Análisis de Minecraft: Xbox 360 Edition

Tras el rotundo éxito de Minecraft en PC que ha cubierto de oro a su creador, Markus Persson (Notch para los amigos) y una reciente edición Pocket para móviles Android, el título llega ahora a Xbox 360 con la versión beta 1.6.6 y un puñado de mejoras casual que ayudarán a los novatos a dar sus primeros pasos de manera segura. Pero, ¿qué es Minecraft? ¿Qué pretende hacer con nuestras vidas? Pues básicamente, robarnos millones de horas frente al monitor mientras cavamos hoyos gigantescos en minas y montañas (sin riesgo de sufrir Neumoconiosis, ¡chúpate esa abuelo!) construir castillos, torres o mansiones al mismo tiempo que matamos a un montón de criaturas extrañas para poder sobrevivir; porque, ante todo, Minecraft: Xbox 360 Edition es un juego de supervivencia que utiliza un cruel equilibrio de necesidades básicas que hay que cubrir frente a una horda de peligros que nos pondrán las cosas muy jodidas. A simple vista, podemos pensar muchas cosas y muy dispares (incluso soltar algún que otro disparate) del aspecto visual de Minecraft en un sector prostituido por millones de polígonos y luces realistas. El juego nos enseña cosas bien distintas: texturas de nuestros antepasados, entornos tridimensionales a base de cubos que simulan diferentes terrenos, enemigos deformes y extraños, animales que viven en un dudoso hábitat natural y una libertad de movimientos de la que pocos pueden presumir. En definitiva, Minecraft es un juego atípico que podemos —o no— disfrutar si uno está dispuesto a invertir muchas horas de su vida por una causa tan importante como es su propia supervivencia. Para colmo, no hay mayor sentimiento de soledad que aparecer en una isla gigante, solo y sin indígenas a los que esclavizar y utilizar a nuestro antojo. Nuestra primera misión será construir una casa para poder pasar nuestra primera noche sanos y salvos. Los ciclos de día/noche tienen un peso muy importante en Minecraft ya que, durante el día, es recomendable abastecernos de todo lo que necesitemos (comida, materiales, plantas, etc.) porque cuando cae la noche, nuestro mundo se convierte en una Ciudad Juárez de zombis, arañas gigantes, esqueletos con arco y Creepers —esos famosos falos explosivos de color verde que se detonan con sólo estar cerca de ellos—. Si eres de los que tiene miedo a la oscuridad, vas a sufrir de lo lindo rodeado de penes explosivos. Una de mis experiencias más gratificantes de los últimos años ha sido dormir bajo tierra, acojonado y esperando a que se haga de día en la superficie. Sobre mi cabeza, solo escuchaba jadeos aterradores y susurros espeluznantes. Así fue mi primera noche en Minecraft, cuando no me enteraba de absolutamente nada y vagaba por el escenario buscando algún indicio de lo que debía hacer. En la versión de Xbox 360 esto no ocurre porque nos encontramos con un tutorial muy majo que nos ayudará desde el inicio, cosa que se agradece si eres un novato. Basta con dedicarle unos pocos minutos para empezar a disfrutar de la impecable profundidad que ofrece el título. Si os cuento que todo comienza por unir diversos componentes en una cuadrícula de 3×3 y que, dependiendo de la disposición de dichos objetos en la cuadrícula, obtenemos un resultado u otro, ¿os lo creeríais? Pues así es. Minecraft comienza creando palos de madera y, a partir de esos palos, podemos crear herramientas de trabajo, armas y armaduras, sistemas de iluminación, elementos de construcción, víveres, mecanismos y engranajes automatizados y un largo etcétera de objetos de todo tipo… ¡Y toda esta espiral empieza golpeando un puto árbol con nuestras propias manos! Y esto no para de crecer y crecer. A medida que obtenemos nuevos materiales, éstos nos permiten crear herramientas más poderosas para llegar a zonas más inaccesibles y poder conseguir materiales más sólidos y raros. El límite lo pone tu imaginación. Sólo tú y tus limitaciones mentales (desde el cariño) pondrán fin a esta orgía de materiales y construcciones de proporciones épicas. Picar millones de piedras cansa lo suyo y darle al cerebro mucho más, así que siempre podemos dejar a un lado el pico y la pala y salir a la superficie a recordar cómo de cuadrado es el sol de Minecraft. Hay que alimentarse, cocinar pan o pasteles, fabricar lanas tintadas que le den un toque distintivo a nuestra casa, aunque sólo sea para chulear ante vuestros amigos (¡adiós, reputación! ¡buen viaje!). Si salimos a dar un paseo por el aleatorio mapa del juego hay que tener mucho cuidado. La belleza de sus grutas y montañas te atrapan y te obligan a explorar esos rincones tan misteriosos. También hay sitio para zonas montañosas y nevadas en los mundos de Minecraft, idóneas para poder levantar un reino donde el frio y el hielo son protagonistas. Con un lobo y una espada yo podéis construir vuestra propia Invernalia. Y es que la imaginación y las referencias del jugador juegan un papel muy importante y, es así como todo vuelve a comenzar, al entrar en un bucle infinito y alternativo de construcción y exploración. No necesitas más motivos para adentrarte en esta aventura, el juego engancha como él sólo, aunque lamentablemente esta versión de consola deja algunas carencias frente a la versión de PC que cabe destacar. La adaptación de Minecraft a Xbox 360 es buena y aunque deteste hacer comparaciones entre plataformas y más aún si es entre PC y consolas, es evidente que la falta de rapidez a la hora de obtener materiales y crear edificaciones es un punto muy negativo que repercute directamente a la jugabilidad y eso, en Minecraft, es sagrado. Su lento desarrollo puede que nos haga perder el interés rápidamente, sobre todo si ya hemos vivido la experiencia del juego en PC. Para compensar (parcialmente) esta carencia, me encuentro en el juego con un nuevo menú de creación. En esta nueva y reconstruida interfaz, podemos crear todos los objetos del juego de manera rápida y sencilla ya que el susodicho menú está organizado por pestañas diferenciadas (materiales, herramientas, equipo, etc.) que nos facilitará obtener aquello que buscamos de manera organizada. Tan sólo tenemos que seleccionar el tipo de objeto que queremos crear en el menú y, si tenemos los materiales necesarios, obtendremos el objeto en nuestro inventario. Una ventaja para los jugadores menos experimentados. Por lo demás, todo sigue en el lugar que le corresponde, no se ha cambiado un ápice de la esencia de exploración y supervivencia del juego. Pero es evidente que, el grueso de Minecraft está en su modo de construcción y si eso falla, la experiencia general se cae por sí sola. En definitiva, Minecraft: Xbox 360 Edition deja bastante claro que es una versión beta de un juego en constante renovación. Se aleja mucho de la velocidad y ritmo de juego de la versión original aunque incorpora un sistema de creación muy completo, tutoriales durante el juego y pantalla dividida para jugar en cooperativo. ¿Hubiese sido el esperado Modo Aventura el verdadero gancho de esta versión? Sea como sea, ya tenéis una excusa más para jugarlo, si todavía no lo habéis hecho ya. [7]