Hace unos años, sin motivo aparente (o con un motivo no muy robusto), escribí varios párrafos sobre Kirby en el reino de los hilos, o Kirby’s Epic Yarn, un juego para Wii protagonizado por el versátil personaje de Masahiro Sakurai. Es un juego que me parece digno de ser mucho más celebrado de lo que en su día la mayoría nos atrevimos a celebrarlo: por miedo a perder puntos en el carnet de gamer o porque su propuesta escapa de manera intencionada de lo que intentan la mayoría de videojuegos, esto es, ofrecer un «reto» que sea a la vez juez y jurado; que sirva, al mismo tiempo, para que el juego tenga información sobre lo que estás haciendo dentro de él y para que tú mismo sepas qué te quiere comunicar, qué espera de ti. Hubo un comentario en ese breve artículo que daba con una de las claves de Epic Yarn: uno de nuestros lectores reconocía que el juego le «aburrió soberanamente» en su momento, «hasta que se me ocurrió jugar a dos jugadores con mi sobrino de 5 años. Magia pura, declaración de amor a los videojuegos y a la amabilidad mejor entendida, no te castiga por fallar pero te premia por acertar», dice. «Simplemente me faltó acercarme la primera vez con la inocencia de un niño, menos mal que la segunda vez me la prestaron».
En la manera en que están distribuidos los castigos y los premios está una de las claves de Epic Yarn, algo que comparte con otros juegos de Kirby —«muy fáciles», se suele decir de ellos— pero que en esta entrega funciona especialmente bien. Antesala o ensayo del fantástico Yoshi’s Woolly World (y, según parece, también de Crafted World, todavía no publicado), Kirby’s Epic Yarn gira alrededor de tres ideas: la sorpresa, la diversión y la calidez, según Masanobu Yamamoto, supervisor de personajes de HAL Laboratory. De lo primero depende lo segundo y lo tercero sirve de envoltorio: en la manera sorprendente en que Kirby se relaciona con el entorno (cómo atrapa con su látigo de hilo las lanzas que llevan algunos enemigos para usarlas en su contra; cómo descose parches tras los que se esconden coleccionables o puertas; cómo abre cremalleras o se balancea agarrado a botones o aprieta nudos que pliegan un trozo de tela para acercar plataformas de fieltro) está una parte de la diversión, y es la calidez del estilo visual, con esos mundos creados con materiales de costura por los que se mueven Kirby y sus enemigos, el hilo conductor, pun intended, de las muchas maneras en que Epic Yarn sorprende y divierte. Es una trifuerza indivisible gracias a la que Good-Feel, el estudio que desarrolla el juego, demuestra una imaginación desbordante, y que da forma a un Kirby reconocible y fiel a las premisas tradicionales de la serie pero también único, con un sabor propio.
Más Kirby en el reino de los hilos (ese es el nombre que se lee en la pantalla de título del juego, aunque en la caja y en las comunicaciones oficiales se refieren a él como Kirby’s Extra Epic Yarn; algo parecido pasa con el original de Wii, traducido con dulzura como Kirby en el reino de los hilos pero al que de manera oficial Nintendo se refiere como Kirby’s Epic Yarn) es la reedición para Nintendo 3DS del juego de 2010, preparado para funcionar en la pequeña pantalla de la portátil, que se resiste a irse del todo, y con varias novedades más y menos interesantes.
En lo básico, esta reedición sigue siendo el mismo juego fácil, muy fácil o demasiado fácil —según a quién preguntes— pero encantador que agradece una partida relajada, sin prisas, que comparta el espíritu curioso y juguetón con que están diseñados los niveles. Ese juego sigue ahí, aunque pronto las novedades se meten en medio: las más difíciles de esquivar son las «hilabilidades», una suerte de power ups que proporcionan a Kirby distintos poderes, desde una letal espada hecha con un clip hasta un salto potenciado que atrae las gemas que hay cerca. Jugando las versiones estándar de cada nivel, estas hilabilidades añaden, por lo general, un extra de poder que no molesta demasiado pero tampoco aporta mucho. Lo importante sigue siendo explorar bien los alrededores para encontrar zonas más escondidas, donde por lo general hay coleccionables o gemas, y no «sufrir daño» (que no te toque ningún peligro, quiero decir; sigue siendo un juego sin pantalla de game over, al final)queda en segundo plano, a pesar de que intentar conseguir las medallas de oro y grandes rachas de gemas sigan siendo objetivos secundarios interesantes, porque el juego te los cuenta pero no te los impone. Por eso, tener una espada o poder lanzar botones bomba es útil pero también prescindible: el juego no está diseñado con esas herramientas en mente, así que el uso que se les puede dar es limitado.
La cosa cambia en el modo diabólico, una nueva manera de enfrentarse a cada nivel que modifica de manera más sustancial el juego y añade una capa que no estaba en el de Wii: si activas este modo, Kirby pasa a tener cinco puntos de vida y entran en escena unos diablillos de hilo que le persiguen y le atacan. Aquí las hilabilidades funcionan mejor, porque la presencia de esos enemigos agresivos (tan diferentes a muchos de los que te cruzas en la partida normal, que a menudo están sencillamente paseando o incluso echándose una siesta) les da un sentido que de otro modo no llegan a tener. Pensado para jugadores más avanzados y quizá para compensar la falta del modo para dos jugadores (uno de los puntos fuertes del original), el modo diabólico añade un punto de tensión al juego estándar, aunque en última instancia respeta el reparto de pesos entre premios y castigos alrededor del que gira todo Epic Yarn: el objetivo último es llegar a la meta con los cinco puntos de vida intactos para avanzar rápido en un tablero en el que, a casilla por punto de vida que mantengamos, se van desbloqueando distintos objetos con los que decorar el apartamento de Kirby, otra de las características heredadas del de Wii y que se amplía para aumentar sus posibilidades. No sé cuánta gente usará StreetPass en el Año de Nuestro Señor 2019, pero la idea es que sea posible crear un apartamento único que pueda visitar la gente con la que te cruces.
El apartamento tiene menos importancia de la que podría, sobre todo teniendo en cuenta cómo todas las novedades parecen estar relacionadas de una forma u otra con él: incluso los nuevos minijuegos, otro clásico de la serie Kirby, sirven para conseguir objetos con los que decorar tu choza. En uno, recorremos varios niveles (siempre reciclados de la aventura principal, de manera similar a las misiones extra de búsqueda de Esquivín) recogiendo gemas y eliminando enemigos utilizando los espadazos y el vuelo de Meta Knight; en otro debemos llegar a la meta tan rápido como sea posible corriendo y esquivando obstáculos con Dedede. No son minijuegos particularmente brillantes pero sí están bien diseñados; no dan para tener versiones independientes, como pasó con los de Triple Deluxe o Planet Robobot, pero funcionan como entretenimiento de usar y tirar o como intermedio opcional entre mundos de la partida principal.
Personalmente, los juegos de Kirby me suelen gustar precisamente por la forma deliciosa en que evitan imitar el tipo de reto que se encuentra en otros juegos; sin salir de Nintendo, me gusta que no sea lo mismo jugar a New Super Mario Bros., a Yoshi’s Woolly World, a Donkey Kong Country Returns o a este Más Kirby en el reino de los hilos, a pesar de que todos son juegos de plataformas en 2D e incluso de que compartan algunos puntos clave (cierta importancia de la exploración, distintas capas de profundidad ligadas a la búsqueda de coleccionables, el objetivo último de terminar cada nivel cumpliendo una condición, como no sufrir daño o tardar el menor tiempo posible). Me gusta el género de esa manera un poco masoquista que te lleva a ser consciente de que estás jugando a demasiadas cosas como para que todas sean buenas; en ese contexto, los juegos de Kirby tienen una fórmula difícil de imitar, muy ligada al propio personaje y con un afán experimental que los hace imprevisibles pero sin pasarse: sorprendentes pero no incómodos. No son juegos radicales, desde luego.
En este caso, volver al reino de los hilos ha sido tan agradable como podía esperar, aunque las novedades me han dejado un regusto complejo de procesar: están bien, funcionan, pero la pequeña pantalla de Nintendo 3DS hace que se pierda algo de esa calidez tan importante. Lo he llamado reedición porque me parecía más faltoso de la cuenta decirle «demake», y aunque el tipo de sacrificios que ha tenido que hacer Good-Feel para embutir el juego en la portátil no son muy distintos a los de Poochy & Yoshi’s Woolly World aquí pesan más. El motivo es evidente: peor juego, Epic Yarn necesita esa calidez, necesita que el hilo y la tela y el fieltro y la felpa se noten, que estén definidos, que se vean bonitos. Aunque está comprimido con inteligencia, en última instancia Más Kirby en el reino de los hilos se percibe como una versión menor, o peor, o empeorada, de un juego que uno querría ver mejor, o mejorado, y aquí esa mejora tiene que pasar necesariamente por aumentar la definición de su encantador mundo de materiales de costura. En vez de eso, lo que nos llega es un juego más solitario y menos bonito; sus sorpresas son menos vistosas, y su diversión impacta menos. [6]
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En Wii me gustó bastante, lo único es que era demasiado fácil, incluso para ser un Kirby.
Lo jugué con mi señora en Wii, con las voces en español sudamericano, y aparte de echar unos ratos muy agradables y divertidos, se nos quedó grabado a fuego el título y la fórma de pronunciarlo: «Kirby y el Estambre Mágico» 🙂 ‘máhico’. Lo recordamos con mucho cariño al jueguín.
El Kirbygate
Debería haber salido en switch.
En 3ds deberían centrarse en recuperar juegos de gba y ds.
Me pasé la demo del Star Allies sin hacer prácticamente nada, limitándome a avanzar mientras veía como mis aliados limpiaban rápidamente la pantalla de enemigos.
Para un Kirby, nunca es demasiado fácil.
me gustan los kirbys, me gusta coleccionarlos, el Star Allies me pareció super malo y este tiene pinta de…. pero bueno, se lo dejaré a mi novia que le gusta que los kirbys sean ultra sencillos ^^
Los Kirbys y los Yoshis son los mejores juegos para jugar con un nano de 4 años. Una verdadera maravilla. 10.
Todo un honor @chiconuclear que empieces el análisis recordando el mejor comentario que he puesto nunca en esta santa casa (tampoco tengo muchos comentarios, leo todo lo que ponéis, pero comento poco). Muchas gracias por la cita, me ha hecho mucha ilusión.
Por mucho cariño que le tenga al juego (y es obvio que se lo tengo), el demake y la falta del modo de dos jugadores me temo que matan lo que era bonito del juego original. Bueno, la parte buena es que hay un poco de amor más en la 3DS y yo puedo aprovechar para poner el juego en la Wii U, que el reescalado le sienta especialmente bien a este.
Kirby forever!!!!! 🙂
Sigues teniendo el toque mágico @chiconuclear
Me pase hace nada el kirby que venía en el online de la switch y me quede totalmente enamorado. Ahora no se seguir por los de ds o emular los de snes
De haber salido en Switch lo habría jugado sólo por lo bonito que me parece.
Jugué a los dos pero porque soy un masoca.
La falicidad de estos kirbys los hacen infumables :s
Buen análisis, más o menos lo que esperaba.
Lo pillaré y una vez acabado se lo regalaré a mi sobrino junto a la 2DS que después de tanto tiempo es hora de hacer balance y seguir hacia delante (con una Switch) 🙂
¡Larga vida a la 3DS!
El mío de pequeño se obsesionó con Kirby, me hizo pasar el Kirby’s Adventure de la NES (en emulador) y no fue tan sencillo (nunca me di cuenta que se podían bloquear ataques de los enemigos hasta ya pasado…). Luego aborrecí el Kirby Super Star de la SNES de tantas jodidas veces que nos lo pasamos. De los recientes el que más me ha gustado fue el Robobot, los mechas molaban bastante.
@blic
Hay mucho y bueno por elegir, pero yo personalmente te recomendaría tres (para empezar): el Kirby’s Dreamland 3 de SNES, el Nightmare in Dreamland de GBA y el Kirby’s Adventure de Wii. Pero podrían ser perfectamente otros cualquiera, que hay muy buenos juegos de Kirby.
@epetekaun
Y diría: los Dreamland antes que ningún otro. Las copy abilities recibieron una revisión tan bestia en Superstar que el poder realizar una única acción en Adventure, Dreamland 2 y Dreamland 3 se vuelve muy limitante.