A bug’s life

Análisis de Earth Defense Force 5

Este fin de semana debería haberlo dedicado a jugar a Below, uno de mis juegos más esperados del año (decir «del año» es confinar injustamente a este 2018 las ganas que le tengo a lo nuevo de Capy; es uno de mis juegos más esperados de todos los tiempos); con la cafetera llena, el pijama enfundado y todas las obligaciones sociales puestas a un lado, mi sábado arrancó con el aire fresco y puro de los grandes videojuegos bendiciendo mis fosas nasales, penetrando en mi cuerpo y revitalizándome el ánimo. ¡Qué dos días me esperan!, me dije a mí mismo. Hay un dicho popular con el que me identifico, no sin cierta vergüenza, que habla de «distraerse con una mosca»; aunque en sentido figurado viene a referirse a la facilidad para perder la concentración con algo tan minúsculo como un insecto que revolotea a tu alrededor, este fin de semana la frase tuvo, en mi caso, algo de literal: como quien no quiere la cosa he devorado Earth Defense Force 5, la última entrega de la serie de arcades de bajo presupuesto en la que el ejército que da título al juego se enfrenta a la amenaza de una invasión a nivel mundial por parte de insectos gigantes y otras criaturas de pesadilla.

Como sus predecesores, Earth Defense Force 5 recoge el guante a las producciones más churretosas de la ciencia ficción peliculera de derribo y transforma en un arcade de disparos multitudinarios las coordenadas éticas y estéticas del cine de monstruos gigantes e invasiones de cartón piedra. Aquí el punto de partida es tan sencillo y comprensible como siempre: durante una visita de negocios a una de las bases de la Earth Defense Force (que desde fuera son pequeñas y discretas, aunque ocultan, subterráneos, enormes complejos y almacenes en los que se guarda tecnología militar del más alto nivel), tú, un civil, te ves envuelto en un jaleo de cuidado: nos invaden los insectos. A toda prisa, se te da un arma y se te instruye someramente en su uso para que puedas defenderte mientras huyes de la base. La cosa va pintando peor a medida que llegas, junto con el escuadrón de la Earth Defense Force que ha sobrevivido al ataque al complejo militar, a la ciudad más cercana: la invasión de los insectos tiene escala global, según informan los medios, y los medios de que dispone la humanidad para hacer frente al ataque no parecen dar lugar a demasiadas esperanzas.

Pasa el tiempo y tú, siempre comprometido con la causa humana, te alistas en la Earth Defense Force para luchar a su lado y derrotar a los invasores. Lo que viene después ya lo sabéis: un festival de tiros y sangre de colores saliendo en todas direcciones mientras le paras los pies a los alienígenas entre diálogos imposibles y edificios en perpetuo riesgo de derrumbe.

Se habla mucho sobre cómo cierto tipo de juego mediano, a medio camino entre la superproducción de una gran compañía y la aventura independiente de un estudio más pequeño, ha entrado en peligro de extinción en esta última generación por los costes de desarrollo más elevados y la mayor competencia nacida a raíz de los nuevos modelos de monetización, cada vez más presentes en consolas y ordenadores. En este contexto, año 2018, poder jugar a Earth Defense Force 5 me resulta casi milagroso: cómodo en lo cutre, a gusto en el bajo presupuesto, en el juego de Sandlot se ven de manera explícita señales que apuntan directamente a sus recursos limitados, como la infinita repetición de enemigos y escenarios con solo las variaciones necesarias para que no se pueda decir que estás jugando estrictamente las mismas misiones o la grotesca estética de programa de hojas de cálculo de sus menús. Se sale con la suya con una soltura que se escapa a toda lógica: algo hay tremendamente atractivo en EDF5 que hace que jugarlo sea extrañamente satisfactorio, a pesar de que, hoy, la manera en que te lanza recompensas y pequeños ganchos no tiene nada de sofisticado, sobre todo si lo comparamos con los grandes capitanes Ahab del videojuego para móviles.

Sobre las misiones se puede decir, con mucha alegría, que me han resultado suficientemente calcadas a las de mi Earth Defense Force favorito (2017, publicado en 2007) como para tener ese puntito cálido que da la familiaridad aunque sí saben añadir novedades significativas, en forma de nuevos enemigos y tipos de misión, que, sin ser nunca particularmente sorprendentes, sí están dispuestas de tal manera que consiguen mantener el suficiente interés como para poder contarse por decenas (once decenas, nada menos) e ir soltando de vez en cuando alguna sorpresa para reavivar el ritmo; ahora, además, hay pequeños arcos argumentales que se desarrollan a lo largo de varias misiones, que de manera muy rudimentaria crean cierta sensación de movimiento y narración más difícil de encontrar en anteriores entregas. Creo que es evidente que se ha apostado por la cantidad a riesgo de poner en peligro de vez en cuando la calidad, o el puro sabor de cada desafío individual, algo disuelto cuando el mismo planteamiento se repite, con ligeras variaciones, cinco o diez veces a lo largo de todo el juego.

También es de justicia avisar de que aquí un morro fino, cualidad tan respetable como cualquier otra o más, puede salir escaldado. Como ejemplo del tipo de poesía que se despliega aquí, la sinopsis de una de las misiones del juego, al azar: «Damn! Monsters are here too! The citizens are in danger. Exterminate the monsters!»

El aspecto del juego, quizá uno de los puntos más polémicos de Earth Defense Force 5, es a su vez una de sus mayores bazas, en mi opinión. Caminando a su ritmo por un camino bien distinto al de aquellos que compiten con fiereza en la violenta carrera tecnológica de la alta fidelidad visual y sonora, Earth Defense Force podría tener más en común con las noticias taiwanesas en 3D de Next Media Animation que con las grandes superproducciones occidentales, algo que en esta quinta entrega se ve más claro, y más fluido, que nunca. Lejos de buscar la espectacularidad, como su primo Iron Rain (más serio que las entregas principales de la serie, y pendiente de ser lanzado el año que viene), EDF5 apuesta por mantenerse en sus trece y aprovechar el plus de potencia de la nueva generación para mostrar, sus ejércitos de insectos, sus físicas sui géneris y su destrucción urbanística con mayor resolución y fluidez, pero manteniendo el tono pulp que ha caracterizado desde sus inicios a la serie, uno de los ejemplos más internacionales del videojuego comercial japonés de bajo presupuesto.

Análisis de Earth Defense Force 5

Otra bestia totalmente distinta es la que se nos presenta cuando navegamos por sus menús, igualmente prosaicos y funcionales y que, en tiempos como los actuales, cuando la user experience es tan importante o más como la sustancia que se pueda extraer esa «experiencia de usuario», parecen casi una provocación. Frente a los inventarios y los árboles de habilidades hiperdiseñados de la mayoría de juegos actuales, Earth Defense Force 5 presenta sus distintos personajes y su cada vez más abultado arsenal a través de una serie de menús, submenús y tablas que parecen haber viajado en el tiempo desde una versión arcaica de Excel; sin animaciones, efectos especiales ni ninguna de las florituras a las que nos han acostumbrado (y bien hecho: no digo que hacer menús bonitos sea malo, ni mucho menos) los videojuegos de esta generación, esta serie de listados feístas de ítems y atributos se hace mucho más navegable de lo que parece en un principio; puestos a seguir a rajatabla lo de «ande yo caliente y ríase la gente», no le iría mal alguna manera de ordenar o buscar armas, una función que me parece terriblemente poco atractiva en cualquier juego pero que aquí podría ser útil por la cantidad abrumadora de metralletas, escopetas o lanzacohetes que puedes llegar a tener. Llega un momento en el que te das cuenta de que casi da igual qué arma uses, y que al final las diferencias, especialmente en la dificultad estándar, no tienen un peso real en la mayoría de misiones: Earth Defense Force no va de eso.

¿Pero de qué va entonces Earth Defense Force 5? Es difícil decirlo. Es un juego tan simple que a veces no sabes si te estás perdiendo algo; es un juego en el que una misión comienza con un diálogo en el que el general le dice a los soldados que cuando estén de vuelta en la base se pegarán una buena comilona, una breve arenga motivacional que termina en una discusión sobre si van a ser ellos los que tengan que cocinar. «¡Al menos denos los mejores ingredientes!», concluye uno de los soldados; unos segundos después, de la playa cercana a la carretera por la que avanzáis llega una oleada masiva de hormigas rojas gigantes y empiezan los fuegos artificiales. Es encantadora la inocencia y la inercia con la que Earth Defense Force 5 arma su pequeña historia, y también tiene hay algo muy atractivo en lo disparatado de su propuesta; antes decía que estar jugando a algo así cuando a 2018 le quedan tan pocos desayunos me parece milagroso, y me lo parece porque, aunque a menudo se bromea con lo disparatados e incluso ridículos que son los planteamientos de los videojuegos, no parece el tipo de juego que uno espera ver financiado y publicado en una consola de nueva generación: si tuvieras que hacerle un elevator pitch a la persona encargada de elegir qué proyectos se desarrollan en un gran estudio o un publisher importante, es posible que buscaras algo más sofisticado que «eres un soldado y matas cientos de hormigas y arañas del tamaño de Knickers, el buey gigante australiano».

Es justo ese estar fuera de lo esperable, de funcionar a su manera, lo que hace que Earth Defense Force 5 sea tan seductor, tan rabiosamente fresco. Es por esta condición subterránea e indomable por lo que la serie funciona tan bien, y esta quinta entrega quizá sea la mejor hasta el momento; decía mi compañero Fran de EDF2025 que conseguía «trascender los prejuicios y hacer que su atrocidad técnica y visual sea parte indispensable de su fórmula como arcade espirituoso y gritón y destelleante», y lo definía, quizá de la manera más precisa y respetuosa que yo he visto en toda mi vida en una reseña de un producto cultural, como un «juego de mierda del que no te puedes despegar en toda la noche». Estamos a lunes y sigo sin haber probado siquiera Below.

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Análisis de Earth Defense Force 5
  1. Preacher (Baneado)

    He entrado en Amazon como un huracán para pedirlo y veo que no sale aquí en físico. Qué poco me queda en esto de los jueguicos. Entre unos y otros me están echando a patadas.

  2. Majere

    @preacher

    Aguanta hombre, que yo pienso como tú y al final solos nos queda tragar con el formato digital cuando no queda otra, lo que cada vez ocurre más a menudo. 😕

  3. Mominito

    @preacher Hombre… triste sin duda, pero sin duda también creo que sus previsiones de ventas no les ayudan a poner los medios para traerlo en físico 🙁

    Aún así no desistas si le tienes ganas, que darles una venta a esta gente cuenta bastante.

  4. Majin

    Ojalá una skin con el Spiderman japo

  5. Preacher (Baneado)

    @mominito
    A ver, ya sé yo que esto no es el Duty, pero joder, todos han salido en físico, hasta el de Vita. El de 360 nos llegó incluso doblado al castellano. Obviamente es un juego de nicho, pero tampoco es que sea un indie desarrollado por dos tíos en un garaje. Me parece una franquicia con suficiente tradición como para justificar un lanzamiento en condiciones. Sacar esto como solo digital es convertirlo en carne de Plus.

    EDIT: A tomar por culo la bicicleta, me compro la edición física asiática, que lleva inglés.

  6. pachuli

    Es una bizarrada jodidamene disfrutable y con un colega al lado ni te digo,gran texto.

  7. Égida

    Además de no edición física, las armas de mayor nivel están bloqueadas a la edición «deluxe.»
    Yo he comprado los 3 últimos pero esto no lo puedo apoyar, me da pena pero esperaré a una rebaja fuerte en la store.

  8. Madcore

    Cuando un juego es divertido, es divertido. COÑO

  9. Gerir

    Estos juegos son la puta polla.

  10. Tachenko

    @azuma
    ¿Cual de los anteriores EDF me recomiendas para darle un tiento a la saga mientras espero, como tú bien dices, a una futura rebaja de esta entrega?

  11. Égida

    @tachenko
    Pues EDF 4.1, el remake de la anterior entrega para PS4. Yo ya había jugado a la versión de PS3 y eso no impidió que le echara otras tropecientas horas. Si tienes la posibilidad de jugar a pantalla partida con un amigo mucho mejor; aunque también tiene online.

  12. Mominito

    @preacher Detallazo, no sabía lo de la edición asiatica. Mira, mola más que una versión gringa, con todos los caracteres chungos por la contraportada xD

  13. samdax

    Por eso amo Anait y a @chiconuclear sabiendo ver lo que esta saga ofrece mas alla de su feismo y cutrez. Una joyita!

  14. Rocks

    El análisis es una joyita

  15. casidios

    Curiosamente, este es uno de los EDF peor puntuados en Metacritic, pero me ha pasado como a Víctor y me lo he petequedado gustosamente. Es un juego terrible en muchos aspectos, sobre todo en los menús, en la horrible evolución de las armas y, sobre todo, en la duración exagerada que tiene (llevo 20 horas para que me den el logro de que has conseguido pasarte el 5% del juego). Sin embargo hay detalles que me parecen geniales. El juego, obviamente sin traducir y sin subtítulos en ningún idioma, te dice qué hay que hacer dentro de la propia misión. Casi siempre es matar a todos los enemigos, pero en otras es destruir naves u otra cosa y como no estés pendiente al charloteo, como lo llaman en el propio juego, te puedes tirar horas en una misión sin cumplirla. Los diálogos, que se repiten más que en un capítulo de LQSA, tienen momentos geniales. Hoy me partía el culo oyendo como un soldado decía «We don’t like inmigrants on this planet». El juego, luego, tiene cosas buenísimas. Las escopetas son la polla; los misiles MLR son increíbles; los rifles de francotirador, los mejores de los videojuegos.

    Con una capa de pintura extra, dos párrafos más de historia y una sola persona dedicada a mejorar la experiencia de usuario y la evolución de armas y personajes, sería, sin duda, candidato a GOTY cada año.