Las adaptaciones, por el hecho de producirse entre medios diferentes, tiene muchas papeletas para salir mal. La frase «me gustó más el libro» no se ha popularizado porque los saltos de las novelas a la gran pantalla logren convencer por norma a los fans de la historia original. Generalmente, —y me perdonen Kubrick y su El Resplandor— lo que mejor suele funcionar es mantener el tema y el espíritu de la obra. No centrarse exactamente en trasladar todas y cada una de las escenas y representar a todos los personajes, sino de hablar en otro medio sobre las mismas cuestiones utilizando la ambientación dada.
El cine y los videojuegos, por su naturaleza audiovisual, siempre han estado relacionados (quizás más de lo que podríamos desear) y desde el principio las grandes productoras cinematográficas se olieron los dólares que podrían ganar explotando las marcas y las propiedades intelectuales en ambos medios y a la vez. Hacia finales de los 90, y hasta bien entrado el nuevo milenio, no había saga de libros sin su correspondiente adaptación al cine que no acabara por terminar en una consola después. Estos juegos, en numerosas ocasiones sin alma, se limitaban a repetir lo que ya se veía en pantalla (como esta hacía con el libro) sin ambición suficiente como para innovar y llevarse la historia a su terreno. En los últimos años eso está cambiando.
Es fácil encontrar ejemplos de buenas adaptaciones de series a videojuegos (especialmente de series animadas, por algún motivo) pero pocas cuentan con la popularidad y alcance del que tiene The Walking Dead. El juego desarrollado por Telltale conseguía hacerse con dos BAFTAS porque, en lugar de limitarse a recrear lo que pasaba en la televisión, optaba por contar otra historia centrada en el mismo universo y, lo que es aún más importante, usando los mismos códigos. El juego (al menos al principio) mantenía la crueldad del cómic y las constantes sorpresas de la serie de televisión, y por eso contentaba a los fanáticos de los dos mundos. Es lógico que HBO se fijara en el estudio para adaptar Juego de Tronos.
Por su naturaleza Juego de Tronos parece una IP perfecta para un videojuego. Sus múltiples personajes con intereses enfrentados y la necesidad de lidiar con diversas cuestiones morales mientras descubrimos secretos se asemeja bastante a mecánicas de estrategia que ya hemos visto en otros títulos. Sin embargo, la serie tiene un problema: a diferencia de The Walking Dead, no funciona sin sus personajes. Las dos temporadas realizadas por Telltale fallan porque se mueven dentro de un margen muy estrecho: no pueden sorprender alejándose de la serie, y su falta de valentía la convierte en tediosa. Pero HBO no se ha rendido. Dispuesta a sacar hasta el último céntimo (mientras pueda) de la serie que ha marcado un antes y un después en la fantasía televisiva, ha optado por trabajar con Nerial para probar suerte con la segunda adaptación de la saga que cuenta con su beneplácito. Así ha nacido Reigns: Juego de Tronos.
Al igual que Telltale decía no alejarse de su reconocida fórmula para adaptar Poniente, el pequeño estudio británico ha optado por mantenerse también fiel a las mecánicas y al estilo artístico que los ha hecho famosos. Reigns: Juego de Tronos, al igual que los dos Reigns que le preceden, es un juego narrativo en el que, mediante el movimiento a izquierda o derecha de la carta que tenemos al frente, podemos tomar decisiones. Pero mientras que el estilo Telltale y el de Juego de Tronos no terminaban de casar, y sacaban cada uno lo peor de su compañero, aquí sucede al revés. Reigns mejora con esta ambientación y la serie, por su parte, ha encontrado por fin una fórmula que le hace justicia. Nosotros somos los afortunados.
La principal diferencia que tiene Reigns: Juego de tronos con respecto a Reigns y Reigns: Her Majesty es que aquí no somos un personaje cualquiera ni un simple nombre al azar. Nerial ha encontrado una forma perfecta para poder usar los personajes de la ficción sin saltarse la trama ni crear conflicto con la narrativa propuesta por George R. R. Martin o la HBO: todo el juego se basa en visiones de Melisandre. Empezamos identificando a Daenerys como Azor Ahai y, una vez estando sentada en el trono de hierro, comenzamos a tomar decisiones en su nombre. Al igual que en los otros Reigns, tendremos que prestar atención al poder (personificado como el ejército), la iglesia (Los Siete), el pueblo y las finanzas (el Banco de Hierro), evitando que sus marcadores lleguen al 100% o se queden al 0%, pues eso desatará las muertes más diversas.
En esta edición de Juego de Tronos, cada personaje tiene sus propias cartas y eventos que se encuentran ligados a lo que hemos visto en la ficción. Nuestros amigos, enemigos, consejeros y espías dependen de quienes somos y a qué casa pertenecemos. Según como juguemos podremos desbloquear uno u otro personaje que competirá en estas visiones, no solo por ser el que más lunas reina, sino por demostrar que es el Príncipe que fue Prometido y que está destinado a traer la paz.
Cada una de las cartas de los diferentes personajes han sido escritas por tres guionistas deferentes y eso se nota, pero en el buen sentido. Partiendo de que todos los escritores tienen bastante nivel, es agradable encontrarse con sentidos del humor diversos y distintas situaciones a lo largo de un juego sencillo que, fácilmente, podría haberse convertido en demasiado repetitivo. El cambiar de escritor consigue que de verdad consigamos sentirnos como personajes diferentes y nos ayuda a tener un favorito con el que siempre preferimos jugar. En mi experiencia, las cartas de Gendry resultan bastante aburridas, las de Daenerys cuentan con el mejor humor, mientras que las situaciones más interesantes las vivimos con Cersei. Arya presenta muchas posibilidades pero, quizás por como he aprovechado la partida, no consigue finalizar los eventos con tanta fuerza como los demás.
Pero no solo Juego de Tronos ha ganado con la fórmula de Reigns, el juego de cartas también ha salido favorecido. El tener que ceñirse a la serie le ha ayudado a desprenderse de (casi) toda su narrativa mística, especialmente potente en la secuela. Por otro lado, el título se ha simplificado pero ha ganado concreción, siendo quizás el único cambio innecesario, a mi parecer, el añadido de varias animaciones que acompañan a ciertos eventos y cambios de localización. Uno de los motivos por los que Reigns funciona es porque su sencilla mecánica es físicamente adictiva. Para tener más solo necesitamos mover un dedo y resulta molesto cuando nos cortan el flow.
Pequeños defectos de los anteriores títulos —como lo mal planteado del puzzle del laberinto en Her Majesty— están superados en esta tercera entrega, por lo que narrativa, mecánica y visualmente, la experiencia es totalmente satisfactoria. Además, aderezada con la magnífica banda sonora de la serie de televisión, Reigns: Juego de tronos se convierte en una tentación apasionante de la que es imposible separarse. Por suerte o por desgracia, la batería del móvil no es infinita. [9]
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Esto no está en castellano, no?
Buen texto, a ver si está de oferta estas navidades y cae. Una duda, ¿su historia tiene una evolución o es un día de la marmota perpetuo como los anteriores?
Yo ya le estoy dando y muy bien. La ambientación es perfecta, lo de los equilibrios es puro Juego de Tronos.
¿Se recomienda para alguien a quien no le interesa la serie o me voy a Her Magesti mejor?
Anda… pues estaba dudando y este análisis me acaba de gustar muy mucho. Pensaba que era una adaptación más sencilla, pero parece que han tocado cosas de las mecánicas para darle otro toque a la misma base.
Me imagino que estará en español y lo habrás jugando en móvil. Me da que lo jugaste en inglés, si no preguntaría que tal la traducción.
En estos juegos «pequeños» me gusta saber que tal están los Logros, si aportan algo. Pero en móvil esto es algo que no tiene tanta gracia como en Steam.
Gracias @martatrivi
@thebulba
¡Lo está! (y se agradece)
@lordxamon
Yo no veo la serie (la dejé en la segunda temporada, aunque leo los libros) y me ha gustado más que Her Majesty que, aunque está maravillosamente escrito, es demasiado «místico» para mis gustos.
@valtas242
Efectivamente lo he jugado en móvil y en castellano 🙁 siento no poder decirte nada de los logros. A mi la traducción me ha gustado. Los nombres de los personajes inventados tienen muchas chispa (no al nivel de los traductores de Nintendo, pero es que eso es otra liga)
Yo Her majesty fui incapaz de pasármelo, me hizo bastante gracia pero en cierto punto me ataqué sobre obtener objetos para avanzar en la trama, llegué hasta el siglo XXI y seguía sin avanzar, y lo abandoné. Y no soy precisamente novato en esto de los jueguitos. Osea que en principio pasando de este, estoy muy saturado de Canción de hielo y fuego aka fanservice a cascoporro.
No he leído más que el primer párrafo, pero vengo a decir que tienes más razón que una santa en esto.
Her Majesty me lo pasé con guía y con el ceño fruncido, tantas movidas en el laberinto te volvían tiranísima. Me apetece un montón este, igual tengo que ver ALGO de la serie, que conozco al enanito, la Daenerys y sé que hay un trono con espadas y poco más.
Con el tema de las adaptaciones los que son unos maestros son los de Fantasy Flight Games, entre ellos Corey Konieczka, desarrolladores de juegos de mesa. Hacen unos juegos excelentes cuya temática se siente a la hora de jugarse, sea algo original suyo o una adaptación de alguna IP, como Star Wars, los libros de Lovecraft o, la causalidad, Juego de Tronos también
8 a Forza Horizon, un 7 a AC y un 9 esto… nos estamos pasando de «gafapastismo» (y de falta de criterio).
WOHT