Hay quien asegura que el survival horror murió con la evolución de la técnica, con los avances que ofrecían la posibilidad de desarrollar videojuegos hechos a imagen y semejanza de las grandes producciones de Hollywood: épica accesible, espectacularidad visual y un regusto infantiloide, como de un contenido perfectamente masticadito para todos los públicos. Al fin y al cabo la historia viene demostrando que las grandes distribuidoras mojan las sábanas cada noche coqueteando con esa idea, la de parecerse al cine, así que no debería sorprendernos que algunos géneros se les caigan por el camino.
Afortunadamente lo indie, sobre todo en PC, está salvándole los muebles a los aficionados del terror. DreadOut se enmarca en este nuevo renacer proletario, pero desde una perspectiva más nostálgica. Con su juego los indonesios de Digital Happiness no quieren tanto devolver el género a la cresta de la ola como contribuir a esta fantasía voluntarista abrazando la llamada retrowave de una forma mucho más auténtica y visceral que los títulos de terror a base de píxeles y perspectivas cenitales. Es la vertiente políticamente incorrecta del survival horror retro y eso le confiere un encanto difícil de negar.
Y es que solo hace falta echarle un vistazo: DreadOut solo ha podido venir en un Delorean. El aroma a Silent Hill y Project Zero es evidente, sobre todo en su faceta visual. Animaciones rudimentarias, escenarios de otra era y una puesta en escena que se alinea con las premisas narrativas ligeras tan típicas del terror en videojuegos —una ciudad fantasma llena de manuscritos que componen la historia con una obviedad desenfrenada— y también en cine —jovencitos toman decisiones estúpidas pilotados por unos guionistas con pocos recursos—. Con esos referentes llenos de colegialas en minifalda, señoras espectrales de pelo largo y teléfonos móviles con cámara como elemento clave, no hay duda: quizá fue concebido en Indonesia pero DreadOut mira siempre hacia Japón.
Si tienes un presupuesto ínfimo, una posibilidad es hacer que eso se convierta en una característica de tu juego. Deadly Premonition no dudó en calzarse ese sambenito y le ayudó a convertirse en la chaladura de culto que terminó siendo. En Troma llevan décadas viviendo de esa misma idea, de revolcarse en la miseria económica y asimilarla como parte de su ADN creativo. DreadOut también toma este camino, pero con la diferencia de que se toma muy en serio y lo que hace y eso acaba reflejándose en la experiencia. Puede que técnicamente esté desfasado, y puede que él mismo lo sepa, pero eso no quiere decir que un look de principios de siglo no pueda ir acompañado de un terror bien tallado y muy artesanal.
Que el primer fantasma que el juego nos lanza a la cara sea un jabalí gigantesco con cara humana es una forma estupenda de lanzarnos un mensaje con dos filos: uno, que aquí los enemigos están basados en el folclore fantástico indonesio; y dos, que como a buen seguro no tienes ni puta idea sobre folclore indonesio tampoco estás preparado para prever qué tipo de aberraciones monstruosas se arrojarán contra tu pobre colegiala indefensa al doblar la siguiente esquina. Parece una perogrullada, pero el survival horror vive en parte de su propia capacidad para ser imprevisible, y DreadOut explota esa habilidad con una mesura y una precisión en los tempos sorprendente. Puede que sus autores no sepan o no puedan dominar lo último en tecnología, pero sí saben muy bien cómo y cuándo salir de debajo de la cama y agarrarte un tobillo.
Es importante tener muy en cuenta que por ahora DreadOut es solo un primer episodio, una puesta a punto del tono y de la historia en la que intentará sumergirnos en próximos capítulos. Eso arroja unas tres horas de juego (aunque hay secretos por descubrir como para concederle otra tarde entera), y por mucho que en Digital Happiness prometan estar atentísimos al más mínimo feedback para tomar nota de cara a continuar la historia, es comprensible que muchos no se atrevan a confiar, a echarse en los brazos de algo que se parece demasiado al temible Early Access. Si el estudio apuesta por el continuismo respecto a lo que han demostrado en este Acto 1, entonces no hay duda: sí a todo. [7]
DreadOut se pone a la venta el 15 de mayo en Steam por 14,99 euros. Incluye solo el Acto 1; el Acto 2 se publicará en forma de actualización gratuita.
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@pinjed vaya triple AAA que estás jugando últimamente xD
Pues me interesa y mucho. Aun asi, es probable que espere a que este completo no me hagan un Sonic 4 y me quede jodido.
«Seguir juego» en Anait y en Steam. Creo que lo dije cuando pusísteis su trailer hace unos días: la esencia del juego, lo que realmente importa en un survival horror, parece la adecuada. Y tengo mono de estos juegos, qué narices.
Muy muy buena pinta. Seguro que van aprendiendo para el resto de episodios y conforme la trama gane peso creo que puede acabar en algo muy digno.
Me gusta ya que parece recuperar todo lo que han perdido las grandes sagas de survival horror por el camino. De todos modos pensare en comprarlo una vez este el juego entero.
Tiene demo en Steam. Lo acabo de probar y me da buenas vibraciones 🙂 Aparte de que en el acabado visual se quedan muy atrás, los controles están un poco (bastante) rotos, pero lo bien que han captado la esencia de Project Zero (por lo que he visto hasta ahora) hace que compense todas sus demás carencias.
Ojalá saliese en PS3. O en PS2.
Es la primera vez que no me chirría leer «un look de principios de siglo» referido al XXI 😀
Un survival de la vieja escuela…póngame 10!
@kencho La demo tiene como año y pico y está muy verde…no la tomaría como referencia la verdad…ni siquiera incluye soporte para mando.
@pinjed ¿Qué tal el combate? En la demo la cámara funcionaba como un arma semiautomática de munición infinita, y bastaba con disparar una y otra vez para acabar con el enemigo, lo que no suponía ningún reto. ¿Hay alguna mejora con respecto a eso?
@dr_yomismo
Depende mucho del enemigo. Hay algunos que desaparecen y tienes que hacer barridos circulares para verlos acercarse a ti, otros esprintan hacia ti cuando te ven y tienes que tener cuidado con el timing de la cámara o buscar un refugio desde el que hacer fotos a salvo.
No jugué a la demo pero llamar combate lo de la cámara es ser bastante generoso. Hay otros elementos que recoges y sirven mejor a este efecto.