Las franquicias anuales son un invento nacido de los juegos deportivos y una práctica industrial que se ha extendido a otros géneros de reconocido empaque comercial. El gran ejemplo en el que todos pensamos rápidamente siempre es Call of Duty, una marca que Activision ha mimado hasta la obsesión y que tiene un factor diferencial interesante y muy significativo con respecto a los juegos de licencias deportivas: la transparencia. Cada año sabemos quién exactamente ha desarrollado cada nueva entrega de Call of Duty, y la alternancia de estudios cada año es tan habitual como imprescindible para tener al menos un margen de dos años en el desarrollo. En PES y FIFA esto nunca está del todo claro: se sabe que dentro de cada estudio hay equipos distintos y también se ha dicho en numerosas ocasiones que los desarrollos se organizan en ciclos, de manera que hay una suerte de juego fundacional sobre el que se trabaja como base para los dos o tres siguientes, hasta el inicio de un nuevo ciclo.
El fútbol se ha convertido en un consolador social.
—Juanma Lillo
El fútbol tampoco es un deporte particularmente transparente, sobre todo en lo institucional —ahora mismo están inhabilitados el presidente de la FIFA, el presidente de la UEFA y el presidente de la Federación Española de Fútbol que a su vez también es vicepresidente de la UEFA, cargo del que también ha sido apartado—, y Konami quizá sea el epítome de la opacidad corporativa japonesa más draconiana y abusiva, según tenemos entendido, así que con Pro Evolution Soccer 2018 uno debe hacer como un delantero rematador y fiarse de su instinto, de lo que le comunican sus propias tripas, para juzgar con más o menos acierto la trayectoria del balón. Y este año el recorrido invita a pensar en un ciclo de desarrollo nuevo: uno que lleva en su mochila las mejoras y buenas ideas de la pasada edición mientras camina por un terreno resbaladizo sin explorar.
La famosa teoría del péndulo, que empezó con los FIFA y ya se ha convertido en el vehículo habitual del desarrollo también para su rival directo, vuelve a hacer acto de presencia con un PES 2018 que de nuevo hace descender notablemente el ritmo del juego y relaja un poco la economía de movimientos que implementó el año pasado. Los jugadores vuelven a gustarse en cada una de sus animaciones y desplazamientos sobre el césped y la pausa toma posesión del partido incluso en jugadas que se suponen rápidas, como un contraataque después de un córner. La excusa esta vez, eso sí, resulta más sólida: la precisión en el pase y la circulación del balón es la misma de PES 2017, así que al ralentizar la acción uno tiene más tiempo para pensarse detenidamente qué quiere hacer y cómo hacerlo exactamente, como esos centrocampistas de ataque con una especial capacidad para detenerse un microsegundo antes de dar el arreón final a una ofensiva relámpago.
La otra excusa que justifica la evidente lentitud de las dinámicas de partido (quizá la prueba más clara es que algunos encuentros se le hacen a uno cortos: hay menos goles, menos ocasiones y acciones relevantes de lo habitual en juegos de fútbol) es la manera en que Konami ha utilizado ese gusto por la animación barroca y el movimiento detallado para inyectarlo en los tobillos de los jugadores y fabricar eso que llaman Real Touch+ —versión yo diría que ya definitiva de un sistema que empezó como First Touch para luego convertirse en Real Touch a secas— y que es esencialmente una manera más de atribuir un poco de aleatoriedad realista al juego: un amplio espectro de posibilidades de control en la recepción que cambian radicalmente la jugada siguiente. Un buen control orientado puede dejar al futbolista ante un hueco en la defensa para fusilar al portero, uno demasiado aparatoso puede dar al traste con un acción de gol clara. La idea es sobre todo evitar el efecto ping-pong que hacía que la circulación rápida al primer toque con más de cuatro pases fuese demasiado factible y le quitase realismo a la experiencia.
El gimnasio es un buen sitio para conocer gente y ligar, aunque también hay más sitios. Yo conocí gente interesante en ellos.
—Cristiano Ronaldo
Viniendo de PES 2017 o de FIFA 17 cuesta un poco modular el cerebro para que se adapte al ritmo más sereno de PES 2018, pero una vez conseguido da la sensación de que se ha mejorado en la verosimilitud. Yo diría que es una decisión que favorece mucho a la propuesta siempre más técnica de la franquicia nipona, del mismo modo que también se agradece el aumento en la inmediatez de los controles, sobre todo a la hora de los regates, las fintas y los toques en la última milésima para evitar un robo de balón o provocar una falta.
Algo de lo que PES ha adolecido tradicionalmente es el desequilibrio a la hora de atribuir capacidades individuales. El famoso Adriano hipertrofiado en PES 6 se convirtió en historia del videojuego deportivo, pero han habido casos similares otros años de futbolistas que destacaban muy (demasiado) por encima de la media. Este año da la impresión de que Konami ha querido hacer algo al respecto y esa suerte de elegidos, de futbolistas de estadísticas privilegiadas, se ha multiplicado varias veces hasta el punto de que en casi todos los equipos de máxima categoría nacional hay unas cuantas bestias en lo que respecta a la aceleración, el tiro potente o el dribbling. Se nota que es algo recién incorporado, sobre todo, porque le falta afinación: la diferencia entre esos jugadores más dotados y la prole futbolística que les rodea a veces roza lo ridículo.
Al final, cuando uno termina de jugar sus primeros veinte partidos (este es el margen que yo personalmente suelo darme con PES y FIFA para juzgar los cambios, mejoras y carencias en la actividad futbolística pura sobre el césped), el sabor de boca que queda tiene muchos matices nuevos y antiguos: PES 2018 ha imbuido sus dinámicas de partido de novedades recién heredadas pero también de la idiosincrasia cuasi dinástica de la saga, esos defectillos (el portero, por ejemplo, y su comportamiento lunático; o los centrales que insisten en intervenir la trayectoria del balón sin importar si es un tiro a su portería o el despeje de un compañero) que le dan personalidad y carisma. La sensación general es de que se ha mejorado desde el año pasado: el ritmo lento favorece la elucubración táctica, pero la manera en que la IA se ha amoldado a la nueva velocidad también hace plausibles y satisfactorios los ataques directos de un solo pase en profundidad batiendo dos líneas.
Florentino me dijo que a ver si me quedaba más en casa como Figo; y le contesté que si tuviera una mujer como la de Figo también lo haría.
—Ronaldo
PES 2018 es un juego que invita mucho más al desarrollo de un estilo de juego propio situado en la zona del espectro futbolístico que uno elija, pero los desajustes previsibles que le sobrevienen en lo que (me la sigo jugando) parece un nuevo ciclo de desarrollo acaban por empañar un poco ese nuevo rumbo. Cuando uno sale del terreno de juego y contempla qué más contiene la oferta futbolística de Konami para este año se encuentra con la misma cantidad de cal y de arena de las últimas ediciones. Sigue la mala gestión de sus no-licencias (¿de verdad es tan difícil mostrar la lista de jugadores en la pantalla de elegir equipo para, al menos, identificar a qué escuadra se refiere?), la pista de comentarios más grotesca cada año que pasa, con sus errores de tono (Carlos Martínez ya habla como un muñeco de ventrílocuo adicto al speed) y sus análisis arbitrarios, y la agilidad en el matchmaking de un octogenario con prótesis de cadera.
Pero también tenemos un divertidísimo modo cooperativo con hasta tres participantes (aunque la puntuación individual no tiene ningún sentido) y sobre todo el añorado modo Random Select rescatado del PES 6 que nos invita a confeccionar una plantilla aleatoria (elegida por la IA) a partir de un conjunto de jugadores según cuatro criterios generales que sí podemos decidir (equipos, ligas y naciones). Luego llegan dos rondas de intercambio de jugadores con el rival en las que hay que elegir a los futbolistas del equipo contrario que queramos robarle (con una combinación de botones por jugador, de modo que el oponente no pueda ver a quién nos queremos llevar) y a los que queremos proteger en nuestra plantilla para no quedarnos sin ellos y elegir a otro que irá en su lugar al equipo contrario. Si bien PES nunca ha conseguido ni acercarse a la altura de FIFA en cuanto la extrapolación de los juegos de cromos que fue Ultimate Team y posteriormente MyClub, Konami ha encontrado este Random Select rebuscando en el trastero y lo ha incorporado de nuevo a su juego. No hay gancho económico ni micropagos que sostengan la percepción de que ha sido una gran idea hacerlo (al señor que se le ocurrió el FUT ya lo habrán canonizado en EA Sports), pero desde luego jugarlo es excitante, divertido y satisfactorio y, de una forma no del todo nítida, tiene esa virtud que poseen los juegos de cartas para crear un sistema cerrado con unas reglas básicas que siempre entretiene y siempre funciona.
Con cada nueva edición da la sensación de que la batalla anual entre PES y FIFA se ha ido desvaneciendo y diluyendo en un mar de ideas nuevas y conceptos distintos que están marcando direcciones diferentes entre las dos franquicias. La imposibilidad de competir está haciendo que Konami esté empezando a dejar de hacerlo para recorrer su propio camino, y aunque la perfecta imitación fotorrealista de un partido de fútbol sea el objetivo común tanto de David como de Goliat, cada vez está más claro —este Pro Evolution Soccer 2018 lo sella con su sudor— que los japoneses terminarán, como en casi todo lo relativo a su cultura y su vida diaria, yendo por su cuenta. [8]
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Queremos el análisis del verdadero Goty deportivo del año.
Hablo de Everybody’s Golf, claro.
Vine por el análisis y me quedé por las citas célebres.
A m la demo pareció malisima. Demasiadas cosas al azar, o eso parecía, supongo que lo han corregido o moderado.
Por otro lado me sigue pareciendo una vergüenza lo de las licencias, me gustan el futbol y los videojuegos pero mas el fútbol así que quiero chorrones de ligas con jugadores a miles para hacer de Monchi. Así que este año no hay juego de futbol porque mientras en el Fifa la portada sea un maniquí empujapelotas no verán un solo euro mío xD
Se hace curioso ver corretear a Maradona por el campo sin tantos «gramos» de más.
Ostia, que alegría me ha dado leer esto. Este modo es mítico. No me acuerdo que nombre tenía antes, estoy bastante seguro que no era Random Select, al menos en las versiones de PS2 (que alguien lo diga si lo recuerda). Seguramente el modo al que más he jugado en el PES nunca, en local con un amigo, cada uno nos cogiamos cuatro equipos y selecciones tochas, nos salía una plantilla aleatoria, y se jugaba una eliminatoria ida y vuelta. Vaya modo más risas, nunca entendí porqué lo quitaron. Eso si, lo que quitarse jugadores no estaba, al menos del PES 8 hacia delante, el 6 nunca lo tuve.
Buen análisis. Como siempre, en todos los análisis de todas las webs tanto del Pro como del Fifa, echo en falta más incisión en los controles manuales. En este caso son una delicia y es donde se destapan los verdaderos juegos de fútbol.
Se que en las ventas no se va a notar, pero en mi grupo de amigos de lo manual, se han pasado todos este año del Fifa al Pro y están más que encantados. Lástima que no hay modo club y te tienes que buscar tú las castañas para poder buscar partidos 11vs11 contra manuales.
Este año me he pasado al PES y al principio lo pillé un poco sin ganas porque es feo de cojones, pero el gameplay es espectacular, ahí va un gif donde se ve a qué nivel llega la física del balón:
Ahora estoy intentando acostumbrarme a jugar con la cámara Broadcast, que también es una pasada.
@majinantonio
¿Sí o qué? Me apetece muchísimo un juego de golf divertido, sencillote pero con algo de profundidad. Hace unas semanas le eché unos vicios al Neo Turf Masters porque tenía mono.
Lo que más para atrás me tira son esos 40 leuros que cuesta…
@tachenko 35 me costó a mi. Y los vale. Es todo lo que pides.
@tachenko
Lo que dice haru
Yo este año, a nivel personal, le subo la nota a PES a un sobresaliente. Creo que el título ha mejorado y pulido muchos detalles en el terreno de juego, empezando por ese ritmo de partido tan perfecto que luce y siguiendo por esas opciones tácticas que tienen un peso real en el partido y que hacen que tantos partidos sean diferentes unos de otros.
Es verdad que no tiene, ni tendrá seguramente, las opciones de FIFA en cuanto a modos, licencias, etc… y da rabia que Konami no se lo curre más y tengamos que depender de la comunidad (en PC y PS4, sorry por los Xboxers) para tener el juego completo. Pero es que una vez se aplican un par de parches tienes un título increíble.
De FIFA me gustó la demo también, una ambientación sobresaliente, un juego sólido como una roca pero unos partidos demasiado parecidos entre si y demasiado parecidos a los que llevo jugando desde FIFA 08.
No es que PES no tenga sus cosas, esa IA abusando de los centros al hueco es un error, pero es tremendamente divertido y al mismo tiempo bastante cercano a la realidad. Y eso no es poca cosa, un juegazo.
Totalmente de acuerdo. FIFA por ejemplo es otro juego totalmente distinto si se juega todo en manual. PES también cambia y gana mucho pero ya lleva el toque simulador en su propio ritmo de juego, en FIFA el manual sirve para tener que pensar y cocer más las jugadas.
¿Os acordáis de cuándo Pinjed dijo que debería haber una dictadura de juegos a 30 frames? Pues a la inversa y en manual deberían ser todos los juegos de fútbol.
Conozco al campeón de PES, y jugar como juegan ellos, es otro juego totalmente diferente (buscando la trampa y no el jugar bien) a lo que yo estoy acostumbrado al jugar en manual. Al final eso obliga a anteponer el resultado al disfrute en los clasificatorios de PES League.
Menos sólido que el Fifa como han dicho y mas feo en varios aspectos.
Ahora, por favor, el gameplay ha vuelto a ocurrir como a comienzos de PS2, vaya tela con las físicas del pro y el dinamismo en las jugadas, los partidos son mucho más distintos y las situaciones de todo tipo y más.
algo de lo que siempre adolecen los juegos de futbol es recrear el tempo de los partidos, con jugadores a veces andando en un ataque, cuando por ejemplo coges el balon en un lado del campo y no te decides si atacar o ir dando pases horizontales hasta llegar al área contraria, en los juegos siempre está todo el mundo corriendo, cuando eso no lo ves nunca en un partido real
cuando logren mejorar este aspecto es que realmente podamos hablar de una simulación fiel, y no el arcade irreal que tanto FIFA como PES nos entregan cada año
Bueno, como usuario de PES de las entregas 2016 y 2017 (y de otras entregas para las que tendríamos que remontarnos a la época de la primera PlayStation) estoy muy contento con lo que han conseguido a nivel jugable. He disfrutado muchísimo los dos años pasados pero este año me voy a la acera de enfrente, con la esperanza de que para el año que viene le peguen un buen meneo a la Liga Master, único modo al que juego. En el 2017 lo tenía ya quemado en la segunda temporada, así que viendo que los cambios son mínimos, este año me voy a refrescar un poco introduciéndome en el modo Carrera de Fifa 18. Pese a que me duela cómo se defiende en los partidos y algunos aspectos varios de la jugabilidad, se están currando mucho el aspecto «manager» del juego, y tengo muchas ganas de probarlo.
Konami, por favor, ¡cambiad los putos menús que llevan dos años siendo los mismos, y dadle un revolcón a los modos de juego! PES, espero que nos volvamos a ver el año que viene, ¡si tú quieres!
@darklm
Eso también es cosa de los tiempos. En un juego tienen que haber las mismas ocasiones de gol en 6 minutos que en 45 min en un partido real
La verdad, que hacia años que no disfrutaba tanto un juego de fútbol.
Es un tema de jugabilidad, en los partidos disfruto mucho más que con Fifa.
Ahora bien, a nivel de menús, licencias, música… necesita un cambio radical, respira el diseño que se hacia a principios de 2000, lo peor de esa época. En eso Fifa es MUY MUY superior… joder es que es muy feo!
Vale, puedo entender que algunos sigan quejándose del tema licencias. Pero yo a esto me enganché cuando Batustita, Orteyga, Roberto Larcos y demás, y lo de las licencias pasó a ser lo que más me resbala en un juego de fútbol. Y eso cuando no se podían editar del tirón como se hace ahora.
Si tiene el «feel» PRO, no dudo ni un segundo.