Análisis de Ninja Gaiden 2

Intro Desde los albores de los videojuegos, los beat ‘em up siempre han sido un género que ha contado con la bendición de los hados. Empezando con ‘Double Dragon’ y terminando con ‘Ninja Gaiden 2’, cada pequeño lapso de tiempo ha aparecido algún título de este género que ha tenido un gran impacto en nuestro mundillo. ‘Final Fight’, ‘Teenage Mutant Ninja Turtles’, ‘Guardian Heroes’, ‘Devil May Cry’ o ‘God of War’ han sido juegos que han creado gran convulsión con su aparición. A pesar de ello hay que señalar que el género de los beat ‘em up siempre ha sido bastante conservador y que muy pocos títulos han supuesto un verdadero salto evolutivo en términos jugables. En mi opinión sólo dos. Uno de ellos es el ‘Die Hard Arcade’. El otro, ‘Ninja Gaiden’. Aunque juegos como ‘Devil May Cry’ o ‘God of War’ nos han regalado grandes fuegos fatuos con los que despistar nuestros sentidos y adornar nuestras pantallas, ambos títulos han mostrado poca evolución desde aquel puñetazo-patada-codazo de ‘Double Dragon’. Bonitos y divertidos, pero muy limitados. Grandes espectáculos de pirotecnia. Pero hace unos pocos años la aparición de ‘Ninja Gaiden’ en Xbox lo cambió todo. Nos mostró que no todos los beat ‘em up son iguales. Nos demostró que se puede aumentar la exigencia de un juego sin que ello implique enemigos más resistentes o mayores daños por golpe recibido. He aquí el porqué:

¡Soy el mejor!

El Mojo Como imagino sabréis, ‘Ninja Gaiden 2’ nos pone en la piel de Ryu Hayabusa, último descendiente del famoso clan ninja del Dragón y que una vez más debe luchar para impedir el fin de la humanidad o algo así. Poco relevante. Los que conozcáis ‘Ninja Gaiden’ ya sabéis más o menos lo que os espera, y los que no lo conozcáis os vais a cagar. ‘Ninja Gaiden’ se sustenta en dos pilares que le diferencian del resto de juegos del género y le otorgan su propia idiosincrasia. Además son dos pilares que están estrechamente ligados uno con otro ya que ambos son necesarios para que el juego funcione. En primer lugar está la profundidad del juego. Ryu cuenta con una profundidad de movimientos increíble. Decenas y decenas de movimientos esperando a ser aprendidos y usados. Teniendo en cuenta el amplio abanico de armas disponibles, el número de movimientos se dispara exponencialmente. Otros juegos cuentan con combos kilométricos partiendo de un movimiento base que a la larga acaban resultando anecdóticos pero ‘Ninja Gaiden’, en este aspecto, es muy diferente. Es un juego que premia el aprendizaje. El otro pilar es la inteligencia artificial de los enemigos. Acostumbrados como estamos en este género a ver sacos de arena homínidos que esperan pacientemente su turno de ser masacrados sin hacer otra cosa que dar vueltas alrededor tuyo, ‘Ninja Gaiden’ supuso un salto cualitativo espectacular en el género. Los enemigos dejaron de ser meros pasmarotes para gozar de vida propia. En ‘Ninja Gaiden’ los enemigos se cubren, esquivan, atacan todos a la vez e incluso cambian su comportamiento. ¿De qué sirve estar rodeado de diez enemigos en ‘Devil May Cry’ si sólo dos de ellos te atacan y ocho miran? En ‘Ninja Gaiden’ todos los enemigos te atacan sin darte respiro, unos cuerpo a cuerpo y otros con armas a distancia, pero todos atacan sin descanso. Y aquí está la gracia del juego. Uno no puede hacer frente a esa ferocidad y a esa dificultad con dos ataques básicos. ‘Ninja Gaiden’ tiene profundidad; otros juegos pueden tenerla, pero la diferencia es que Ninja Gaiden te exige que hagas uso de esa profundidad. Es un juego frustrante y a la vez gratificante. Frustrante porque su dificultad es, realmente, alta y en ocasiones maldecirás a la madre del programador. Pero gratificante porque te obliga a aprender a jugarlo; deberás esquivar, cubrirte, contraatacar y a veces esconderte. Deberás aprender a jugarlo. Pero una vez aprendas a jugarlo te sentirás el puto amo. Todo el peñazo que acabo de soltar es aplicable tanto a ‘Ninja Gaiden’ como a ‘Ninja Gaiden 2’, así que dejemos de hablar de las similitudes y empecemos a hablar de las novedades.

Lobezno me chupa un huevo

La historia Uno de los pocos defectos que se le podían achacar a ‘Ninja Gaiden’ era que la historia era demasiado sencilla. Y en este capítulo han conseguido crear una trama mucho más adulta, madura y llena de matices. Recapitulemos: Si no me falla la memoria, ‘Ninja Gaiden’ terminaba con la victoria de Ryu sobre su amigo Joe Mushashi en el XXIII Gran Torneo de las Artes Marciales gracias a que pudo despertar su fuerza interior con el fabuloso poder de las Bolas de Dragón y así vengar la muerte de su amiga Sonia en un fortuito accidente de tráfico. Tras la victoria y como en tantas y tantas series de dibujitos japoneses, Ryu, a pesar de su gran talento, no está interesado en heredar el dojo ninja de su padre Joe. Él prefiere tener la vida propia de un chico de su edad, ir al instituto, echarse novia, pasar las tardes con los amigos en el karaoke y llevar una pacífica y anodina vida. Su padre, indignado, le repudia y le dice que mientras viva bajo su techo hará lo que él diga y Ryu, que los tiene cuadrados, decide mudarse a Tokyo y abandonar la vieja Aldea Hayabusa para no volver jamás mientras Ayane, su amiga de la infancia, le ve marcharse a lo lejos sin poder reprimir sus lágrimas. Llegado a Tokyo se pone a trabajar de charcutero en «embutidos y salazones Muramasa», donde un viejo y sabio maestro charcutero le enseña cómo cortar en 2.000 lonchas 50 gramos de York. Un día mientras está al cargo de la tienda aparecen unos ninjas del Clan de la Araña Negra que le piden cuarto y mitad de chóped. Siguiendo los sabios consejos de su maestro, Ryu les pone 400 gramos con la intención de hacer algo más de caja. Desgraciadamente se dan cuenta y la cosa se complica de tal manera que, indignados por ese intento de estafa, se deciden a resucitar al Archidemonio y ya de paso secuestran a su novia Rachel, con lo que no sólo la tienda de Muramasa sino toda la humanidad se halla en peligro. El único camino que nos queda es coger el Sagrado Cuchillo Jamonero del Dragón y poner fin a todo este dislate. ¿Cómo acabará todo? ¿Salvará Ryu el mundo? ¿Le descontará su patrón los desperfectos del sueldo? Y sobre todo, lo que más turba el atribulado corazón de Ryu… ¿cómo reaccionará Ayane al ver que Ryu tiene una novia nueva? ¡¡Todo ésto y mucho más en ‘Ninja Gaiden 2’!!

Lo nuevo Lo primero que hay que decir es que ‘Ninja Gaiden 2’ no es esa dolorosa patada en la entrepierna de la competencia que en su momento fue ‘Ninja Gaiden’. Es muy correcto, muy mono, muy aseado y limpito pero no es nada despampanante. En consecuencia el Team Ninja ha decidido ofrecer novedades tanto en lo jugable como en lo estético que funcionan de forma desigual. En lo estético bien. En lo jugable, así asá. La mayor novedad a nivel gráfico es que no hay novedad en el frente. Con lo rebonico que era ‘Ninja Gaiden’ y parece que esta gente ha perdido toda la magia que tenía escribiendo larguísimas líneas de código. Buenos modelados, excelentes animaciones pero una iluminación inexistente y unos escenarios algo desangelados conforman un apartado gráfico simplemente correcto. El Team Ninja, consciente de ello y aprovechando el nuevo oficio de Ryu en esta secuela, ha adornado el juego con una casquería sin precedentes en el mundo del videojuego. Así el juego es lo más sangriento y salvaje jamás visto. Cabezas, brazos, orejas y todo tipo de apéndices serán rebanados por nuestro filo sin ninguna piedad, mostrando la cara más salvaje del videojuego, lo cual hay que reconocer que resulta vistoso y curioso a partes iguales pero que tampoco es algo que sea un regalo para los sentidos. Esto tendrá además cierta significación en la jugabilidad ya que al ir tullendo a nuestros rivales ellos irán modificando sus patrones de ataque dependiendo de las extremidades que conserven. Desde el que te ataca con un brazo y a la pata coja al que se pone un cartucho de dinamita en la boca y se lanza en un patinete cuesta abajo rollo kamikaze. Como ya he dicho es curioso, pero de importancia anecdótica.

Hola, soy el enemigo tipo de ‘Ninja Gaiden 2’. ¡GRRRR!

Por otro lado, aparte del complejo hilo argumental que nos presenta esta secuela, ríete tú del ‘Metal Gear Solid 4’, lo demás es un poco más o menos igual. El juego está ahora algo más simplificado, ya que hay un nuevo sistema medidor de salud con daños temporales y permanentes que nos permite ir recuperando salud cada vez que fileteamos a unos pocos enemigos. Lo más censurable de esta nueva entrega quizá sea el que han cambiado el tener pocos enemigos muy hijoputas a tener muchos enemigos normales. No me malinterpretéis, puesto que siguen atacando todos a la vez y siguen siendo unos grandísimos hijos de perra, pero en ‘Ninja Gaiden’ eran unos grandísimos hijos de perra muy duchos en el arte del mamporro. Atacaban pero también defendían, esquivaban y contraatacaban con tanta habilidad que era algo realmente sorprendente. Aquí se ha simplificado. Personalmente pocas cosas había comparables al escalofrío que sentías cuando veías acercarse a tres ninjas negros en el original. Aquí ya pueden venir 30 ninjas con sus respectivos demonios que mi Guadaña del Eclipse y yo daremos cumplida de cuenta de ellos en un periquete. Por supuesto es una hipérbole. El juego sigue siendo difícil, sólo que lo han casualizado. Han adaptado la dificultad para que sea más accesible y que no por ello deje de suponer un reto. A mí me gustaba más la del original. ‘Ninja Gaiden’ es un juego de acción impecable en su ejecución. Más sencillo que el original y más accesible para todos; quizás pueda llevar al desencanto a los fans más acérrimos de la primera entrega. Aun así es un ballet sangriento que te embelesará los sentidos con su fantástica coreografía. Intenso y divertido sigue siendo el referente en el género por encima de otras franquicias. Lucharás, rebanarás y maldecirás. Y al final del camino te preguntarás: ¿cómo he podido vivir hasta hoy en día sin una Guadaña del Eclipse? Nota: 8

Ficha técnica Plataforma: Xbox 360 Desarrollador: Team Ninja Distribuidor: Microsoft Género: Acción Código PEGI: 18+ Precio: 64,95€ Idioma: Voces en inglés/japonés, subt. en castellano Fecha de salida: 06/06/2008