La pregunta a la que busca responder qomp, al menos en sus primeros minutos, es una poco intuitiva: ¿qué pasaría si la pelota de Pong, hasta ahora relegada a un segundo plano por ser mero instrumento y no protagonista, escapara de la tiranía de las palas, reclamara los focos y fuera más allá de los límites del terreno en el que jugaban con ella? ¿Qué encontraría ahí fuera? ¿Cómo serían sus aventuras?
No hace falta saber mucho más (la sinopsis del juego en Steam es tan directa y clara como puede: «Eres la pelota. Escapa») para entrar por la puerta grande a lo que propone qomp, un juego pequeño pero que concentra un montón de ideas y conceptos tremendamente estimulantes en muy poco espacio. Ocupa poco (no me refiero al espacio en el disco duro —que también—, sino al tiempo que quiere que le dediques) pero es el tipo de juego que se te queda en la cabeza durante muchas semanas o meses; quizá para siempre.
Si conocéis a Stuffed Wombat, el creador de qomp (el desarrollo no es solo cosa suya: también han trabajado en él Clovelt, Britt Brady y Miroko, el equipo que hizo posible que el juego se hiciera realidad), sabréis que su filosofía de trabajo beneficia las ideas rápidas, no siempre meticulosas o muy depuradas pero sí intensas, inteligentes y radicalmente originales. Durante sus épocas de mayor actividad, los pequeños vídeos de sus experimentos que publicaba en Twitter eran pequeñas ventanas a nuevas realidades; si viendo algunos de los grandes eventos de la industria mainstream del videojuego a veces tienes la sensación de estar viendo cosas a las que ya has jugado —incluso con juegos a los que les faltan meses o años para llegar a las tiendas—, los microjuegos de Stuffed Wombat son todo lo contrario: ni siquiera sabías, piensas mientras ves un gif de 15 segundos sin sonido, que fuera legal hacer esas cosas.
qomp tiene algo de eso, por supuesto. La primera escena es una partida de Pong, tal cual: fondo negro, palas blancas y una pelota que rebota entre ellas. Un clic del ratón (se puede jugar con mando, pero me parece especialmente apropiado usar simplemente el ratón) perturba la trayectoria natural de la pelota, que está bajo tu control, hasta que consigue zafarse de las palas y «salir» del juego: en ese momento, cuando termina Pong (el primer gran videojuego comercial de la historia), empieza qomp.
El camino hacia la libertad de la pelota de Pong se estructura en una serie de niveles en los que se mezcla toda la audacia y gusto por la experimentación de los gifs de Stuffed Wombat (unos gifs tan expresivos que casi parece que estés jugando tú) con un diseño minucioso y muy cuidado, pulido y trabajado para que cada nivel no solo contenga una serie de desafíos específicos sino que también tenga un ritmo concreto, y que encaje con el de antes y con el de después. Los niveles de qomp te animan a recorrer una serie de espacios esquivando trampas y obstáculos mientras comprendes y resuelves las dificultades que introducen sus peculiaridades específicas; enemigos concretos, interruptores, agua, obstáculos reactivos. En un nivel esquivas a una almeja que te persigue cuando estás a su alcance; en otro, buscas la salida de un laberinto cuyas paredes se van formando a tu paso; en otro, caes a plomo en el agua mientras avanzas por un nivel en el que las cuchillas, mortales al toque, se activan cuando pasas por algunas zonas, haciendo el camino de vuelta tan complicado como hayas sabido planificar previamente. Aunque siempre juegas al mismo qomp, cada nivel parece un qomp distinto.
Es una filosofía de diseño no muy diferente a la de un Super Mario (supongo que porque no es necesariamente propia de Super Mario: casi parece una ley natural), aunque por su escala qomp se puede permitir arriesgar mucho más y llegar a resultados mucho más extremos. Los diseños contenidos y muy focalizados (los exploradores: los que buscan nuevo territorio, sumando piezas que hasta ese momento estaban fuera del juego) dejan paso a otros en los que qomp se recrea con lo que ya tiene, combinando piezas que ya conocías de formas inéditas, creando nuevos desafíos o profundizando en fórmulas que había tocado ya en niveles anteriores. Nunca llega a ser muy difícil, pero sí exige un poco de compromiso con su propuesta; el resultado es un juego que de vez en cuando te hace erguirte en la silla, técnica infalible para ganar unos puntos de concentración, pero que no frustra ni fatiga.
Es también un juego tremendamente respetuoso con tu tiempo, que no da rodeos hasta presentarte sus mejores ideas, que no se guarda nada para después, que te lo da todo y te deja ir; con una filosofía no muy lejana a la de Disc Room, es un juego que quiere ser disfrutado, que no raciona su consumo ni oculta ninguna carta pero que sí tiene la cortesía y la generosidad de ofrecer una «second quest», más difícil, por si te apetece. Sin perder el filo de los juegos puramente experimentales que le preceden, qomp tiene también unas cuantas cosas que decir sobre cómo dar forma a una idea sencilla hasta llevarla a sus últimas consecuencias, con meticulosidad pero sin acartonarla, con la naturalidad de los géneros clásicos pero siempre pensando en hacer algo nuevo. En una industria en la que saltan chispas por la fricción histórica entre la originalidad radical (y a veces descuidada) y el perfeccionamiento de las viejas fórmulas (a menudo atrofiadas y yermas), casos como el de qomp, que parece tener lo mejor de los dos mundos, son, si no necesarios, sí inspiradores: refrescante, sólido y pegadizo.
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La semana pasada estuve intentando recordar el título para saber como iba su desarrollo y hoy se publica análisis y notaza. Ni tan mal. Lo siento por el tópico pero esto en Switch que ni pintado.
No sacar esto en Switch debería estar penado con cárcel.
@xmakitorx
amén
@xmakitorx
¡En ello estamos! Y sí, totalmente de acuerdo jeje
@gustavochico
Bueno es saberlo! Lo espero con ganas 🙂
Es que yo este tipo de juegos ya soy incapaz de sentarme a jugarlos en un pc…
No me interesaba nada desde la miniatura. Pero he visto el 9 y ahora tiene mi atención.
Por eso están guays las notas.
Joder, no lo conocía y en cuanto he terminado de leer la review ya lo he comprado.
¡Gracias por el descubrimiento!
Mil gracias por la review, Víctor, me ha hecho muchísima ilusión siendo seguidor tuyo. Lo hemos desarrollado con mucho cariño <3