young en los que se nota cierto mimo a la hora de hacer todo. Vale, los sprites llevan siendo los mismos desde hace más de una década, pero aun así se nota cariño en los fondos, en los nuevos enemigos, en llevar los movimientos de los personajes fielmente a la portátil bicéfala de Nintendo. Aquí, error: los personajes están reescalados, como si estuvieran pensados para una pantalla más grande, y no tienen todo el buen aspecto que podrían tener. De todos modos, esto no es suficiente para eclipsar la principal baza del juego: la diversión. Porque Metal Slug 7 hace que la serie levante la cabeza precisamente en lo que fallaba últimamente: está bien diseñado, está pensado para ser divertido y para enganchar, se nota que tiene ese algo que les faltaba al 4 o al 5. Si he de ser sincero, hacía bastante tiempo que no me enganchaba tanto a un juego. Es adictivo, es frenético, las partidas son rápidas y ha sabido adaptarse bien tanto al ritmo de la DS como a los tiempos que corren. No es sólo un refrito de los demás Metal Slug, sino que es un juego nuevo con entidad propia, cosa de agradecer viendo el rumbo que estaba tomando la serie.
Mission complete!
No creo que haga falta mucho más para recomendar Metal Slug 7. Un muy buen juego para aquellos jugadores de MAME que tengan la DS cogiendo polvo. Un muy buen juego para aquellos que echen de meno cómo se hacían las cosas antes. Un muy buen juego para aquellos que se congregaran alrededor de una máquina recreativa a ver combates de Street Fighter II, para aquellos que gastaran más dinero del que puedan contar en las máquinas de los bares del barrio y para aquellos que simplemente quieren diversión. Un muy buen juego en general.
Nota: 8
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Vale metal slug 7 está guay pero dos peros:
· El uso que le han dado a la segunda pantalla es simplemente la mierda.
· Estar más de dos horas viendo jpg’s no es algo de lo que fardar.
Muy divertida la review, como siempre.
He leído que no llega al nivel de los Metal Slug de sobremesa o de recreativa, pero habrá que probarlo.
Yo de pequeño frecuentaba una sala de recreativas por el pueblo de veraneo (Calafell ^^) en la que había de todo, pero que por algún extraño motivo en los últimos años en vez de comprar máquinas nuevas se dedicaron a cambiarlas por más antiguas (hace poco volvieron a poner el Time Crisis 2).
Pero la verdadera guinda del salón era el Metal Slug, no podía ir allí sin echar una moneda de 100 pesetas (2 créditos) e intentar pasarme el segundo boss (sí, el de la tumba llena de momias, la boca metálica que va subiendo por una torre mientras tú la llenas de plomo, granadas y misiles) sin perder un solo continue (gran palabra que ha pasado al olvido, los «continues»). Creo que me quedé en el cuarto nivel varias veces, una ciudad, después del pueblo árabe, la tumba y el tren, porque ya llevaría varias moneditas.
Uno de los mejores videojuegos que ha habido, y de lo mejorcito en cuanto a recreativas.
Ay, dios. Me acabas de poner los pelillos de punta.
Te acabas de ganar mi corazón… Toki no es un juego, es un MODO DE VIDA. ¡Viva el Tokismo, coño!
El caso, ke mi fanatismo por la saga ya la demostré comprandome el Antology para Wii. Después de pasarme los 7 juegos que incluye (Uno se repite con variaciones) uno se satura… pero sigue siendo un perfecto arcade en los tiempos que corren, si señor.
Recordar los clasicos siempre hace que el niño que llevo dentro se ponga a llorar de emocion, pero en el caso de los metal slug llevo algunas decepciones en las ultimas ediciones ya que se dedicaban a meter mas enemigos y poco mas.
Espero que este recupere el encanto de los primeros como bien dices pero es una pena que no lo saque tambien para psp.
P.D.: 2 horas dale que te pego?? 3 pensamientos asaltan mi cabeza:
1- Eres un «poco» fantasma
2- La tuya es de palo
3- Para ti el coito empieza en los besicos
jajaja, es que meter baza me puede, jajaja!!!
Hasta que uno no se encuentra cara a cara con el Slug gigante, no comprende porqué DEBE pasar al siguiente modo de dificultad. Aunque estés en el más jodido de todos.
PD: Chiconucelar es todo un gentleman. Si el dice que aguanta dos horas, por Fran que él jura que los aguanta.
Para mi el coito empieza cuando mi avestruz esconde la cabeza.
tío yo también lo amo pero siete partes son demasiadas, no existe nada que valga la pena siete veces (mi preferido es el 3
@Baxayaun
Lo del Anthology para Wii a mí me parece una cagada como un piano, y mira que es un buen juego. Por un BUEN pellizco menos te podías comprar la versión de PS2 y a fin y al cabo era lo mismo.