¿Cómo se convierte Doom, el nintendo más malo y más perverso de todos los tiempos, en un reposado juego de mesa diseñado para ser disfrutado por turnos? La escopeta de un marine demoníaco no sabe lo que es un turno. Fantasy Flight Games aceptó el reto y lanzó en 2016 Doom: The Board Game. Por turnos, un equipo de marines se enfrenta a un invasor que puede invocar enemigos en el tablero; algunas de las ideas más reconocibles del videojuego se ven en el diseño del juego de mesa: las acciones se plasman en cartas, el invasor llega de forma natural a las invocaciones de enemigos fuertes o jefes y los marines tienen mecánicas pensadas para favorecer el juego agresivo y las distancias cortas. Es muy distinto, por supuesto, pero Doom: The Board Game recuerda al videojuego lo suficiente como para no ser «el juego de mesa de Doom» solo de nombre: hay algo del original de id Software en él, aunque esté traducido a otro lenguaje.
Gears Tactics parte de una pregunta similar. ¿Cómo se convierte Gears of War, otro nintendo que Josué Yrion posiblemente no viera con buenos ojos, en un tactics a lo XCOM? La respuesta que propone Splash Damage no solo es convincente sino que por momentos es brillante. Es «el tactics de Gears of War», efectivamente, como su título bien anticipa; y no lo es solo de nombre, sino que consigue integrar en un género casi radicalmente opuesto al de los originales de Epic Games (ahora de The Coalition) muchas de las señas de identidad del shooter de coberturas que definió la generación de Xbox 360.
Aunque nunca se cruza más de la cuenta con la historia general de la serie, Gears Tactics está ambientado antes de la primera entrega; más allá de eso, todo lo que ocurre es suficientemente independiente como para que no sea necesario más que un conocimiento muy general sobre los acontecimientos de la serie (el Día de la Emergencia, los locusts, etc.) para seguir lo que te cuentan sin mucho problema. Por motivos quizá puramente prácticos, el foco no está puesto en la historia sino en la traducción a estrategia táctica por turnos de lo que originalmente era un shooter «de coberturas», como se suele decir, en tercera persona. Gears of War no es cualquier shooter de coberturas: aunque no fue el primero, sí fue el que afianzó esta mecánica en el imaginario colectivo. Más allá de eso, la propia naturaleza de sus personajes (marines espaciales hipertrofiados que a veces no se mueven como personas sino como rinocerontes, como bulldozers con armas de fuego) favorecía, y favorece, un tipo de juego que funciona mejor en niveles rectos, que se extienden a lo largo, en los que te abres paso a cornadas, a lo bruto; es un juego al que le van bien las calles largas, los túneles, los pasillos. Es un tipo de shooter muy concreto, no siempre bien imitado o incluso posible de imitar; todo su universo parece ideado alrededor de este rinoceronterismo, además, y que parece ligado tan estrechamente a los tiros y los asedios que cualquier experimento mecánico por su parte está abocado al fracaso. (The Coalition ha demostrado, no sin esfuerzos, que se puede experimentar.)
El rifle Lancer, seguramente el elemento más icónico de Gears of War, condensa todo lo que hay que saber sobre la serie: es un arma a distancia, ni muy precisa ni muy poderosa pero con una motosierra bajo el guardamanos que hace que salir de la cobertura y abalanzarse contra un enemigo para partirlo por la mitad siempre sea una posibilidad.
Entonces, ¿cómo se convierte Gears of War en un tactics? La propuesta de Splash Damage es tan sencilla y elegante que parece que no les ha costado nada llegar a ella. Los ingredientes básicos de un juego de este estilo (los puntos de acción, el movimiento limitado, los ataques por turnos, etc.) están presentes aquí en su formato más tradicional; si has jugado a cualquiera de los representantes más destacados del género, ya sabes de qué va, a grandes rasgos, Gears Tactics. Sobre esta base se van aplicando pequeños toques que le dan al juego el sabor característico del universo Gears. Cada personaje pertenece a una clase, y cada clase tiene un armamento concreto y unas posibilidades en el campo de batalla; aquí no hay un marine multiusos experto en todo, sino que manejas a un grupo de hasta cuatro unidades, algunas principales y otras secundarias (que suben de nivel y mejoran como todas, pero que pueden morir de manera permanente; son un recurso importante y merece la pena cuidarlas), que cumplen una función concreta. Los turnos se desarrollan más o menos como era de esperar: con tus puntos de acción limitados eliges si te mueves o si atacas, principalmente, pensando no solo en ese momento sino también en cómo estarás cuando le toque moverse y atacar al enemigo.
Son los detalles los que hacen que Gears Tactics destaque. Una «tercera opción» muy popular en otros tactics recientes, el estado de vigilancia (que básicamente convierte a un personaje, a cambio de no usar algunos puntos de acción en tu turno, en una torreta que ataca e interrumpe el movimiento enemigo durante el suyo), aquí te permite configurar además un cono de visión que determina en qué dirección funciona; si un enemigo pasa por encima de ese cono, el vigilante ataca tantas veces como puntos de acción haya reservado para ello. No es algo que solo hagas tú, sin embargo: los enemigos constantemente se ponen en vigilancia aun teniendo a tiro a tus unidades, impidiendo que se muevan (a riesgo de activar el ataque) y bloqueando zonas del mapa, con lo que tu movilidad se reduce. Así, cada turno se convierte en un juego del gato y el ratón en el que todas las unidades son, a la vez, gato y ratón: es difícil hacer estrategias a medio o largo plazo porque constantemente tienes que adaptarte a la vigilancia enemiga, anulándola (con la pistola, que tiene una habilidad específica para ello, o a lo bruto, con granadas o a tiros) o priorizando unas unidades ante otras para aprovechar sus habilidades activas o pasivas concretas. El orden se vuelve más y más importante cuanto más complicadas se vuelven las misiones: otra de las peculiaridades de Gears Tactics es la posibilidad de rematar a los enemigos caídos, una acción muchas veces arriesgada pero que da un punto de acción extra a todas tus unidades excepto a la que realizó la ejecución. Así, la estrategia más evidente no siempre es la que acaba siendo más efectiva; el diseño del juego tiene muy presente un arriesgado cóctel de suerte y audacia que hace que anima a planificar estrategias casi suicidas: las herramientas que se te ofrecen para llevarlas a cabo hacen que con bastante frecuencia y contra todo pronóstico salgan bien, como en los Gears «normales».
El diseño de niveles rema en la misma dirección que las mecánicas para recrear ese tira y afloja constante, para que cada encuentro (siempre contra muchos más enemigos de los que parece posible combatir) dé la sensación de haber acabado en victoria por los pelos, por muy bien que lo hayas hecho. De nuevo, las calles rectas y los pasillos largos funcionan especialmente bien; las distintas alturas aportan incertidumbre y variedad, además de justificar la figura de la unidad francotiradora. Imagino que por eso tantas misiones te piden simplemente llegar a tal punto del mapa, atravesando hordas de enemigos como una bola que atraviesa muro tras muro de ladrillos: esa estructura básica es casi infalible por la pura fuerza de las mecánicas principales, que parecen especialmente preparadas para ese tipo de partida. Precisamente es la variedad de misiones uno de los puntos más flacos de Gears Tactics: hay más o menos pocas, y aunque en todos los casos hay unas cuantas muy bien diseñadas (interesantes, con retos claros y específicos, perfectamente comprensibles pero con espacio para que los planes se tuerzan) otras tantas se vuelven repetitivas y poco memorables. No sé si es un caso de cantidad sobre calidad, pero desde luego el relleno no ayuda: hay misiones explícitamente secundarias que incomprensiblemente no son opcionales, y que a mi parecer estarían mejor a un lado, como reto extra o como oportunidad para conseguir experiencia o equipo, para quien lo necesite. Un ritmo un poco más ágil en este sentido y algún jefe extra (son algunos de los encuentros más impactantes, pero también escasean) habría estado bien: si algo apetece cuando juegas a Gears Tactics es jugar más, aunque no siempre a lo que el juego te obliga.
(El menos es más quizá se lo podrían haber aplicado también al loot; las cajitas y demás, aunque no de pago, a veces ensucian innecesariamente el juego: no lo complican o lo hacen más complejo, simplemente lo ensucian.)
El reciente lanzamiento en Xbox Series X añade alguna novedad que parece pensada para una segunda partida más que para la primera toma de contacto. La campaña con Jack, el drone que acompaña a los Gears en la última entrega, añade nuevas posibilidades defensivas y ofensivas que tienen como contrapeso unas misiones rediseñadas para ser básicamente más difíciles. La campaña estándar (se puede elegir entre las dos desde el menú principal) me parece más limpia sin perder interés estratégico, pero como extra para jugadores avanzados es un auténtico caramelo: ayuda saber jugar un poco antes de enfrentarte a la campaña con Jack, porque muchas de sus habilidades están pensadas para, cuando se usan bien, aumentar las opciones de encandenar bajas y sacar el máximo partido a tu turno.
No es el juego más vistoso con el que estrenar una máquina como Xbox Series X, claro, pero sí es uno de esos juegos interesantes e inteligentes que, si te pillan en el momento oportuno, llegan a ser cautivadores y muy estimulantes. Como poco, Gears Tactics demuestra que era apropiado hacerse la dichosa pregunta e intentar traducir Gears of War a algo tan ajeno a su naturaleza como la estrategia por turnos: a la vista de los buenos resultados, casi cabe preguntarse si no debía haberse hecho antes.
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Yo el único Pero que puedo ponerle a este juego es ese, el del relleno.
Dicho esto, me lo gocé este verano riquísimamente. A poco que te guste la saga vas a ver todas las mecánicas de esta representadas en este juego de estrategia.
Ya vienes con la lección aprendida de casa: cierra el agujero de emergencia con una granada, patea a un enemigo en cobertura media, recoge el arma del boomer…
Al igual que sabemos para lo que sirve la estrella en el Mario, tanto en el Bros como el kart, esta gente ha sabido implementar a la perfección cada una de estas abstracciones en sus mecánicas, lo cual dice mucho (bueno) de lo que representa ya esta saga en el imaginario colectivo, de los pilares que la rodean y esta obra demuestra nuevas vías en su ejecución.
Diréis lo que queráis, pero después del pedazo de campaña del 5 y este creo que la saga está mejor que nunca. Ojalá se les pegará algo a 343…
PD: Sid es mi padre. LITERAL
@punkoman
Al 5 le ha pesado mucho que la serie estuvo un tiempo más o menos perdida (a mí Judgment me gusta mucho, pero entiendo que es un juego muy menor y muy circunstancial; al 4 no le pasa tanto eso, pero comparado con el 5 es un juego mucho menos propio de The Coalition, y que funciona porque Gears es una puta apisonadora), pero es un juego fantástico. Halo ha ido un poco peor pero Halo Wars 2 es cojonudo también. Las dos series tienen para mí el mismo problema: al ser heredadas se toman demasiado en serio, se «planifican» demasiado sus universos, sus historias, etc., algo que no era tan obvio en los primeros (ya Gears of War 3 tenía algún momento lacrimógeno un poco patillero y que ni de coña encajaría en el original, que para mí sigue siendo el mejor, el más puro).
@chiconuclear
Ya ves. Hay un momento en el 3 («Padre, ¿está usted bien?») que es claramente metahumorístico. Alguien de los que había en la sala cuando se planificó eso lo sabía y no dijo nada, por los loles.
Contextualizo: no creo que el 5 sea mejor que el 1 o el 2, efectivamente. Pero sí que es un gran juego lleno de contenido (te pones a hacer una lista de los modos de juego que tiene y es de chalaos), su campaña, salvo momentos paseo, funciona (referenciándote) como una apisonadora (ese último nivel de infarto…) y fue un salto de calidad muy considerable respecto de la anterior entrega, que por otra parte, tampoco era un juego tan malo (el 3, efectivamente, fue regulero).
Sí a esta 5a entrega, que sin ser pináculo en la saga sí destaca del lado bueno, le sumas este tactics, un juego de otro género pero que está totalmente justificado y es coherente con todo, pues eso, que la saga está mejor que nunca. Aunque sea diversificando y oxigenando, que lo necesita.
Sobre lo de 343: al wars 2 no le he dado, el 1 me lo pasé nifunifa y ya a este no he entrado, pero lo apunto.
A mi el Halo 5 me pareció algo mejor juego que el 4, o al menos la campaña, pero a años luz del 3 o reach. No me pasa esto con gears. Y mi comparación iba más o menos sobre los tiempos de desarrollo y la comunicación: Gears 5 nos llegó sin apenas saber nada de él, se había mostrado poco y algunos sospechábamos. Cuando salió fue demoledor, pillarlo de salida en el servicio y revolcarse en él.
Veremos cómo sale infinite, pero con el parto que está teniendo, muy bueno tendrá que ser para justificar su existencia.
«¿Cómo se convierte Doom, el nintendo más malo y más perverso de todos los tiempos…»
He tenido que leer esta frase como 6 veces para saber si era errata o qué.
Muy fan de los tactics, y tengo el Pass así que nada más que decir.
@jk_eye
los nintendos
@srvallejo
Aclaratorio sin duda!
El mejor X-COM desde Silent Storm, no digo más.
Yo lo repetitivo no me desagrada, la verdad. Como disfruto tanto cada batalla, no me molestó demasiado. Lo que si le vi cojear en la parte de gestión. Apunta en la buena dirección pero no lo termina de conseguir. Me refiero a cuando tienes gears ocupados en distintas misiones y tienes que configurar los equipos según las circunstancias. La mitad de lo muñecos ni los usé, la verdad. Con el equipo titular y un reserva por puesto, te acabas haciendo toda la campaña.
En cualquier caso, es un arranque de saga espectacular. Como pulan un poco la fórmula, que suele pasar, la segunda entrega va a ser para llorar.
@gordobellavista
El protagonista de mi partida no era ningubo de los «protas»: era un tal Alberto alias «angustias» (como el hipocondríaco de los futbolísimos), un pelirrojo con ametralladora pesada.
Lo he usado en todo lo que pude y más. Efectivamente lo del equipo y las habilidades no es muy amigable, pero con trabajo y dedicación puedes dejar a tu soldado como el Dios de la destrucción al que lo convertí: cargador de 8 rondas con habilidad de vaciarlo en un solo turno hasta que el enemigo muriera, y recarga automática si mataba al objetivo.
Ya te digo que no voy a volver a empezar ninguna partida nunca más de pena que tengo. No sin mi angustias.
@punkoman
Yo también me encariñe con personal ramdom y los usé a fuego. A lo que me refería es a que te van dando slots extra al final que ni los usas. Con los protas y 4 o 5 autogens, ya no quieres más.
Joder, me estoy acordando de una escopetera fantasma que tenía que la metía hasta la cocina… ¡qué juegazo!
«No es el juego más vistoso con el que estrenar una máquina como Xbox Series X..». Seguramente no, pero para los fans de este tipo de juegos, que veníamos del X-Com 2, esto nos parece visualmente(al menos amí, igual estoy generalizando de más) next-gen no. La next-next gen.
Lo estuve disfrutando bastante en verano hasta que se me colaron otros imprescindibles por en medio, y lo dejé parado. Hora de rescatarlo. Juegazo.
Lo tengo apuntadísimo. Estoy disfrutando el Gears 5 como un cochino en el barro.
Lo de tener que bajar siete veces el mismo puente es injustificable, porque el juego ni siquiera necesita estirarse por ahí, y los Locust que sueltan gas tóxico son un error —no hacen que el juego sea más difícil, pero sí menos divertido.
Por lo demás, melocotonazo. Me flipa el uso de la Guardia.
Yo no sé si darle un segundo intento. Empecé en modo Ironman y flipé cuando el juego me borró la partida cuando se me murió uno de los Héroes (el que es como de un DLC además…).
La gracia del modo Ironman es que tienes que continuar la partida a pesar de que hayas perdido lo más grande, no que te castiguen con volver a empezar.
La parte de gestión o no llegué al momento en que la desarrollan o está demasiado coja.
Quiero Xcom 3 ya.
Gears Tactics es uno de los videojuegos que más ganas tengo de disfrutar en mi Xbox Series X. Gracias a Xbox Game Pass Ultimate voy a poder hacerlo, de momento, sin tener que invertir una cantidad de dinero considerable en él. Aunque si su propuesta me convence, voy a comprar la edición física de este videojuego.
@ernest-2
¿Por qué este comentario parece publicidad (mal) encubierta? xD
Me lo pase de salida en PC, y muy muy bueno. Totalmente de acuerdo con que tiene una mijita de relleno, pero vamos el sistema de guardia me compensa todo.
Apuntadillo en la lista ,el único Gears que todavía no he jugado con un cambio de tercio bastante interesante.
Lo tengo pendiente. Este género, es MI género. Lo del primer XCOM fue mi mejor historia de amor vivida. Pero el Game Pass me ha puesto el Jedi Fallen Order en medio que es como los cubatas sin hielo cuando estás borracho en una fiesta, no te gusta pero ya no paras de beberlo.
«si algo apetece cuando juegas a Gears Tactics es jugar más, aunque no siempre a lo que el juego te obliga.» Has definido en esta frase a la perfección mi sentimiento con el juego, @chiconuclear
Sin duda aquí hay mimbres para una segunda parte más pulida y variada, ojalá dejen a The Coalition seguir por esta senda. Pero vaya, sin duda es un melocotonazo de juego, me lo he pasado en grande con él.
¡¡Gears, y encima tactico!!