I want to cut off her head and take out her heart

Análisis de The Incredible Adventures of Van Helsing

A menudo me he preguntado qué tienen los juegos à la Diablo o Titan Quest que le dejan a uno enganchado al ordenador. No suelen tener una historia especialmente elaborada —algo que deberíamos empezar a exigir teniendo en cuenta que en teoría son juegos, ejem, de rol—, no poseen un magnetismo visual devastador con mierda volumétrica y metapetasupertexels reventándote los ojos y su mecánica, sobre todo vista desde fuera, puede resumirse en hacer click una y otra vez. Todo el rato. Y ya. Ah, bueno: y quizá pulsar la Q. O la W. Y ya.

Hay algo en el género, alguna sustancia que segregan sus glándulas, que a muchos les hace perder la razón y les esclaviza los sentidos durante horas, días, semanas o incluso meses. Como en el tabaco, hay grados de adicción, y eso depende en gran medida de qué ofrece cada juego aunque se parezca mucho a los demás. The Incredible Adventures of Van Helsing tiene una propuesta a ese respecto. No es una idea, pero sí una configuración de elementos que quizá a los amantes de borrarse las huellas dactilares con el ratón les parezca digna de ser tenida en cuenta.

La historia es como casi todas en este tipo de juegos: una excusa. Somos el hijo de Van Helsing que ha heredad el negocio familiar de la caza de monstruos y va por el mundo viviendo aventuras junto a su compañera, una fantasma centroeuropea de aires aristocráticos que a menudo se encarga de arremangarse y convertirse en el matón que mantiene lejos a nuestros enemigos a guantazo limpio mientras nosotros les castigamos desde la distancia con disparos, explosivos y otros recursos de corte más místico. La ambientación un poco steampunk sirve para rizar el rizo de los tópicos y poner como némesis a un científico loco que está creando criaturas malévolas y robots asesinos mediante esa maldición real que asola a nuestro mundo desde hace siglos: la puta ciencia.

Análisis de The Incredible Adventures of Van Helsing


Ya os había avisado: relleno y ya. Como decía, esto es una tónica habitual en los action-RPG, así que esa pata cojee un poco debería desencantar especialmente a a sus jugadores potenciales, gente que busca la verdadera chicha en las posibilidades de hacer clicks con más furia y ver los números hacerse cada vez mayores y más verdes. En este sentido, The Incredible Adventures of Van Helsing empieza con mal pie: no hay clases para elegir —eres Van Helsing Jr. y te jodes— y las posibilidades en el combate son al principio tan limitadas y aburridas que rozan lo descorazonador. Es al avanzar cuando el juego despliega sus alas y nos compensa con una abundante plétora de poderes, múltiples árboles de habilidades, perks, capacidades desbloqueables, slots donde situar cada recurso y ataques distintos que asignar al botón izquierdo o derecho del ratón. Los roles mecánicos de ambos personajes, Van H. y la fantasma Katarina, se empiezan a diluir y todo se torna mucho más personalizable, dejándonos activar el modo de ataque lejano o cuerpo a cuerpo indistintamente en uno u otro. A todo esto acompañan siempre los dos mejores amigos del rol, la salud y el maná, que se pueden ir aumentando al pulsar Q y W en el teclado si tenemos las pociones pertinentes, pero explicar esto es como decir que un coche se conduce con el volante o que tu suegra te odia. Obviedades que todo el mundo conoce.

Análisis de The Incredible Adventures of Van Helsing

El lado monetario sigue la misma senda de sus inspiraciones directas: cantidades ingentes de materiales y dinero al saquear cadáveres, mazmorras o cofres en un mapa de más que generosas proporciones que se irá mostrando a medida que aceptamos misiones —esto es «ve allí y mata a esos monstruos», siempre, sin excepción— y con las que podemos comerciar personalmente o enviar a nuestra fantasmagórica sidekick para ahorrarnos el viaje y el engorro de tratar con la burguesía. Aquí es donde el juego adolece de otro de sus puntos débiles: la economía es un jodido desbarajuste y comprar la más caras de las capas ultrapoderosas es tarea asequible porque el dinero parece caer de los árboles. No sé si estamos ante el primer caso de inflación videojuerguista, pero desde luego le quita algo de complejidad al desarrollo. Por otra parte, quienes tengan tendencia a creer que la han cagado al tomar determinadas decisiones comerciales tienen margen de sobra para resarcirse y rectificar sus inversiones.

Con los puntos de experiencia la cosa parece más y mejor estudiada. El ritmo es el adecuado pese a una distribución poco cohesionada con la dificultad o laboriosidad en tiempo de completar algunas tareas, y el juego se las apaña para fluir con muy buena marcha, dándonos en todo momento la tan satisfactoria sensación de progresión continua, desbloqueando nuevas posibilidades en cada árbol y proponiéndonos también un subsistema de reputación que va activando distintas perks de uso limitado en ambos personajes.

The Incredible Adventures of Van Helsing tiene muchos problemas que sería absurdo no tomar en cuenta. Al margen de cierta inestabilidad técnica, algunas decisiones extrañas de diseño o el hecho de que no incluya ni un ápice de aleatoriedad y eso degüelle por completo una hipotética segunda partida, pero el más doloroso de sus fallos posiblemente esté en el cooperativo. Supone uno de los puntos fuertes parra muchos jugadores a la hora de hacerse y es, para no andarnos con rodeos, virtualmente inaccesible. El grueso del asunto es un amasijo de disfunciones como un lag exagerado, desconexiones súbitas y personajes que se quejan atascados en el escenario o desaparecen de los servidores sin dejar rastro. Creo que los zagales de NeoCore andan trabajando en ello, pero a día de hoy el asunto no pinta nada bien.

Taras e imperfecciones a un lado, la experiencia de la campaña viene a llenar un hueco que muchos se encuentran a menudo en sus ratos de ocio: el del machacabotones diablesco. Y como tal, The Incredible Adventures of Van Helsing cumple su funcion con solvencia y además hace su propia aportación cuando en cierto tramo de la historia decide fusionar sus manierismos con los de otro género, el tower defense. Colocando trampas, gestionando recursos, defendiendo zonas de oleadas usando más la estrategia que la fuerza, el devenir de la partida da un giro inesperado y refresca con mucho acierto el producto final. Sumadle a esto las numerosísimas referencias para nerds (desde cuentos de los hermanos Grimm hasta los Monty Python, pasando por El señor de los Anillos), y tenemos un buen sucedáneo, satisfactorio casi siempre y con un potencial escondido que pudo alzarle bastante más alto. [7]

Redactor
  1. Lockeric

    Me habría interesado por este juego si no hubiera salido el Marvel Heroes esta semana… Ahora voy servido.

  2. Garou

    Pues tal y como veo el vídeo, ni tan mal ¿no?

  3. Enich

    Cuando salga en 360 ya hablaremos.

  4. KorbenPereira

    No hay clases, pero puedes elegir el genero del personaje?

  5. Satellite of Love

    La respuesta a las preguntas del principio es Skinner Box. El ratón, la palanca y la dosis de cocaína.

  6. rojovelasco

    @aspirina

    Pero muy bien disimuladas. Como el WoW

  7. Junkostar

    «eres Van Helsing Jr. y te jodes» Bravo.Yo le tengo ganas al jueguico,no sé si podré aguantar a una rebaja,o en un arrebato lo compro ya mismo.

  8. Orgullo gamer.

    @rojovelasco
    Muchas veces no…

  9. Almohalla

    Like si estás aqui por que este juego ha salido en los Game with gold de Diciembre