Análisis de Trials HD

Si pones a uno de esos perros rastreadores delante de una Xbox 360 con este juego en su disco duro, se pondrá a ladrar como un loco. Sólo estará haciendo su trabajo, porque Trials HD es endemoniadamente adictivo o, ya que optamos por hablar de forma políticamente incorrecta, droga de la buena. El análisis será corto, pues la verdad es que no hay mucho que contar sobre el juego; como diría Walter, su belleza radica en su sencillez. Es un juego en Flash de esos de hacer saltitos y sortear obstáculos con la moto, pero con gráficos en 3D realmente resultones, físicas curradas, un sistema de juego impecable y pistas diseñadas con enorme acierto. Tal vez el control es lo que requiere más explicación. Con el gatillo derecho aceleramos, con el izquierdo frenamos y con el stick izquierdo nos inclinamos hacia adelante y atrás para cambiar el centro de gravedad y poder subir rampas más fácilmente hacer el caballito o apurar en los saltos. Sin embargo, el botón B, que sirve para aparecer en el último check point después de una caída, es el que más se utiliza. Y es que cuando no te la pegues porque todavía le estás cogiendo el tranquillo, lo harás porque estás en una pantalla jodidamente complicada, con una caja en mitad de una subida que durante 389 intentos te parecerá IMPOSIBLE. Pero ahí se demuestra la grandeza del juego. Lo intentarás una y mil veces, te dirás lo típico de “la última, va” dos horas antes de ir finalmente a dormir y desesperarás al colega que espera su turno porque piensa que sabe cómo acelerar y colocar la rueda en esa parte. La curva de dificultad es exponencial, pero también la de aprendizaje, por lo que la auténtica desesperación sólo llega en las últimas pantallas, en las de nivel Extremo. Yo soy incapaz de terminar la última y no lo intentaré más sin descargarme antes una repetición de alguien que haya obrado el milagro. Esa útil opción no está disponible en la versión que tenemos, pero sí lo estará en la final. A los 51 niveles del modo principal hay que sumarle varios torneos —sin pistas nuevas— y Juegos de Habilidad —saltar de la moto para romperse cuantos más huesos mejor, avanzar haciendo rodar una esfera metálica gigante… así hasta 12—. El resultado es una cantidad decente de horas de juego. Si a eso añadimos que desbloquear logros e imágenes de jugador no es fácil y también un editor de niveles la mar de majo —ojo, que por defecto viene con un decepcionante Modo Simple, hay que pulsar Start y cambiarlo—, lo que tenemos es una cantidad de horas indecente. ¿Fallos? Pues podría haber más motos, el editor no es el más intuitivo que recuerdo (aunque soy un negado creando cosas, yo soy más de jugarlas) y alguno echará de menos los fantasmas y las distintas cámaras de Trials 2 ((No quería mencionarlo para no tener que reconocer que no lo he probado…)). Minucias, ¿verdad? Pues por eso. Piques antológicos, diversión, partidas rápidas y sin preocupaciones, solo o con los amigotes gracias al injustamente menospreciado multijugador con un mando, una tele y un sofá —eso sí, cada uno con su birra—. Lo tienes todo en este juegazo que te demostrará que mantienes la manía de mover el mando a un lado para intentar saltar más lejos. Si Trials HD costara 800 MS Points, tendrías que estar comprándolo ahora mismo. Pero vale 1200, así que primero tendrás que decidir qué noche de fiesta sacrificas y, después ya sí, pasa por caja. [9]