Análisis de NBA 2K12

NBA 2K pasó por encima de NBA Live de una forma tan potente y devastadora que la gente de Electronic Arts, la empresa con más recursos de nuestra industria, no han tenido más remedio que cancelar ya dos versiones del que estaba llamado a ser la revolución de los juegos de baloncesto, NBA Elite, y recuperar un producto como NBA JAM para poder amortizar la licencia y no perder todo el mercado de golpe: algo bueno hemos sacado de todo esto. Los motivos por los que la franquicia NBA Live se fue hundiendo tanto (hasta el punto de tener que renunciar a la licencia, algo nada usual en nuestra industria), no eran otros que el brutal trabajo de Visual Concepts y 2K con su franquicia. No es que los Live fueran malos, es que los 2K empezaron a ser tan rematadamente buenos que hicieron que los productos de EA aparentaran ser malos y envejecidos, casi juegos de otra generación. Y lo bueno del producto de Visual Concepts no es solamente el brillante trabajo del equipo de desarrollo, sino que 2K consiguió entender al público al que van dirigidos; sus brillantes campañas publicitarias y de marketing han ido atrayendo simpatizantes hasta llegar al punto en que estamos ahora, con NBA 2K12: el monopolio más evidente del sector. El grado de complicidad entre los creadores del juego y la comunidad ha ido aumentando en los últimos años, llegando a sus más altas cotas en estas dos últimas ediciones. En la anterior versión, 2K se metía en el bolsillo a todo el mundo poniendo a Michael Jordan en la portada y dándole un modo de juego exclusivo que, además, es de lo más alucinante que se ha hecho en el género deportivo junto con el modo Champion del último Fight Night (puto Isaac Frost…). Ahora, nos meten portadas exclusivas con los tres mejores jugadores de los últimos 30 años y nos provocan para que compremos tres veces el mismo juego. Jordan, Bird y Magic son los protagonistas de las portadas; que cada uno elija su referente y la imagen que quiere que permanezca durante años en su videoteca. Gran idea la de los de marketing de 2K pero que, a mi entender, es el único error claro que he podido ver en esta versión. Me explico. Cuando se supo que Bird y Magic serían protagonistas de la portada del nuevo juego, todo el mundo empezó a frotarse las manos hasta sangrar pensando en un nuevo modo Desafío Jordan, pero centrado en las carreras paralelas que hicieron revivir a la NBA en los años 80. Desde su encontronazo en la mejor final four de la historia de la NCAA hasta sus míticas finales; no ha sido así. Al final ha resultado una pequeña decepción ver que la imagen de Larry y Magic no ha sido nada más que un gancho, ya que su protagonismo dentro del juego es el mismo que el de otras doce estrellas escogidas, eso sí, por manos expertas. Esto es lo que es el nuevo modo The Greatest. Después de esta leve decepción nos damos cuenta de que en lugar de tres estrellas tenemos quince, pero este nuevo modo, a pesar de tener algunos puntos muy curiosos, interesantes y muy bien diseñados, no le puede mirar a la cara al Desafío Jordan. El modo es simple: escoges a una de las estrellas ofrecidas y juegas el que, a entender de los desarrolladores, ha sido uno de sus mejores partidos junto con sus antiguos compañeros. ¿Lo bueno? Poder jugar con equipos legendarios. ¿Lo malo? La mayoría de equipos ya estaban disponibles en anteriores versiones del juego, y el modo tiene muy poca profundidad. Simplemente es ‘juega el partido y gánalo’: poco reto para tanto bombo y platillo. Dejando ya atrás la crítica constructiva, vamos a todo lo que mola, ¡que es mucho! Sin duda, lo más espectacular de este modo The Greatest son las ambientaciones de los partidos, que se juegan en las distintas décadas de las estrellas escogidas. En el partido de Bill Russell vas a ver el partido en un perfecto color sepia, vas a jugar sin línea de tres puntos y con una arcaica información en pantalla que prácticamente consigue que viajes en el tiempo. NBA 2K12 te ofrece un fantástico viaje por la historia de la televisión y sus retransmisiones deportivas para mostrarte cómo veían los partidos nuestros abuelos, primero, nuestros padres, después, y te recuerda como empezamos a ver los encuentros en nuestra niñez. Un 10 para la ambientación, pues. La otra gran cosa de este nuevo modo es el poder controlar a todos esos equipazos, que siendo verdad que ya estaban muchos disponibles en otras versiones, ahora están mucho más cuidados tanto en lo artístico como en su representación, ya que todas las estrellas tienen los movimientos y tics que tenían en sus momentos de gloria. Si miramos hacia el resto de juego, sólo vemos excelencia por todas partes. Los partidos son auténticas obras de arte que cada vez consiguen que te diviertas más, ya sea por la dificultad de la IA, que cada vez es mejor, o por las continuas situaciones que te recuerdan a lo que es un partido de verdad. La física de impactos luce este año mejor que nunca: los jugadores chocan de forma sublime y es el más fuerte el que va a ganar el envite; puedes irte a la grada o tirarte encima de la mesa de anotadores al salvar una pelota difícil o, incluso, tirarte contra el banquillo como en esas imágenes que hemos en zappings una y mil veces. No hay mucho más que contar sobre los partidos: simplemente más y mejor que la anterior versión, que ya había sido un buen salto adelante después de algún que otro susto en años anteriores. Pero sí que hay bastante que explicar sobre el modo estrella: My Player. Como casi todos los que algún día hemos jugado a baloncesto, alguna he soñado con paladear el éxito en la NBA. Los de 2K ya hace tres versiones que nos ofrecen esta posibilidad, como también hacen otros juegos deportivos (los de fútbol, principalmente). Habiendo jugado a cada uno de estos modos de estos juegos, puedo afirmar que este es, sin duda, el mejor. Empiezas el modo con el típico tío alopécico que necesita un buen trabajo de edición para empezar a parecer algo que sea mínimamente presentable en una pista. El completo editor te permite crear el personaje más grotesco posible (también lo puedes hacer a tu semejanza con buenos resultados), con lo que sales a jugar el primer partido con un tío de 159 kilos que quiere zamparse la NBA. El primer partido es de rookies, y tienes que lucirte porque los ojeadores de la NBA están evaluando tu comportamiento en la cancha; nada de hurgarse la nariz o rascarse el trasero, hay que trabajar duro y cumplir con todas las buenas acciones posibles para que la evaluación del partido sea lo más alta posible para poderte ganarte bien la vida después. Una vez acabado el partido empieza lo bueno. Los ojeadores interesados en ti visitan el vestuario y, antes de que puedas entrar en la ducha, te hacen un par de preguntas sobre tu partido y cómo te ves en su equipo. Le puedes responder de 4 formas distintas, desde menospreciando a su equipo y sus jugadores hasta haciéndole una buena enjabonada para que te escoja en el próximo draft. No voy a desvelar más para no estropear vuestra experiencia con del juego, pero si no es verdad que meter un poco de modo historia en los juegos deportivos es lo mejor desde la fusión de los nachos con el guacamole, que venga Mourinho con su dedo a buscarme. Más avanzados dentro de este modo de juego, se puede decir lo mismo que sobre los partidos: más y mejor. La posibilidad de avanzar jugando sólo los partidos clave hace que la experiencia de juego sea mucho más divertida y menos monótona, con lo que creo que se ha conseguido el equilibrio perfecto para no tener que dedicarle demasiado tiempo para poder hacer un jugador con el que fardar delante de todo el mundo en el modo online. La decisión, así, se hace más simple: en lugar de tener que dejar tu vida de lado, basta con escoger entre la novia o la mascota. En definitiva, NBA 2K12 no sólo es el mejor juego de baloncesto de todos los tiempos, algo casi evidente, sino que creo que también está entre los mejores juegos del año, en general. Pero, por favor, para 2K13 que no se les olvide incluir un Desafío Bird & Magic. [9]