Tras casi 20 años dedicados a la aventura gráfica, un género del que otros han saqueado pero nunca parece resucitar del todo, se puede afirmar que los caballeretes de Péndulo Studios deben de tener un bagaje importante en el asunto del apunta y clica. Su buque insignia, la saga Runaway, fue quizá el más potente desfibrilador de todos, y aunque no consiguió su objetivo sí que se ha mantenido ahí como un paradigma de lo que fueron las primeras aventuras gráficas del nuevo milenio. Ahora parece que sus desarrolladores por fin les ha picado el bichito de la ambición, y si bien no están las cosas como para meterse en tinglados de alto riesgo, con New York Crimes (Yesterday fuera de España) han optado por potenciar el elemento clave tanto del género como de todos sus juegos: la narrativa.
Porque sí, coño. Porque ya tenemos todos muchos pelos en demasiados sitios como para dejarnos deslumbrar por las benevolentes peripecias del personaje infantiloide de turno. Toca, al menos por una vez, sumergirnos en un relato escabroso, bien jodido, que abunde con certeza en ese marvilloso tesorito que es para los cuentacuentos la maldad humana. New York Crimes se ha propuesto acercarse un poco más al thriller, a la fábula para adultos donde un malo simplemente es malo por el gusto de serlo, donde muere gente, donde hay torturas, ocultismo, perversión, y unas briznas de historia antigua. Un high five entre Seven y una novela de Dan Brown, sin el tono depresivo de la primera ni la pesadez grandilocuente de lo segundo, con su propia identidad y algo más que siempre suma en cualquier ecuación: humor negrísimo.
Con la dirección de arte cartoonish que ya es sello del estudio, a uno le pega más fuerte y más sonora la bofetada de oír a un baboso aspirante a proxeneta enumerando sus propios vicios sexuales o un psicópata sadomasoquista pidiendo que le revientes las pelotas con unos alicates. O mi favorito: un monitor de boyscouts que maltrató psicológicamente a uno de los personajes en su infancia y le sobreviene su recuerdo cada dos por tres en forma de flashbacks, llamándole «niño mierda». El juego está plagado de este tipo de destellos macabros, de relaciones malsanas y comportamientos inquietantes. Quizá la zambullida en un mundo más oscuro parece a veces un tanto forzada, sobre todo por su diseño de personajes cel-shaded caricaturescos, pero se trata de un contraste turbador y fascinante. Como ver uno de esos gifs porno de personajes Disney sodomizándose unos a otros: algo tan incorrecto e incómodo que se vuelve llamativo.
Lo que New York Crimes no consigue sobrecoger con situaciones pretendidamente tensas que no terminan de funcionar, lo logra a base de giros argumentales y cambios de perspectiva narrativa desde el primer momento. La omniscencia es algo casi obligado en una aventura gráfica que se apoya en un guión, pero a medida que avanzamos nos damos cuenta de que no sabemos de la misa la media, y que con un recurso tan manido como la amnesia (totalmente justificada y de importancia capital en el devenir del juego) nos han ido llevando por donde han querido, a una trampa para ratones que puede sorprender más o menos pero siempre agrada. El jugador nunca tiene la sensación de que se le está ocultando algo, más bien duda de si las teorías que se están fraguando ineludiblemente en su cerebro encajarán con el último acto de la historia, ese clímax shakesperiano plagado de muerte y revelaciones.
El guion está lejos de ser perfecto, y aunque los diálogos son magníficos (el doblaje es, por cierto, de lo mejor que os vais a encontrar en un videojuego; así, tal cual), hay ciertos patinazos en la historia que parecen más fruto de una pulsión incontrolable por referenciar que de un desacierto objetivo. La forma de justificar algunos conocimientos del protagonista principal, por ejemplo, con unos flashbacks jugables en lo alto de una montaña y a merced de los designios de una especie de maestro ninja budista chirrían cosa mala en una historia que a veces flojea en cohesión. Aunque en un thriller también tenga cabida la suspensión de la incredulidad, hay que mantener cierta sensibilidad y no tirar de tópicos más ridículos de la cuenta. Aun así, el factor imprevisible y una buena gestión del misterio y la intriga le hacen a uno pasar por alto estas decisiones cuestionables. Además, el maestro es un cínico y un cachondo graciosísimo.
La mecánica del juego es donde se nota más la experiencia de Péndulo, con algunas ideas que aportan mucha fluidez al juego, como el uso de viñetas para interactuar con objetos o conversar con personajes —hay cierto aire a cómic que lo impregna todo— o el movimiento directo de un lugar a otro del personaje, para que no se nos haga pesado recorrer estancias una y otra vez. Los puzles responden más a la lógica de lo habitual, así que no temáis un síndrome del pollo y la polea, porque aquí con un poco de sentido común se sale adelante. No hay nada arbitrario, nada gratuito, todo encaja perfectamente en su propio entorno y eso no es fácil de conseguir.
Lo que ya no me gusta tanto son las facilidades que nos proporcionan para cuando nos quedemos atascados. Un símbolo en forma de bombillita se irá rellenando rápidamente a medida que hagamos click aquí y allí, hasta que se habilite y nos permita utilizarlo para conocer pistas sobre el siguiente paso en términos que en muchas ocasiones son demasiado obvios. Sé lo frustrante que es atascarse en uno de estos juegos, vaya si lo sé; yo mismo me he cargado un par de ratones con el primer Discworld. Entiendo que en este mundo podrido de inmediatez e interfaces para idiotas el temor a un «bah, pues que le den» debe de estar muy presente, y estoy de acuerdo en disponer de soluciones desesperadas, pero quizá este sistema de pistas habría que calibrarlo con más delicadeza. Y los tontos que se jodan: ahí está Kinect Adventures esperándoles con una piruleta y un globo.
New York Crimes se equivoca en tomarse a sí mismo menos en serio de lo que debería, es demasiado corto para los estándares de la mayoría y adolece de algunos bugs en la barra de inventario que empañan un poco el acabado del juego. También le pueden hacer arrugar el morro a uno las animaciones faciales en primer plano, que son un simple movimiento de los labios más o menos acelerado, sin ningún tipo de expresión en sus rostros. Puede que sea un paso más allá respecto a las caras inmóviles, pero el resultado es un poco desangelado.
Son elementos que alejan de la excelencia una experiencia inmersiva como pocas en una corriente como el point’n’click de toda la vida, con una historia que cautiva relativamente —la prueba es que uno siempre se queda con ganas de ver los tres finales—, una buena banda sonora que acompaña sin imponerse, un sentido del humor del que se echa de menos en este medio y unos puzles a la altura de unos auténticos artesanos de la aventura gráfica. Quizá el descenso al sótano sin luz donde se mueven las sombras no sea tan escalofriante como a muchos nos habría gustado, es posible que ese niño travieso que es Péndulo Studios no haya pasado todavía de la escalera que cruje bajo sus pies, pero si sigue chutándose ambición y valentía, lo próximo puede ser aún más gordo. [8]
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¿Y cuando sale para mi ipad?
@sturmtruppen
eso, que lo he buscado y todavia no está…
IPAD NOW!!! PLEASE!
En la pantalla retina del nuevo IPAD debe ser la RE-HOSTIA!
¿Tanto se os ha metido en la cabeza el juego? xD
Grandísimo análisis, @pinjed. Yo lo estoy jugando y hasta ahora me está pareciendo muy recomendable, especialemente para todos los fans de las aventuras gráficas. Si bien es cierto que es un poquito facilón y corto, la historia lo arregla todo. Te engancha al 100%, y los personajes son bien jodidos y macabros, lo que le da por fin ese toque adulto y serio que tanto necesitaban los juegos de Péndulo.
@medievil
Siempre cruzo The Longest Journey y The Runaway por algún motivo irracional. Corregido, gracias.
Es probable que le de un tiento, porque encima a ese precio me llama bastante. Vivan las aventuras graficas!
Ese diseño artístico no le pega. Además es bastante el horror.
Me apunto a preguntar cuándo sale para el iPad
y yo!
– ¿Os planteáis algún día desarrollar para otras plataformas fuera del PC?, ¿Quizás Wii U?
De Wii U, de momento nada. Pero sí que nos hemos metido en iOS. De hecho, New York Crimes verá la luz en iPad en los próximos meses, bajo el nombre internacional Yesterday, y posiblemente se convierta en la primera aventura gráfica con Retina Display para el nuevo iPad.
También saldrá en iPad y en iPhone nuestro siguiente proyecto, Hidden Runaway, una revisitación de nuestro juego clásico en clave de objetos ocultos, con algunos de los minijuegos más hilarantes que puedas imaginar, y en los que nos reímos de nuestra propia sombra. ¿Recuerdas la que se lió en su día con lo de que Brian Basco, protagonista de Runaway, era gay? Pues en Hidden Runaway vamos a poder disfrazarlo de Freddy Mercury, de Madonna… ¡e incluso de He-Man!
Sacado de una entrevista oficial.
http://www.fantasymundo.com/articulos/4354/entrevista_pendulo_studios_desarrolladores_new_york_crimes
En cuanto me de un voltio por Media Markt me hago con él y ya de paso logro resarcirme de no haber comprado Hollywood Monsters 2. Corto o no por el buen precio de siempre es irresistible, y es de Péndulo, leñe!
Por cierto, yo creo que esta manía de cambiar el título de los videojuegos según el territorio puede pasarles factura en el futuro.
Me alegra sobremanera que hayáis analizado el juego. Soy fan incondicional de pendulo, y me alegro que les vayan bien las cosas.
El juego tiene pintaza, pero la caratula es para llorar.
Ah, y acordaos de esto, que regalan un juego a elegir con la compra de NYC, brutal:
http://www.fxinteractive.com/images/noticias/nycrimescamp/Tarjeta-regalo-FX-marzo-12.pdf
este cae seguro,como cambian los comentarios del trailer al analisis,ahora todo el mundo lo quiere
Y, aunque lo más probable es que a nadie le interese, quiero comentar que funciona a la ferpección en Ubuntu con wine hq.
Por lo menos el principio, no he tenido tiempo de más.