En una de las primeras salas que John Malacheck, el protagonista de STASIS, visita tras su nada plácido despertar de la estasis nos encontramos con una de esas cajas instaladas en la pared que debemos romper en caso de emergencia. Estamos en una nave espacial llamada Groomlake y es el año 2153, pero parece que el viejo y rudimentario método del puñetazo contra el cristal tiene algo placentero que los ingenieros y diseñadores el futuro han preferido conservar. John golpea la caja y se encuentra una nota: «Debido a los recortes de presupuesto el hacha que había aquí ha sido reemplazada por esta nota de papel. Disculpe las molestias». El mensaje nos hace esbozar el primer y último atisbo de sonrisa que experimentaremos durante las próximas seis horas. En el suelo, unos brillantes restos de vidrio parecen indicar que allí hay algo útil y, al hacer click, John guarda en su inventario un trozo del cristal. Lo primero que se me ocurre es combinar el afilado pedazo de vidrio con el propio John, solo para ver qué sucede. La vista isométrica se desvanece en un fundido a negro y vuelve otra vez, con una imagen más cercana de John, rodeado de oscuridad. El tipo empuña el cristal y se atraviesa el abdomen con él, de lado a lado. Oigo el ruido de su paquete intestinal abriéndose y derramándose sobre el suelo. John cae de rodillas y muere entre quejidos mientras Steam desbloquea un logro.
Se acaba de suicidar.
Minutos después consigo algo llamado “taladro neural” y vuelvo a intentar la misma maniobra, no sin antes guardar la partida por lo que pueda pasar. Sucede algo parecido: la broca del aparato entra por una sien del protagonista y asoma la punta por el lado opuesto de su cráneo. John hace un ruido extraño, como cuando de repente alguien se asusta y aspira mucho aire de una bocanada. Parece que su cuerpo se haya sorprendido de ese acto de autodestrucción y lo exprese con los últimos impulsos eléctricos de un sistema nervioso que se desploma. Otro logro desbloqueado.
Ese es exactamente el tono que STASIS, una aventura gráfica point and click de los sudafricanos de The Brotherhood, pretende establecer desde el principio. Es un juego tremendamente ambiental, algo que deja claro desde la careta inicial de tres minutos, un vídeo en CGI que recorre el exterior de la nave mientras los créditos iniciales salen sobreimpresionados. Incluso en ese inicio quedan claros los referentes cinematográficos del proyecto —Alien, Horizonte Final y Sunshine—, pero es al arrancar la aventura y empezar a controlar a John cuando se muestra la otra vertiente de sus influencias: Crusader No Remorse y Sanitarium.
En un mundo en que la aventura gráfica está en proceso de reinventarse por lo narrativo —con los juegos de Telltale o con Life is Strange—, por lo conceptual —Botanicula, Sword and Sworcery— o por la mezcla con medios tradicionales —la obra de David Cage o, más recientemente, Until Dawn—, STASIS no se mueve ni un milímetro de su propuesta visual isométrica y sus puzles convencionales y a menudo difíciles. Hay en él un gusto evidente por explicarnos un relato rico en literatura, con montones de texto muy bien escrito en las PDA que encontramos por el camino, y en clichés conscientes y funcionales, como el propio acto de dejar PDA llenas de diarios o la premisa de la nave espacial llena de cadáveres y habitada por algo que no es humano. O que no lo es, al menos, del todo.
A pesar de la perspectiva isométrica y de las animaciones poco sofisticadas, la ambientación de STASIS es tan poderosa, y está tan bien entretejida con el texto, que nos engulle a placer como un leviatán y nos traslada la asfixia, la angustia y la tensión de recorrer los pasillos de la Groomlake.
El viejo tropo de colocarnos en la piel de un tipo que acaba de despertar de un coma y que no recuerda nada funciona aquí especialmente bien: John sabe lo mismo que nosotros y por eso avanzamos por la trama a su mismo ritmo, encajando las piezas que nos llevan a comprender a qué se dedica la tripulación de la nave, qué planea la corporación que la gestiona y cómo se llegó a la situación desastrosa actual. Además un flashback inicial de John con su mujer y su hija pequeña nos pone en alerta: no sabe dónde están ni qué ha sido de ellas, así que encontrarlas es el principal combustible mental que permite al protagonista levantarse de su camilla y encontrar una ruta a través de la oscuridad.
Quizá lo único que juega en contra de STASIS son unos personajes sin pulir del todo, a veces un poco impasibles, que desequilibran un entorno tan detallado, y también el hecho intrínseco de someter el ritmo (un factor vital en la ficción de terror, da igual el soporte) a la habilidad del jugador para resolver los rompecabezas que se le presentan. La mayoría de puzles son solventes y fáciles de descifrar si uno está atento a todos los elementos interactivos de la pantalla, pero atascarse durante media hora en uno de ellos es algo que nos ha pasado a todos en el género de la aventura gráfica, y en este caso es posible que a la experiencia general le pase factura.
Tras los créditos finales, mientras apago el ordenador, me retiro los auriculares y busco el interruptor de la luz (¡hay que jugar a oscuras!), STASIS sigue instalado dentro de mi cerebro. No ha sido una historia rompedora ni las mecánicas de juego me han sorprendido ni el apartado gráfico merece demasiada atención —aunque el sonoro, eso sí, es absolutamente soberbio, maravilloso—, pero el nivel de horror, atrocidad y truculencia al que he sido sometido me hace sentir una extraña mezcla de satisfacción y tristeza: en STASIS he contemplado cosas que nunca había visto en un videojuego, y que una parte de mí desearía no volver a encontrarse. [9]
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Me ha encantado la review, y el juego igualmente. No paraba de pensar una y otra vez en Sanitarium (título del que soy muy fan), pero desde un prisma más grotesco y desolador. No es que el juego sea la repanocha, es que la experiencia es algo más trascendente de lo normal, y eso le da mucho valor.
Lo dicho, genial análisis @Pinjed .
El primer podcast de la nueva temporada va a tener bastantes juegazos que comentar: Mario Maker, The phantom pain, mad max y ahora este!
Gracias por el analisis, me ha dejado con curiosidad.
When on Xbox?
No es por nada pero sin conocer previamente este juego, me has dejado con unas ganas locas de probarlo. Además parece que no pedirá demasiados requisitos.
Por cierto, tendré que ver Crusader No Remorse y Sanitarium, pues si son del rollo nave espacial abandonada me encantarán.
Lo llevaba siguiendo un tiempo porque me llamaba la ambientación, y lo compré ayer de un impulso. Me alegra ver que no he fallado.
Gran análisis, buen trabajo.
@sephirots_blade
Creo que @pinjed se refiere a éstos juegos por la perspectiva isométrica. Crusader tiene naves y es futurista, pero es un juego de acción (perdón, UN JUEGASO, id a GoG y compradlo ya), y Sanitarium es de terror, pero actual, no futurista (otro JUEGASO también en GoG).
Pedazo de texto te has currado, me has vendido el juego. Otro más :__
En momentos como este me da coraje ser una cagona.
Crusader es un shooter con vista isométrica, que en su día llamó bastante la atención pero que hoy resulta un tanto repetitivo (no deja de ser un clásico), y Sanitarium es un point&click (aunque parezca un juego de rol tipo PlaneScape Torment ), solo que con un trasfondo bastante oscuro y macabro.
Saludos!!
EDIT: me acabo de dar cuenta que ya te había respondido @bokeron . Mil perdones!
A mi lo que me llama la atención es que por dos veces cuando consigues un objeto peligroso lo primero que hagas sea metértelo en vena… (o_o)
También me lo has vendido, ahora sólo espero que el juego esté a la altura de tu texto, y me daré por satisfecho 🙂
Quiero que Jimmy Kemmel haga una parodia de las personas que, como a mí, nos gusta más leer lo que escriben en esta santa casa sobre los juegos, que jugar en sí.
Es lo puto Sanitarium 2. Habrá que echarle un ojo.
@harle
I know that feel bro
Yo empecé a jugarlo ayer con el típico «a ver qué tal tira» y he acabado enganchadísimo, esa atmósfera a lo Horizonte Final es lo puto mejor.
@bokeron
@metalman
Gracias a ambos!
La primera vez que oigo hablar de este juego y ya tengo unas ganas locas de echarle el guante
Lo estoy empezando y menuda grata sorpresa.
Una pasada de juego que te atrapa y no te deja salir.
La verdad es que tiene buena pinta. Quizas le dé un tiento, aunque no me suelen llamar la atención los indies.
Joer que asquete
Pues no lo conocía, pero gustándome como me gustó en su día (y las múltiples veces que lo he rejugado) el Sanitarium, me lo pillaré sí o sí.
HYPE IS REAL. Este va fortísimo a la lista de deseados de Steam.
Puto puzzle de la cámara