Análisis de Top Spin 3

Te despiertas con los párpados pegados. Y los labios. El aliento aún apesta a Stoli, y en la cabeza —ahora, aún más que de costumbre, un espacio vacío— rebota una y otra vez el ruido de la aspiradora. Y entonces lo recuerdas: ‘Letras, me **** en tu **** madre, ¿dónde está el análisis de Top Spin 3?’. ‘Ya va, Xavi, deja ese Colt donde estaba, por favor’, murmuras mientras te dejas caer delante del ordenador. Y te pones a escribirlo pero, siendo sinceros, ¿acaso es imprescindible que sea brillante? ¿No llega con un texto de suficiente bajo? Quiero decir, soy yo, Letras, no aspiro a mucho. Así que empiezo a escribir con la cabeza en otra parte. Los gráficos esto, el sonido lo otro. Apenas cinco párrafos, pero llega para salir del paso y salvar el pescuezo de la ira de mis jefes. Qué más da, si somos los rockstars de la prensa del videojuego y el ciudadano medio nos adora. Llevamos el mundo por montera. Top Spin debió hacer mucha pasta. Sería lo justo, porque el juego original era realmente bueno. Flojo en algunos apartados pero eh, era un primer intento honesto y arriesgado. El problema es que PAM Developers, los, ejem, developers, han estado celebrándolo desde aquella ocasión. Y lo que ha salido es un hijo de la resaca criminal y el pasotismo, como todo lo que escribo. Carece por completo de carisma, y se nota poco pulido y parco, muy parco en opciones. Lo cual es una pena, porque el enfoque sigue siendo el correcto.

¿Y cuál es el enfoque, dices? En realidad, el juego de Power and Magic Developers ((No me lo acabo de inventar, ése es el nombre del estudio.)) sólo pretendía hacer para el tenis lo mismo que Pro Evolution hizo para el fútbol: otorgar al jugador más control sobre el desarrollo del partido que el resto de juegos, siendo más realista en esta franquicia que en sus rivales. Y un sistema de manejo potente —y por tanto, complejo— es un requisito imprescindible para eso. Habitualmente aquí es donde empiezan las comparaciones con Virtua Tennis. Pues no, leches. No se parecen en nada, no aspiran a lo mismo y toman caminos perpendiculares para perseguir sus objetivos. A nadie se le ocurre colocar a ‘Black’ y ‘Operation Flashpoint’ en una misma cesta, así que ¿por qué se hace constantemente con estos dos? Anait dice NO a las comparaciones gratuitas. También dice SÍ a las drogas, pero solamente si os hacen precio.

Pero vayamos con lo del control. Potente dije, y lo es. Porque para empezar el juego pone en tus manos la capacidad de escoger entre unos cuantos tipos de golpeo e incluso el riesgo que quieres asumir al pegarle a la bola, y eso implica usar unos cuantos botones que suelen estar deshabilitados en otros juegos similares. Pero va más allá: te exige el control del tempo y la colocación adecuada. Top Spin 3 no hace nada por ti, ni siquiera decidir el momento de soltar el brazo para sacudirle a la pelota. ¿Puñetero? Al principio sí, mucho, pero una vez te haces con él uno tiene que admitir que es una bendición: nada hay más divertido que sorprender a un rival devolviéndole la pelota ligeramente tarde, o jugar con el ángulo del tiro mediante la distancia entre la bola y tu jugador a la hora de golpear.

Y no, no tengo mucha idea de tenis. Cuando quedo en el Club lo hago para jugar al polo y decidir el destino de alguna república bananera, pero la verdad es que no es imprescindible ser un connoisseur para llegar a dominar el juego. Todo funciona de una manera bastante lógica e intuitiva: Anticípate al golpeo del rival, escoge el tipo de tiro que necesitas, colócate a una distancia adecuada de la bola y suelta cuando sea el momento adecuado —normalmente al botar la pelota, lo cual sí resulta un poco raro al principio—. Oh, y apunta en la dirección que deseas justo antes de soltar. Son bastantes cosas en apenas dos segundos, pero así somos los empresarios: pensamos rápido y no tememos tener que decidir en décimas de segundo. ¿Me compensa pagar las horas extras que debo? Mmmmm… no. ¿Veis? No es nada fácil levantar un país. Por suerte, uno puede cogerle el tranquillo al juego en la Escuela que incluye. Pero, sinceramente, es una mierda. Imprescindible, pero mierda. Por su diseño, porque es un tostón con mayúsculas ((Así: TOSTÓN)), pero sobre todo porque te enseña (más o menos) a golpear la pelota, pero no se molesta en explicarte NADA más sobre el control del juego. Ni cuándo debes emplear cada tipo de golpeo, ni cómo sacar de forma decente. En cuanto sepas enganchar dos tiros correrás a jugar partidos, y harás bien.

Tenemos, por lo tanto, un control retorcido pero lleno de posibilidades. Entonces, ¿cómo se traslada eso al desarrollo del partido? Pues realmente bien, una vez llevas la sartén por el mango. Llorarás unas horas mientras no devuelves los golpes como querrías. Y después unos días, porque o bien resulta demasiado difícil vencer a tus rivales, o juegas en niveles de dificultad que lo hacen parecer un Pong con gráficas chidas. Y eso no es una exageración. Jugando en nivel medio o fácil cada partido se vuelve una sucesión de golpes repetitivos mientras vas echando al rival más lejos centímetro a centímetro. Resulta rígido y tremendamente aburrido. En niveles más altos la experiencia se convierte en lo que debería ser siempre: el rival busca sorprenderte, tú tienes que utilizar todos los recursos que el juego deja a tu alcance y todo parece un poquito más aleatorio, más real.

Sinceramente, no merece la pena comprarse Top Spin 3 si no vas a ir a por el auténtico reto. De todas formas, la experiencia de juego sufre de otras lacras que no tienen solución, como ciertos errores de IA o de equilibrio del juego. Por poner un ejemplo del caso más irritante, a veces resulta IMPOSIBLE vencer a un jugador que tenga por costumbre subir a la red. Tienen unos tiempos de reacción inverosímiles y superarlos es una tarea titánica. Devuelven casi todo por rápido, alto o bajo que golpees, y en una posición de ventaja para probar ángulos muy, muy abiertos. Se vuelve realmente irritante. Hay más errores similares, por la falta de testeo y ajuste —o ganas de hacerlo—, en todos los aspectos del juego. Pero que no se me malinterprete, jugarlo es una delicia superado el bache inicial. Empujar al rival al fondo, traerlo a la red con una dejada —eso si consigues hacer una alguna vez—, volver a llevarlo atrás, intentar un liftado a la esquina más lejana… Todo sale de forma natural, y es fantástico sentirse Federer por un día y jugar con —no contra— el rival.

El problema llega cuando te cansas de los amistosos y torneos y quieres algo más duradero, de más calado. Mala suerte, porque el Modo Carrera es cutre. Así, con todas las letras. Crea un jugador —con un editor completísimo, cierto— y prepárate para un menú con ¡uf! casi DOS opciones. Gana partidos y con ellos puntos para mejorar los atributos de tu personaje y comprar camisetas. Y ya está. Sube en la ATP, entra en distintas categorías, blablablá, no importa. Es totalmente prescindible. Más aún, puedes ganar un Grand Slam ¡y no verás siquiera una entrega de trofeos! Verás una cajita de texto. Dirá ‘has ganado un Grand Slam’, por si eres realmente lento en cuanto a procesos neuronales se refiere… y ya. Lo peor es que ocurre exactamente lo mismo cuando lo ganas todo y se acaba tu Carrera. NADA. Ni un personaje desbloqueable. Ni un traje ninja. Ni fotos de Ana Ivanovic. Niente, nothing.

Imágenes de la versión para Wii

Donde sí han puesto algo de mimo es en el apartado técnico. Visualmente es espléndido. No he visto nunca animaciones más suaves y naturales que las de este juego. El movimiento de la ropa, sin ser totalmente realista —parece demasiado ligera— sí queda muy bonito, e incluso el pelo de Federer, que no es demasiado largo, se menea de una forma muy creíble. Los modelos no están tan, tan logrados como estos otros aspectos, especialmente en sus expresiones, pero no es nada relevante. El sonido es mediocre, como mucho. Un puñado de canciones que se repiten constantemente en los menús y un ambiente paupérrimo en los partidos. El tenis no es fútbol, pero irrita un poco ganar un Open USA y que te aplauda lo que parece ser un grupo de cinco mancos a los que les caes mal. Tampoco hay comentarios, por cierto, aunque eso es lo de menos.

Porque como ya he dicho quince veces —pero tengo que insistir, lo siento— este juego parece diseñado en esas mañanas de bicarbonato sódico e ibuprofeno. Se le perdonarían todas esas pequeñas lagunas si su jugabilidad, lo único realmente relevante en un juego como éste, fuera perfecta. Pero no lo es, llega solamente a agradable. Más 🙂 que :D, y ciertamente nunca :-D~~. Y eso una vez has escalado la pared de dificultad de la primera semana e ignoras los modos fáciles y su Estupidez Artificial. Top Spin 3 está cargado de buenas intenciones, una base sólida y muchos fallos. La franquicia requiere un cambio de desarrolladores inmediato si no quiere caer en el olvido. Y eso sería una desgracia, porque hablamos del único juego que ha intentado ver el tenis de forma seria y ha triunfado haciéndolo. Protéjanlo, señores de 2K. Nota: 7

Oh, and now, one more thing… Que Nadal no iba a salir en la versión 360 ya era algo sabido. Puñetero, pero sabido, aunque admito que como alma cándida que soy me esperaba un clon. Un ‘Roberto Larcos’ de bíceps de acero con el que zurrar a cualquiera en tierra batida —ahora mismo sobre cualquier superficie—. Yo qué sé, un Danal, o Andal, o Raphael Nadale. Nada tampoco. Nos quedamos con Philippoussis como gran ídolo. Y sí, entiendo que no es culpa de los desarrolladores sino de las licencias y exclusividades, pero eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de evaluarlo o gastarse los cuartos, amigos.

Pues va a ser que no, ¿eh?

Está Federer, que es en realidad la única opción viable para la gente elegante que visita esta página y aprecia la sobriedad elegante de un clásico cardigan. Están Andy Murray, Blake, Roddick, Djok… ¿Eh? ¿El número tres del mundo TAMPOCO está? Madre mía, qué desastre. Bueno, sigo. Está Berdych, Davyd… ¿No?. Ferrer tampoco… Bueno, quizá las mujeres estén todas, que serán más baratos los derechos. A ver, Sharapova (¡bien!), la recientemente retirada Henin, Kuznetsova, espera… ¿y las Williams? ¿y Jelena Jankovic? ¿Y ANA IVANOVIC? ¡¿Pero ésto qué es?!

Vale Letras. Relax. Esto no es ‘Nam. Quedan las Leyendas. Eh… tres, concretamente. Y una es Monica Seles. Pero eh, Björn Borg sigue siendo el amo. Puedes rememorar sus victorias en… en… ¿dónde está Wimbledon? NOTA: 5

Ficha técnica Plataforma: Nintendo DS, PS3, X360 (analizada), Wii Desarrollador: PAM Development Distribuidor: 2K Sports Género: Deportivo Precio: 59,95 € (PS3, X360), 39,95 € (Wii, DS) Código PEGI: 3+ Idioma: Traducido al castellano Fecha de salida: 25/06/2008