Descubrí Project Diva en Vita, y desde entonces he asociado la serie de videojuegos de ritmo de Hatsune Miku al juego en portátil; no es una idea original, pero debo decir que me he mantenido inflexible hasta el punto de ignorar por completo Future Tone, la entrega de PlayStation 4, a pesar de las entusiastas reseñas, simplemente porque la idea de jugar en una televisión se me hacía insoportable.
Por eso, y no por otro motivo, esperaba con tantas ganas Hatsune Miku: Project Diva Mega Mix, la primera aparición en Nintendo Switch de la estrella de Vocaloid, el sintetizador de voz de Yamaha. Es una sensación agridulce la que deja este Mega Mix, que en parte por comparación y en parte por pecados propios no termina de ganar fuerza como gran entrega de Project Diva, a pesar de ofrecer un banquete considerable para quienes prefieran, como es mi caso, jugar en portátil, por costumbre o por convicción; ni por su forma de ser ni por lo que incluye puedo ponerle muchas pegas, aunque desde luego le sobrevuelen algunas.
Mega Mix viene a ser una versión reducida de Future Tone, adaptada a las distintas capacidades de Switch, recortada pero aun así suficientemente generosa, fiel al espíritu enciclopédico del de PS4 pero solo hasta cierto punto. Creo que merece la pena pararse en cada uno de estos tres puntos un poquito.
Se hace evidente en este Project Diva Mega Mix que a Switch le falta el músculo técnico necesario para mostrar los videoclips que acompañan a cada canción, por ejemplo, y que te acompañan mientras realizas las pulsaciones que van volando por la pantalla, deliciosamente retorcidas y divertidas de llevar a cabo e incluso de memorizar; más sobre eso en un momento. Lo cierto es que no hace falta irse a las comparativas (aunque las hay, y son muy reveladoras) para que los sacrificios que se han hecho en algunos de los visuales de Mega Mix salten a la vista: la resolución es bastante pobre en muchos temas, y los modelos de las cantantes, con Miku como gran protagonista, son sensiblemente distintos, con un cel shading resultón y que ayuda a maquillar los recortes.
No es algo que se note demasiado mientras juegas, cuando la atención está puesta más en los marcadores que indican cuál es el siguiente botón que hay que pulsar. La manera en que se juega a un Project Diva se mantiene aquí, en esencia, intacta: junto a la canción, por la pantalla vuelan los botones que debes pulsar siguiendo el ritmo de la voz o de determinados instrumentos. La manera en que van llegando los botones a todos los rincones de la pantalla es todo un arte que Project Diva tiene más que dominado; tan inteligentes y bien pensadas están las secuencias de pulsaciones que acabas memorizándolas, casi «tocando» la melodía sin necesidad de atender a los marcadores, y de ahí que el propio juego incluya varios modificadores diseñados para acomodar esta realidad: son los modos Hi-Speed (que acelera la velocidad a la que se muestran los botones), Hidden (que los oculta) y Sudden (que reduce la ventana de reacción), que se activan antes de iniciar cada canción. Tan memorizables son estas pulsaciones que Mega Mix incluye incluso la opción de que se muestren en pantalla los botones de PlayStation, teniendo en cuenta a la (seguramente no poca) gente que va a llegar a la versión de Switch en busca de una alternativa portátil.
Las distintas capacidades de Switch se dejan ver también en el modo Mix, en en el que no se utilizan los botones frontales para jugar sino los JoyCon, separados de la consola, para seguir el ritmo moviendo dos palas que hay que hacer coincidir con las barras que van cayendo en la pantalla. Es un modo menos desarrollado que el principal pero aun así sorprendentemente desarrollado: todas las canciones están disponibles también en el modo Mix, aunque solo hay tres niveles dificultad, frente a los cinco del modo Arcade, con barras cada vez más cortas y complicadas de acertar. Con todo, me ha resultado un extra más o menos evitable; lo mismo me pasa con el Tap Mode, un modo de control que aprovecha la pantalla táctil de Switch para integrar en la parte inferior de la pantalla unos pulsadores con los que seguir la canción, un guiño simpático a los de la versión para recreativa.
Otros recortes son, en especial para mí, solo relativos. La lista de canciones es la más evidente. En Project Diva Mega Mix hay 101 canciones, diez de ellas nuevas; es una colección voluminosa, qué duda cabe, aunque sea algo menos de la mitad (incluso contando las que se pueden comprar en packs separados) de las que incluye Future Tone. Como decía, al haberme saltado la entrega de PS4 me cuesta sentir en exceso esta diferencia de contenido, y de hecho 101 canciones me parecen muchísimas; me agobio solo de pensar en la posibilidad de tener más de 200, especialmente presentadas de esta manera, con una lista totalmente desbloqueada desde el principio y que te propone picotear en la lista a tu ritmo, en el orden que quieras, filtrando por dificultad o por diva o de la manera que más rabia te dé, o directamente dejando que el juego elija al azar la siguiente canción que vas a jugar.
Esta estructura abierta, matizada solo a medias por los accesorios desbloqueables y por tu rango —un nivel que vas subiendo a medida que completas canciones, más o menos irrelevante a efectos prácticos—, hace que Mega Mix comparta con Future Tone el carácter enciclopédico, en el sentido de ser un compendio de las canciones de la versión para recreativas, que Sega fija y da esplendor en su paso a consolas creando no un grandes éxitos sino una suerte de obras completas, un paquete que transporta la recreativa a tu casa, para archivar las canciones o incluso para ensayar antes de dejar tu marca (si tienes una cerca; es decir: si vives en Japón) en la recreativa. Desde este punto de vista, Mega Mix se tiene que conformar con ser una digna opción para llevar encima siempre una versión de Project Diva que no puede ocupar más que el segundo puesto: a la apasionada y muy exigente comunidad de fans de Hatsune Miku no le queda otra que ver en este Mega Mix un divertimento muy atractivo, por poder tenerlo siempre a mano, aunque definitivamente sea menos exhaustivo que Future Tone.
A mí, que soy solo un amateur, este Hatsune Miku: Project Diva Mega Mix me satisface aunque no me haya conseguido apasionar, como sí hicieron las entregas que jugué en Vita; me alucina y enamora la rotundidad de algunas canciones, con esos arreglos lujosos y esas melodías irresistibles, y la buena mano con que se diseñan las pulsaciones que las transforman en juego; me abruma un poco la enorme lista de canciones, aun sabiendo que podrían ser más, y echo de menos algo parecido a un modo carrera que organice un poco más la experiencia, aunque en última instancia se me olvida todo cuando juego, cuando me dejo llevar por los botones y la música y todo funciona. No me parece poca cosa. [7]
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Mi experiencia es algo parecida: jugué en Vita a f y F 2nd, pasé de X porque su gimmick me parecía feo y barato, y con FT estoy a ver si lo compro a ver si no ( @chiconuclear ¿llegaste a probar la demo para ver si te podía llegar a gustar o no?) porque el precio base y los modelos tan uncanny me tiran para atrás.
Gráficamente, no es solo que pierda contra el juego de PS4, es que también pierde contra Vita y PS3. Que tampoco me sorprende ya que los últimos juegos han mostrado bastante desgana con respecto a cuidar los vídeos. Comparar la versión de Vita/PS3 de World’s End Dance Hall con la de arcade/PS4/Switch es doloroso.
Por cierto, ¿qué tal los controles? En Vita funcionaba muy bien, con esa cruceta tan «botónica», pero Switch tiene el problema de que o juegas con un mando Pro con su cruceta (probablemente) de mierda o juegas con joycons, cuyo drifting te puede joder bastante (y de hecho me han causado bastantes fallos en la demo).
… voy a sacar un momento la Vita dle cajón.
@cleses
Future Tone ni lo he tocado, ni la demo ni nada. A mí los controles no me han dado ningún problema, jugando casi, casi siempre en modo portátil (en tele he jugado solo para probar el modo Mix y para ver cómo cambiaba la resolución de algunos vídeos), pero sé que a Paula de Eurogamer por ejemplo le han jodido más, que está acostumbrada al de PS4.
Personalmente estoy esperando a que digan qué pasa con la retrocompatibilidad con PS5 para comprar Future Tone, aunque sea para tenerlo e ir picoteando, porque como juego de ritmo me parece brutal. Los videoclips me dan igual, creo que me podría acostumbrar al JODIDÍSIMO aspecto de los muñecos, que es efectivamente uncanny como pocas cosas he visto yo en la vida xd
Me gustaban más las mecánicas del f y f2 de vita, la verdad y la cruceta de la Lite no facilita las cosas. A ver si sacan uno con tooodas las canciones hasta ahora o, aunque sea, que puedas comprar una a una tus favoritas.
En cualquier caso, sigue siendo de lo que más he jugado este año sumando «ratillos muertos».
Formato físico o plomo!