Análisis de FIFA Street

Ni el ruido del avión ni las azafatas que intentan hacerme el viaje lo más cómodo posible ni mi propio miedo a volar consiguen que me saque de la cabeza FIFA Street. Estoy volando hacia Amsterdam, ciudad que amo, y aun así sólo deseo los dos días que estaré allí pasen lo más rápido posible para volver a casa y seguir descubriendo regates y filigranas. Cuando vi los primeros vídeos del juego pensé: mola, pero tengo que jugarlo. Ahora que lo he jugado (joder, si lo he jugado) puedo decir que FIFA Street es todo lo que esperaba y más. Olvidaos de las versiones anteriores, con tiros de fuego, chilenas desde el centro del campo y jugadores de dibujos animados: esto es fútbol de verdad; callejero, pero de verdad. El juego nos permite hacer prácticamente todo lo que nos imaginemos pero siempre sin rebasar la línea de lo relativamente plausible: sombreros, bicicletas, elásticas… todo tomando como base FIFA 12, así que si lo habéis jugado no os resultará difícil acomodaros a este spin-off. Los partidos son divertidos, rápidos y suponen un desafío en la dificultad más alta, obligatoria si queremos desbloquear todas las camisetas, botas y demás accesorios. Aunque en un primer momento puedan parecer muy aleatorios, dejando la habilidad del jugador en un segundo plano, a medida que avanzas vas descubriendo un sistema de control profundo e intuitivo, en el que conocer los regates y acertar con el timing a la hora de realizarlos es vital para dejar en ridículo a tus rivales y conseguir la victoria. La clave es el botón L2/LT; para hacer regates solo tenemos que mover el stick derecho sin más, pero cuando pulsamos este gatillo el jugador pisa la pelota y con el stick izquierdo la movemos allá donde queramos, pero sin movernos del sitio. Esta técnica es básica; podemos, por ejemplo, enseñarle el balón al defensa, y cuando este meta el pie tirarle el caño. Son los regates más gratificantes, ya que sientes que lo has hecho tú, no ha sido una serie de animaciones scriptadas sin más sino que has calculado el momento idóneo para hacer el movimiento y le has colado el túnel. Los defensas, por su parte, con el mismo botón cierran las piernas para evitar las mofas de todo el público. El modo de juego en torno al que gira FIFA Street es el Tour Mundial; en él, creamos nuestro alter ego virtual, o cargamos el que ya tengamos en FIFA 12. Además no sólo podemos descargar nuestro jugador sino que también tenemos la posibilidad descargar los jugadores de nuestros amigos e inscribirlos en nuestro equipo de una manera sencilla y sensata. Un único problema: tenemos que ir aplicando los puntos de mejora del jugador manualmente, lo que se convierte en un engorro cuando tienes que mejorar a todos tus jugadores después de casi todos los partidos. Una vez tengamos el equipo preparado saltamos a las pistas de todo el mundo para demostrar de lo que somos capaces. Jugamos partidos de todo tipo, desde 2 contra 2, donde tendremos que humillar a nuestros contrincantes y luego marcar gol para sumar más puntos, hasta partidos de fútbol sala con saques de banda, faltas, sanciones por acumulación de faltas etc. Hay bastantes tipos de partidos y muchos campos distintos, con diferentes medidas y estilos de portería, pero pese a todo, el juego se queda corto en cuanto a modos de juego. Es incomprensible cómo contando con una gran cantidad de equipos y ligas oficiales no podamos jugar partidos online con estos conjuntos, permitiéndonos usar sólo nuestros equipos personalizados. Ni si quiera podremos hacer torneos o nada parecido y, la verdad, esta decisión desconcertante y errónea empaña el gran nivel general del juego. Por suerte, las armas principales del juego son su control y su capacidad para hacerte jugar un partido tras otro sin que puedas encontrar el momento de parar; si os reunís unos amigos para echar un buen rato, la pandilocura está asegurada. FIFA Street es tan bueno en lo que de verdad debe serlo que te hace olvidar todo lo demás. Basta con jugar un partido y escuchar el sonido ambiente para enamorarse; según la nacionalidad de tus jugadores y la ciudad en la que juegues los comentarios del público cambian de idioma; hasta ahí nada del otro mundo, pero lo sorprendente viene cuando identificas distintos acentos según si juegas, por ejemplo, en Zaragoza o en Sevilla. No tiene precio escuchar como te gritan ¡venga, pisha!, y deja claro el nivel de detallismo y trabajo que se ha puesto en el juego. FIFA Street es bueno, muy bueno, pero se ve ligeramente coartado por sus propias decisiones. Quizás le habría venido mejor centrarse más en el fútbol sala, bajo mi punto de vista el modo más interesante y competitivo, con temporadas más parecidas a las del FIFA clásico y pudiendo jugar con los equipos de siempre. Ya comentó Gary Paterson, Director Creativo del título, que este, si todo va bien, puede ser el primero de una serie de juegos de fútbol sala en los que se irá afinando la fórmula poco a poco. Creo que como primera iteración (espero que tengamos más) de una posible nueva franquicia el acabado es fantástico y hay que aplaudir el trabajo realizado por el equipo de Electronic Arts. Mientras vuelo de vuelta a casa, pienso que Amsterdam es la mejor ciudad del mundo y me entristece dejarla atrás, pero por suerte (me consuelo) tengo un partido de fútbol sala esperándome en casa. [8]