Lo sintético y su lugar en el mundo

NORCO

Este point and click, que mezcla géneros como el realismo mágico, el gótico sureño y el ciberpunk, cuenta con un misterio absorbente y un vívido worldbuilding.

Al inicio de Norco somos una joven errante, una vagabunda sureña que ha viajado por la mayor parte de Estados Unidos, que se ve obligada a regresar a casa tras la muerte de su madre. Durante el epílogo, y sobre imágenes de trenes pixelados y carreteras anónimas, hemos podido construir nuestra historia; decidir el motivo que impulsó nuestra marcha y establecer cómo nos sentimos después de haber dejado atrás a nuestro problemático hermano y a aquella madre con la que nunca más podremos tener desacuerdos. Es imposible no pensar en Firewatch y su introducción cuando el título de Geography of Robots nos permite tener el control, no solo del estado emocional con el que nuestro personaje se aproxima a la partida, sino también de su pasado. Porque Norco empieza dejándonos decidir qué es lo que vamos a jugarnos: si estamos ante la historia de redención de una mujer que nunca debería haber abandonado su casa o ante la parábola de la hija pródiga que siempre soñaba con regresar.

En el cuarto infantil en el que se ambienta la primera escena, las imágenes más universales —los posters en las paredes, los libros de fantasía adolescente, el escritorio con el portátil moribundo— se mezclan con lo específico de su localización. En el juego, Norco es un pueblo del sur de Luisiana que se construye alrededor de una planta petrolera. Pero aunque la vibración de la barrena y el perfil de la torre de exploración no nos sean familiares, la imagen que vemos a través de la ventana sí que lo es. Norco es un espacio liminal como el que encontramos en las películas de Sean Baker y, más concretamente, el tipo de pueblo moribundo, contaminado y mutante, que el director representa en Red Rocket. De alguna manera, que el juego transcurra en uno de esos sitios, entre polígono industrial, marisma y aglomeración de casas prefabricadas, nos transmite una idea concreta de la pobreza que solo podemos asociar a una sociedad turbocapitalista como la estadounidense. Un lugar con oro en el subsuelo que no es capaz de mantener de forma digna a aquellos que lo trabajan. Un sitio cuya riqueza pasa necesariamente por la más absoluta degradación y en el que el crecimiento va ligado a la enfermedad que trae la corrupción del agua y del aire. Pero hasta aquí todo lo que creíamos saber.

En la puerta de nuestra casa familiar, que exploramos a solas, hay una estatuilla rota de la Virgen María. Si rascamos con fuerza las grietas de su cara, la escayola se disuelve para dejarnos ver una oquedad llena de leds, conectores y cables que rodean la abertura de lo que parece un lector de tarjetas. Norco es una mezcla de géneros que utiliza de forma laxa la estructura tradicional del gótico sureño, actualizándola a través del ciberpunk. Pero no se queda ahí. El título de Geography of Robots ahonda en la cultura y tradición de Nueva Orleans para introducir elementos mágicos que en ciertas escenas concretas, especialmente en los flashback, nos remiten al realismo mágico; mientras que en otras se limitan a representar una cultura actual underground ligada a la marginalidad. Esta mezcla, que extrañamente funciona y da al juego un tono y una personalidad únicos, se explica mejor a través de referentes como Kentucky Route Zero (el más evidente, por género principal y tono) y Red Strings Club, de donde toma tanto su acercamiento a la ciencia ficción contenida, como una lucha contra una gran corporación que en ningún momento olvida, en la acción, los elementos más humanos.

En el centro de Norco se encuentran dos misterios. El primero, el más clásico, nos lleva a investigar la desaparición de nuestro hermano, un chico violento y solitario que parece estar pasando por una depresión relacionada con la desesperanza de cara al futuro. Es en esta trama en donde vemos más claramente la influencia del gótico sureño y la claustrofobia con la que normalmente se define su universo. Aunque Norco, a diferencia de otras ficciones del género, no se detiene a plantear la identidad sureña como algo basado en dañinas ideas conservadoras, sí que nos aprisiona en la obligación de visitar personajes de nuestra infancia que nos pondrán en la cara las consecuencias del trauma generacional y el dolor nacido de una tierra seca que en ningún momento nos abandona. El segundo misterio, que pasa por descubrir qué es exactamente lo que estaba investigando nuestra madre antes de morir y por qué sus movimientos la convirtieron en objetivo de la compañía de refinerías, está más ligado al realismo mágico y cuenta con detalles que solo pueden ser definidos como «post-ciberpunk».  

La trama que gira alrededor de nuestra madre nos sitúa en un momento inespecífico del futuro en el que todos los logros tecnológicos, desde internet hasta la capacidad de preservar nuestros recuerdos tras la muerte, han quedado en desuso a causa de la pobreza. Así, los robots no se han convertido en una herramienta que evita que tengamos que realizar los trabajos más pesados y penosos, sino que funcionan como el instrumento de represión que nos obliga a realizarlos. Internet ha dejado de verse como una plataforma de saber y comunicación, y ha pasado a ser una fuente de trabajo precarizado que se manifiesta a través de apps que nos obligan a ir de un sitio para otro a cambio de valioso dinero virtual que luego tendremos que convertir en incómodos dólares. Por supuesto, la naturaleza tecnopesimista de Norco no se queda en lo económico sino que se filtra a lo social, desarrollando con perversidad la idea del influencer como gurú y llevando al extremo la representación de las relaciones parasociales. El futuro que plantea Geography of Robots, es tan lejano como cercano, y se mantiene enfocado a través de referencias a fake news que han mutado en creencias sagradas y un acercamiento al catolicismo que resulta igual de exótico y real que el vodoo.

Frente a la tecnología y la corrupción económica y social, Norco sitúa la magia, no porque esta sea salvadora sino porque es la única alternativa. Paralelamente a internet, Geography of Robots nos descubre un «virus de carne» formado por nexos mágicos que pueden situarse en polvorientas tiendas de souvenirs, aislados trasteros o centros comerciales abandonados. El juego se construye a través de imágenes sugerentes que nos transmiten la idea de que detrás de todo lo feo y lo sucio, dentro de las construcciones de baja calidad y joyas de plástico, puede existir un flujo que les da poder. Los personajes lo explican con una frase: «lo sintético tiene un momento y un lugar», que sirve para introducirnos la creencia de que un anillo de rubíes perteneciente a la nobleza francesa solo es más valioso que uno de circonio robado de una casa de empeños porque medimos el valor de una forma muy concreta.

Es posible que el estilo literario de Norco pueda hacerse por momentos pesado. Sus referencias no son precisamente ligeras, y la mezcla que resulta es dificil de controlar y mantener equilibrada. Como point and click es posible que resulte bastante sencillo, quizás simple, ya que los puzles no nos requieren más que prestar atención a la lectura para descubrir los códigos y las secuencias necesarias. No hay mucho ingenio en su diseño y, sin embargo, la experiencia en conjunto es todo un viaje; un acercamiento a un universo en la frontera entre lo real y lo imaginario, que transcurre en un tiempo tan futuro que parece el pasado. El título de Geography of Robots es atractivo en su fealdad como todas las representaciones de las zonas industriales. Es pesimista de una forma encantadora que solo puede darse en las zonas más marginales. Es único y personal. La mejor representación ficticia que nunca ha tenido Nueva Orleans.

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Redactora
  1. FISH

    ¡Qué buena pinta! ¡Gracias por el texto!

    A ver si de alguna manera me libro del secuestro de Elden Ring para jugar a otras cosas.

    1. nelo

      @orlando_furioso
      Me pasó exactamente lo mismo: estaba amando todo lo que me plantaba delante, pero la interactividad tan limitada se me hacia muy pesada

    2. Potajito

      Es un juego increíble. Lo terminé hace unos días en el gamepass y no dejo de pensar en él y en escuchar su música. Me lo he terminado por pillar también en Steam pa darle una segunda vuelta cuando esté traducido. Ufff cómo me ha gustao.

      1. enric

        @potajito
        Literalmente igual. También me lo he comprado en Steam después de jugarlo en Game Pass.

    3. mrcosan

      El texto me puso a pensar en que ese lugar de Estados Unidos no es muy diferente al
      Lugar en donde nací en méxico

    4. XocoCM

      Muy buen análisis! Me lo apunto para después del Tunic!

    5. aselto

      Comento sin leer el análisis porque las capturas me han tenido súper buena pinta y la nota que ha recibido me ha hypeao un poco… Pinta a un Backbone bien jej

    6. DarkCoolEdge

      las imágenes más universales —los posters en las paredes, los libros de fantasía adolescente, el escritorio con el portátil moribundo—

      Supongo que lo será para algunos.

    7. Gennex

      Solo venía a comentar que ayer llegó el parche que añadía Español entre otros idiomas. Algo que nos echaba para atrás a muchos.

    8. Alefacka

      Desde que Marta lo comentó en el recarga, lo único que me separaba de jugar norco era que no estaba en español. Hace unos días lo terminé y debo decir que es un juegazo. Creo que el análisis le hace bastante justicia, pero me hubiese gustado (ahora que lo terminé claro) algún tipo de spoilercast o algo así porque se lo merece. Me pregunto también acerca de los finales, ya que no sé si solo tiene 2 o más. En fin, norco me ha inspirado muchísimo en cuanto al imaginario de ciencia ficción.
      Gracias por el análisis!

    9. hache_rodri

      Muchas gracias por el análisis.
      Acabo de jugarlo y no puedo decir nada más que no hayas dicho, me ha entretenido bastante y me ha emocionado mucho la caracterización de Catherine.
      Es verdad que los puzzles son bastante sencillos pero hay ocasiones en los que no se necesita más para armonizar el conjunto, yo por lo menos lo deseaba así.

      Editado por última vez 13 julio 2023 | 12:43