En 2003, el éxito en Broadway de Wicked: The Untold Story of the Witches of Oz cambió de nuevo la forma en la que las ficciones se acercaban a la figura de la bruja. Durante los 90 y principios de la década de los 2000, una serie de ficciones, entre las que se encuentran Embrujadas, Prácticamente magia y Sabrina, cosas de brujas, popularizaron la imagen de una bruja joven y moderna, alejada de los cuentos, cuyos poderes estaban ligados por primera vez a las características positivas comúnmente asociadas a la feminidad como la empatía y los cuidados, especialmente entre mujeres. La obra de Winnie Holzman no venía a destruir esa imagen sino a ampliarla. A decir que las brujas feas y viejas que aparecían en los cuentos también eran dignas de ser protagonistas y tener la oportunidad de contar su parte de la historia. A explicar que, quizás, la versión que conocemos está llena de malentendidos, y se ha escrito partiendo de una serie de prejuicios contra las mujeres. A reivindicar, en otras palabras, la imagen de la bruja tradicional.
La influencia de Wicked ha sido constante en los últimos años y es patente en películas como Maléfica, cinta que nos invita a pensar la historia de la Bella Durmiente bajo la perspectiva de la bruja del bosque. Y dentro de esta tendencia a llenar de matices la imagen de la bruja tradicional, Wytchwood se desmarca, no para recontar el cuento que conocemos, sino para crear una nueva historia en la que la bruja no es la antiheroína sino la absoluta protagonista. En el título de Alientrap, entre siesta y siesta, la bruja es la encargada de salvar a la princesa y restablecer el orden; de hacer que el reino mejore y castigar a los villanos, siempre bajo la atenta mirada de su amo y señor Satán.
Wytchwood empieza con la protagonista despertándose en medio de un caos absoluto. Una cabra ha entrado en su casa mientras ella dormía una siesta centenaria y se ha comido la mayor parte de su grimorio. Confusa tras despertar, la bruja aprenderá rápidamente que el animal es el mismísimo demonio que ha venido a cobrar una deuda largamente atrasada: A cambio de salvar el alma de una bella y joven durmiente la bruja tendrá que entregar las esencias de aquellos doce que intentaron dañarla. Y para saldar su deuda tendrá que visitar el espacio intersticial, el lugar donde se unen los caminos, y que la llevará a donde se esconden el Oso, la Sanguijuela, el Gato, la Serpiente y el resto de peligrosos enemigos a los que tendrá que encontrar, engañar y derrotar.
Lo más llamativo en Wytchwood es la manera tan orgánica en la que el título rehúye el combate en favor de los puzles y la fabricación de objetos. Aunque los escenarios están repletos de peligrosos enemigos que no dudarán ni un segundo en atacarnos, la edad y las habilidades de la protagonista casan mejor con enfrentamientos indirectos a través de trampas, maldiciones y todo tipo de engaños. Así, nuestra mejor aliada no será la espada sino nuestra «mirada de bruja» un sistema por el cual podemos parar el tiempo y observar atentamente el escenario buscando los puntos débiles de amigos y enemigos, recordando de paso todo tipo de recetas. Esta mecánica, que como jugadores nos sirve para ir desbloqueando pociones conforme avanzamos en el juego, es solo un ejemplo del ingenio con los que los desarrolladores mezclan diseño, narrativa y caracterización para sus personajes.
El hecho de que la cabra/demonio se haya comido el grimorio sirve en un primer momento para no abrumar al jugador con recetas y para tener un elemento, más allá de la historia, que sea capaz de marcar la progresión e indicar cómo de exhaustivamente hemos explorado cada uno de los escenarios. Sin embargo, dentro de la trama, la pérdida de todo nuestro conocimiento deja constancia tanto de la baja forma en la que se encuentra nuestra protagonista al inicio de la aventura, como de la enorme experiencia que tiene como bruja, ya que, tan solo con una mirada, es capaz de reconocer las plantas y las criaturas más diversas y de entender cómo derrotarlas.
Siendo un título en el que tiene tanto peso el crafteo y la recogida de materiales, es imposible no darse cuenta de la gran cantidad de ideas inteligentes y prácticas que Alientrap utiliza a la hora de diseñar su inventario. El título diferencia entre cuatro espacios —el cinturón de herramientas, los ingredientes, los hechizos y los reactivos— cuyo acceso es más complejo o más sencillo según las necesidades del gameplay. Así, como suele suceder en los simuladores de granja, el cinturón de herramientas se encuentra fijo en la interfaz y nos permite cambiar con facilidad entre el hacha, la pala o las diferentes pociones de ataque, según lo necesitemos. Los elementos que van en el cinturón de herramientas se pueden cambiar y reordenar en cualquier momento desde el inventario (¿acaso no somos mágicos?) sin la pesada necesidad de acudir a baúles o tener que volver a casa. Dentro de la pestaña ingredientes encontraremos todos aquellos elementos que recogemos durante la exploración y que podemos recolectar sin límite alguno. Sin embargo, la parte más importante del juego es la que sucede en la pestaña de hechizos y reactivos, los elementos que fabricamos con pasos sencillos (reactivos) o elaborados (hechizos) y que nos permitirán cumplir nuestras misiones. En esta pestaña no solo podremos ver de manera detallada cada una de las recetas sino que encontraremos indicaciones para recolectar los ingredientes que nos faltan. La navegación aquí no es solo sencilla sino satisfactoria, haciendo agradable lo que podría ser una de las partes más pesadas de la experiencia.
A pesar de funcionar totalmente como un cuento oscuro, cargado de humor e ironía, el gameplay de Wytchwood nos recuerda al de títulos como A Short Hike o Toem, ya que nos permite descubrir con tranquilidad los diferentes escenarios y marcarnos a nuestro ritmo los distintos objetivos. Así, aunque el título espacia los diferentes capítulos —cada uno de ellos centrados en el alma de un personaje— a través del mapa, nosotros podemos cambiar el ritmo seleccionando qué misión enfrentamos cada momento. El juego se estructura a través de 3 grandes episodios tras cada uno de los cuales deberemos volver forzosamente a descansar a casa. Sin embargo, dentro de cada episodio la exploración es totalmente libre y orgánica, y está lo suficientemente bien pensada para que dure el tiempo justo en cada uno de los limitados mapas.
Lo que más he disfrutado en Wytchwood es la forma en la que su personalidad y visión se superpone a los convencionalismos del género en el que se quiere encuadrar. A pesar de que otros títulos de gestión, tranquilos y relajantes, reacios a la violencia, se esfuerzan —muchas veces hasta límites desagradables— por resultar cálidos y amables, la propuesta de Alientrap se lleva todos esos elementos a su terreno, manteniendo la oscuridad y la burla que necesita su historia. Tras nueve horas con la bruja del bosque, tras fabricar todas las pociones del inventario, me he quedado con ganas de más, una muestra de lo bien medido que está todo y el enorme pulido de la propuesta final.
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Una de las últimas sorpresas del año, ¿no? Me apetece mucho y eso que el crafteo no es de mis mecánicas favoritas, pero el diseño artístico me gusta mucho. Esperaré de cualquier manera a ver si con el paso de los meses lo localizan al castellano. Ojalá.
Artisticamente súper interesante y la historia pinta divertida (Esa cabra comiendosete las hierbas de la alacena me descaralla)
Me sorprendía un poco que se hablase tan poco del juego, estaba yo un poco receloso, pero con el análisis de hoy: Me lo llevo!
Creo que me va a encantar.
Jugue la demo en un festival de Steam y la verdad es que me gusto bastante. Habra que comprarlo.
Eso si, la bruja era buena, pero me recordaba a mi abuela del pueblo, los inocentes animalitos del bosque no son más que ingredientes para ella.
¿Por qué no lo encuentro en la eShop, si según la propia web de Nintendo está disponible desde el día 9?