La seta de las galaxias

Análisis de Samorost 3

Análisis de Samorost 3

Nunca me había parado a pensar en su significado. Decía Jakub Dvorský, en esta interesante entrevista para Adventure Gamers, que Samorost es una palabra checa que se usa para referirse a «una raíz o un trozo de madera que parece una criatura; pero es también un término que se usa para hablar de una persona que no se preocupa por el resto del mundo».

Lo de la primera acepción está más claro que el agua. Desde la primera entrega, un juego Flash gratuito que era a su vez la tesis académica de amigo Jakub, estas aventuras gráficas de Amanita Design se reconocen al instante por los troncos gigantes, el musgo del espacio y la naturaleza de siluetas peculiares que dibuja su universo. La otra definición, desde luego, no hace referencia al protagonista: el simpático hombrecillo del pijama blanco, menos aislado y más intrépido que nunca, parece moverse por altruismo cuando se dispone a buscar el dueño de la trompeta mágica —también audífono mágico— que cae del cielo cerca de su casa. La historia de Samorost 3 es tan simple como cabría esperar, muy de cuento, pero funciona especialmente bien con el resto de la presentación; el maravilloso trabajo a nivel visual llena de vida cada escenario y de carisma a sus extraños habitantes, aunque nada ni nadie suelta aquí una sola palabra.

Análisis de Samorost 3

No merece la pena, ciertamente, ensuciar con texto esos alucinantes bosques cósmicos, las montañas con millones de trazos, y los asteroides hechos de vete tú a saber qué. Todo es absurdamente bonito de una forma inocente, irresistible, que más allá de un lucimiento siempre bienvenido, define la personalidad y el tono del título más y mejor, si cabe, que en Machinarium o Botanicula.

Examinar esos entornos tan detallados se siente como una necesidad y, más allá de las interacciones clásicas del point-and-click, el cursor nos permite zarandear las plantas y molestar a los animalillos que, sin mayor importancia, forman parte de cada lienzo. Son interacciones diminutas, pero con cierta relevancia como parte de una propuesta especialmente juguetona; el clic se siente curioso, fisgón incluso, como de pantalla táctil. Pasa eso también con los puzles, por lo demás igualmente sencillos. El inventario está casi siempre vacío y los objetos se usan al poco de recogerlos, porque aquí tiene mucho más sentido dejarse llevar que quedar encallado —hay un sistema de pistas, por si las moscas, escondido dentro de otro rompecabezas facilito. Sí hay, con todo, un puñado de situaciones ingeniosas y bien planteadas que acaban siendo, por poco, más variadas que dispersas: lo mismo te toca ordenar una serie de cartas convertidas en viñetas que mezclar semillas o dirigir esporas de hongos en un nido de termitas. El único patrón que se repite, y me encanta que así sea, es el que tiene que ver con los ritmos, las melodías y los bailes.

Sin retos destacables que puedan afectar el ritmo de la partida, Samorost 3 hace un uso bastante interesante de su parte opcional. Hay un montón de pequeños puzles que no necesitas resolver para llegar al final del juego, que están ahí sobre todo para dar respuesta esa exploración, en forma de curiosidad, que comentaba más arriba. Los más complicados pueden llegar a frustrar un poquitín, porque lo mismo ni sabes que ahí es posible hacer algo, pero la sorpresa es muy agradable cuando llegas a una solución casi sin buscarla; es un feedback muy inteligente que, además, se apoya bien en los propios logros de Steam.

Decía también antes que la música está muy presente en todo momento. Lo está por partida doble, de hecho. A dos niveles. Está la banda sonora, relajada y atmosférica, como flotando por aquí y por allá. Encima van apareciendo, cuando jugador y protagonista se compinchan para improvisar una pequeña orquesta con insectos gigantes o pájaros carpinteros, notas más despreocupadas y festivas, a veces casi de jazz. En cierto modo, se dibujan dos caminos para el mismo viaje: el gnomo, que se arranca unos bailoteos de mucho cuidado cuando la cosa se anima, está simplemente en otra aventura divertida; nosotros, espectadores hipnotizados por la belleza surrealista de todo aquello, vamos más allá de la excursión virtual para acercarnos al viaje espiritual, con esas apariciones que lanzan enseñanzas vitales en forma de acertijo, se deforman y se van.

Así de potente y místico llega a ser Samorost 3, con sus alusiones a varias drogas incluidas. La seta alucinógena que da nombre al estudio tiene especial sentido en el que sin duda es su mejor juego. Esa intensidad le impide pasar de las cinco horas y desarrollar más algunas ideas, pero no deja de ser una de esas experiencias, pequeñitas y fascinantes, que ni siquiera sabías que necesitabas. [8]

Redactor
  1. Imper Universe

    Anda, no sabia que tenia ya tercera parte! El 2 me parece genial, este caera. Genial analisis Pep.

  2. Ronie

    Precisamente empecé el 2 el otro día tras escucharte en el podcast. Me está gustando mucho pero, igual que me pasó con Botanicula o Machinarium, en ocasiones no me queda otra que mover el ratón por toda la pantalla intentando averiguar con qué objetos puedes interactuar.

    No creo que sea tanto problema de Samorost como algo intrínseco al género, pero vaya, que chirría un poco.

  3. SavageSteak

    Me encantan llos juegos de Amanita. Este cae seguro.

  4. Mominito

    Los dos Samorost son de loco, machinarium y botanicula más de lo mismo.

    Que pocos estudios hay como Amanita Desing, espero que ese hueco en la industria se vea reflejado en buenas ventas.

  5. iManolo

    Tiene una pinta estupenda la verdad. Ya sabía que venia, pero no había visto ni leído nada concreto hasta ahora. Que bien! Este en cuanto pueda lo probaré. Buen análisis, como todo lo que hacéis aquí.

  6. Selinkoso

    La estética, es encantadora, brillante y algo asustadora, y no se por que.

  7. albertaker

    Qué gustico da cuando Amanita saca nuevo juego

  8. Rocks

    A nivel artístico me parece genial. Uno de esos rollos que lo pillas de chaval y se te incrusta en el cerebro.
    Por partes me recuerda un montón a las animaciones de los Monty Python, pero dentro de un universo mucho más coherente y de una fantasía muy trabajada.

    No sé si caerá porque jugablemente, el Machinarium me pareció un poco simple, pero espero que les vaya genial y sigan haciendo estas cosas muchos años.

  9. Pep Sànchez

    @kipik

    ¡Corregido! Gracias por avisar 😉

  10. danko1978

    Sencillamente, para mi, eres el mejor hablando/escribiendo sobre esto. Por lo menos en este país. Excelente análisis, uno más.

  11. Creikord

    Bonito juego y bonito texto.

  12. El Jugador Medio

    @pep_sanchez

    Mmm… ¿cuál dirías que es la edad mínima para jugar a esto? Siempre he pensado que los Machinarium, Botanícula, etc, son una excelente puerta de entrada a los videoxocs

  13. Pep Sànchez

    @el_jugador_medio

    Igual aquí hay algún puzle que, por fácil que nos parezca a nosotros, puede ser conceptualmente complicadete para un chaval. Sí me parece ideal, omo decían en la crítica del Washington Post, es jugar un padre con su hijo. O un tío con su sobrina o lo que toque, vaya.

  14. srteedee

    Me encantan los juegos de Amanita, simplones, pero entran por los ojos y se te incrustan en el cerebro. Toca hacer sesión de aventuras gráficas esta semana.