Supongo que, quien más, quien menos, todos hemos topado con gente rara en la vida. Ahora que lo pienso, esto es una web de videojuegos, así que quizá vosotros sois los raros con los que se encuentra la gente normal. Da igual, a lo que iba: hace algo menos de una década, un veraniego sábado por la noche, estaba con un par de amigos en un pub alemán para turistas. Era una de esas veces en las que salíamos por pura inercia, sin afeitarnos, sin dinero y un poco sin ganas y nos metíamos en el primer sitio que veíamos con neones anunciando una marca de cerveza desconocida; cosas de la postadolescencia. Ahí estábamos los tres, ante tres gintonics, comiendo pistachos, contemplando en silencio la retransmisión de algún deporte que no entendíamos en un idioma extraño, rodeados de un mundo en el que aún no existían smartphones que nos permitieran ignorarnos mejor. Éramos la bajona encarnada, la imagen más deprimente de una juventud hastiada.
De repente oímos un extraño canturreo a nuestra espalda. Nos giramos los tres a la vez y en la puerta había un tipo de unos sesenta años, flaco, bajito y encorvado, negociando con el dueño del local para que le dejase pasar. Al final por lo visto le convenció, aunque al entrar haciendo un extraño paso de baile sobre la moqueta sucia y balbuceando alguna cancioncilla, el alemán gordo que regentaba el bar sacudió la cabeza con los ojos cerrados en un gesto clarísimo: el tío ya se estaba arrepintiendo.
El abuelo lucía una gorra raída de color azul marino con el logo de la guardia costera y una camisa blanca a rayas grises de cuyo bolsillo asomaba un pequeño peine marrón. La llevaba completamente desabrochada y su torso era una pequeña pesadilla de vello blanquecino, tatuajes borrosos y cicatrices sospechosas. El hombrecillo se acercó a la mesa de una pareja agitando un mazo de cartas y les preguntó si querían ver un truco. La chica miró con los ojos muy abiertos a su novio, como exigiéndole que hiciera algo. El chico reaccionó y le dijo al abuelo que gracias pero no, que estaban hablando y que lo sentía, con un tono de falsa amabilidad que no engañaba a nadie. El viejete dio la vuelta, nos vio a los tres observándole y se acercó bailoteando torpemente, como un pequeño bufón.
El tipo olía a Brummel y Soberano que tiraba de espaldas. Tenía el rostro enrojecido y la nariz llena de pequeñas picaduras y venitas azules. Le faltaban varios dientes y había manchas en la entrepierna de su pantalón. La pregunta fue la misma —¿os enseño un truco?—, señalando a su amarillenta baraja española. Mis amigos le dieron la espalda y siguieron mirando al televisor en un gesto que dejaba poco margen a la interpretación, pero a mí se me cruzaron los cables todavía no sé muy bien por qué y le dije que vale, que se sentase con nosotros. Mi dos amigos me fulminaron con la mirada y si no me dieron una patada por debajo de la mesa probablemente fue porque el estupor les había paralizado los músculos. Lo que siguió fueron casi cuatro horas de anécdotas increíbles, de batallitas graciosísimas, de chistes verdes y de muchas risas. Cuando el bar cerraba le pagamos entre los tres lo que había bebido, nos despedimos de él dándole un cigarro y un afectuoso apretón de manos, y emprendimos el camino a casa por las calles desiertas, todavía carcajeándonos con algunos de los chistes y bromas de aquel extraño titán.
Fuimos al mismo pub varias veces y jamás volvimos a verle. Del truco de cartas ni me acuerdo.
Poker Night 2 es ese anciano borracho y un poco loco. Es un juego de póker donde lo que menos importa es precisamente el póker. Sin modos multijugador, solo con las variedades de Texas Hold’em y Omaha y con una interfaz poco intuitiva e incluso algo confusa, Poker Night 2 pretende que nos olvidemos un poco del juego y prestemos atención a las conversaciones de nuestros compañeros de timba. GLaDOS es el crupier que sin perder una oportunidad para el sarcasmo reparte las cartas a Brock Samson de la serie The Venture Bros, Claptrap de Borderlands, Ash Williams de El ejército de las tinieblas y el perro Sam de los juegos de Sam & Max, que completan la mesa junto a nosotros, El Jugador sin voz ni nombre. Al fondo, Max interviene en algunas conversaciones, Steve (de Borderlands) saca de la mesa a los eliminados con su característico «Heyoo!» y Mad Moxxi (también de Borderlands) sirve copas a los caídos de la partida.
Desde luego, si uno no conoce las franquicias que intervienen en el juego, la mayoría de conversaciones no van a tener gracia y, quizá más importante, los premios no serán estimulantes. No se me ocurre qué tipo de hombre triste y gris no se alegraría de conseguir un Necronomicon volador para su avatar de Xbox Live, pero supongo que hay gente para todo. Las partidas se suceden en The Inventory, un bar clandestino, pero esto puede cambiar: con los créditos que ganemos durante las timbas podemos comprar fichas, barajas y tapetes de cada una de las cinco sagas, y si activamos el set completo de una sola saga el escenarios de esa partida será también dedicado a la franquicia en cuestión, el representante de esa serie irá vestido de etiqueta y los eventos al caer eliminado un jugador serán distintos. Son variaciones y alteraciones que alargan un poco más la vida de un juego que, a pesar de tener un brillante trabajo de guion y voces (todo en inglés, por cierto), todas las anécdotas, chascarrillos y delirantes intercambios de opiniones empiezan a repetirse con demasiada frecuencia, algo natural y comprensible.
Es bien jodido puntuar Poker Night 2 por una simple razón: sus mayores virtudes no tienen nada que ver con los videojuegos ni tampoco con el póker, y a pesar de que como juego de cartas es muy limitado y con una rejugabilidad escasa, este segundo batiburillo locuelo de Telltale parece transmitir siempre la sensación de que a él tampoco le interesa demasiado el juego. Del mismo modo que los personajes mantienen conversaciones mientras juegan sin apartarse la mirada, tirando las cartas o haciendo el gesto del «check» desde la ausencia de estar escuchando a otro tipo, con esa atávica fascinación natural por las historias de la gente que ha vivido otras vidas distintas a la tuya, Poker Night 2 se acerca danzando, te pide diez euros y te pregunta entusiasmado: ¿te enseño un truco? [7]
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Deberíais dejar de publicar análisis de jueguicos y dejar que @pinjed suelte sus anécdotas y sus chascarrillos sin excusa alguna. Pinjed Unleashed, podría ser el nombre de la sección.
Vamos, que es un MEH y si esas franquicias no te entusiasman es un 4-5, no?
Me han gustado los tres párrafos del análisis real, lo otro, demasiado extenso para solo hacer esa comparación. Que estoy de acuerdo en que @pinjed escribe muy bien, pero un día nos cuela media novela como siga así
@pinjed
Se te ha escapado una errata:
Por todo lo demás espectacular anécdota. Y respecto del juego, le he dado un poco a la demo y, como dice @pinjed la gracia está en los personajes, sobre todo GLaDOS, pero por lo demás es un juego de poker al uso.
¿Barderlands?
Corregida la errata.
@ausonio
La idea era hacer un poco lo mismo que el juego: contar cosas dejando algo de lado el propio juego. Tampoco había mucho más que decir sobre él.
¿Soy el unico que quiere una tercera parte con Duke Nukem, Conker, Eddie Riggs, y Manny Calavera? ¿Soy? ¿Soy?
Como amante de los crossover me parece que este caerá tarde o temprano 😀
Es una PUTA PASADA de texto, joder. El arranque es posiblemente el mejor de toda la jodida existencia de la blogosfera. Me ha pasado un poco como con Iron Man 3, que al final el análisis en cuestión es lo de menos, la puta excusa para cascarnos un textazo rotundamente memorable.
¿Una novela de @pinjed? POR FAVOR PÓNGAME CUATRO. Es más, les voy a dar un toque a Memento Mori por Tuiter para que intenten ficharlo.
En serio @pinjed MUCHAS GRACIAS, tienes una clase a la hora de escribir que es puta poesía, placer para los ojos y para la mente.
@vaciadomortal
ESTOY LLORANDO, CABRÓN.
Pos este juego a mí no me interesa lo más mínimo, pero leer a @pinjed es un jodido placer, así que nada maestro sigue así…
Una vez entré en una pagina web a leer un análisis, el juego no me interesaba lo más mínimo pero aun así invertí 10 minutos de mi tiempo empleado en procrastinación para ello. Al final el análisis fue una locura, una historia de cartas, borrachos y desfase.
Es bien jodido decir si el análisis fue bueno o no, porque sus mayores virtudes no hablan del juego en si. Pero @pinjed es así se saca una historia de la chistera la mezcla con un juego, y solo puedes decir «joder sigue así «. El juego ya no me acuerdo…
Creo que pinjed estaba intentando explicar su version de Verano Azul Nights. Lastima que me haya aburrido a la mitad.
El juego sin online tiene pinta de ser completamente innecesario, aparte de fanservice.