Abres los ojos y estás tumbado, con las manos sobre la cabeza, en la moqueta de un banco. Miras hacia delante y ves cómo dos encapuchados discuten mientras un tercero coloca una carga en la puerta de la cámara acorazada. A tu lado otro rehén te susurra con cierta complicidad que es miembro del club de tiro y que de un momento a otro va a exhibir sus habilidades balísticas para llevarse por delante a los atracadores. No creo que sea una buena idea, le adviertes. Él te responde que le dijeron lo mismo cuando decidió atrapar aquél balón en la final del campeonato escolar de fútbol americano. Me rompí la pierna por trece sitios pero conseguí hacer un
touchdown y ganamos el partido, proclama orgulloso, el mundo está hecho de malas ideas, amigo. Súbitamente, se pone en pie de un salto y dispara al maleante más cercano al grito de ¡hijo de putaaa!, alcanzándole en el estómago. El otro encapuchado que discutía con el primero le vacía en el pecho tres cartuchos de escopeta al aspirante a héroe, que a estas alturas ya debe de estar de camino al cielo de los idiotas. Pocos minutos después, los atracadores han huido con el dinero y un inspector de la LCPD te hace preguntas estúpidas sobre lo que acabas de presenciar. Obviamente no tienes mucho que contar, así que el poli te da una tarjeta de contacto y te pide que le llames si recuerdas cualquier dato. Por supuesto», respondes, «le llamaré, y te despides cordialmente. Veinte metros más al sur rompes la tarjeta en pedazos que dejas caer como si nada y saludas a un colega que vende perritos calientes en plena calle. Que se joda la pasma. Que se joda el héroe. Que se jodan todos.
Do you like my nails?
Así es Liberty City y así es
The Ballad of Gay Tony, un desfile de personajes con su propia historia y sus propias decisiones; una colección de exageradas caricaturas entre cuya sobreactuación extrema es fácil detectar verdaderos rasgos de la naturaleza humana y, sobre todo, de sus miserias más evidentes y arraigadas. Como Luis López, socio, amigo y guardaespaldas del empresario de la noche Tony ‘Gay Tony’ Prince, deberemos cumplir los designios de una caterva de excéntricos tarados que, cosas de la vida, resulta que son la
crème de la crème de Liberty City, una élite social con más trapos sucios que todos los miembros del PP juntos.
Pero no todo serán armas chapadas en oro, prostitutas de lujo o toneladas de cocaína en la vida de nuestro protagonista. Luis viene de los barrios bajos y, pese a que ha sabido pulsar las teclas adecuadas para alzarse en un estatus social y económico envidiable, se ve continuamente condenado a volver a sus orígenes ya sea por su madre, víctima de un ruin usurero que la está extorsionando; o por sus dos amigos, Armando y Henrique, con quienes da la sensación que Luis se siente en deuda permanente por su moderado éxito frente al fracaso de ellos. De cualquier modo, parece que Luis jamás podrá huir de sí mismo ni olvidar de dónde viene.
What in gay hell?
Sin embargo, la gente con las que nos codeamos en la noche de Liberty City pertenece a un mundo distinto al de las dos aventuras anteriores. Ahora no sólo tratamos con chorizos de poca monta o moteros que también, sino que estableceremos contacto con gente que habla de famosos que ocultan su homosexualidad, de redes sociales en las que quejarse o de un arrogante
blogger que se va a llevar un buen susto por escribir lo que no debe ((En AnaitGames nos hemos percatado de la indirecta por parte de Rockstar y hemos concluido que
podrán quitarnos la vida, pero jamás nos quitarán la libertaaaad.)). El choque de culturas respecto a
GTA IV o
The Lost and Damned es evidente y, aunque la violencia sea el denominador común en las tres experiencias, no se puede negar cierto distanciamiento, más próximo a las excentricidades ochenteras de Vice City y el sexo omnipresente en San Andreas que a la solemnidad de los dos anteriores capítulos. Y es que el acto sexual ha ganado en esta ocasión tanto en cantidad como en explicitud. Ya no oiremos gemidos mientras el coche se balancea o vemos un pudoroso plano exterior del edificio; veremos a Luis embistiendo a la fémina de turno en los lavabos del local, o dejándose hacer trabajos orales en la oficina del club. Y es que la corrección política en los videojuegos es una gran piñata que los hermanos Houser se empeñan en apalear con alegre picardía hasta pulverizarla de una vez por todas. Y si en las desventuras de Johnny Klebbitz nos quejábamos de que su encuentro con Niko Belic era corto y nada importante, en este caso parece que Rockstar ha leído nuestro análisis con la devoción que nos merecemos y han tomado la sabia decisión de hacer esos encuentros mucho más pródigos y satisfactorios para los que estuvimos en el pellejo del ex-miliciano serbio y el recio motero. Además, toparemos con multitud de personajes secundarios que con viejos conocidos como Brucie Kibbutz (vejado constantemente por su hermano mayor; una réplica de él tres veces más demencial y arrogante con la mitad de estatura), el traidor del este Bulgarin, o el inolvidable primo Roman en una de sus fiestas locas por los locales de Liberty City.
Think of it as Easy Rider in dresses
La mecánica de juego, como cabía esperar, es la de siempre e incluye los defectos endémicos de la saga de los que ya he hablado otras veces: una repetitividad extenuante y una aparentemente escasa justificación argumental a la hora de cometer según qué acciones ((¿Ves a esa docena de criminales de guerra disfrutando inofensivamente de la tarde en su yate de tres millones de dólares lleno de furcias?
Ajá.
Pues mátalos a todos.
¿Por qué?
Porque son
malos.)) . Las misiones nos vendrán dadas por distintos personajes y, como viene siendo tradición, los paseos por Liberty City serán en ocasiones más pesados de lo que a uno le gustaría ((Dios bendiga a los taxis y a los taxistas, esas almas bondadosas al servicio del ciudadano y que
para nada se ponen como energúmenos si les vomitas medio litro de Jägermeister en la tapicería.)). Es, con otros personajes y en otros contextos, lo mismo de siempre; el mismo perro con distinto collar, por mucho que ahora parezca un refinado
puddle con las orejas coloreadas en rosa y tufo a Chanel Nº 5. Algunas de las novedades que se han introducido son la posibilidad de practicar salto base y el regreso del tanque con el que aún no habíamos podido hacer maldades en esta cuarta entrega de la saga. En el caso del primero, aunque siempre es divertido lanzarse desde torres altísimas vive Crackdown, la novedad queda en algo anecdótico que hace gracia tres veces, pero que a la cuarta ya empieza a dar pereza tener que subir hasta ciertos lugares o robar ciertos vehículos aéreos que nos proporcionen la altitud adecuada. El tanque es una decepción aún mayor que pudo dar mucho juego. Si en San Andreas nos los pasabamos pipa masacrando la ciudad con un impenetrable vehículo blindado, la sensación en The Ballad of Gay Tony es de que los chicos de Rockstar lo han añadido de un modo forzado, más para satisfacer las peticiones de su público que por considerarlo un regreso necesario y disfrutable, echándose de menos algo más de poder destructivo y pandilocura extrema. A esto habría que añadir la posibilidad de pegarse algunas hostias en peleas ilegales para ganar algún dinero, o de participar el tiroteos contra algunos camellos como ocurría en The Lost and Damned con las guerras de bandas. El arsenal también ha sido vigorosamente enriquecido con bombas lapa detonables por control remoto (muy útiles al repetir una misión si sabemos por dónde vienen los enemigos), una pistola del calibre .45, un nuevo rifle de francotirador y la reina de la fiesta: una escopeta automática con cartuchos explosivos capaz de volar por los aires un helicóptero con sólo tres o cuatro impactos. Además, también podremos comprar paracaídas de un sólo uso para los saltos base que mencionaba antes.
Enchanté
Así pues, The Ballad of Gay Tony no supone una evolución del original y tampoco aporta elementos que alteren especialmente su mecánica de juego, pero para los seguidores de la franquicia eso poco importa. Este nuevo DLC está a la altura del magnífico The Lost and Damned, dando ambos una lección maestra de lo que deberían ser los contenidos adicionales para cualquier juego del mercado. Sin duda una compra obligada en su versión digital, pero si tenemos en cuenta que Episodes from Liberty City incluye ambas expansiones (TLaD y TBoGT) en formato físico pudiendo jugarse sin necesidad de tener el GTA IV original, la compra ya no es obligada: es vuestro jodido deber como seres vivos.
Nota: 8
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¿Por qué ponéis siempre títulos en inglés en los análisis? Queda gafapastero. Dejad de hacerlo, parecéis fans de Sonic Youth.
Del capítulo todavía no digo nada, que me lo voy a dejar para la repesca de enero, pero tiene bastante mejor pinta que el anterior.
Sería bueno que también sacaran un Vice City y San Andreas mas actualizada, ya que las tres ciudades pertenecen a la trilogía.
Nota: Compraré los episodios cuando se calmen un poco en los precios(segunda mano talvez)…
«Magnífico robo coche: La Balada de Antonio el Gay»
Predicador, tu nombre en inglés queda gafapastero. Pareces un fan de Juventud Sónica.
Eh, que yo soy fan de Sonic Youth..
XD en todos los análisis de pinjed igual. Siempre hay alguien que se queja de los títulos en inglés, sacados de peliculas varias.
En su día propuse que se incluyera al final una lista con las pelis de donde han sacado la frase, pero Pep se mostró en desacuerdo.
De todas formas, a mi me encanta así tal y como está hecho.
Muy buen análisis, aunque quizás, viendo que es tan repetitivo como decís, le hubiera puesto un 7.
Y estamos de acuerdo en que es un ejemplo magistral de cómo deben ser los DLC, pero no olvideis el precio que tienen estos episodios. Podrían ser perfectamente (y de hecho lo son) juegos independientes.
Os adelanto ya que para mi próximo análisis va a haber cambios a ese respecto. Pero sólo por esa vez.
http://library.buffalo.edu/libraries/asl/guides/graphicnovels/img/preacher1.jpg
Ese comic en español se llama Predicador, que lo pones como si no existiera traducción.
Genial, lo compraré cuando lo saquen en formato fisico, si no paso.
@zcully
¿Pero tú nos lees, muchacho? Salió el 29 en formato físico (+ The Lost and Damned) y digital.
Sí, pero cuando empezó a publicarse en España ya era Preacher para todos, que aunque lento ya había internet. Además, en la historia hay una referencia recurrente a una canción de Willy Nelson que se pierde al traducir el título.
En cualquier caso no sé a qué viene lo de intentar hacerme quedar como un gilipollas, estoy seguro de que no soy el único al que le chirría bastante lo de los títulos en inglés. Lo he comentado porque no es cosa de pinjed, gran redactor con mejor avatar, sino porque lo he visto en varios análisis de diferentes redactores y por eso me pareció oportuno comentarlo. Igual que cuando se comentó el exceso de bromas privadas que había últimamente las aguas empezaron a volver a su cauce.
Si Anait es lo que es sin duda es por la calidad de los textos. Cualquier comentario que pueda servir para mejorar todavía más debería ser recibido con alegría, ya que es el único blog de videojuegos que puede leerse por el simple placer de hacerlo, aunque te importen una puta mierda la mitad de las noticias que salen. Y luego los redactores que se limpien el culo con el comentario, si quieren. Seguro que prefieren limpiarse el culo con sugerencias que dejárselo limpiar por otros a lengüetazos. De autocomplaciencia están los cementerios de webs llenos.
Woah, enfunda tus armas vaquero, que solo digo que Preacher esta publicado en la lengua de Cervantes como «Predicador». Hacerte una replica no equivale a insultar.
Buah os habéis dejado la foto de la chica, muy mona ella, con su piercing en «to’l delete».. http://media.englishrussia.com/hot_gaming/45.jpg
Preacher/Predicador o como quieras – lo de que los títulos «quedan mejor en español» es una opinión personal tuya. Yo los prefiero en inglés, fíjate. Y me chirriarían más si estuvieran en español.
Por favor, dejadlos sin traducir.
Street fighter 2, no Luchador Callejero 2.
Fallout 3, no Caída 3.
Half Life, no Media Vida.
Borderlands, no Tierras Periféricas.
Stop this madness.
Y preacher, yo solamente señalaba las incoherencias de argumentación. Si piensas que estaba intentando «hacerte quedar como un gilipollas» … pues hijo, que te suban la medicación.
En realidad Fallout significa «lluvia radioactiva»
Perdón. Para Ps3 quería decir.
Vaya, ahora ya no sé si es que me he explicado mal o es que sois así de cortos. No estoy hablando, como creía que se entendía perfectamente, de los títulos de los juegos, sino de los títulos de los apartados de los análisis. Ya puestos que pongan el análisis completamente en inglés, que así se podría mover por N4G y por lo visto a mucha gente de por aquí le seguiría pareciendo fenomenal.
Preacher: te has explicado mal. Y eres un borde.
La peña ya crispada a las 9AM… Os estáis ganando el infarto a pulso
gran gran GRAN ejemplo jajaja