Meanwhile in Russia…

Análisis de Mother Russia Bleeds

Análisis de Mother Russia Bleeds

Algunos lo llaman rusofobia, pero la mayoría de nosotros no se toma tan en serio su propia opinión sobre los rusos como para considerar que hay algún tipo de odio auténtico respaldándola. Más que una impresión consensuada es un meme de internet —«mientras tanto en Rusia…»— mediante el que muchos solemos convenir medio en broma medio en serio que los rusos, efectivamente, están locos. Más allá de extravagancias y vídeos de politoxicómanos bailando techno en descampados, lo cierto es que el alcoholismo, la violencia doméstica y la enfermedad mental están muy presentes en la sociedad rusa, y la explicación de este carácter tan particular tiene mucho que ver con el delirante pasado político de la nación.

Esto daría para un artículo mucho más largo que nada tendría que ver con videojuegos, pero en sustancia se podría decir que Rusia vivió el totalitarismo más feroz de todos, ese que además de cometer atrocidades se empeña, sobre todo, en borrar de la memoria colectiva personas, datos y eventos —existen anécdotas documentadas sobre circulares del gobierno ordenando a los suscriptores de la Gran Enciclopedia Soviética que recortasen y destruyesen tal o cual artículo sobre héroes del proletariado que habían pasado a ser considerados traidores; «si el partido lo exige, un auténtico bolchevique está dispuesto a creer que lo negro es blanco y lo blanco negro», decía Gueorgui Piatakov, un compañero de Lenin— hasta que a finales de los ochenta hubo que claudicar para encajar en el mundo y aplicar lo que Gorbachov llamó glásnost, que en ruso significa «transparencia». Análisis de Mother Russia BleedsLa restitución de miles de libros prohibidos que explicaban una historia de Rusia bastante diferente a la que Stalin escribió de su puño y letra en el Curso abreviado de 1938, la revelación masiva sobre las mentiras que el ruso de a pie llevaba tres generaciones creyendo a pies juntillas, la súbita opinión corriente de que el país estuvo durante setenta años controlado por criminales y la llegada de la primera generación de oligarcas capitalistas (tan corruptos como la primera generación de oligarcas capitalistas de cualquier otra nación del planeta) provocó una especie de estado de shock durante los noventa. A los rusos les dieron tal hostia de realidad que todavía se están tambaleando, y es posible que de ese estado colectivo a medio camino entre la depresión y la nostalgia se desprenda su carácter en apariencia tempestuoso, sobre todo en las áreas más alejadas de metrópolis como Moscú o San Petersburgo donde la sofisticación importada por los nuevos ricos ha ayudado a ahogar las penas.

Es en esos pueblos llenos de edificios abandonados y en esas zonas salpicadas de ruinas postindustriales donde se graban esos vídeos que alimentan el meme de la locura rusa, donde los chalados corren desnudos por las calles o se arrancan la camiseta para torear coches en la autopista, donde los hooligans se reúnen para pelear hasta que los últimos cien que queden en pie sean los que viajen a la Eurocopa de fútbol para enfrentarse a otros hooligans, donde el krokodil devora la carne de adolescentes pálidos. Solo en ese mundo, que es muy real, tiene sentido el relato ridículo tras Mother Russia Bleeds y la lógica de la violencia como forma de comunicación.

Porque si algo me enseñaron Final Fight primero y Streets of Rage poco después es que los puños hablan. O, como mínimo, que los golpes en un beat’em up tienen un lenguaje propio que lleva años dormido y que solamente Scott Pilgrim Vs. The World y Godhand supieron declinar aunque se tratase de un dialecto no del todo limpio. El código tras el ritmo de las hostias que administramos, la forma en que las animaciones se detienen unas milésimas con cada golpe, la caída del enemigo y el parsimonioso rebotar de su cuerpo contra el suelo, las bandadas de malotes cayendo en un orden perfectamente calculado al recibir el impacto de otro masilla que hemos arrojado en su dirección o la distribución de las patadas voladoras para ejercer eso que los anglosajones llaman crowd control.

Todo forma parte de una jerga visual capaz de doblegar el tiempo y funcionar en una especie de cámara lenta intermitente y muy sutil pensada para acentuar el gesto y transmitir sensación de impacto, pero también para enmarcar la épica del héroe que imparte justicia. El beat’em up clásico genera su propio tempo, con un desfile coreografiado de punkis agresivos y una serie de pasos y lugares desde los que uno enfrenta con mayor precisión las ya del todo previstas oleadas. Cuando uno lleva más tiempo del médicamente recomendable dándole vueltas a Final Fight, empieza a caer en la cuenta de que ya no sobrevive a los golpes sino que ejecuta a los enemigos en perfecta sincronía, memorizando patrones y moviéndose por el escenario según una partitura mental donde en lugar de pentagrama hay asfalto con pintadas y en vez de notas musicales nos dan yonquis a punto de perder los dientes. Que Mike Haggar no está peleando: está bailando.

Mother Russia Bleeds busca una aproximación obvia y reconocible a este género. Su intención es darnos lo que las nuevas generaciones nos han estado negando, lanzar su distopía deprimente a través de la pantalla y crear lo que podría haber sido un nuevo ejemplar de su especie en 2016 (o en 2006) si el beat’em up no llevase enterrado más tiempo del que soy capaz de recordar.

El yo contra el barrio protagonizado por héroes de extrarradio en chándal, en este caso cuatro extravagantes rusos que en cualquier otro juego tendrían más pinta de enemigos que de personajes jugables, que abraza un estilo muy distinto al de los ochenta. Si Streets of Rage se fijaba en The Warriors o El justiciero de la noche, en Jean Claude Van Damme o Michael Dudikoff, y las patadas giratorias de una posproducción de audio que sonaba al ruido que hace un bistec cuando lo golpeas con un mortero, Mother Russia Bleeds es un hijo de su propio tiempo. Su violencia extrema y muy colorida responde a sensibilidades que debemos a Hotline Miami como influencia más directa, pero también al discurso visual algo alambicado de Solo Dios perdona o Drive, que tiene en común con el juego de Le Cartel que ambos retratan una década de los ochenta que jamás existió. Las hostias más vehementes del juego no son los puñetazos, las patadas o los súplex directamente heredados de sus totémicos referentes obra de Capcom y Sega, sino los remates en el suelo que nos permiten hacer estallar la cabeza de los enemigos o los zapatazos letales con sillas de metal, palancas de hierro o extintores. Las batallas campales más sangrientas acaban recordando a escenas violentísimas que Gaspar Noé rodó en Irreversible, las fábulas criminales de Aleksey Balabanov o la imaginería sucia y sórdida de las primeras cintas de Nicolas Winding Refn. Aquí no hay moratones o señores que reposan inconscientes: aquí los sopapos rompen, aplastan y mutilan.

Análisis de Mother Russia Bleeds

La historia de Mother Russia Bleeds nos habla de un 1986 alternativo en una Unión Soviética deprimida donde una droga llamada Nekro fluye por las arterias de media nación. Los cuatro personajes protagonistas son víctimas de un secuestro y la inyección de esta sustancia, pero escapan de su cautiverio e inician un periplo en el que solo los guantazos les servirán para escalar en la conspiración y averiguar la oscura y previsible verdad. Algo así como Spotlight pero con jeringas de líquido verde y cráneos reventados en lugar de integridad periodística. Obviamente el guion no hay por dónde cogerlo, pero este es casi un rasgo inherente al beat’em up: quiero recordaros que Mike Haggar era el alcalde de su ciudad y que cruzaba los barrios bajos en tirantes para rescatar a su hija secuestrada.

Quizá es en la mecánica donde Mother Russia Bleeds no ha sabido exactamente cómo encarar su propia acometida. Conoce muy bien las reglas generales del género, reproduce varios de sus vicios más reconocibles (desde la manera de moverse de los masillas, siempre buscando el puñetazo por la espalda, hasta la aparición de enemigos que casi se podría tildar de tramposos, con capacidad para eludir nuestros ataques o tirarnos al suelo una y otra vez; los beat’em ups son juegos sobre administrar justicia, pero también están algo obsesionados con ser injustos), pero le falta un poco de mano izquierda para dominar las sutilezas. La jeringa de Nekro, que dispone de tres chutes que nos suben la salud o nos proporcionan unos segundos de superfuerza y supervelocidad según el botón que pulsemos, es un añadido muy interesante a la fórmula clásica, y sobre todo aporta una capa de tensión y de cierto rudimento estratégico el hecho que podamos extraerle el preciado líquido al sistema circulatorio de los enemigos que mueren entre espasmos. Donde muchos sufrirán la frustración de llevarse una patada en la sien mientras intenta llenar la jeringa a toda prisa, otros vemos un reto la mar de estimulante en jugar a los bolos con las pandillas de punkis y gestionar los espacios para salir airoso de la maniobra. El problema viene sobre todo en la cuestión del equilibrio, con tramos en los que la cantidad y la tipología de enemigos que Mother Russia Bleeds nos arroja no tienen ningún sentido, y donde se aprecia perfectamente cierto momento de pérdida de la concentración por parte de sus creadores en la tarea de contenerse y liberar oponentes.

Análisis de Mother Russia Bleeds

El beat’em up de Le Cartel hace un buen trabajo a la hora de recordarnos un tipo de juego muy concreto que difícilmente volverá a imponerse en la industria, y lo hace desde una convicción muy fuerte en lo estilístico pero con la humildad adecuada en lo lúdico, aportando ideas y sumando posibilidades y movimientos importados de otras escisiones del género (el puñetazo cargado que nos permite movernos antes de soltarlo es algo muy satisfactorio) que acompaña de una vistosidad ultraviolenta despojada de toda represión, muy dada al exceso gráfico y el gore pseudorrealista. Se decía hace unos años que Hotline Miami podría ser el primer videojuego posmoderno por aquello de la individualidad extrema (no hay nada más individualista que matar a todos los individuos que nos rodean) y la pérdida de toda perspectiva de la realidad en una especie de aceptación consciente de que nada tiene sentido. Aplastándole la cara con un extintor a un fornido guardia de seguridad mientras un científico ataviado con un hazmat amarillo me arroja jeringas envenenadas yo también tuve la sensación de que en Mother Russia Bleeds, como en el beat’em up o en ciertos lugares de la Rusia actual, lo racional solo es otro lujo más que no me puedo permitir. [8]

Redactor
  1. pinjed

    @kipik

    Creo que no se puede acusar de anticuado a un juego deliberadamente anticuado. Es como decir que The Artist es anticuada porque es muda y en blanco y negro: claro que lo es, pero porque esa es la idea. Y lo repetitivo afecta a todo el género en todas sus encarnaciones, porque los Musou son una cosa muy de la última década y son repetitivos hasta el delirio. Y no pasa nada.

  2. Zen (Baneado)

    Buen análisis.
    Quizá falte comentar lo escaso de su duración, pero de acuerdo en todo lo demás.
    Era uno de mis géneros favoritos, y es una pena ver cómo ha desaparecido casi completamente.
    Mi infancia no hubiese sido lo mismo sin Punisher, Cadillacs and Dinosaurs, Final Fight o Streets of Rage.

  3. Zen (Baneado)

    @kipik
    Repetitivo es el No Man´s Sky.
    El Beat´em Up es un género en si mismo que, si lo disfrutas y lo sabes entender (es un baile, prima la estrategia mental con que lo afrontes, el aprenderse las rutinas de enemigos, cadencias de golpes, ventajas del escenario, administración de las armas…), es enormemente entretenido y una gozada de jugar con colegas.
    No es un juego para todo el mundo, si no te va este género, entonces bájale hasta un 5, porque no te vas a divertir.

  4. kaviezel

    Echo de menos un coop online aparte del local.
    15€ son excesivos, pero en cuanto baje, a la saca.

    Buena redacción, Pinjed.

  5. El Jugador Medio

    @zen dijo:
    @kipik
    Repetitivo es el No Man´s Sky.
    El Beat´em Up es un género en si mismo que, si lo disfrutas y lo sabes entender (es un baile, prima la estrategia mental con que lo afrontes, el aprenderse las rutinas de enemigos, cadencias de golpes, ventajas del escenario, administración de las armas…), es enormemente entretenido y una gozada de jugar con colegas.
    No es un juego para todo el mundo, si no te va este género, entonces bájale hasta un 5, porque no te vas a divertir.

    El NMS es repetitivo, pero tampoco pasa nada, porque esa es su mecánica.

    Repetitivo, como he leído por ahí, también es el Tetris, y no pasa nada, porque esa es su mecánica.

    Repetitivos mal son los juegos de Vanillaware, que me encantan, pero se empeñan en que repitas fases y escenarios con cada uno de sus personajes, cuando sus mecánicas lo único que piden son escenarios y enemigos nuevos y diferentes, por poner un ejemplo. Y aún así, esos juegos tienen algo que enganchan, también es cierto.

  6. AdrianXunkeira

    ¿Pero es mejor que el Turtles in Time o no? No me quedó del todo claro en la review.

  7. epi

    Hacen falta mas juegos y análisis como este.

    Y aprovecho para compartir con todos vosotros que el Final Fight es el mejor juego ever.

  8. Zen (Baneado)

    @el_jugador_medio
    Claro, pero la repetición no tiene porque ser algo malo, a mí por ejemplo me encantan los juegos de Omega Force, libero adrenalina y me parece enormemente gratificante cargarme 50 enemigos de un espadazo, por ejemplo.
    VanillaWare abusa siempre de la repetición de elementos, pero eso ha sido siempre, siempre, elemento común de muchos juegos japoneses. Repetición con leves variaciones de personajes, armamento, etc…
    Ya te digo que si te gusta ese rollo, como a mí, lo vas a gozar.
    Lo malo de No Man´s Sky, es que en realidad, cuando has visto UN sólo planeta, ya has visto todos los demás. En todos hay lo mismo, y haces lo mismo, con diferentes colores. Por eso su repetitividad es tan acusada, y me ha hecho aborrecerlo. Con unas mecánicas más avanzadas, y con una variedad mayor de elementos jugables y de planetas variados (no de color, sino en tipos de suelo, que te cueste más andar, por ejemplo, vientos fuertes que no te dejen casi caminar, lava o ácido como peligros de escenario a evitar, gravedad mayor o menor que te permitiese saltar mucho más alto, planetas enteramente acuáticos o verdaderamente deshabitados, sin bases alien cada 5 pasos, objetivos para cazar más peligrosos que los normales, y un largo etc…) habría sido mil veces más interesante y mucho mejor juego.

  9. David Llort

    Un artículo muy pedante, con demasiada introducción y palabras con demasiadas sílabas («po li to xi có ma nos», siete sílabas cuando con dos sílabas puedes decir «yonki» ). 0/10

    😈

  10. JoseAndCardona

    Joder repetitivo un «Yo contra el barrio». Solo les falta decir en la parte negativa a algunas webs que es un videojuego lineal. Estos juegos son así y punto.

    Mother Russia Bleeds si te gusta el género es de lo mejor. No aporta mucho a los beat’em up, pero tiene suficiente identidad para hacerse un hueco y ser recordado. Algo que destacaría, además de su estética y brutalidad, son los jefes finales. A diferencia de otros muchos juegos del género, en Mother Russia Bleeds hay que utilizar el escenario, items, no dejarse disparar por un puto helicoptero… En otros beat’em up solo es darle y darle al jefe final hasta que este dice basta.

  11. lukiat

    «Algo así como Spotlight pero con jeringas de líquido verde y cráneos reventados en lugar de integridad periodística.»

    Eres grande, @pinjed.

  12. WH4RXOR3

    Que gusto me ha dado ver ese 8, el otro día me pille un mosqueo con vosotros que no veas, no hablabais demasiado bien de el y encima tanto mencionar GOD HAND…. uffffffffffff.

    :sisi1:

  13. Gegr is Win

    Meanwhile in: la casa de Pinjed partiendo cráneos bolchevique.

  14. Silvani

    Gran texto, @pinjed. Lo he disfrutado mucho.

    Por cierto, qué jovenzuelos, con los Final Fight. Yo me estrené con Double Dragon (no sé si hay algún beat ‘em up anterior.

  15. MarkMKIII

    Pues a mi me encanta el genero y tras probarlo un par de ratillos me esta resultando un tanto torpón. No me acaba de convencer como funcionan las hitboxes y se me hace extremadamente complicado atinar en el enemigo pese a ser un veterano en el genero.

    Lo mejor que puedo decir del juego en estos momentos es que me ha devuelto las ganas de viciar al glorioso remake del Streets of Rage.

    Pero vaya, le dare otra oportunidad estando menos febril a ver si la cosa mejora :S

  16. armadamaister

    @pinjed
    «Vivió el totalitarismo más feroz de todos, ese que además de cometer atrocidades se empeña, sobre todo, en borrar de la memoria colectiva personas, datos y eventos»
    Entonces ya deberíamos tener un «Madre España sangra».

  17. Barduck

    Que Mike Haggar no está peleando: está bailando.

    Muy bueno el análisis. Me alegra que a los de Le Cartel les haya salido un buen juego.

  18. Avelach

    Мать Россия, ты свет очей моих.

  19. Kayhc (Baneado)

    @kipik

    Mira God Hand.Y si me apuras, Bayonetta y otros tantos Hack slash ( ¿ En serio por usar armas en vez de puños cambia el género? ) .

    ¿ repetitivos ? No si no reduces al absurdo por qué es darse de ostias.Si el sistema de combate da suficientes estilos y tácticas y los enemigos te obligan a adaptarte para nada.

    Otra cosa es que haya una moda desde hace 10 años de hacer juegos más » profundos y maduros» donde queda mal que la principal mecánica sea fostiarte aunque a la hora de la verdad se ha traducido en shooters mucho más repetitivos pero «adultos» y en juegos con mecánicas simplonas a cambio de historias efectistas , ambientaciones sugerentes que se quedan en eso y giros de guión gratuitos.

    Por dios, si hasta para no llamar a un beat en up con espadas Hack slash se han inventado el género Arpg.Cojes un beat em up de antaño, en vez de un personaje rápido, otro fuerte y uno con especiales pones uno sólo que suba de nivel hasta ser uno de esos 3 , conectas los niveles para una vez pasados poder recorrerlos,les das armas y 7 npcs con varias pequeñas interacciones y Voila, ahora es un Arpg aunque el 90 por ciento del juego sea fostiar punkys.

  20. Zen (Baneado)

    @kayhc
    Cierto, pero bueno, los ARPGs son algo más complejos que eso, a mi parecer.
    Yo creo que un mejor ejemplo, de lo que tu llamas Beat´em Up evolucionado, es Devil may Cry, Bayonetta, God of War…
    Pero nada como los Arcades de antaño, de scroll lateral, con tus 2-4 colegas dándose de hostias contra dinosaurios/macarras/zombies, en un orgasmo de gritos y píxeles llenos de nostalgia.
    Por eso necesitamos más juegos así.

  21. raidoku117

    Tus analisis son geniales, gracias por el texto.

  22. Kayhc (Baneado)

    @zen dijo:
    @kayhc
    Cierto, pero bueno, los ARPGs son algo más complejos que eso, a mi parecer.
    Yo creo que un mejor ejemplo, de lo que tu llamas Beat´em Up evolucionado, es Devil may Cry, Bayonetta, God of War…
    Pero nada como los Arcades de antaño, de scroll lateral, con tus 2-4 colegas dándose de hostias contra dinosaurios/macarras/zombies, en un orgasmo de gritos y píxeles llenos de nostalgia.
    Por eso necesitamos más juegos así.

    Bueno,algo más complejos,es relativo, bloodborne, lord of The fallen, los inspirados en souls pero con más leches y el nioh ( al menos en apariencia) son hack slash/ Beat em Up.Que puedes personalizar al protagonista y alguna quest que otra y un desarrollo esencialmente lineal ( aunque el algunos estén interconectados).

    Incluso los souls, que ya tienes más personalización ( aunque orientadas a matar bichos) son un 80 % avanza linealmente destruyendo enemigos y luego destruye el boss.Pero vamos, que el problema es que hack slash suena a género menor y no queda bonito decir este hack slash al que juego es tan bueno como este otro juego de rol.

    Pero vamos, un juego de rol es aquel en el que,valga la redundancia, interpretas un rol, una personalidad. y en los ARPGs no interpretas ninguna personalidad ni la desarrollas o creas, sólo eliges si estilo de combate y con que es bueno destruyendo cosas.Vamos, que ser un caballero no es llevar armadura pesada y tener mucha vida y resistencia, es actuar como un caballero.

  23. pachuli

    Si sale en Ps4 caerán muchas birras y mas de una tarde de hostias(videojueguiles,casi siempre) con colegas,muchas ganitas .

  24. sodom

    Streets of Rage 2 y Final Fight (probablemente el goty de mi vida) son, con permiso de Golden Axe, los juegos que más veces he completado en mi vida, en megadrive uno y en recreativa y mega cd otro Y este verano gracias a la megadrive virtual de steam el Streets ha caido unas cuantas veces mas…
    Como para no ir a por esto de cabeza…

  25. oldFillion

    «Rusia vivió el totalitarismo más feroz de todos, ese que además de cometer atrocidades se empeña, sobre todo, en borrar de la memoria colectiva personas, datos y eventos —existen anécdotas documentadas sobre circulares del gobierno ordenando a los suscriptores de la Gran Enciclopedia Soviética que recortasen y destruyesen tal o cual artículo sobre héroes del proletariado que habían pasado a ser considerados traidores»

  26. JoseAndCardona

    Desde ayer hay una nueva actualización y COÑER! Ahora los enemigos «tramposos» no lo son tanto. Los de Le Cartel se habían pasado con los perros y cuando un enemigo te empezaba a golpear en el suelo. Ahora es más fácil quitártelos de encima y además podemos golpear a perros y cerdos desde arriba.

    Otra cosa que han mejorado es la IA de los bots. En la última fase había un bug de los grandes donde se quedaban atrapados y costaba avanzar. Ahora ver cuando se dignan a poner modo para varios jugadores online!

  27. Gide

    @psicomotron algo es repetitivo cuando no está bien hecho.

    Yo es que aún no he dado con un musou que no me haga preguntarme a qué coño estoy jugando tras cinco minutos de juego, pero estoy convencido de que su fórmula se puede reinventar de alguna manera. Vaya, convencidísimo.

  28. batmanenbragas

    Está a 2€ en la store de playstation