El elefante capullo

Análisis de Tembo the Badass Elephant

Análisis de Tembo the Badass Elephant

Tembo the Badass Elephant tiene dos juegos dentro. El primero es un arcade veloz que aprovecha las convenciones de un género, los juegos de plataformas, para disponer sus retos; a los mandos de Tembo, el elefante protagonista, recorremos un mundo que a veces recuerda a Regular Show rompiendo cajas, árboles, piedras, edificios, carteles y, claro, a los mil y un enemigos que se nos cruzan en el camino.

Este Tembo puede llegar a recordar a Canabalt, pero Tembo es un plataformas de acción, en todo caso, y sus niveles tienen un principio y un final. Este Tembo nos anima a ir a toda velocidad, parándonos lo justo, derribando con nuestro ataque principal, una carrera frenética con la que nos llevamos por delante todo lo que se pone en nuestro camino, sin pararnos a estudiar el diseño de los niveles; ese Tembo existe, y el contador de combo está ahí para dejar constancia de ello. Los combos nos dan cacahuetes (la moneda del juego, por así decirlo; 300 cacahuetes equivalen a una vida extra, y creedme: necesitamos las vidas extra), y hay algo muy satisfactorio en ver crecer el multiplicador a medida que arrasamos con todo. Somos un puto elefante, después de todo.

El otro Tembo es un juego más pausado, un juego lento como, en fin, el elefante que controlamos. Es un juego de fijarse en cómo está dispuesto cada elemento en los niveles, de buscar pasadizos secretos y explorar zonas alejadas del camino principal en las que encontramos puzzles y enfrentamientos opcionales que nos recompensan con coleccionables. Este Tembo más relajado es el del rescate de civiles (uno de los objetivos secundarios: hay diez por nivel) y el de ir a por las medallas que dejan constancia de que hemos eliminado a todos los enemigos, las terribles tropas de PHANTOM que aterrorizan al mundo.

El diseño de niveles es uno de los fuertes de Tembo. Es ese tipo de diseño inteligente que recompensa al que quiere explorar, al que tiene curiosidad por saber si ese salto que parece posible pero es arriesgado lleva a algún sitio; casi siempre lleva a algún sitio, y Game Freak, el estudio responsable de Tembo, ha puesto algo ahí para que el esfuerzo no sea en vano. Es un tipo de diseño que me gusta mucho; deja un espacio magnífico para la elección y el estilo de cada uno a la hora de enfrentarse a las situaciones que se plantean, algo que se puede ver incluso en la forma de eliminar a los enemigos: las herramientas que tenemos para enfrentarnos a nuestro entorno no son muy extensas, pero tienen suficientes usos como para que podamos decantarnos por unas, por otras o por una mezcla sin que sintamos que estamos jugando necesariamente mal. Es un juego divertido: es un buen punto de partida.

Los dos Tembos, sin embargo (el frenético y el pausado; el runner y el de exploración), a veces no conviven tan bien como deberían por culpa de decisiones que parecen minúsculas pero que acaban marcando la diferencia. A mí no me ha afectado, pero puedo imaginarme un tipo de jugador al que las barreras que hay en el mapa de niveles le resulten muy molestas: para acceder al cuarto nivel de cada mundo, necesitamos cumplir con un mínimo de bajas enemigas para desbloquear el camino y seguir avanzando. No recuerdo las cifras exactas, y en mi caso no tuve ningún problema; en el segundo mundo, eso sí, llegué al cuarto nivel con solo un enemigo eliminado más de los que pedían: es muy fácil dejarte dos enemigos por el camino, e incluso diez o cincuenta, y de no haber cumplido con el requisito habría tenido que repetir un nivel para «acumular» puntos antes de seguir avanzando.

Análisis de Tembo the Badass Elephant

Esta peculiaridad castiga al que juega al primer Tembo; de alguna forma, va en contra del medidor de combo que nos exige jugar rápido para no perder el multiplicador. Tembo nos lanza pistas de cómo quiere ser jugado, por ejemplo no introduciendo un contador de tiempo aunque al final de cada nivel registre cuánto hemos tardado en terminarlo: es una pista que es fácil de ignorar en medio del fragor de la batalla, cuando estamos entretenidos haciendo subir el medidor de combo y avanzando sin pensar demasiado.

Son pequeñas contradicciones de este tipo las que alejan a Tembo de ser el juego memorable que podría haber sido. Los jefes finales están muy bien diseñados, y aunque quizá se eche en falta una curva de dificultad más agradecida (es un juego difícil, y en las pocas horas, en mi caso tres, que dura no le da tiempo a desarrollar del todo su reto) es refrescante ver cómo bajan las vidas mientras intentamos encontrar la estrategia más adecuada para enfrentarnos a algunos de los enemigos más complejos. Sin embargo, el control de Tembo, muy coherente con la condición animal del personaje, responde mejor en unas zonas que en otras; es un bicho frágil y es habitual morir por errores tontos consecuencia de no tener siempre la movilidad que nos gustaría, o que algunos tramos parecen pedirnos. (Hay un logro por acumular 99 vidas; no hay forma humana de conseguirlo sin repetir una y otra vez niveles solo con ese propósito.)

Por lo demás, Tembo the Badass Elephant es un plataformas muy japonés, robusto y técnicamente impecable (los gráficos, ahí donde los veis, son geniales: la combinación de dibujo con algunos modelos 3D con cel shading queda de maravilla; la banda sonora y los efectos de sonido tienen el nivel muy alto que uno espera de los que hicieron HarmoKnight; ahí, por cierto, el protagonista se llamaba Tempo), un espécimen raro dentro de los catálogos de PlayStation 4 y Xbox One, no demasiado acostumbrados a este tipo de juegos plataformas. (No cuento el PC, porque en PC hay de todo.) Creo que es interesante pensar no solo en qué aciertos tiene un juego, sino también en cuántos fallos puedes perdonarle; a Tembo es fácil perdonarle casi todos. [8]

  1. Café

    Le tengo bastantes ganas al Tembo desde que se anunció. Una pena que sea carne de Humble Bundle/PS/Gold.

  2. AdrianXunkeira

    Digo lo mismo que el de arriba, apetece y mucho pero no a ese precio.

    Por curiosidad @Chiconuclear cuantos juegos de media te metes al mes entre pecho y espalda? Me da la sensación ultimamente de que estás aumentando el ritmo :O

  3. Gegr is Win

    Parece el juego perfecto para la Vita.

  4. Víctor Martínez

    @adrianxunkeira
    Juegos menos que antes, me ha venido la fiebre de Nuclear Throne de nuevo. Tres o cuatro por semana, algo así; suelo frenar cuando siento que no tengo tiempo para jugar en condiciones a todo, no me gusta jugar un ratillo y dejarlo a un lado (por eso los Humble Bundle son una puta perdición). Me gusta mucho jugar, ¡qué le voy a hacer!

  5. dennel

    Había olvidado este juego. Tomo nota para cuando esté más baratuno.

  6. Pep Sànchez

    EL ELEFANTE CAPULLO

    Xddddddd

  7. AdrianXunkeira

    @chiconuclear A mi también me vuelve loco lo de jugar, pero entiendo que no es lo mismo mi manera de jugar que la tuya cuando luego vas a tener que hablar sobre él, supongo que mis sesiones de juego serán mucho más relajadas sin tener que seguir calendarios ni cosas asi, no se si soportaría jugarme 4 juegos por semana xD

    En 2014 apunté todo lo que jugué y fueron 30, como a dos juegos y pico por mes y ya me pareció un locurón xD

  8. Majin

    Qué manía lo de meter coleccionables en todos los plataformas bidimensionales: en Rayman Origins, por ejemplo, funcionaba mucho mejor la parte speedrun, tanto de las fases normales como las pensadas exclusivamente para ello. Es un juego que debería jugarse siempre con el gatillo derecho apretado.
    Todo esto que digo me parece aplicable a este Tembo, por lo que leo.

    EDIT: Ay, ahora pillo lo de elefante capullo. Gracias THQ, todo lo aburrido de Darksiders 2 lo compensaste con tus traducciones.

  9. Víctor Martínez

    @majinantonio
    Es una broma difícil pero espero que llene de alegría a los que la pilléis 😎

  10. Tinyturrets

    Mis vacaciones las dedico a los plataformas, y éste es perfecto. Me alegra ver que pasa con notable.

  11. lolskiller

    Es tan de PSVita… lo digo como algo positivo, OJO!

  12. DIOSTHOR

    Pues no tenía muchas esperanzas, pero tras el análisis acaba de volver al punto de mira.