Recuerdo haber escrito —mentira: lo he vuelto a leer— que los enemigos en Sniper Elite V2 eran la mayor y más frustrante lacra del juego. Tontos hasta decir mátenme o sagaces como una manada de zorrillos, no tenían término medio; era tan probable que se cubriesen por el lado equivocado de la valla como que automáticamente supiesen nuestra localización exacta como en una de esas epifanía imposibles que a veces confiere la inteligencia artificial nula. Así que en Rebellion vieron virtud en el defecto y tomaron una decisión: si los enemigos son imbéciles, que lo sean de pleno derecho: que sean zombis. Y así nació Sniper Elite: Nazi Zombie Army.
Sin la más mínima traza de sigilo ni de objetivos ridículos, la mecánica de este spin-off con espíritu de DLC es ahora tan directa como familiar: avanza hasta el siguiente checkpoint y elimina a todos los zombis. Nada más y nada menos. Aquella orgía de defectos, de situaciones inverosímiles, de momentos vergonzosos y de carreritas alrededor de un carro de combate con aires de Special Olympics ha dejado paso a la consumación más llana y honesta. Aquí no hay relación complicada, juego de poderes, ni turbias técnicas de control mental sacadas de El método: Nazi Zombie Army te da un morreo súbito y te arrastra por la corbata hasta la habitación de un motel. Y, por supuesto, no te pide que le llames.
Bebiendo de Left 4 Dead en su estructura general, incluso tomando prestados los cuartos seguros, este Sniper Elite se juega a un ritmo más calmado en el que a los zombis no les da para esprintar y la verdadera enjundia está en moverse con acierto y prudencia por el escenario para que la masa apestosa no nos acorrale. El argumentario del que disponemos tiene un gatillo y un agujero en el extremo, y es de esos que, bien dirigido, hace volar cabezas. Armas automáticas, una buena variedad de fusiles de precisión y unas cuantas pistolitas se dan la mano por el bien de la libertad y la democracia y las personas vivas con minas, granadas, explosivos de tracción, cartuchos de dinamita y hasta un bendito panzerfaust que haría maravillas en una reunión de la FAES.
Como cualquiera con dos dedos de frente adivinaría, si la cosa va de abatir mareas de militares con las tripas colgando el hecho de ser un francotirador deja de tener sentido. Y aunque en gran parte eso es cierto, en Rebellion han sabido compensar esa discordancia con bastante acierto: primero, haciendo que el resto de armas sean bastante menos precisas que los rifles de precisión; y segundo, colocando las zonas de emboscada en áreas con multitud de posibilidades, desde hacerse fuerte en una segunda planta rodeando la entrada de minas y exterminando a las oleadas con paciencia, hasta estar en perpetuo movimiento y saltar algunas vallas para ir ganando tiempo y espacio. Un poco lo que hacen con vosotros las chicas guapas los sábados por la noche.
Pero ojo porque, aunque Nazi Zombie Army es más simple que el mecanismo de un botijo, gana una profundidad inusitada cuando jugamos en cooperativo. Hasta cuatro participantes —efectivamente: otra vez Left 4 Dead— pueden recorrer los cinco niveles de una hora y pico arrasando con las hordas hitlerianas de la campaña con el método que prefieran, aunque la coordinación y el reparto de tareas son lo que más endulza la experiencia.
El juego es francamente divertido incluso en solitario (en este modo repite, por cierto, el fabuloso fatality con rayos X que venía a ser la única atracción del original), aunque a veces las colosales cantidades de enemigos terminan por frustrar un poco independientemente del nivel de dificultad. Eso sí: las situaciones de estrés a las que nos somete son de aquellas en las que uno disfruta aceptando el reto y viviendo el ataque de los muertos nacionalsocialistas con un nivel de inmersión poco habitual en juegos menores como este.
El nuevo spin-off del regulero Siper Elite V2 coge al original de la pechera y lo despoja de sus absurdos ideales mal ejecutados. Le pega una hostia que lo deja lelo, pero es en ese nivel de simpleza y de inanidad creativa cuando Nazi Zombie Army encuentra su sitio en el cosmos, se acomoda en él y se pide una caña y unas olivitas. Se le puede acusar de ser una mera galería de tiro sin más pretensiones, y quien lo diga no andará desencaminado. Pero sabiendo lo torpe del juego original y lo duradero de la fiebre zombi en esta industria, quizá Rebellion lo haya visto claro para tomar la decisión más sencilla que, como dicta el principio de parsimonia, a veces es también la más correcta. [7]
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Subtítulo inmejorable.
Te amo, @pinjed
Para cuanto un libro con los mejores analisis de anait, de todos, no solo @pinjed, ya va siendo hora de dejar de echarte flores solo a ti ;D
Por mi, yo lo compraría. Mejor dicho, si algún día tengo hijos, cada análisis sera un cuento de cada noche, así crecerán como verdaderos señores o señoritas.
PD: me quedo con esta frase.
«Pero ojo porque, aunque Nazi Zombie Army es más simple que el mecanismo de un botijo»
«aunque Nazi Zombie Army es más simple que el mecanismo de un botijo, gana una profundidad inusitada cuando jugamos en cooperativo.»
Eso no es mérito del juego, cualquier cosa gana en profundidad y diversión si juegas con colegas.
Por lo que he visto en vídeos tiene pinta de ser bastante bosta, sois demasiado benevolentes.
Juego a todo lo que puedo en cooperativo y este es jodido de cojones!!!
Como bien dices, simple, pero no hay cojones a pasarselo en dificultad máxima en cooperativo.
Después de una semana, seguimos jugando.
La Asociación por la Dignidad Zombi te va a denunciar.
Ya me estaba espantando de que no hubiese BulletTimeXRay y toda esa mierda que es lo único que interesa de Sniper Elite.
Me parece que el juego va de matar nazis zombie.