Análisis de Journey

Donde todo el mundo ve géneros, Jenova Chen aprecia colores. Y lo que para todos es una lista con un par de decenas de entradas, tal vez, para él es un único punto rojo. Se trata siempre de adquirir poder, de protagonizar enfrentamientos, de competir para vencer. Un rival, un problema, qué más da. No sé de qué color es Journey, pero desde luego no tiene nada que ver con eso; thatgamecompany va por otro camino, el que empezó a descubrir con Flower, y está algunos pasos por delante. Lo bastante como para no distinguir entre diseño e inteligencia emocional y hablarnos de todo eso.

Journey es una experiencia especial, probablemente superior, desde su concepción. En su origen hay una inquietud, un mensaje, la voluntad de transmitir; no un público o un mercado, ni una moda, siquiera una mecánica. Una sensación —la de sentirse uno pequeño, humilde— y un libro —El héroe de las mil caras, de Joseph Campbell— sirven para construir una historia sin palabras, para dar forma a una alegoría preciosa que llega a todas partes sin salirse del monomito.

Eres uno más en un desierto que podría no terminar. Tienes tus dudas y él, algunas respuestas. Avanzas por una mezcla de curiosidad, necesidad y puro placer, siempre hacia la montaña, el brillo, a lo lejos. Sabes que es importante, que es tu sitio; es difícil describir esa harmonía, no se puede explicar por qué es todo mejor de lo que había sido. Por fin.

A veces la compañía no debería ser más que eso. Compartir enseñanzas, compartir saltos, pero también responsabilidades y miedos. Es distinto, todavía mejor, porque es duro estar tan solo en el desierto. Dejas incluso de mirar la montaña para comprobar que sigue a tu lado. Cuando lo sabes, te alegras. Cuando no estás seguro, lo esperas. ¿Qué es la estela en el cielo? Pide un deseo. No estamos solos, nunca lo hemos estado. Han estado aquí y allá antes, lo estarán después, pero nunca será lo mismo. El sol brilla más ahora, se filtra por las columnas, y la arena ya no es arena. Divino tesoro. Y sin embargo, es duro. Duele subir cuando ya no puedes volar. Y cada vez parece más claro que irá a peor; tienes derecho a sentirte especial, debes hacerlo, pero no lo eres. Aprende, porque la ignorancia nunca será felicidad. En el conocimiento, en el recuerdo, están las emociones.

Estás solo en el desierto, pero a veces te encuentras con alguien: está a lo lejos, entre las dunas. Te acercas y tratas de comunicarte; a veces os entendéis y la cosa funciona, y os ayudáis y cuidáis el uno del otro, y la compañía sienta bien. Es duro estar tan solo en el desierto. Seguís adelante y descubrís cosas juntos, y su voz llena el silencio como su presencia llena el vacío. Te olvidas de que estás solo en el desierto, porque te has encontrado con alguien y has dado por supuesto que estás con alguien, y has dado por supuesto que ese alguien está ahí. A veces, sólo a veces, de tan por supuesta que has dado su voz no te das cuenta de que ya no está ahí, hasta que miras alrededor y gritas y tratas de encontrar a tu compañero, pero es imposible: te has ido o se ha ido, lo has perdido o te ha perdido él. A veces estás solo en el desierto y te das cuenta de ello, y notas la compañía perdida como un vacío dentro del vacío. Es tan duro estar solo en el desierto. ◐

El vínculo se crea, se mantiene y se rompe con la misma fuerza. Existe para eso. Absolutamente todo simboliza algo y aporta una parte de la metáfora. El flow, tema recurrente, está ahí porque forma parte de lo que Journey describe. La exploración solo tiene sentido en un momento y solo en ese aparece. El canto, precioso, es en realidad una actitud. (Espejismo.)

(He subido la duna y he visto la columna de luz, imperturbable, eterna, allá en el horizonte. He hecho notar en voz alta la alegría de mi descubrimiento, y nadie estaba allí para responderme; he echado de menos. Sigo mi camino.)

A veces las dificultades parecen abrumadoras y parece imposible seguir adelante, pero seguimos. Estamos solos pero tenemos que seguir adelante. «I hold it true, whate’er befall; / I feel it when I sorrow most; / ‘Tis better to have loved and lost / Than never to have loved at all», piensas. (In Memoriam A.H.H., Lord Tennyson.)

Superar las pruebas y aceptar la pérdida no hace menos luminoso el reencuentro. Aquella voz. Sentémonos un momento, hablemos, miremos. Hemos cambiado, pero todavía queremos hacer el Viaje juntos. El sol desaparece y la arena ya no es arena. Nada, de hecho, volverá a ser lo que era. El tiempo pasa, eso es cierto.

Y entoces, una voz a tu lado: ves a tu compañero, tiempo atrás perdido, y cantáis y bailáis de emoción y tenéis tanto que contaros, pero las palabras se os quedan cortas. Has sentido y has aprendido, y has vivido, y tu espíritu está lleno de paz. El Viaje te ha enseñado: es tan duro estar solo en el desierto, pero es tan hermoso sentir que tienes alguien a tu lado. ●

Journey es una flor en un desierto falto de oasis. Es una experiencia sobre todo lo que de verdad importa, sobre lo único que importa. Una ineludible cita con la retrospección, un espejo para reflexionar, hacer balance y, tal vez, mejorar. Un significante absurdamente bonito esperando el significado que le dará cada uno. [10]

«El sur es un desierto que llora mientras canta, / y esa voz no se extingue como pájaro muerto; / hacia el mar encamina sus deseos amargos / abriendo un eco débil que vive lentamente.» (Quisiera estar solo en el sur, Luis Cernuda.)