Análisis de Tom Clancy's EndWar

A Tom Clancy le gusta más la guerra que a un tonto un boli. El hombre de la visera y las gafas de sol perennes nos trae esta vez su particular visión de la Tercera Guerra Mundial, con los rusos, los americanos y los europeos dándose pa’l pelo en una de esas historias tan Clancy (que obviaré por completo, por cierto) que esta vez viene con una particularidad: es un juego de estrategia que se controla con la voz, como nos controlaban de críos nuestras madres o como intentamos controlar las decisiones de los árbitros en el fútbol vociferando a la tele, sólo que esta vez (y al contrario que en las dos anteriormente citadas) funciona. ¿Será EndWar la revolución de los RTS para consola o la cosa quedará en intento fallido?

¡Patatas bravas a la mesa tres!

Está clarinete que el punto que más llama la atención de EndWar es el control vía voz. Como si estuviéramos manipulando a ese grupo de esclavos asiáticos a los que tenemos en el sótano haciendo falsificaciones de primeras marcas, podremos poner a nuestros soldaditos a matarse entre ellos proyectando nuestro posiblemente sexy chorro de voz al micrófono del headset. El reconocimiento de las palabras que forman los comandos es impecable; he llegado a toser dando las órdenes y el juego lo ha reconocido igualmente. Pulsando el gatillo derecho, el juego entra en modo de introducción de comandos, y es entonces cuando debemos hablar: por ejemplo, Unidad 2 atacar enemigo 4, o Unidad 1 ir a Zulú, o lo que queráis. No probéis a decir Unidad 4 ir a Telepizza y comprar una Barbacoa, no funciona. Para aquellos que prefieran no hablar con la tele, el mando también puede ser utilizado para controlar todo y no hay ninguna función exclusiva de la voz, y de hecho también funciona bien; el juego es suficientemente simple (y sobre eso me extenderé más adelante) como para poder jugar satisfactoriamente rápido con el control tradicional. La principal ventaja del control por voz es su velocidad: si sabes a dónde quieres mandar a tus unidades, qué quieres que ataquen y qué puestos quieres que capturen, puedes dar todas las órdenes seguidas y el juego los pondrá en marcha, y en unos segundos tendremos a todas las unidades yendo a hacer su trabajo. Aparte, el mando es un complemento excelente para la voz y, combinando ambos y con un poco de práctica, conseguiremos muy buenos resultados en la gestión de las unidades. También, EndWar está diseñado para consola: es un RTS pensado exclusivamente para consola, adaptado al cien por cien, ideado para que no se eche en falta el ratón y el teclado. Lo consigue. El control funciona tan bien que en ningún momento piensas que mejoraría siendo jugado con ratón, porque el juego entero está creado para ser jugado en consola y con el control que se nos propone. Y es un buen principio: el sistema funciona de maravilla y EndWar se revela así como un primer intento muy digno en lo que a control se refiere. Desgraciadamente, falla en otras cosas que le hacen caer en el saco de los juegos que lo han intentado pero no han alcanzado la gloria.

¡Andrea, coño, cómete el pollo!

Técnicamente no es malo. Los gráficos son suficientemente buenos y el aspecto sonoro no despunta pero da el pego. El diseño de los menús, por ejemplo, mola bastante: tiene este toque de Tom Clancy que a veces parece que el tipo sabe mogollón lo que hace pero que otras tiene un punto naïf de niño flipado con los soldaditos y la tecnología de combate; funciona bien, de todos modos. No es feo, en general. El juego, además, aguanta bien muchas unidades combatiendo al mismo tiempo, por lo que si en algo falla EndWar no es en su aspecto; esto no es un concurso de belleza, esto es un juego, así que, ¿qué tal se juega? Pues se juega bien a medias. El principal problema de EndWar es que es demasiado simple: el juego se deshace de todo el peso de la gestión de recursos y construcción de edificios, centrándose en darnos una serie de unidades al comienzo de la partida, ampliable a medida que avanzamos en el combate. Es así en todos los modos de juego que se dejan ver en la campaña individual, que van desde el clásico uno contra uno en el que el último en pie gana hasta la captura de bases o la defensa de un punto del mapa en concreto, y la fórmula no tarda más que un par de horas en desgastarse. Todos juegan igual, y en todos hay que hacer exactamente lo mismo: tener a las unidades de infantería bien cubiertas y atacar siguiendo las debilidades y fuerzas del resto de unidades (los tanques ganan a los transportes, los transportes ganan a los helicópteros, los helicópteros ganan a los tanques); la variedad estratégica es poca, y sabe a poco. Al final, todo se queda en repetir los mismos comandos una y otra vez, y la IA pocas veces nos pondrá las cosas difíciles, por lo que terminar el juego individual acaba siendo más cuestión de paciencia que de habilidad estratégica.

¡Fóllame, macarra!

Otra cosa es el juego online. Aquí, en el modo Escenario de Guerra sobre todo, es donde está la verdadera chicha del juego. Porque si EndWar es más simple que un pepino es básicamente porque la IA basa su juego en ir hacia ti y atacar, poniendo las cosas demasiado fáciles en la mayoría de las ocasiones. Una persona, sin embargo, no es tan predecible y es aquí donde las cosas se ponen interesantes: es en el juego multijugador donde EndWar pasa de ser mediocre a una opción interesante para los aficionados a la estrategia. El sistema de piedra-papel-tijera que tienen las unidades básicas del juego y su combinación efectiva con las unidades de infantería, más débiles pero imprescindibles para capturar bases, pasa de ser una rutina difícilmente divertida a un sistema que, dentro de su simplicidad, funciona realmente bien a la hora de vérnoslas contra otro ser humano. Escenario de Guerra es el plato principal de las funciones online, a las que EndWar está claramente enfocado. En este modo, las estadísticas de juego se van guardando y cada cierto tiempo (equis horas) un turno pasa, actualizándose el mapamundi principal y reconfigurándose las partidas. Es una especie de campaña multijugador infinita en la que iremos actualizando a nuestro escuadrón, haciéndonos mejores y mejores hasta ser los que reparten el bacalao en la Tercera Guerra Mundial y pudiendo llegar a disputar combates más y más complejos gracias a las habilidades que podemos desbloquear con el dinero ganado en la batalla. Por lo tanto, EndWar busca un público muy específico: aficionados al juego de estrategia que quieran una experiencia multijugador sólida. Aunque no es tanto el juego de estrategia para consola definitivo que podría haber sido gracias al ingenioso y efectivo uso del control por voz, puede ser una opción interesante para los que busquen algo que hasta hace poco parecía exclusivo para PC e imposible de llevar a otras plataformas y que cada vez más parece estar, precisamente, saliendo del guetto PCero y entrando en nuestras amadas consolas. Definitivamente, no destaca por su campaña individual, sino que esta vez parece indispensable conectarse a la red para encontrar la experiencia que vale la pena. Nota: 7